Taller «embarazo y sexualidad»

Taller «embarazo y sexualidad»

 

¿Estáis embarazados y no sabéis si tener relaciones sexuales será bueno para el bebé? ¿Os encontráis en los primeros años de crianza y no encontráis la forma para volver a una vida sexual como la que teníais antes?

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A​quí tienes un taller destinado a futuros o ya padres y madres que tengan estas preguntas, que quieran saber cómo disfrutar de su sexualidad durante el embarazo, despejar los miedos que les genera tener relaciones sexuales durante este período y aprender a retomar las relaciones sexuales durante los primeros años de crianza.

Objetivos

 Descubrir todos los componentes que conforman la sexualidad.

 Comprender los cambios fisiológicos que se producen durante el embarazo e

influyen en la respuesta sexual.

 Potenciar la autoestima y la seducción.

Conocer la importancia de ejercitar el suelo pélvico.

 Adaptar la sexualidad al embarazo y descubrir sus ventajas.

 Aprender a disfrutar de la sexualidad en el postparto y durante los primeros años de crianza.

 

Duración

El taller tiene una duración de 3 horas.

  • Precio

    35€

 

«PADRES SEPARADOS CON HIJOS FELICES»

«PADRES SEPARADOS CON HIJOS FELICES»

 

padres1«El divorcio no pone fin a la familia, lo que hace es reorganizarla, puesto que los padres lo son para toda la vida.»

Folberg, 1988.

Falta de comunicación, incompatibilidad de caracteres, infidelidad,… son muchas y diversas las razones que pueden conducir a la decisión de poner fin a una relación de pareja. El número de divorcios aumenta progresivamente, dando lugar a un fenómeno social de gran importancia en el que numerosas familias se ven implicadas. Las estadísticas actuales ya indican que un niño tiene mayor probabilidad de que sus padres se separen que de permanezcan unidos.

«No es fácil separarse, ni hay dos historias de separación iguales

A. Ávila, 2002.

La separación suele contemplarse como una vía de escape para una situación que para la pareja resultaba extremadamente dolorosa o estresante. Durante este proceso suelen aflorar diferentes sentimientos y efectuarse cambios en la identidad personal y la autoestima.

Los padres ante el divorcio

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Las personas tenemos diferentes capacidades de autoanálisis, reflexión y resiliencia que influyen en la forma de afrontar la separación y de adaptarnos posteriormente.

Frecuentemente, cuando la situación de ruptura es inesperada la primera reacción suele ser incredulidad, para dar paso más tarde a sentimientos de enfado y angustia por la incertidumbre ante el futuro.

El enfado y la hostilidad son respuestas comunes sobre todo en personas que se sienten heridas y humilladas, especialmente si se han visto forzadas a la separación. En estas circunstancias pueden alentarse deseos de venganza llevando a contar aspectos negativos del otro a familiares y amigos, destruir objetos de su propiedad, dificultar las decisiones del otro con respecto a la separación e incluso utilizar a los hijos como vehículo de descarga de su agresividad. Esto puede hacer que disminuya el sentimiento de culpa en la persona que fuerza la separación, aflorando también en ella un alto grado de hostilidad hacia la ex pareja.

Después de tantas vivencias compartidas, acabar con una relación afectiva puede conllevar sentimientos de profunda tristeza y soledad. Además, enfrentarse a los quehaceres cotidianos en solitario puede generar altos niveles de ansiedad.

Otras afectaciones frecuentes que sufren las personas durante un proceso de separación son: dificultades atencionales, irritabilidad, tensión, miedos repentinos, insomnio, pérdida de apetito y depresión.

Sin embargo, en este contexto también hay cabida para emociones positivas tales como alegría por haber tomado una decisión meditada, liberación, autoconfianza para realizar cosas nuevas y esperanza para comenzar una vida mejor.

La autoestima puede verse resentida en personas que sienten culpa por fracasar en el matrimonio o por no haber mantenido íntegro el hogar familiar, se ven afectadas por las acusaciones de la ex pareja y la familia, se conciben como poco atractivas o incapaces de iniciar exitosamente una nueva relación,… Todo ello afecta a la identidad personal, sobre todo si estaba organizada en función del papel desarrollado en la familia. Sin embargo, la separación es una buena oportunidad para encontrarse uno mismo y reconstruir una identidad de forma autónoma. Esto se logra con el paso del tiempo, a medida que vamos rehaciendo nuestras vidas y aceptando el fracaso de la relación anterior.

«Nos divorciamos como pareja, no como padres.»

Como hemos visto, las personas que se encuentran en proceso de separación tienen que enfrentarse a la reestructuración de sus vidas y de su propia identidad como individuos. Y a la vez, tienen que hacerse cargo de las necesidades físicas y emocionales de sus hijos. ¡Qué ardua tarea!

Es muy frecuente que tras romper la relación de pareja, las personas no sepan cómo mantener una relación como padres. En teoría, el divorcio sólo debería alterar la relación en pareja y no la relación con los hijos. Cuando esto no sucede así, los hijos sufren.

La separación tiene menos repercusiones en los hijos cuando pueden seguir manteniendo el contacto con ambos progenitores y estos están presentes en acontecimientos importantes en las vidas de los pequeños como cumpleaños, comunión, fiesta de fin de curso,… Para ellos, es importante saber que a pesar del divorcio, siguen teniendo el cariño de ambos padres. De la misma forma, es positivo transmitirles que aunque no haya funcionado, el matrimonio mereció la pena porque ellos son el fruto de esa experiencia.

Los niños ante el divorcio

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Independientemente del período evolutivo en el que se encuentre un niño, la separación de sus padres tiene un efecto inevitable sobre su mundo emocional. Lo más frecuente es que la etapa más crítica para los niños sea el año siguiente a la separación de los padres, ya que durante este tiempo se suelen dar los mayores cambios hasta que se logra una reorganización.

Las reacciones más habituales en los niños tras la separación de los padres son: tristeza porque la familia ha cambiado y no volverá a ser como antes, miedo a perder a los padres, hiperresponsabilidad para proteger a padres y hermanos, enfado, culpa, soledad, conductas regresivas (volver a hacerse pipi, chuparse el dedo, habla infantil,…), disminución del rendimiento escolar, problemas para conciliar el sueño, pesadillas, alteración de la conducta alimentaria y fantasías de reunificación familiar.

Todas estas reacciones generales se consideran normales al comienzo de la separación y a medida que los niños se van adaptando a sus nuevas vidas estos síntomas suelen ir remitiendo.

De hecho, la salud psicológica de los hijos de padres divorciados está más estrechamente relacionada con la presencia de conflicto en casa que con la separación en sí. Además de la presencia explícita de conflicto, existen otros factores que incrementan las probabilidades de que los hijos desarrollen trastornos psicopatológicos tales como la desaparición de una figura parental, discrepancias en las pautas educativas, cambios en las condiciones económicas, cambios de hogar y colegio, actitudes victimistas en los padres, actitudes devaluadoras de un progenitor hacia el otro…

De la misma forma, los padres pueden proporcionar a sus hijos condiciones que favorezcan un correcto ajuste tras la separación y que contribuyan a un buen pronóstico. ¿Cómo? Transmitiendo a los niños respeto y aceptación por el otro progenitor, manteniendo las relaciones previamente establecidas con abuelos, primos, tíos,…, resolviendo y dejando al margen los conflictos, peleas y resentimientos con la ex pareja, negociando con éxito los problemas relacionados con los hijos, propiciando libertad a los hijos para hablar con un progenitor del otro y con el resto de familiares,…

En definitiva, a pesar del profundo cambio que implica la separación de los padres en la vida de los niños, podemos adoptar medidas que ayuden a los menores a gestionar emocionalmente esta experiencia de forma que cada vez hayan más hijos felices de padres divorciados.

¿En qué consiste la terapia?

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Si estás en trámites de separación o hace poco tiempo que has dado el paso de empezar una nueva vida amorosa o en solitario, tal vez te asalten dudas acerca de las necesidades emocionales que puedan tener tus hijos en estas circunstancias. Es indiscutible que esta importante decisión tomada por los padres afecta a los hijos que son fruto de esa relación, considerada ahora perdida.

¿Cómo les digo que nos separamos? ¿Es apropiado explicarles las razones reales de la separación? ¿Cómo actúo ante una posible reacción de enfado, tristeza o indiferencia por parte de mis hijos? ¿Es adecuado consentirlos con regalos y atenciones especiales para evitar que sufran? ¿Cómo hablar del otro padre a los niños? ¿Qué hago si mi ex pareja habla mal de mí a los niños? ¿Cómo afecta el tipo de custodia a mis hijos? ¿Cuál es la mejor manera de educarlos viviendo en hogares diferentes? ¿Qué papel juega la familia extensa (abuelos, tíos,…) en esta situación? ¿Cómo sé si es el momento de presentar a mi nueva pareja?

Abordaremos las cuestiones que más preocupan a padres y madres que se separan y  se encuentran desorientados en lo referente a qué será bueno o malo para sus hijos en común. El objetivo del taller es proporcionar estrategias prácticas encaminadas a lograr una coeducación que favorezca el bienestar de los menores. Te invitamos a asistir de forma individual, con tu ex pareja o con tu nueva pareja.

Los temas que se tratan con más frecuencia

– Cómo explicar la ruptura a los hijos.

– El proceso psicológico de la separación y el divorcio.

– El divorcio de la pareja, no como padres.

– El impacto emocional del divorcio sobre el desarrollo evolutivo de los hijos.

– Factores que contribuyen a la adaptación psicológica de los niños tras el divorcio.

– Situaciones de alto riesgo tras la separación.

– La asignación de la guarda y la custodia.

– El régimen de comunicación y visitas.

– La adaptación en una segunda familia.

TERAPIA PARA CURAR EL INSOMNIO

TERAPIA PARA CURAR EL INSOMNIO

INSOMNIO¿TU TAMBIÉN CUENTAS OVEJITAS?

Como ser humano inviertes por término medio un tercio de tu vida en dormir. Dormir es una actividad necesaria, porque con ella se restablece tu equilibrio físico y psicológico.

Tu necesidad de sueño puede variar según tu edad, estado de salud, estado emocional y otros factores, sin embargo, tu tiempo ideal de sueño es aquel que te permite realizar tus actividades diarias con normalidad.

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¿Cuándo hablamos de insomnio?

Podemos hablar de insomnio cuando nuestros problemas de calidad y/o cantidad con el sueño sobrepasan una intensidad que los hace intolerables y cuando tenemos dificultades en nuestra capacidad para adaptarnos a las consecuencias negativas que se derivan de esos problemas, provocando síntomas como alteraciones del humor, dificultad para concentrarnos, somnolencia con dificultad para poder dormir durante el día, cansancio físico y mental y estado general de nerviosismo, tensión y ansiedad.

«Ya no duermo como antes, yo dormía como un lirón»

«Normalmente me despierto, cuatro, cinco, seis veces… vamos, como mucho estoy una hora y media, dos horas durmiendo»

«Me levanto muy cansada, muy irritable, muy nerviosa, tengo hasta frío, calor, estoy destemplada, o sea horrible…»

Las manifestaciones más características del insomnio son las dificultades para conciliar o mantener el sueño o el despertarse demasiado temprano. En definitiva, la falta de un sueño reparador.

¿Qué factores influyen en el insomnio?

Hay muchos factores que intervienen en la aparición y mantenimiento del insomnio. Entre los más importantes destacan los psicológicos, como la tendencia a dar vueltas a las cosas, dificultades para manejar las emociones negativas, creencias erróneas en relación con el sueño, con los consiguientes hábitos inadecuados, el estrés y el miedo a no dormir. En ocasiones, se podrían tener en cuenta, además, factores hereditarios o familiares y factores socio-laborales que pueden influir en la aparición del insomnio.

¿La psicología puede ayudarme?

La psicología se sirve de múltiples herramientas para combatir el insomnio, como las medidas de higiene del sueño, las técnicas de manejo y modificación de pensamientos y de conductas que mantienen el insomnio y/o sus consecuencias, o las técnicas de desactivación física y mental, siendo efectivas tanto a nivel individual como grupal.

Si eres es una de las muchas personas que tienen problemas de insomnio, anímate, pues con una atención psicológica adecuada puedes aprender a manejarlo y superarlo, mejorando tu satisfacción respecto al sueño, consiguiendo mayor calidad y cantidad y haciendo desaparecer los efectos negativos diurnos.

imagesCAC89KYPVENCE DE UNA VEZ POR TODAS TUS PROBLEMAS DE SUEÑO

¿En qué consiste el taller?

¿Te cuesta conciliar el sueño por las noches? ¿Te despiertas en mitad de la noche y no consigues volver a dormirte? ¿Te levantas con la sensación de no haber descansado, irritable, nervioso/a? ¿Crees que puedes tener algún problema del sueño?

La terapia te ayudará a resolver tus dudas sobre el sueño, el insomnio y sus problemas asociados, proporcionándote información clara sobre el tema  y enseñándote de forma práctica y sencilla técnicas, claves y herramientas para combatir  tus problemas de sueño y tu insomnio y mejorar tu calidad de vida y tu bienestar.

Metas y objetivos

  • Adquirir conocimientos  sobre la fisiología del sueño.
  • Conocer los patrones de sueño a lo largo de la vida y sus características.
  • Adquirir conocimientos sobre los diferentes trastornos y problemas del sueño.
  • Aprendizaje y práctica de diversas técnicas para manejar el insomnio y los problemas de sueño: restricción del sueño, el control de estímulos, técnicas de relajación, técnicas de control de la respiración, manejo de creencias, detención del pensamiento, higiene del sueño…

Aprendiendo a vivir sin pareja. Cómo superar una ruptura sentimental

Aprendiendo a vivir sin pareja. Cómo superar una ruptura sentimental

RUPTURA SENTIMENTAL: ¿HAY LUZ AL FINAL DEL TUNEL?

La ruptura de una pareja, que hace unas décadas era un hecho aislado y ocasional, se ha ido convirtiendo en una crisis vital que cada vez mayor número de parejas y sus hijos/as pueden experimentar en sus vidas.

imagesCAHUW05USepararte de tu pareja es una situación de crisis y tensión que afecta a ambos miembros y a toda la familia. Es un momento en el que necesitas tomar decisiones importantes sobre qué hacer o cómo actuar en determinadas situaciones y se producen una serie de cambios a nivel personal, familiar y social que afectan de forma significativa a tu vida, generando síntomas de estrés y malestar emocional.

Tras una ruptura sentimental, puedes experimentar diferentes reacciones y  consecuencias psicológicas, cuya intensidad depende de una serie de variables, como el tipo de separación, la gravedad o la intensidad de los conflictos manifestados, así como los factores de personalidad propios de cada persona.

A nivel general, las principales reacciones que puedes experimentar ante una ruptura sentimental son las siguientes:

  • Depresión: Perder a una persona con la que se ha compartido durante mucho tiempo una relación tan íntima genera síntomas de tristeza, soledad, aislamiento, perdemos actividades gratificantes y podemos experimentar sentimientos de culpa, desesperanza y desilusión respecto al futuro.
  • Ansiedad: La ansiedad es una de las reacciones más comunes ya que se da un aumento de las situaciones estresantes a las que tenemos que hacer frente.
  • Baja autoestima: Podemos experimentar pérdida de autoestima y la sensación de falta de valía personal, principalmente en aquellas separaciones conflictivas.
  • Inadaptación: Podemos aislarnos y sentir una desgana generalizada que nos impida participar en actividades agradables y comunitarias que mejoren nuestro apoyo social. Se alteran  nuestras relaciones familiares y las relaciones sociales, pudiendo agravarse con dificultades económicas y problemas para encontrar o mantener un trabajo estable.

«Siento que nunca encontraré a nadie como él/ella» «Ya no tengo ganas de hacer nada» «No me apetece estar con nadie» «Ya no disfruto con las cosas que antes me hacían sentir bien» «Desde la ruptura estoy más nervioso/a e inquieta» «No logro dejar de pensar en él/ella, todo me recuerda a él/ella» «He dejado de hacer muchas cosas que antes hacía» «Creo que nunca podré superarlo» «Ya nunca será lo mismo»»Estoy en los sitios pero es como si no estuviera»»Intento hacer mi vida normal, pero no me siento bien»

Cada proceso de separación puede ser diferente y se debe tener en cuenta cómo se ha producido, el tipo de relación que hemos vivido, la gravedad del conflicto, el momento de la separación, la edad de nuestros hijos/as, las fuentes de apoyo social y familiar, etc. Estas diferenciaciones, permiten a los psicólogos adaptar su intervención a las diversas características personales, familiares y sociales de cada persona a la hora de planificar y evaluar la intervención tras la ruptura. En este sentido, la terapia psicológica prioriza los procesos asociados a la ruptura y los cambios específicos que conllevan con el fin de facilitar una adaptación positiva al cambio y prevenir problemáticas mayores en los diferentes miembros de la familia.

imagesCABX3N5GPor otro lado, los talleres y grupos de apoyo con personas que han experimentado una ruptura sentimental, pueden resultarte muy beneficiosos, pues el grupo permite un clima social que favorece la comunicación, proporcionando motivación, sentido de pertenencia y desahogo emocional, y al mismo tiempo, favorecen relaciones sociales de apoyo, enriquecimiento personal y modelos positivos de influencia entre las personas participantes.

Tanto la terapia psicológica individual, como los talleres y grupos de apoyo, pueden ofrecerte una ayuda inestimable para afrontar adecuadamente esta etapa vital y para que todas las personas que atravesáis por esta situación podáis ver » la luz al final del túnel».


En qué consiste el taller

Separarte de tu pareja es una situación de crisis y tensión y que produce importantes cambios a nivel personal, familiar y social, generando diversidad de sentimientos y reacciones que pueden producirte confusión, inseguridad, miedo o sentimientos de culpa.

Este taller ofrece claves y recursos para que puedas afrontar adecuadamente tu ruptura sentimental. Las diferentes aportaciones del grupo facilitan la expresión emocional y la comprensión de esta vivencia, y  al mismo tiempo ayudan a cambiar tu perspectiva sobre la situación, todo ello con el objetivo final de aprender a vivir sin pareja y de poder descubrir que,  a raíz de un proceso tan difícil y doloroso también podemos crecer como personas y lograr la felicidad.

Metas y objetivos

  • Orientar y facilitar la toma de decisiones respecto a nuestro proceso de separación.
  • Facilitar el afrontamiento de las consecuencias de nuestra separación.
  • Favorecer la expresión de emociones y la comprensión de las consecuencias personales familiares y sociales asociadas a la ruptura.
  • Proporcionar entrenamiento en técnicas de autocontrol emocional.
  • Fortalecer nuestra autoestima y autoconfianza personal.
  • Favorecer la participación social y la implicación en actividades de ocio y común

Duración y precio

  • El taller tiene una duración de 6 horas distribuidas en 2 sesiones de 3 horas cada una.
  • El precio del taller es de 75 euros por persona.

 

Maria Arias Buj

UNAS CUANTAS TÉCNICAS PARA REDUCIR LA ANSIEDAD

UNAS CUANTAS TÉCNICAS PARA REDUCIR LA ANSIEDAD

 

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¿Ya no disfrutas de las actividades como antes? ¿Tu mente está pensando constantemente en las tareas ¨pendientes¨? ¿Temes situaciones que no puedes controlar o predecir?

Aunque resulte complicado controlar estas sensaciones, tengo una buena noticia, NO  ES IMPOSIBLE, todas las personas tenemos el poder de tomarnos las cosas con más calma, afrontando el día a día con mayor tranquilidad y de manera positiva.

Pero… ¿Cómo conseguirlo? ¿Cómo reducir la ANSIEDAD?

Lo primero que hay que hacer es CONOCERLA y ACEPTARLA. La ansiedad es muy desagradable y el primer impulso es no reconocerla. Así que, para poder saber con certeza de qué se trata,  infórmate sobre los síntomas, ya que te ayudará a gestionarla.

Tómate tu tiempo, NO vayas con PRISAS, la mayoría de las personas con ansiedad comen rápido, van de un lugar para otro, hacen muchas cosas a la vez, su ordenador suele ser un caos compuesto por diferentes ventanas y programas abiertos… y es que lo que expresamos hacia el exterior no es más que el reflejo de nuestra mente. Realizar actividades cotidianas de esta forma tan caótica y apresurada hace que el cerebro reciba el mensaje de que debe funcionar más rápido, aumentando con ello los niveles de cortisol y adrenalina y generando más ansiedad.

Así que disminuye el ritmo, dale un orden a tus tareas, prioriza las más importantes y comprobarás que conseguirás hacer más cosas y con menos estrés.

No dejes tareas PENDIENTES. Una de las cosas que más aumenta la ansiedad es recordar constantemente las tareas pendientes. Agota mucho más estar pensando constantemente en que debemos hacerlas que la propia tarea en sí.

Una buena práctica es la regla de los 2 minutos, consiste en que cuando surja una tarea, si esta no requiere más de 2 minutos, hazla inmediatamente, posponerla y recordarla consumirá más energía que llevarla a cabo. Si la tarea demanda más tiempo y no lo tienes, pregúntate si es realmente importante. Si es así, búscale un hueco en tu agenda.

images[7]Dedícate una hora para TI. En esta sociedad, que nos dicta que hay que producir para ser valioso, nos sentimos en la obligación de no parar, estamos llenos de trabajo o tareas pendientes y no encontramos ni un momento para estar con nosotros mismos. Este estado de tensión constante no permite al cerebro “desconectar”, y como resultado, los niveles de ansiedad se disparan.

Sin embargo, realizar actividades de disfrute, es tan importante como ser proactivos ya que el cerebro comienza a liberar una serie de neurotransmisores como las endorfinas, que generan un estado de bienestar y relajación.

Así que una vez al día realiza una actividad que disfrutes, cualquiera, date un baño, haz ejercicio, da un paseo, acaricia a tu perro, practica sexo, come chocolate, lee un libro…

CUESTIONA tus PENSAMIENTOS, la mente es nuestro peor enemigo, la ansiedad crece a partir de pensamientos poco realistas o exagerados de lo que puede pasar.  Esto hace que respondamos de manera exagerada ante situaciones de la vida cotidiana y  que pensemos que un simple error tendrá consecuencias nefastas.

Es importante comenzar a cuestionarse estos pensamientos: ¿Esa preocupación es realista? ¿Cuántas probabilidades existen de que se cumpla? ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Cómo podría manejarlo? 

Cambia la PERSPECTIVA, replantearse situaciones mirándolas desde un punto diferente y con actitud positiva ayuda mucho para sentir menos ansiedad en situaciones estresantes.

Consiste en dar una vuelta a esos pensamientos irracionales. Por ejemplo, si mientras estás estudiando piensas: “no voy a aprobar ese examen”. Reestructura ese pensamiento de forma positiva: “quizás no apruebe ese examen; sin embargo, me voy a esforzar para dar lo mejor de mí”.

Mira las cosas por su lado amable, seguro que controlarás tu ansiedad y podrás disfrutar y aprender.

Vive en el “AQUÍ Y AHORA”. Las personas ansiosas sufren una especie de obsesión por el futuro. Para combatir la ansiedad es necesario que te centres en el presente, disfrutar de ello, aprender a centrarte en el aquí y ahora, en la experiencia que estás viviendo, sin criticarla y sin dejar que tu mente divague hacia el futuro.

Aprende a GESTIONAR TUS EMOCIONES, Debes encontrar la manera adecuada para expresarlas.gestion de emociones 2

Descargarnos de forma violenta, gritando o pegando a una almohada, activa tu sistema nervioso y  lo que necesita es calmarse. Opta por actividades o técnicas que te relajen.

Práctica EJERCICIO FÍSICO, es una de las mejores estrategias para vencer la ansiedad, no hace falta que sea mucho tiempo, con que le dediques media hora al día es suficiente. Por otro lado, también es importante tener una DIETA VARIADA, lo que comemos pasa a formar parte de nuestro cuerpo, no te saltes comidas, reduce al mínimo el consumo de alcohol y cafeína y come más frutas y verduras.

Aprende a RELAJARTE y a RESPIRAR. La relajación posee una eficacia consistente y significativa para reducir los niveles de ansiedad en las personas.imagesCAC89KYP

Puede resultar una buena inversión aprender estas técnicas por que no sólo serán útiles para afrontar el momento actual, sino que nos ayudarán a cuidarnos ante los agobios que nos depare el futuro.

En cuanto a la respiración, es un proceso muy importante ya que a través de ella nuestra mente recibe como estamos. Cuando respiramos rápido, nuestro cerebro entiende que algo no va bien y que podemos estar en peligro, por lo que aumenta el nivel de ansiedad. Cuando respiramos lenta y profundamente, todas las funciones corporales, incluyendo el latido cardiaco, se acompasan y es más fácil relajarse.

El hecho de que hayas notado un problema dentro de ti y sepas que cambiar es una alternativa, ya dice muchas cosas buenas sobre ti. Por lo tanto, no permitas que la ansiedad te gane la batalla de la vida, toma el control de ésta y actúa ahora que aún tienes tiempo.

 

Luciana Ramos. Clínica Vanesa Hernández

 

¿Por qué me enfado tanto?

¿Por qué me enfado tanto?

 

Es posible que te sientas identificado en esta situación, a cualquiera de nosotros nos ha pasado alguna vez, si no muchas, que llegamos tarde a alguna cita debido al tráfico, a imprevistos surgidos en el último momento, o a que no nos hemos organizado tan bien como pensábamos. Para colmo quien nos esperaba, ya sea un amigo, pareja o jefe, nos lo recrimina, y nos enfadamos más, lo que nos impide disfrutar de su compañía o rendir de forma efectiva en el trabajo.

 

Habrá ocasiones en las que no podamos expresar cómo nos sentimos, por las consecuencias que tendría, pero en otras esto puede provocar discusiones y conflictos, especialmente en las relaciones más cercanas, las que antes se ven afectadas pues es donde estamos más cómodos para mostrarnos tal y como nos sentimos.

ira2“Me molesta el tráfico, que me adelanten mal, que hablen mal de mí o mi trabajo, tener que esperar mucho tiempo en el banco porque la persona de delante está hablando de su familia con el empleado de la ventanilla, ¿sabes que tengo mucha prisa?, ¿y las noticias?, mejor no hablemos de política… Pero también me molesta cuando me equivoco, cuando no consigo lo que me propongo, cuando estallo y grito a mi pareja o hijos, ya que luego me siento muy culpable y avergonzado”.

 

Como bien sabes, todos estamos expuestos a situaciones que nos enfadan en nuestro día a día pero, ¿hasta qué punto dejamos que esto nos influya y perjudique?

La ira está compuesta por pensamientos, sentimientos y reacciones fisiológicas negativas, que provocan alto malestar e interfieren en nuestras relaciones interpersonales más importantes y en nuestro trabajo. Siguen una secuencia fija: primero pienso en algo e inmediatamente después me siento de una determinada manera, todo esto conduce a que reaccione acorde a este sentimiento.

Tendemos a pensar que de estos tres componentes, la emoción es el más importante. Nada más lejos de la realidad. Aunque sea el más llamativo, ya que inunda todo nuestro cuerpo, el principal es el cognitivo, es decir, los pensamientos, pues son los que activan la cadena y conduce a que nos sintamos enojados. Éstos se caracterizan por su rigidez, absolutismo y automaticidad, y están asociados a multitud de situaciones que consideramos injustas o nos ofenden. No permiten que consideremos más posibilidades que aquella en la que pensamos primero: la persona que me ha ofendido lo ha hecho adrede; y comenzamos a rumiar sobre su mala conducta y, por ende, lo mala persona que es. El problema surge cuando estamos tan acostumbrados a vivir enfadados que el mínimo pensamiento provoca una emoción muy intensa, desproporcionada, sin llegar a cuestionar lo que se nos pasa por la cabeza.

La ira facilita la categorización de las personas como malas, injustas o merecedoras de algún castigo, aunque éste sólo se pueda llevar a cabo en nuestra mente debido a las normas que rodean las relaciones interpersonales. Esta forma de pensar impide considerar otras alternativas a la conducta de los demás, nos hace vernos como víctimas y de este modo nunca aceptaremos que nuestra forma de vivir los acontecimientos es la que determina nuestra manera de reaccionar ante ellos.

 

Vale, reconozco que me enfado con mucha frecuencia, pero no sé cómo cambiar.

iraTodos hemos oído consejos sobre cómo afrontar la ira, aunque analizándolos detenidamente, es posible que incluso acaben por aumentarla. Unos nos dicen que evitemos aquellas situaciones que nos la provocan. Si bien esto puede ser útil en determinados momentos, puesto que evitaría una discusión o pelea, evitar nos impide manejar situaciones estresantes y aprender de esta experiencia.

Otros, en cambio, indican justamente lo contrario, que digamos inmediatamente qué nos ha molestado, ya que de este modo no estaremos pensando durante horas en lo agraviados que nos sentimos y así conseguiremos que en un futuro no se repita. Parece sano poder comunicar emociones, y lo es, siempre que sea de forma razonada, cosa que no suele suceder cuando estamos enfadados.

A nuestro alrededor hay un sin fin de sucesos que nos molestan y provocan nuestra ira con razón, damos por hecho que nuestras emociones están gobernadas entonces por hechos externos a nosotros, y esto no es más que adoptar una posición pasiva: soy incapaz de manejar mis emociones porque no soy responsable de ellas.

Pero tenemos que saber una cosa, somos nosotros los que nos enfadamos debido a una creencias sobre cómo deben regirse las relaciones y las normas sociales o laborales.

Los sucesos, per se, no tienen la capacidad de alterar a nadie que no esté predispuesto a ello. Si no, imagínate en un atasco de tráfico importante, hay quien reacciona pitando e insultando, otros golpean en volante, otros se recriminan a sí mismos no haber salido antes, pero también están los que tienen paciencia y saben que estas cosas pasan, sin sufrir la misma alteración que los anteriores. Si fueran los acontecimientos externos los que marcaran las emociones, todos reaccionaríamos igual ante una misma situación.

Parece fácil enumerar los errores que cometemos, y seguro que muchos de nosotros hemos intentado cambiar en algún momento de nuestra vida, cuando hemos visto peligrar algo valioso para nosotros, pero sin conseguir establecer una nueva forma de actuar y volviendo a repetir los patrones anteriores.

No te culpes más por no poder actuar de otra forma, ya que hay quien ante injusticias o provocaciones reacciona de forma distinta, se deprime y tira la toalla. Podrías aprovechar toda esta energía negativa para transformarla en el combustible necesario para superar los obstáculos e interpretarlos de una forma más constructiva, mejorar tus relaciones y estar más relajado. Te podría decir que no está tan mal cómo te sientes, siempre que no termine en algo grave, pero también que te puedes sentir mucho mejor si reduces esta emoción y la cambias por otras más agradables.

Si continuamos así, ¿cómo crees que estaremos en unos años? No nos engañemos, lo que ocurra a nuestro alrededor seguirá siendo lo mismo, pero aprenderemos a aceptar que hay cosas que no se pueden cambiar, pero sí la forma de verlas.

No podemos cambiar lo que pasa a nuestro alrededor, pero sí cómo lo afrontamos, y desde la Psicología contamos con herramientas de eficacia demostrada en el autocontrol y manejo adecuado de las emociones. Requieren tiempo y esfuerzo, mucha constancia y luchar contra esos impulsos a los que hemos sucumbido durante puede que años, pero merece la pena para conseguir aquello que deseamos en la vida.

 

María Martínez en Clínica Vanesa Hernández

¿Qué es la Sexología?

¿Qué es la Sexología?

1 (2)En la actualidad ya podemos ver contenido relacionado con la sexualidad en los medios de comunicación, la publicidad, incluso podemos hablarlo en voz alta sin preocuparnos tanto por el qué dirán, ya que no existe el nivel de censura de antes.

En cambio, ante la llegada de un problema durante las relaciones sexuales, la vergüenza se apodera de nosotros/as y nos cuesta dar el paso de visitar a un/a profesional, un sexólogo o una sexóloga, para que nos ayude a solucionarlo.

La inseguridad para dar el paso es producida por el desconocimiento, los prejuicios y mitos en torno a la sexualidad. Esto puede provocar la frustración de la persona que la sufre y la de su pareja.

Con esta entrada pretendemos explicar lo que es en realidad la Sexología y dejar atrás las falsas creencias en torno a ella.

 

1¿Qué es la Sexología?

Es la ciencia que estudia desde diferentes enfoques (biológico, psicológico, social y cultural) el comportamiento sexual humano.
Desde la Sexología se informa, educa, orienta, asesora y ayuda sobre todo lo relacionado con la sexualidad.
Dentro de la Sexología existen diferentes campos de trabajo:
Terapia sexual, donde se tratan disfunciones sexuales, como disfunción eréctil, bajo deseo sexual, eyaculación precoz, eyaculación retardada, disfunción orgásmica, dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia y vaginismo), aversión sexual.

Educación afectivo sexual, donde se trabaja con fines preventivos, a través de asesoramiento y orientación de temas como: enfermedades de transmisión sexual, orientación e identidad de género, primeras relaciones sexuales, métodos anticonceptivos, embarazo, relaciones de pareja, celos, buenos tratos, etc.

Asesoramiento, donde se tratan dudas al respecto, se guía a las parejas, se entrena en comunicación y seducción, crecimiento erótico, etc.

Gracias a la terapia sexual podemos mejorar la calidad de las relaciones sexuales, la salud sexual, la relación de pareja, la autoestima, aceptarnos tal y como somos, nuestro cuerpo, dejar atrás los prejuicios y tabúes que nos frenan, superar los miedos y la vergüenza.

 

¿Cuándo hay que acudir a un Sexólogo/a?

Si no disfrutas de las relaciones sexuales.
Si crees que estás viviendo alguna dificultad en tu vida sexual, como bajo deseo , dolor durante el coito, dificultad para llegar al orgasmo, eyaculación precoz, etc.
Si necesitas orientación o información para aclarar dudas y mitos sobre la sexualidad.
Si necesitas asesoramiento con tu pareja.
Si no consigues tener una comunicación sexual satisfactoria con tu pareja.
Si quieres ampliar tu erótica.

 

¿Qué no es la Sexología?
Una consulta de Ginecología o  Urología.
Una reunión tuppersex.
Un curso donde sólo se enseñan posturas sexuales.
Una práctica en la que el o la sexóloga utiliza su cuerpo,  se implica de forma sexual.

 

¿Quién debe acudir a un/a sexólogo/a?
Toda persona que quiera mejorar su vida sexual, no es necesario tener un problema y puedes acudir de forma individual o en pareja. Como dice Havelock Ellis “En las relaciones de los sexos hay más valores cultivables que problemas tratables”.

 

Si tienes alguna duda o inquietud, crees que tienes un problema o simplemente te apetece aprender y crecer en el mundo de la sexualidad, no dudes en pedir cita llamando al 678 598 658.

 

 

María Ángeles Hernández en Clínica Vanesa Hernández

ADICCIÓN A NUEVAS TECNOLOGÍAS:“MI HIJO PASA DEMASIADO TIEMPO JUGANDO A LOS VIDEOJUEGOS»

ADICCIÓN A NUEVAS TECNOLOGÍAS:“MI HIJO PASA DEMASIADO TIEMPO JUGANDO A LOS VIDEOJUEGOS»

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“Cuando llego a casa del trabajo, y entro en la habitación de mi hijo, veo que está jugando a la maquinita. Le pregunto qué tal el día y si ha estudiado y ha hecho los deberes ya, y me responde con sí o no, otras veces me dice que lo deje tranquilo, y otras, directamente no obtengo ninguna respuesta. Ya no saca tan buenas notas en el instituto y esta vez ha suspendido tres asignaturas. Apenas habla con la familia y se pasa las tardes jugando con el ordenador. Una duda constante ronda mi cabeza, ¿qué le estará ocurriendo a mi hijo?Pero mi duda no se despeja, ya que no se si es propio de la edad o si no es normal su comportamiento.”

2Con el gran desarrollo tecnológico que hemos vivido en los últimos años, resulta increíble a la cantidad de cambios que parece que nos tenemos que adaptar; entre otros, el disfrute de los jóvenes con los videojuegos, que en muchos casos no sabemos si es una nueva forma de ocio de la que no debemos preocuparnos o si estamos sobrepasando los límites preconcebidos.

Los videojuegos pueden suponer un mundo muy apasionante y novedoso, donde el jugador puede desarrollar infinidad de habilidades, conectar con otras personas, realizar equipos, aprender a competir, a perder, incluso aprender inglés y otros idiomas. Pero, ¿qué sucede cuando se pasa demasiado tiempo en ello? ¿Puede ser perjudicial con el abuso?. Este es el caso de la comida, necesaria para sobrevivir, pero que acarrea innumerables problemas físicos (obesidad, colesterol, hipertensión arterial, etc.,) si se abusa de ella. También sucede con el ejercicio físico. Ya no resulta para nadie desconocido el término “vigorexia”, que es el abuso del ejercicio físico y la obsesión por el consumo de proteínas, carbohidratos y esteroides.

hqdefaultLa problemática con los videojuegos no dista del consumo compulsivo de comida o la vigorexia. Existe suficiente evidencia que abala los problemas asociados a la dependencia a los videojuegos. Por este motivo, resulta más que común la preocupación de padres y madres sobre la educación que dan a sus hijos en materia de tecnología y videojuegos.

No sólo nos preocupa el tiempo que dedican a jugar por el mero hecho que ese tiempo no lo están invirtiendo en otras cosas, que nosotros como adultos consideremos más productivas, sino que el canal de comunicación con ellos en la mayoría de ocasiones se estrecha cada vez más, el humor de nuestro hijo también se vuelve más agrio y su actitud ante la vida e interés y motivación por otros aspectos diferentes al uso de la tecnología se vuelve inexistente. De repente es como si tuviéramos un desconocido en casa, del que día a día sabemos menos.

Y eso es realmente lo que nos preocupa, el no saber manejar la situación con ellos, y poder ayudarles a reconducir el uso de los videojuegos, internet, redes sociales…hacia una dirección sana y útil para sus vidas.

Sin embargo, al igual que en otros problemas o dificultades con niños y adolescentes, en el caso de que se trate de un uso abusivo de las tecnologías que genere un deterioro en la vida del adolescente y de la relación familiar y social, se puede tratar y aprender tanto niños, adolescentes como adultos a llevar un uso saludable.

La terapia se centra en el uso perjudicial de las nuevas tecnologías. Hoy en día existe una preocupación cada vez mayor acerca del uso que hacen los menores de estos dispositivos, y en las consecuencias que puede tener en su rendimiento escolar y en el desarrollo de su vida en general. Aquí trataremos de resolver las principales preocupaciones al respecto, y elaborar una guía de actuación saludable para el correcto desarrollo de los menores.

multijugador-videojuegos-local Contenido más frecuente en consulta

    • Tipos de tecnologías adictivas
    • Tipos de videojuegos recomendados y menos recomendados
    • Aprendizajes en los videojuegos
    • Factores de riesgo y protección para desarrollar dependencia
    • Perfil de jugador de máximo riesgo
    • Criterios de dependencia a los videojuegos
    • Factores protectores familiares que potenciar
    • Intervención familiar en posibles casos de riesgo
    • Uso de los videojuegos de forma saludable
    • ¿Pueden los videojuegos mejorar el rendimiento en determinadas áreas?

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Cómo poner fin a las batallas con tu hijo por la comida

 

1.«¡Si no fuera porque estoy encima, mi hijo no comería nada!»

«¡No hay manera de que mi hija pruebe alimentos nuevos!»

«¡Ya no recuerdo qué es comer sin gritos ni discusiones!»

 

Muchos padres y madres libran batallas a diario con sus hijos relacionadas con su alimentación que con frecuencia llegan a convertirse en verdaderas fuentes de estrés tanto para mayores como para pequeños.

 

Niños que comen poco, comen mal, solo comen lo que les gusta, montan un circo en la mesa,… Cualquiera de estas circunstancias puede tener su origen en la primera infancia, cuando los niños rechazan introducir en su dieta alimentos con nuevos sabores y texturas. También pueden desencadenarse tras un episodio de enfermedad durante el cual el niño pierde el apetito y los padres preocupados, le exigen que coma. En otras ocasiones, simplemente el niño es más lento que sus hermanos comiendo y esto hace que los padres le presten excesiva atención y se impacienten.

 

Independientemente de la causa que las origina, estas dificultades pueden quedarse en anécdotas puntuales o persistir e incluso agravarse con la edad.

 

Cuántas madres motivadas por la angustia que les supone pensar que sus hijos no se están alimentando correctamente, intentan todo tipo de artimañas para conseguir que coman: juegos para distraerlos, darles la comida a la fuerza, premios, chantajes, dejarles ver la televisión, jugar con el móvil o la tablet,… En un intento de buscar soluciones, han pedido consejos a familiares y amigos, escuchando con frecuencia «Tranquilízate, ¡tu hijo no se va a morir de hambre!«. Sin embargo, para ellas suele resultar frustrante tener la sensación de que sus pequeños comen cantidades insuficientes y pensar que su desarrollo puede verse alterado. Incluso después de que el pediatra haya descartado problemas de salud asociados a la inapetencia, aún persiste la duda «¿Por qué mi hijo no come todo lo que yo quiero que coma?»

 

habitos-alimenticios20111122Los niños suelen poner a prueba la paciencia de sus padres a través de sus negativas a comer determinados alimentos, ingiriendo solo una pequeña porción de comida, levantándose de la mesa, discutiendo, tirando el plato, escupiendo… Estas conductas manipulativas que desesperan a los padres les hace ser conscientes de la influencia que tienen sobre ellos, lo que da lugar a luchas de poder constantes. Enzarzándose en discusiones, tienen grabado en sus mentes «¡Mis padres no pueden conmigo, puedo controlarlos con mi comportamiento!»

 

Cuando este escenario de disputa se repite a lo largo del tiempo, se acaban consolidando dinámicas familiares inadecuadas que hacen que las comidas se conviertan en un suplicio. Además, los menores pueden llegar a desarrollar actitudes negativas hacia la comida (quejarse de dolores de barriga, vomitar y desarrollar manías alimenticias) a la vez que se les altera el ciclo natural de hambre y saciedad.

 

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¿Cómo dar un giro a esta situación?

 

 

 

Ellyn Satter (www.ellynsatterinstitute.org) plantea tener presente una interesante premisa que se guía por dos normas básicas:

 

  1. Los padres son responsables de QUÉ, DÓNDE y CUÁNDO comen sus hijos.

  2. Los niños son responsables de CUÁNTO comen.

 

Esto se traduce en que los padres son los encargados de seleccionar, comprar, preparar y ofrecer las comidas a los pequeños, teniendo en cuenta que no es recomendable sustituir alimentos ricos nutricionalmente (verduras, frutas,…) por otros más pobres pero sabrosos que les gustan y con alta probabilidad se comerán (pizza, patatas fritas,…). Lo ideal es que toda la familia coma el mismo menú, salvo prescripción médica, y que los alimentos sean variados para que los pequeños tengan la oportunidad de ir probando sabores y texturas diferentes.

 

Como también es tarea de los padres elegir el lugar dónde se come, lo más adecuado es hacer uso de una mesa en un sitio tranquilo y sin distracciones. Es importante evitar la televisión, el móvil, la tablet u otros aparatos electrónicos y favorecer las conversaciones en familia sobre temas que no generen conflicto.

 

Con respecto al horario de las comidas, lo ideal es establecer una rutina de cinco comidas al día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) que se cumpla estrictamente de modo que el niño no coma en cualquier momento que a él le apetezca. Dejaremos bien claro a los pequeños que si por ejemplo, no quieren comer a medio día, no se les permitirá probar nada hasta la hora de la merienda.

 

Ahora bien, los encargados de decidir si comer o no y la cantidad a ingerir son los propios niños. Tal vez esta sea la premisa más difícil de asumir para los padres. El miedo a que si dejamos elegir al niño no comerá lo suficiente, puede evitarnos la oportunidad de observar cómo se reconducen drásticamente sus problemas alimentarios. Al recaer en el niño la decisión acerca de cuánto comer, favorecemos la restitución de la capacidad natural de su organismo para establecer la cantidad de comida que necesita, en función de sus sensaciones de apetito y saciedad. Por lo tanto, los padres pueden contribuir enormemente a este fin dejando de insistir para que los niños coman lo que ellos consideran adecuado y no proporcionando comida a deshoras para compensar.

 

imagesEn resumen, para conseguir que toda la familia acabe disfrutando de las comidas es crucial un cambio de actitud. Teniendo en mente la idea de que los adultos son los que deciden qué se come y los niños cuánto, normalizaremos las pautas de alimentación. Además, haciendo un esfuerzo por reducir la atención excesiva sobre la conducta alimentaria del niño, evitando lanzar mensajes del estilo tipo «este niño come fatal«, «sólo come lo que le gusta«, «la hora de la comida es un suplicio con él» para prevenir que integre la etiqueta de mal comedor en su autoconcepto y controlando nuestros propios miedos lograremos que las comidas sean momentos de reunión familiar agradables. ¡Con paciencia y consistencia es posible!

 

 

Clínica Vanesa Hernández

Psicología Infantil

 

 

¿Que es lo que falla?¿De dónde viene mi insatisfacción?¿por qué me siento vacío?

¿Que es lo que falla?¿De dónde viene mi insatisfacción?¿por qué me siento vacío?

«Psicólogos en Murcia»

 

insatisfacción

Si en tu mente rondan preguntas como ¿qué es lo que falla?¿de dónde viene mi insatisfacción?¿por qué me siento vacío?, puede que, si sigues leyendo estas líneas encuentres algunas respuestas.

Lo tienes todo para ser feliz, de hecho, estas en uno de los mejores momentos de tu vida, ya que puede que hayas conseguido todo o casi todo aquello que anhelabas para conseguir la ansiada felicidad. Y ahora que lo tienes, no te sientes como esperabas.

Haces todo aquello que has hecho hasta ahora para sentirte bien, sin embargo, ahora no funciona como siempre. Realizas pequeños cambios en tu rutina, pero al no conseguir la sensación deseada, abandonas y vuelves a las costumbres de siempre. Buscas fuera todo lo que puede estar fallando, pero todo está bien, como querías que estuviera. Pero tu no te sientes bien.

Pues, voy a decirte algo. Quizá no encuentres lo que buscas porqué estás mirando en el sitio equivocado. Fuera, todo está bien, tienes razón. Por ello, no encuentras qué es lo que falla. Dónde quizá encuentres algo que no funciona es dentro, dentro de tu mente y de tus creencias. El paradigma que dirige tu vida.

En la mayoría de los casos, cuando esto ocurre el motivo fundamental son unas creencias que se han quedado anticuadas para tu nueva forma de bienestar.

Las creencias, principios o valores implícitos organizan sin que nos demos cuenta la forma en que percibimos nuestra realidad, a nosotros mismos y a los demás. Son las lentes a través de las cuales miramos al mundo. Cuando tengo un grado de insatisfacción sin explicación aparente, puede que sea necesario cambiar la graduación de esas lentes, ya que las que tengo, no me permiten ver las cosas con la suficiente claridad y nitidez como para reportarme el bienestar que necesito.

LENTES
Así que si ya has buscado fuera sin encontrar el motivo de tu insatisfacción, te recomiendo que prestes atención a tus pensamientos, ya que en ellos detectarás lo que de forma consciente o no decidiste en un momento dado que serían las normas por las que se regiría tu vida.

Estas normas definen lo que es importante para ti, lo que es una prioridad en tu vida para  poder sentirme bien. Sin embargo, casi nunca nos hemos parado a pensar si las creencias que diariamente organizan nuestra vida, nos definen o nos hacen ser la persona que nos gustaría y nos llevan por el camino que nos apetece recorrer. Muchas de ellas, llevan contigo tanto tiempo que ni siquiera te das  cuenta de su presencia, pero están tan arraigadas que tampoco te las cuestionas, no te plateas si son ciertas o no, si te producen realmente bienestar, o se han quedado obsoletas. Sin embargo, pese a que las creencias pueden ser las mismas durante años, y ni siquiera sabes ni cuando decidiste empezar a pensar así, ni tampoco por qué lo hiciste, tus necesidades, circunstancias vitales, laborales, familiares, etc, han podido cambiar. Esas creencias no son compatibles con tu nueva situación, sin embargo, por inercia sigues fiel a ellas, durante un tiempo valieron, es más, alguien podría decir: “ «siempre me ha funcionado, yo soy así”, y entonces más nos aferramos a que es cuestión de esforzarnos más en ser fiel a ellas, una cuestión de fidelidad, más que una cuestión, de un desequilibrio real, producido porque mis creencias no se ajustan a mi nueva situación.

insatisfacción 2Esto provoca una sensación de insatisfacción continua, ya que si, por ejemplo, mis creencias dan prioridad a valores como el trabajo, asumiendo una responsabilidad excesiva y adoptando una actitud de demostrar y demostrarme que soy capaz para el puesto, puede que ese día se me haya quedado algo por hacer. En mi cabeza es prioridad el terminar esa tarea, con lo que es pensamiento conecta directamente con mi sistema emocional y pienso que no me sentiré bien hasta que la acabe. Si por el motivo que sea, no soy capaz de terminarla, ese día, llegaré a casa con una sensación de insatisfacción elevada, tirando por tierra, no solo todo el trabajo que he realizado ese día, sino también, todas las cosas maravillosas que he sido capaz de realizar, disfrutar o experimentar.

De ahí la importancia de nuestro sistema de valores y creencias. Una creencia o pensamiento, está directamente relacionado con las emociones que sentirás en función de él.

Pero si estas en un momento vital, en el que ya tienes una estabilidad laboral, me he demostrado y demostrado a los demás que soy de sobra competente en  mi trabajo, no tiene sentido que mi prioridad siga siendo esa. Seguramente hubo una época en mi vida que lo fue. Pero en este momento mis necesidades han cambiado. Pero mi mente, animal de costumbres,  me sigue diciendo que me sentiré bien sólo si sigo esa premisa. De hecho si la sigo, pensaré que hice lo correcto, pero lo que en ese momento no sé es que, si no escucho mis necesidades, esa sensación de hacer lo correcto, se tornará a lo largo de los días, semanas, meses, años, en una sensación de malestar generalizado, insatisfacción con todo, falta de motivación e ilusión, y caeré en la cuenta que lo que siempre me funcionaba ya no lo hace.

Por lo tanto, la clave estaría en reestructurar las creencias origen para reeducar nuestro sistema emocional, y volver a recuperar el equilibrio y el bienestar

 

insatisfacción 3 Para reestructurar las creencias que ya no me dirigen hacia la persona y la vida que quiero, lo primero es identificar cuales son. Quizá esta sea la tarea más complicada. Puede que racionalmente las haya cambiado ya, es decir, creo que pienso de otra manera a la que pensaba antes, pero emocionalmente no he logrado interiorizar el cambio para sentirlo así.Ya  forman parte de nuestra personalidad. También puede ocurrir que, en alguna ocasión, hayamos hecho el intento de cambiar algo, y como no me hacía sentir bien tampoco, volvimos a la vieja costumbre, que aunque malo, por lo menos conocido. No tuvimos la paciencia suficiente para entender que las emociones siempre van más lentas que los pensamientos y comportamientos. No es que no funcionase, sino que no esperamos lo suficiente para comprobar que ocurría

Así que, te propongo hacer una excursión diaria a tus pensamientos y explorar en qué tipo de creencias se apoyan, por que seguramente te des cuenta que aunque ya no te sientas identificado con ellas, te las crees fielmente y actúas y te sientes en función de ellas. Muchas de estas creencias además, ni siquiera tu las decidiste. Son el resultado de la educación, el colegio, la cultura, el entorno, las experiencias vividas, y una mezcla de todo. Se fueron acomodando en tu mente, muy poco a poco, tan lentamente que no te percataste que habían ocupado el puesto de mando de tu barco, y por comodidad, miedo a asumir el timón, o simplemente por no cuestionarlo, decidiste ser durante un tiempo un pasajero del barco de tu vida al que llevaban cómodamente a un destino, supuestamente el paraiso de tu bienestar, pero que nadie te preguntó, ni tú te paraste a pensar si te apetecía continuar en esa travesía. A todos nos llega el momento de que nos percatamos de que no somos nosotros quienes llevamos el timón del barco, pero aunque queremos asumirlo, posponemos el hacerlo porque aunque no nos sintamos capaces de pilotar la nave, una vocecilla nos dice que es nuestra nave, que podríamos.

Pero entonces nos encontramos con otro problema mayor. ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿A dónde queremos ir? ¿Qué es lo que nos hará felices?. Y en ese momento nos damos cuenta de que no sabemos qué rumbo tomar, ni qué destino escoger, y puede que en ese momento decidamos que posponemos el asumir el barco unos días más, o semanas o meses o años. Ahí es cuando la dulce travesía que me llevaba a ese destino paradisiaco, empieza a no gustarme, a provocarme sensaciones de insatisfacción, ya no disfruto del crucero, y entonces no sé qué hacer porque aún no sé que destino elegir.

 

Este punto es casi tan complicado como el anterior. Para poder cambiar una creencia tengo que saber qué cambiar, pero para cambiarla tengo que tener otra de repuesto. Así que después de ser consciente que el rumbo quieres cambiarlo y asumirlo tu, tendrás que elegir un destino que te permita determinar la mejor travesía para llegar a él.

 

Puede que el motivo de tu insatisfacción esté en un sistema de creencias que ya no cuadran con tus nuevas necesidades e inquietudes.

Atrévete a explorarlas y cambia de paradigma. Quizá tus lentes necesiten una nueva graduación.