La frustración es el sentimiento que se experimenta cuando las cosas no son lo que se espera y cuando se esperan o no obtenemos el resultado que deseamos.

Es habitual que los niños tengan baja tolerancia a la frustración, ya que a determinadas edades los niños creen que son el centro del mundo, que se merecen todo lo que desean y además de forma inmediata, cuando lo desean. No son capaces de empatizar con los sentimientos o las necesidades del otro. Si a esto sumamos que esta sociedad les ha acostumbrado a la inmediatez, por ejemplo pueden consumir dibujos animados o juegos a través del móvil de sus padres a todos horas y cuando ellos quieren, y que los padres por no generar conflicto, cada vez ponen menos límites, el niño cree que todo será como él quiera y cuando el quiera.

Sin embargo, el mundo no gira a su alrededor y no siempre ocurrirá lo que el espera, con lo que entrará en episodios de frustración con llanto, gritos, enfados, mal comportamiento, tristeza, sensación de abandono…

La baja tolerancia a la frustración es la base de muchos problemas emocionales y si no se trabaja puede provocar consecuencias tales como:

  • Bajo control emocional.
  • Falta de empatía.
  • No respetar límites.
  • Manipulación de los demás.
  • Baja autoestima.
  • Falta de ilusión por las cosas y tristeza.
  • Ansiedad.
  • Mentalidad rígida ante las cosas.
  • Intolerancia ante opiniones diferentes a la suya.
  • Necesidad de control.

Si ayudamos a los niños a tolerar la frustración, conseguiremos niños más felices y más competentes emocionalmente a la hora de enfrentarse al mundo.

¿CÓMO PODEMOS HACERLO?

  1. PACIENCIA. Cuando veas que se frustra con algo, espera y obsérvale. Déjale que encuentre la solución él mismo. No vayas en su ayuda de forma inmediata para evitarle la frustración.
  2. Permite que experimente el sentimiento negativo. Tiene que aprender a sentir la sensación para que entienda que no siempre los resultados serán como a él le gustarían. Es el primer paso para trabajar la aceptación. Explícale que hay cosas que requieren esfuerzo, habilidad, constancia, pero que hay otras que simplemente no serán como él quiere y no pasa nada, comprobará que la mala sensación se pasa.
  3. Ayúdale a identificar cómo se siente y que te lo exprese. Tienen que normalizar que sentirse triste es algo normal, y que expresarlo provocará que se sienta mejor.

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