Céntrate en el aquí y ahora, intenta vivir en el momento que te está tocando vivir. El ahora, es el único tiempo que existe. Ocúpate de las cosas. Preocuparte por ellas, sólo provoca una peor gestión de las mismas. . No gastes energía en recrear momentos que ya no volverán y ante los que no puedes hacer nada, ni en anticipar un futuro incierto. Acepta la realidad, tal como es y centra tu atención en vivir el momento presente.

    Practica no quejarte. El cambiar determinadas palabras o expresiones en la forma en la que te hablas a ti mismo, puede cambiar el como te sientes. Elimina el no, y las frases negativas, y conviértelas en afirmaciones. No es lo mismo decir «no puedo nadar porque me da miedo el agua» que «me gustaría aprender a nadar para disfrutar de estar en el agua».

    Exprésate positivamente. Para no acumular ira, resentimiento, tristeza, frustración, aprende a expresar lo que piensas y sientes asertivamente. No te lo guardes para ti, corres el riesgo de expresarlo explotando de modo agresivo. Hazlo con un lenguaje claro y objetivo, procurando que el volumen y la fuerza de tus gestos sea suave. Si tú elevas el tono…incitarás a que el otro lo eleve también.

    Actúa desde el amor. Aprende a perdonar. Llénate del amor hacia tus seres queridos para que puedas comprender la limitación de las personas que te hicieron daño, así podrás perdonarlas con más facilidad. La mayoría de las veces, las personas lo hacen lo mejor que saben y no tienen intención de dañarte. No permitas que las emociones negativas que te sobrepasen.

    Practica la aceptación. Acepta a las otras personas tal y como son. No quieras cambiar el comportamiento y la actitud de los demás. Primero, acéptate a ti mismo con tus virtudes y carencias. Te ayudará el poner tu atención en las afinidades y semejanzas que tienes con los demás, lo que te facilitará su aceptación.

    Intenta ver el lado bueno de las cosas. Toda situación tiene una visión positiva. Aunque tú o alguien querido se encuentre en una situación complicada, busca otro punto de vista y resalta el aspecto positivo y realista, para que te sea más sencillo resolverla.

    Detecta tus pensamientos negativos. Bloquéalos y déjalos ir. No les dediques tiempo. Cuanto más los pienses, más aumentará tu sensación negativa. Deja salir los pensamientos que te causan dolor, ira y temor y cultiva los que te generan paz interior y te motivan a practicar el perdón y la reconciliación.

    Mantén una vida activa. Ten una rutina de ejercicios. Pasear al aire libre unos 30 a 40 minutos y a un buen ritmo te ayudará a liberar tensión y estrés y ganar vitalidad. La regularidad en la actividad es lo que te ayudará. Crea un rutina e intenta realizarla cada día que puedas.

    Busca actividades para sentirte bien. Disfruta de las cosas que te gusta hacer. Realiza actividades divertidas. Haz una lista de todas aquellas actividades que siempre quisiste hacer y que te parezcan relajantes y divertidas. Incluye algunas en tu agenda como parte de las tareas pendientes que hacer. Dedicar tiempo a ti es muy importante para sentirte bien.

    Relativiza. No te tomes la vida demasiado en serio. Lo que hoy te preocupa mucho, quizás, en dos días, ni te acuerdes. Resta importancia a las cosas que no la tienen. Aprende a diferenciar entre lo que realmente es importante y lo que no lo es. Cuanto más sereno y tranquilo estás, mayor probabilidad tienes de gestionar de modo efectivo cualquier situación que venga.

    Deja tu opinión, sugerencia o petición de información