«El divorcio no pone fin a la familia, lo que hace es reorganizarla, puesto que los padres lo son para toda la vida.»
Folberg, 1988.
Falta de comunicación, incompatibilidad de caracteres, infidelidad,… son muchas y diversas las razones que pueden conducir a la decisión de poner fin a una relación de pareja. El número de divorcios aumenta progresivamente, dando lugar a un fenómeno social de gran importancia en el que numerosas familias se ven implicadas. Las estadísticas actuales ya indican que un niño tiene mayor probabilidad de que sus padres se separen que de permanezcan unidos.
«No es fácil separarse, ni hay dos historias de separación iguales.»
A. Ávila, 2002.
La separación suele contemplarse como una vía de escape para una situación que para la pareja resultaba extremadamente dolorosa o estresante. Durante este proceso suelen aflorar diferentes sentimientos y efectuarse cambios en la identidad personal y la autoestima.
Los padres ante el divorcio
Las personas tenemos diferentes capacidades de autoanálisis, reflexión y resiliencia que influyen en la forma de afrontar la separación y de adaptarnos posteriormente.
Frecuentemente, cuando la situación de ruptura es inesperada la primera reacción suele ser incredulidad, para dar paso más tarde a sentimientos de enfado y angustia por la incertidumbre ante el futuro.
El enfado y la hostilidad son respuestas comunes sobre todo en personas que se sienten heridas y humilladas, especialmente si se han visto forzadas a la separación. En estas circunstancias pueden alentarse deseos de venganza llevando a contar aspectos negativos del otro a familiares y amigos, destruir objetos de su propiedad, dificultar las decisiones del otro con respecto a la separación e incluso utilizar a los hijos como vehículo de descarga de su agresividad. Esto puede hacer que disminuya el sentimiento de culpa en la persona que fuerza la separación, aflorando también en ella un alto grado de hostilidad hacia la ex pareja.
Después de tantas vivencias compartidas, acabar con una relación afectiva puede conllevar sentimientos de profunda tristeza y soledad. Además, enfrentarse a los quehaceres cotidianos en solitario puede generar altos niveles de ansiedad.
Otras afectaciones frecuentes que sufren las personas durante un proceso de separación son: dificultades atencionales, irritabilidad, tensión, miedos repentinos, insomnio, pérdida de apetito y depresión.
Sin embargo, en este contexto también hay cabida para emociones positivas tales como alegría por haber tomado una decisión meditada, liberación, autoconfianza para realizar cosas nuevas y esperanza para comenzar una vida mejor.
La autoestima puede verse resentida en personas que sienten culpa por fracasar en el matrimonio o por no haber mantenido íntegro el hogar familiar, se ven afectadas por las acusaciones de la ex pareja y la familia, se conciben como poco atractivas o incapaces de iniciar exitosamente una nueva relación,… Todo ello afecta a la identidad personal, sobre todo si estaba organizada en función del papel desarrollado en la familia. Sin embargo, la separación es una buena oportunidad para encontrarse uno mismo y reconstruir una identidad de forma autónoma. Esto se logra con el paso del tiempo, a medida que vamos rehaciendo nuestras vidas y aceptando el fracaso de la relación anterior.
«Nos divorciamos como pareja, no como padres.»
Como hemos visto, las personas que se encuentran en proceso de separación tienen que enfrentarse a la reestructuración de sus vidas y de su propia identidad como individuos. Y a la vez, tienen que hacerse cargo de las necesidades físicas y emocionales de sus hijos. ¡Qué ardua tarea!
Es muy frecuente que tras romper la relación de pareja, las personas no sepan cómo mantener una relación como padres. En teoría, el divorcio sólo debería alterar la relación en pareja y no la relación con los hijos. Cuando esto no sucede así, los hijos sufren.
La separación tiene menos repercusiones en los hijos cuando pueden seguir manteniendo el contacto con ambos progenitores y estos están presentes en acontecimientos importantes en las vidas de los pequeños como cumpleaños, comunión, fiesta de fin de curso,… Para ellos, es importante saber que a pesar del divorcio, siguen teniendo el cariño de ambos padres. De la misma forma, es positivo transmitirles que aunque no haya funcionado, el matrimonio mereció la pena porque ellos son el fruto de esa experiencia.
Los niños ante el divorcio
Independientemente del período evolutivo en el que se encuentre un niño, la separación de sus padres tiene un efecto inevitable sobre su mundo emocional. Lo más frecuente es que la etapa más crítica para los niños sea el año siguiente a la separación de los padres, ya que durante este tiempo se suelen dar los mayores cambios hasta que se logra una reorganización.
Las reacciones más habituales en los niños tras la separación de los padres son: tristeza porque la familia ha cambiado y no volverá a ser como antes, miedo a perder a los padres, hiperresponsabilidad para proteger a padres y hermanos, enfado, culpa, soledad, conductas regresivas (volver a hacerse pipi, chuparse el dedo, habla infantil,…), disminución del rendimiento escolar, problemas para conciliar el sueño, pesadillas, alteración de la conducta alimentaria y fantasías de reunificación familiar.
Todas estas reacciones generales se consideran normales al comienzo de la separación y a medida que los niños se van adaptando a sus nuevas vidas estos síntomas suelen ir remitiendo.
De hecho, la salud psicológica de los hijos de padres divorciados está más estrechamente relacionada con la presencia de conflicto en casa que con la separación en sí. Además de la presencia explícita de conflicto, existen otros factores que incrementan las probabilidades de que los hijos desarrollen trastornos psicopatológicos tales como la desaparición de una figura parental, discrepancias en las pautas educativas, cambios en las condiciones económicas, cambios de hogar y colegio, actitudes victimistas en los padres, actitudes devaluadoras de un progenitor hacia el otro…
De la misma forma, los padres pueden proporcionar a sus hijos condiciones que favorezcan un correcto ajuste tras la separación y que contribuyan a un buen pronóstico. ¿Cómo? Transmitiendo a los niños respeto y aceptación por el otro progenitor, manteniendo las relaciones previamente establecidas con abuelos, primos, tíos,…, resolviendo y dejando al margen los conflictos, peleas y resentimientos con la ex pareja, negociando con éxito los problemas relacionados con los hijos, propiciando libertad a los hijos para hablar con un progenitor del otro y con el resto de familiares,…
En definitiva, a pesar del profundo cambio que implica la separación de los padres en la vida de los niños, podemos adoptar medidas que ayuden a los menores a gestionar emocionalmente esta experiencia de forma que cada vez hayan más hijos felices de padres divorciados.
¿En qué consiste el taller?
Si estás en trámites de separación o hace poco tiempo que has dado el paso de empezar una nueva vida amorosa o en solitario, tal vez te asalten dudas acerca de las necesidades emocionales que puedan tener tus hijos en estas circunstancias. Es indiscutible que esta importante decisión tomada por los padres afecta a los hijos que son fruto de esa relación, considerada ahora perdida.
¿Cómo les digo que nos separamos? ¿Es apropiado explicarles las razones reales de la separación? ¿Cómo actúo ante una posible reacción de enfado, tristeza o indiferencia por parte de mis hijos? ¿Es adecuado consentirlos con regalos y atenciones especiales para evitar que sufran? ¿Cómo hablar del otro padre a los niños? ¿Qué hago si mi ex pareja habla mal de mí a los niños? ¿Cómo afecta el tipo de custodia a mis hijos? ¿Cuál es la mejor manera de educarlos viviendo en hogares diferentes? ¿Qué papel juega la familia extensa (abuelos, tíos,…) en esta situación? ¿Cómo sé si es el momento de presentar a mi nueva pareja?
Abordaremos las cuestiones que más preocupan a padres y madres que se separan y se encuentran desorientados en lo referente a qué será bueno o malo para sus hijos en común. El objetivo del taller es proporcionar estrategias prácticas encaminadas a lograr una coeducación que favorezca el bienestar de los menores. Te invitamos a asistir de forma individual, con tu ex pareja o con tu nueva pareja.
Contenidos
– Cómo explicar la ruptura a los hijos.
– El proceso psicológico de la separación y el divorcio.
– El divorcio de la pareja, no como padres.
– El impacto emocional del divorcio sobre el desarrollo evolutivo de los hijos.
– Factores que contribuyen a la adaptación psicológica de los niños tras el divorcio.
– Situaciones de alto riesgo tras la separación.
– La asignación de la guarda y la custodia.
– El régimen de comunicación y visitas.
– La adaptación en una segunda familia.
hola!!! requiero informacion sobre este taller, y el lugar donde se lleva a cabo. gracias!!!
Hola me gustaría tener información de este taller
Me podrían dar información sobre el taller por favor