«psicólogos en Murcia»

 

thCABW8WBWEstá claro que una separación de pareja, es algo que a nadie nos gusta vivir. Es un proceso doloroso, desagradable y que reporta cambios en la vida de todos. Y cuando digo todos me refiero al hecho de que, cuando una pareja con hijos se separa, los hijos también experimentan los cambios de la separación.

Esto no significa que vaya a ser en sí misma una experiencia traumática para los niños y que hay que evitarles a toda costa.  la mayoría de las parejas con hijos, cuando se plantean la separación, al menos uno de los dos miembros de la pareja sabotea el intento de separación por salvaguardar a los niños. Esto provoca que la relación seguirá mal durante más tiempo, los niños lo vivirán y finalmente la separación será más dolorosa.

Un niño no va a ser más feliz porque sus padres estén juntos. Un niño será feliz, cuando se sienta querido y encuentre seguridad a su alrededor, cuando le demos motivos para que se sienta tranquilo.

Lo que no podemos esperar que ante una noticia así, el niño se alegre y lo entienda como un adultos  y no experimente las reacciones propias de un proceso de adaptación.

No podemos pedirles a ellos, lo que nosotros mismos como adultos ni siquiera somos capaces de hacer. Normalmente le pedimos a los niños que hagan cosas que nosotros no hacemos, y pensamos que ellos no se dan cuenta o se lo argumentamos con que en su caso es diferente.thCAO27806

Afirmaciones como «tienes que respetar a tu padre» «tu padre es bueno» «No le hables mal a tu madre», le pueden sonar a chino a muchos niños cuando observan en su día a día que son sus propios padres los que no se respetan, o aguantan la presencia del otro y se insultan y hablan sin respeto continuamente.

Ante una separación, la reacción de un niño puede ser diversa, dependerá de la edad del niño, de su personalidad, de cómo haya sido la relación de los padres previamente, y la de éstos con el niño.

Lo común a casi todos los niños es su deseo inicial de que la situación no esté ocurriendo, y por ello en algunos casos se enfadan con los padres y adoptan una actitud de rebeldía y de acusar a los padres de no quererle lo suficiente, si no lo arreglarían.

No siempre es así, en ocasiones se pueden sentir culpables por pensar que el motivo o uno de los motivos de la separación puedan ser ellos mismos, ya que en alguna ocasión hayan visto que los padres han discutido por él. En cualquier caso, la reacción en la mayoría de los casos no es buena, lo que tenemos que entender como una reacción inicial, que se podrá reconducir.

Lo que a los niños les preocupa en la mayoría de los casos es qué va a ser de ellos, qué va a pasar con su vida, sus costumbres, sus amigos, si podrán seguir teniendo la vida que tienen. Cuando son algo más mayores, les preocupa también si podrán estudiar lo que quieren. En definitiva, lo que les preocupa es cuanto cambiará su vida por la separación de sus padres.

Muchos también se preocupan por sus padres. Dependiendo de los motivos de la ruptura y cómo les vean, siempre tendrá la visión de que uno de los miembros de la pareja puede sentirse más débil. Como en la mayoría de los casos, es el padre quien abandona el hogar, se preocupan si estará bien en su nueva casa, si se sentirá solo, si se podrá ocupar bien de todo él solo, etc.

Partiendo de que como sabemos la situación no es agradable para nadie quién la vive, y que con el dolor inherente a ella poco podemos hacer, los adultos tendríamos que exigirnos que, tanto a nosotros mismos, como a nuestros hijos nos reportara el menor sufrimiento posible.

Dolor y sufrimiento no son la misma cosa.

El dolor en este caso ,es  la emoción que experimentamos inevitablemente cuando sentimos la pérdida de muchos aspectos de nuestra vida, tanto prácticos como emocionales, que nos gustaría que no ocurrieran pero la realidad es que están pasando.

El sufrimiento es la emoción  que experimentamos cuando no aceptamos la situación y nos resistimos a ella luchando con que las cosas no sean como realmente son. Puede ser de manera directa, peleando con la situación, o indirecta, negando lo evidente esperando que las cosas cambien.

Por tanto, si aceptamos la situación y la manejamos para que no haya una resistencia a ella, el dolor se aliviara mucho antes y no sufriremos con lo ocurrido.images[3]

¿Qué podemos hacer con nuestros hijos para que esto sea así?

  1. Los hijos se sentirán mucho mejor cuando los padres:
  2. No peleen entre ellos y se ocupen de que sus vidas sigan hacia adelante. Que sepan controlar sus emociones negativas como rabia, enojo, pena, tristeza, delante de ellos.
  3. No utilicen la separación para resolver su rencor.
  4. Ante la duda de qué hacer ante una situación, antepongan el bienestar de los hijos.

Además:

  • Lo más importante es que los niños sigan manteniendo relación con los dos padres. Si esto no ocurre a largo plazo los niños pueden sentirse tristes y deprimidos.
  • Los padres han de mostrarse como personas razonables, que han decidido terminar una relación de modo sensato e inteligente.
  • Los hijos necesitan admirar a sus padres, que sean sus personas de referencia a las que acudir ante una dificultad. Por ello, es necesario que sepan apartar sus diferencias, y que los hijos sean un bien común. Los hijos necesitan tener el apoyo de ambos padres.
  • Por otro lado, en ocasiones la separación de los padres, puede servir para acercar la relación con los hijos, y que padres e hijos puedan relacionarse de un modo diferente a partir de la separación. Todos tendrán que aprender a actuar ante esta nueva situación. No hay que asustarse ante este hecho. Simplemente tener la actitud de cambio.
  • Siempre habrá que apoyar la relación con el otro padre. La relación de los padres ha de ser cordial para que los niños no se sientan desleales o con la necesidad de posicionarse en un bando. Los padres no han de entrometerse en el tiempo que el otro pasa con los niños. Deben de apoyar esa relación.

Otra de las grandes dudas cuando los padres se separan es que deben saber los hijos, que hay que explicarles.imagesCAS1C1E3

Lo que los hijos deben saber ante la separación de sus padres es:

  • Con quién vivirán.
  • Quién cuidará de ellos.
  • Dónde vivirá cada padre.
  • Cuando verán al padre que ya no vive en casa.
  • Que los padres se están separando, no mentirles ni ocultarles información, pero adaptarla a la edad y sin dar detalles innecesarios.
  • Que aunque una vez se quisieron, que la relación ya no funciona y por ello termina, pero que a ellos se les sigue queriendo igual, y que tratarán de llevar la situación lo mejor que puedan.
  • Y sobre todo, asegurarles que se les escuchará, y que su vida cambiará lo menos posible y todo seguirá prácticamente igual.

Si la situación desembocara o degenerara en algo más complicado, siempre se podría consultar a un profesional que reorientara y recondujera la situación.

«Psicólogos en Murcia»

Un comentario en “Consejos para padres separados: cómo manejar con mis hijos mi separción de pareja

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