¿CÓMO AFECTA LA AUTOESTIMA A TU RELACIÓN DE PAREJA?

¿CÓMO AFECTA LA AUTOESTIMA A TU RELACIÓN DE PAREJA?

La autoestima afecta nuestra relación de pareja sin duda alguna. Cuando alguien tiene una baja autoestima, puede tener como consecuencia comportamientos que afecten negativamente a la pareja, pero a la vez, esta influencia puede darse en sentido contrario, es decir, que determinados comportamientos en la pareja, pueden minar la autoestima de sus miembros. Más adelante, pondré algunos ejemplos de cómo influye la autoestima en la pareja, así, resultará más fácil entender esto que digo.

Las personas con una buena autoestima se aceptan tal y como son, tienen una percepción realista de sí mismo, y por tanto se quieren tal cual son. No necesitan la aprobación de los demás para sentirse bien, tienen confianza en sí mismos, y esa seguridad les permite querer a los demás sin inseguridades. Por ello, cuando mantienen una relación sentimental, no muestran sentimientos de culpa injustificados, expresan sus deseos y necesidades, muestran un comportamiento de confianza hacia el otro y no ejercen conductas de control ni miedo a que les puedan abandonar.

Dicho esto ¿Cómo puede afectar una baja autoestima a tu relación de pareja?

Las personas con baja autoestima, en pareja:

Habitualmente sienten celos. El motivo de esto es la inseguridad que sienten en ellas mismas. Creen, que no son lo suficientemente buenas para ser amadas y que cualquiera sería mejor candidata para ocupar su lugar. Aunque su pareja no tenga comportamientos que la lleven a pensar eso, e incluso la anime y realce sus virtudes, no será suficiente para aliviar su miedo a ser abandonada. Por ello, tratará de controlar a su pareja y esto conducirá a conflictos entre ellos.

Como consecuencia, se sienten culpables continuamente, sienten la necesidad de pedir perdón, por un lado para compensar su actitud insegura, y por otro, porque debido a sus inseguridades, se sienten responsables de lo que ocurre en su entorno, sobre todo, de las emociones de los demás.

Necesitan agradar a todo el mundo, por lo que les resulta muy difícil decir que no. Evitan de este modo el conflicto, un mal pensamiento por parte de la otra persona, sentirse culpables, y se aseguran, que la otra persona estará contenta con ellas. Esta actitud nada asertiva, se convierte en un problema para la relación a largo plazo, ya que se va acumulando rabia hacia el otro. La persona insegura, antepone las necesidades de su pareja a las suyas propias y esto provoca que sus deseos y lo que a ella le gusta hacer nunca ocurra. Convierte la relación en un continuo ceder a favor del otro.

Necesitan una confirmación continua del amor del otro. Preguntan una y otra vez si se las quiere. Pone a la otra persona a prueba con demandas desproporcionadas, que acaban normalmente en discusión, provocando el resultado contrario al que busca.

La vida sexual se ve afectada. Los motivos son varios. La inseguridad con respecto a su cuerpo, hará que no se sienta cómoda desnudándose ante su pareja. Además las continuas discusiones generan distancia y enfrían la pasión.

Por último, la comunicación se ve muy resentida, el miedo le hace filtrar la información que le llega del otro, de modo distorsionado, con lo que no le da valor a las muestras de cariño y cosas bonitas que recibe de la otra persona, pero magnifica y generaliza una crítica o comentario constructivo. Por ello, la pareja prefiere callar, por miedo a la reacción del otro. Esto también genera distancia, que es interpretada por la persona insegura como falta de interés y cambio de sentimientos de su pareja. Lo que provoca celos y vuelta a empezar.

Si crees que tu autoestima no pasa por su mejor momento y que puede estar afectando a tu relación de pareja, puedes leer otras publicaciones en nuestra web que te pueden ayudar a mejorar el concepto que tienes de ti

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CELOS EN LA RELACIÓN DE PAREJA

CELOS EN LA RELACIÓN DE PAREJA

Los celos en la relación de pareja, son una reacción emocional que produce normalmente sentimientos de miedo, inseguridad, desconfianza en ocasiones. Es habitual, sentir celos en algún momento, a lo largo de nuestra vida. En la relación de pareja, también es habitual que se den, pero habría que diferenciar entre los celos adaptativos y los celos patológicos o celotipia.

Los primeros, los celos adaptativos, están presentes en la relación de pareja en mayor o menor medida. Están relacionados con el sentimiento de apego a la otra persona y el miedo a perderla. En cuanto a sus consecuencias, son inofensivos, ya que no generan una distorsión en la percepción que la persona tiene acerca de su pareja, de sus relaciones ni de su entorno.

La celotipia o celos patológicos, si tienen consecuencias emocionales tanto para la persona que los padece como para la relación de pareja. Se manifiestan como  preocupaciones desproporcionadas, irreales y reiteradas sobre la fidelidad y lealtad de la pareja. Como consecuencia, la persona necesita ejercer conductas de control sobre el otro, debido a la ansiedad y estado de hipervigilancia que experimenta continuamente, pensando que así, aliviará el malestar que siente. Además, esas conductas de control, le sirven como modo de confirmar que su pareja no le es infiel, con lo que entra en un bucle de control y confirmación del que le es muy complicado salir.

Las causas de la celotipia en la mayoría de los casos, están relacionadas con inseguridad y baja autoestima. Esto les genera tener el pensamiento, de que quizá no sean lo suficientemente buenos para sus parejas, y por lo tanto terminarán abandonándoles. En ocasiones, la persona que sufre celotípia, ni siquiera es consciente de esto en primera instancia, ya que están convencidos de que su pareja tiene comportamientos sospechosos y necesitan averiguar si su pareja le está siendo desleal o no.

El origen de estas creencias de falta de valía puede ser diverso. Puede que la causa de su baja autoestima esté localizada en sus primeros años de vida, pues no sintió que recibía el afecto y aprobación suficiente. Otra de las posibles causas, pueden ser experiencias pasadas traumáticas, que no tengan que ver con relaciones de pareja, pero donde la persona haya podido sentir la deslealtad por parte de otros. O lo más habitual, que hayas tenido experiencias de infidelidad pasadas y crea que es bastante probable que le pueda volver a suceder.

La celotípia, también puede tener su origen en las propia personalidad, como es el caso de personas que no toleran la incertidumbre y tienden a aliviar su ansiedad con conductas de control, o personas que necesitan un control elevado de su entorno, o personas con miedo al qué dirán, a las consecuencias sociales de la deslealtad.

Menos frecuente, pero que en ocasiones, está en el origen de los celos patológicos, son las creencias mágicas acerca de lo que es el amor y las relaciones de pareja

La consecuencia más evidente de este tipo de celos en la relación de pareja, es la dinámica de acercamiento de la pareja y de distancia y alejamiento. Normalmente, el control que se quiere ejercer sobre el otro, genera distancia de la persona que lo padece para poder asegurarse su independencia. Esto es interpretado por la persona que sufre celos como posible señal de infidelidad, con lo que ejercerá más control y terminará derrumbándose. De éste modo consigue que la pareja se acerque para tranquilizarle y asegurarle su amor y vuelta a empezar.

La persona con celotipia suele mostrar síntomas de ansiedad y de control de impulsos, sin embargo la pareja se siente muy frustrada y experimenta un miedo constante a las reacciones de su pareja, con lo que su vida se ve condicionada y limitada por completo. Esta relación disfuncional, provoca una relación insana de pareja que puede acabar en ruptura.

Crisis y rupturas de pareja en verano

Crisis y rupturas de pareja en verano

Crisis y rupturas de pareja en verano, ¿Por qué hay más divorcios después de verano?

Año tras año, al llegar las vacaciones de verano escuchamos los testimonios de muchas parejas que rompen, leemos que las tasas de divorcio se disparan al llegar septiembre y que muchas relaciones entran en crisis, pero, ¿a qué se debe?  Es una época que llevamos meses deseando que venga para poder estar juntos, entonces, ¿por qué las vacaciones son motivo de discusión y no de paz, convivencia y diversión, como deberían ser?

imagesLas causas son varias. Durante el año estamos más  ocupados, tenemos poco tiempo libre y apenas hay convivencia. Todos sabemos que el día a día de una familia, los trabajos estresantes, las preocupaciones diarias y otro tipo de situaciones ocupan la mayor parte de nuestros pensamientos. Además son muchas las parejas que por motivos laborables no pasan mucho tiempo juntos o, en otros casos, el tiempo en común no es de buena calidad.

En vacaciones pasa todo lo contrario, tenemos contacto continuo con la pareja y es cuando salen a la luz problemas latentes que se arrastran desde hace tiempo.

Pero, ¿por qué es tan frecuente que la relación de algunas parejas empeore en vacaciones?

En primer lugar debemos aclarar que no son las vacaciones las que deterioran a las parejas, sino que este período de tranquilidad y ocio aumenta la conciencia de los problemas conyugales. Las discusiones, desilusiones, la falta de pasión y el impacto que muchas de ellas sufren por ver los cambios que su pareja está sufriendo, suponen una fuente de conflicto importante para ellos.

images (1)En los períodos vacacionales nuestras preocupaciones disminuyen, intentamos disfrutar del otro y buscamos desconectar y divertirnos juntos; pero en ocasiones el tiempo compartido nos muestra a una persona distinta de la que estábamos enamorados. El disfrute, la conexión y todo aquello que antes nos gustaba parece haber desaparecido.

 

Problemas de pareja en verano

Muchos son los artículos que podemos leer sobre consejos de cómo sobrevivir un verano junto a tu pareja o como salvar tu relación … .

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Si has vivido unas vacaciones difíciles junto a tu pareja y no te habías dado cuenta de todos los problemas existentes, antes de volver a la rutina y caer en el error de hacer como si nada hubiese ocurrido, deberías plantearte trabajar juntos los problemas que ambos habéis percibido durante esas vacaciones.

Aumentar el dialogo y mantener largas conversaciones entre ambos sobre los conflictos vividos, será el primer paso para poder solucionarlos. Negociar el bienestar de ambos. A cada problema debemos aportarle una solución, paso a paso.

Es vital que los problemas no queden en el aire por no encontrar la solución perfecta para los dos. No siempre seremos capaces de hallar un punto en común magnífico para ambos. En ocasiones las soluciones no buscan este objetivo y es necesario ceder en algo para poder llegar a un acuerdo.

 

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Así mismo, deberéis plantearos si con el paso de los años o la llegada de los hijos, vuestro tiempo de ocio en común, vuestra intimidad o confianza ha desaparecido, porque ello justificaría que cuando paséis tiempo a solas ya no os entendáis.

Los conflictos o el desgaste que una pareja sufre no se pueden solucionar de forma rápida y sencilla. Conlleva un trabajo diario y un esfuerzo personal por ambas partes donde la comprensión y el amor del otro se hace necesario.

Nuestra recomendación es que tras un verano tortuoso con tu pareja no decidas de forma rápida una posible separación o divorcio, pues quizás, y si antes no lo habéis intentado, es este el punto de inflexión donde se deberán dedicar todos los esfuerzos a trabajar sobre la relación e intentar recuperar lo perdido, pues es ahora, quizás tras las vacaciones, cuando se tiene conciencia de los problemas.

 

5 factores de riesgo que amenazan a la pareja en vacaciones

El exceso de tiempo juntos, las altas expectativas que se vierten en unas vacaciones planificadas y anheladas durante tiempo, los problemas sexuales, no coincidir en los planes y un contexto veraniego de fiesta y relax que facilita las infidelidades acrecientan los conflictos en esta época.

Tener conflictos durante los días más esperados del año no tiene por qué ser un indicador de crisis matrimonial pero es cierto que el verano o cualquier periodo vacacional largo suele ser un difícil reto para las parejas.

1. Demasiado tiempo juntos. Mantener una relación no significa tener que pasarse las vacaciones pegados como una lapa. Muchas parejas suelen cometer el error de pasar día tras día juntos, las 24 horas, sin tener tiempo para estar solos. No disponer de un espacio individual, para poder hacer lo que desee cada miembro del matrimonio o pareja, no les ayuda a encontrar su equilibrio individual, lo que luego dificultará el equilibrio en pareja. Además, ese exceso de tiempo compartido multiplica los errores de comunicación (dar por hecho cosas que no se habían hablado antes; corregir al otro, tirarle en cara cosas…).

2. Altas expectativas. Al desear tanto las vacaciones, planificarlas y soñarlas, sucede que la mayoría de las veces no suele ir tan bien como habíamos pensado. Las habíamos idealizado; si las expectativas son altas, corremos el riesgo de decepcionarnos.

3. Contexto de enamoramientos, desamor e infidelidades. El verano es tiempo de playa, de destape; de la música que machaca con historias de amor, pasión y desengaños; de salidas nocturnas y celebraciones en las que los miembros de la pareja suelen arreglarse más y pueden volver a sentirse deseables por los demás. Un cóctel explosivo para la supervivencia de la pareja.

4. No tener objetivos compartidos. Es difícil que las personas coincidamos en todos los hobbies y posibilidades de ocio. A la hora de elegir destino es muy importante  que los cónyuges se plantean planes a compartir para que esto no genere un conflicto.

5. Problemas de sexualidad. Al disponer de más tiempo, se pueden propiciar más encuentros sexuales, sin embargo, si estos no se producen o se detectan problemas, esto puede aumentar la irritabilidad y la tensión entre la pareja.

 

1109744_w767h767c1cx382cy382Pero por mucho que podamos establecer algunos motivos de crisis externos, lo cierto es que una crisis o discusión puede terminar simplemente en una época mala o, incluso, en un tiempo de reflexión o en ruptura y eso solo depende de nosotros.

A pesar de ello, no todo es malo en verano ya que, los expertos afirman que es también la época del año en la que comienza un mayor número de parejas su relación.

¿Por qué es tan difícil superar una infidelidad?

¿Por qué es tan difícil superar una infidelidad?

¿Por qué es tan difícil superar una infidelidad?

La infidelidad puede que sea uno de los procesos más dolorosos que se pueden vivir en pareja. Cierto es que se vive de manera muy distinta según las circunstancias de cada pareja, pero sobretodo, si se decide perdonar y continuar, o romper definitivamente la relación de pareja.

Aunque depende de lo que cada uno considere infidelidad, y el modo en que ésta se haya dado, no se vive con el mismo dolor si ha sido un hecho esporádico, que si se ha mantenido una doble vida durante un tiempo.

La interpretación es bastante obvia. Si es un hecho aislado, podemos justificarlo por un error, fruto de alguna circunstancia, pero no hay una premeditación ni planificación. Además podemos pensar, que no siente nada por la otra persona. Sin embargo, si se trata de una relación paralela, la situación es bastante distinta

La persona a la que se le es infiel sufre un doble proceso: de duelo y de decepción. Quizás por ello es tan doloroso.

El duelo, por la pérdida sufrida. Se pierde el lazo de confianza y compromiso que se había establecido con el otro, se pierde la idea de relación que uno tenía, se pierde ese sentido de sentirte único y especial para alguien. Se pierden planes, proyectos de futuro…Se pierde también a la persona tal y como tú la conocías.

Por otro lado, y unido a la pérdida, se vive una gran decepción con lo que eso implica. La persona a la que has confiado todo, con la que has compartido tu día a día, tus confidencias…te ha fallado. Te ha fallado porque se ha saltado las normas implícitas en la pareja, porque ha mentido, Porque durante un tiempo no ha tenido en cuenta el dolor que estaba provocando y ha dado prioridad a otra persona, a vivir momentos de felicidad y bienestar con alguien que no eras tu…, y todo planificado para poder continuar la mentira.

¿Qué sucede cuando hay una infidelidad?

Cuando descubres que tu pareja es infiel y está manteniendo una relación íntima con otra persona, son muchas las emociones, conductas y pensamientos que se disparan:

  • Traición
  • Rabia
  • Dolor
  • Tristeza
  • Desconfianza
  • Dudas sobre ti mismo
  • Impotencia
  • Venganza
  • Incredulidad
  • Sensación de abandono
  • Vergüenza

Es un torrente de emociones negativas  que se suceden y combinan en un cocktel de sentimientos difíciles de digerir.

Una infidelidad puede darse por muchas causas y no siempre significa que nuestra relación  esté condenada al fracaso. Habitualmente se cae en estos errores tras vivir situaciones de mala comunicación, problemas de intimidad, discusiones… Son, claro, una llamada de atenciónla señal de que algo no va bien en nuestra relación, pero no tienen por qué acabar con ésta, de hecho, en muchas ocasiones pueden solucionar nuestros problemas.

Si la pareja decide continuar y dar otra oportunidad a la relación, el éxito dependerá de ambos.

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En realidad, una infidelidad es un síntoma de que hay cuestiones de fondo sin arreglar, por lo que el trabajo necesita ser conjunto y surgir de un deseo real y mutuo de sanar la relación.

Si has encontrado razones para continuar después de una infidelidad de tu pareja, tu decisión merece todo el respeto. Libérate del juicio social.

Si decides perdonar, es posible que con el tiempo os deis cuenta que la vivencia de esta dura experiencia, en realidad os ha ayudado a conoceros mejor el uno al otro.

Sobrevivir a una infidelidad puede ser un proceso valiosísimo de renovación, compromiso y complicidad de la pareja si se saben detectar las oportunidades clave y, sobre todo, si cada uno se atreve a lidiar con sus demonios personales.

Cada vez son más las parejas que acuden a realizar una terapia de pareja tras una infidelidad. 

 

Por el contrario hay quién no puede perdonar o no quiere perdonar. 

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Si después de considerar todos los factores, observas que no es posible seguir con tu pareja. Es necesario que te plantees cómo superar una ruptura y seguir adelante después de esta experiencia tan dolorosa.

 

 

 

¿Cómo actuar ante una ruptura de pareja?

 

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  • Cambia tu mentalidad.
  • Rodeate de amigos, compañeros, familia, … de toda aquella persona con la que te sientas a gusto. Conoce gente nueva. Las relaciones sociales son una fuente de bienestar.
  • No dejes que tu vida se pare, muévete. Ten en cuenta que la inactividad también nos ancla en nuestros pensamientos negativos.Quizás no te apetece realizar todas las actividades que antes hacías, pero  date la oportunidad de iniciar nuevos proyectos, de ampliar tu círculo social, …
  • Dedícate tiempo a ti misma/o.  No todo es la pareja. En nuestra vida existen muchos más elementos importantes: la salud, el trabajo, la familia, el ocio, los amigos, las aficiones…¿Por qué enfocarnos solamente en aquello que hemos perdido? Valora  todo aquello que sí tienes. Que una ruptura de pareja no detenga todo lo que te queda por descubrir.

 

Una vez superada la pérdida, podemos retomar con energía las riendas de nuestra vida y hacer actividades o proyectos que nos motiven.

Con más tiempo disponible para uno mismo, qué oportunidad más buena para hacer todas aquellas actividades que siempre quisimos.

 

En ambos casos y decidas lo que decidas las rupturas amorosas son situaciones complejas que entrañan diferentes obstáculos durante el proceso de superación. Para poder superar la ruptura de pareja, sea cual sea el motivo, es importante saber que las pérdidas emocionales son sentimientos que se pueden superar con paciencia y  tiempo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo superar una ruptura de pareja?

¿Cómo superar una ruptura de pareja?

La ruptura de pareja es uno de los procesos psicológicos más dolorosos que podemos experimentar, es un acontecimiento muy estresante y complejo a nivel emocional, duele, nos fragmenta y establece un antes y un después en nuestras vidas.

La ruptura de pareja y el duelo que esta conlleva son algunos de los motivos de consulta más frecuentes en la práctica de la psicología con adultos.

images (1)Quien más y quien menos todos pasaremos por un momento parecido, sea cual sea el motivo de la ruptura, infidelidad, diferencias, el simple desamor o una suma de decepciones donde solo la distancia es la mejor solución.

Cada ruptura tiene características diferentes, por las circunstancias en las que se produce, pero sobre todo, por la psicología de las personas que viven la ruptura. No obstante, hay algo que es común a todas las rupturas :  debemos de pasar por un proceso de duelo  para estar bien y para el cual casi nunca estamos preparados.

Ilusiones, recuerdos, planes de futuro o familia se acaban y esto es un proceso difícil de digerir.

El duelo  es el proceso de adaptación necesario que debe pasar cualquier persona que ha experimentado una pérdida, para recuperar su equilibrio y su bienestar. Ya que si el duelo no se realiza de forma correcta puede traducirse en un gran bloqueo emocional.

Hay quien decide vivir en un duelo de forma permanente. Deja pasar los días, las semanas y la vida entera esperando que la curación llegue por sí misma. Que el olvido aparezca como un velo sanador donde todo el sufrimiento quede de pronto atrás. Sin embargo, hay algo que debemos tener claro: el tiempo por sí mismo ni sana ni borra recuerdos. Es lo que nosotros hagamos durante ese tiempo lo que generará el progreso, lo que nos permitirá superar el duelo con efectividad.

 

Fases del duelo en una ruptura de pareja

 

Cada persona tiene una forma particular de hacer el duelo y es muy importante respetar nuestro propio ritmo de recuperación, lo que puede tomar su tiempo.

Tras una ruptura de pareja, las personas pasan por diferentes fases:

1. Estado de impacto o shock. 

Este es el principio del duelo, en esta fase la persona no acaba de creérselo.Emocionalmente, en esta fase se observa una  ausencia de reacción y la persona actúa como si no hubiera pasado nada y todo siguiera igual.

2. Negación de la pérdida.

La persona es consciente de lo que ha perdido, pero no quiere aceptarlo. Se niega a aceptar que la relación ha terminado y se centra en buscar maneras de solucionar los problemas, y así poder retomar la relación. Esta fase tiene una función adaptativa, la cual permitirte ganar tiempo para «digerir» la pérdida.

3. Tristeza profunda.

La persona comienza a asumir y a vivir  lo que representa la ruptura, a ser consciente de cómo ha cambiado y seguirá cambiando la vida. Esto le generará una tristeza profunda junto con una visión negativa del mundo, el futuro y de sí misma.

La tristeza es una emoción necesaria y normal para que puedas asumir realmente la pérdida y te ayudará, poco a poco, a superar el duelo.

4. Culpa.

La culpa es una de las emociones más características e incapacitantes que pueden aparecer durante las fases del duelo en la ruptura de pareja y es una de las fases más notorias y más complicadas de superar.

No cargues con toda la responsabilidad, la pareja es un equipo formado por dos personas y la responsabilidad de la ruptura siempre es compartida. Intenta repartir la culpa que sientas y dirige tu mente hacia el futuro.

5. Rabia.

Una vez dejas de sentir que todo ha sido tu culpa, ¿Por qué la rabia es lo mejor que te puede pasar en el duelo por ruptura de pareja? Porque la rabia, bien conducida, es un motor muy poderoso y te mantiene lejos de esa persona que has perdido y esto es fundamental para la superación. 

6. Aceptación.

Las emociones en esta fase no son completamente positivas, son emociones que te permiten ver lo ocurrido como una experiencia en la historia de tu vida, con sus más y sus menos.

descargaFinalmente, vivimos un proceso de reflexión, aceptación y asimilación de lo ocurrido. De manera que podemos tener una perspectiva objetiva y adulta de lo que sucedió. Esto nos permite estar en paz con la relación perdida y aprender de los errores y aciertos para nuestras relaciones futuras.

 

En esta última etapa, comenzamos poco a poco a rehacer nuestras vidas plenamente.

Si estás pasando por esta situación y has notado que el duelo tenía que haber terminado pero todavía no lo has superado,…  Superar una ruptura de pareja no siempre es fácil, muchas personas necesitan una pequeña ayuda para superarlas, bien por no tener apoyos adecuados en su entorno, o simplemente  porque no saben cómo manejar sus emociones, … 

 

¡Podemos ayudarte a superarlo!

 

Equipo de psicólogos Clínica Vanessa Hernández

 

 

 

 

¿Problemas de pareja? ¿Necesitamos ayuda de terapia? ¿Será una crisis pasajera o cada vez será más grave? Cuestionario: parte II

¿Problemas de pareja? ¿Necesitamos ayuda de terapia? ¿Será una crisis pasajera o cada vez será más grave? Cuestionario: parte II

¿Problemas de pareja? ¿Necesitamos ayuda de terapia? ¿Será una crisis pasajera o cada vez será más grave? Cuestionario: parte II

Si te has preguntado alguna de estas cuestiones te ofrecemos un cuestionario de pareja que te ayudará a dar respuesta a estas y otras cuestiones que en este momento ronden por tu mente y no te permiten disfrutar de tu relación sentimental.

Este cuestionario, para una mayor claridad, va dividido en diferentes secciones con una serie de preguntas en cada una de ellas. Las secciones son las diferentes áreas que son importantes para el buen o mal funcionamiento de la vida en pareja, dependiendo de cómo la pareja se encuentre en cada una de ellas .

Te ofrecemos la Parte II del cuestionario, que te servirá para seguir tu autoreflexión referente a tu situación sentimental.

Las demostraciones de afecto son uno de los aspectos fundamentales de la vida en pareja. Las muestras de afecto a diario son vitales en las relaciones de pareja (un beso, un abrazo, una caricia,…) inciden a favor de una buena y duradera relación.

Si quieres continuar con la parte II del test de pareja, responde a estas preguntas.

  1. ¿Tu pareja te besa?
  2. ¿Es cariñosa contigo?
  3. ¿Te deja conocer sus sentimientos?
  4. ¿Se da cuenta cuando estás triste, preocupada/o?
  5. ¿Te hace saber lo que le ha disgustado?
  6. ¿Perdona tus fallos?
  7. ¿Se disculpa cuando se ha equivocado?
  8. ¿Te prepara sorpresas?
  9. ¿Acierta con las sorpresas?
  10. ¿Le echas de menos cuando esta ausente?
  11. ¿Te gustan las atenciones que recibes de tu pareja?
  12. ¿Te gusta cómo se arregla?
  13. ¿Te elogia cuando tu te arreglas?
  14. ¿Te pregunta cómo te ha ido el día?
  15. ¿Recuerda vuestro aniversario?
  16. ¿Te ayuda a sentirte cómodo/a cuando no conoces a la gente con la que estás?
  17. ¿Te llama por teléfono sólo para decirte «¡hola!»?
  18. ¿Te arreglas para gustarle?
  19. ¿Te apetece prepararle sorpresas?
  20. ¿Te apetece estar con él/ella?
  21. ¿Te agradece los detalles?

El modo de respuesta va mediante la siguiente puntuación:

0. Casi nunca

1. A veces

2. Bastante

3. Muchas veces

Si te ha resultado útil, podrás realizar la                                                                               parte III

 

¿Problemas de pareja? ¿Necesitamos ayuda de terapia? ¿Será una crisis pasajera o cada vez será más grave? Cuestionario: parte I

¿Problemas de pareja? ¿Necesitamos ayuda de terapia? ¿Será una crisis pasajera o cada vez será más grave? Cuestionario: parte I

¿Problemas de pareja? ¿Necesitamos ayuda de terapia? ¿Será una crisis pasajera o cada vez irá a más?

Si te has preguntado alguna de estas cuestiones te ofrecemos un cuestionario de pareja que te ayudará a dar respuesta a estas y otras cuestiones que en este momento ronden por tu mente y no te permiten disfrutar de tu relación sentimental.

Este cuestionario, para una mayor claridad, va dividido en diferentes secciones con una serie de preguntas en cada una de ellas. Las secciones son las diferentes áreas que son importantes para el buen o mal funcionamiento de la vida en pareja, dependiendo de cómo la pareja se encuentre en cada una de ellas .

Te ofrecemos la Parte I del cuestionario, que te servirá para iniciar tu autoreflexión referente a tu situación sentimental.

De todos es sabido, que la comunicación, es el vehículo a través del cual hacemos posible la expresión de nuestros pensamientos, emociones, deseos, necesidades y en definitiva, traemos a nuestra realidad de pareja nuestra realidad mental.

Una buena comunicación, es necesaria para una buena relación, y si esa relación es de pareja, es vital, ya que si no somos capaces de comunicarnos de forma efectiva con nuestro compañero de vida, nuestro proyecto vital puede verse frustrado, y entrar en un estado de insatisfacción que contamine el clima de pareja.

Si quieres saber si tenéis una buena comunicación, tomate unos minutos y responde a estas preguntas.

  1. ¿Te gusta comentar las cosas cotidianas con tu pareja?
  2. ¿Le comentas a él/ella las cosas que te preocupan?
  3. ¿Te escucha tu pareja con atención cuando le cuentas algo?
  4. ¿Escuchas sus consejos?
  5. ¿Te interesa lo que te dice?
  6. ¿Te mira a los ojos cuando te habla?
  7. ¿Te gustaría hablar más con él/ella?
  8. ¿Encuentras un rato diario para comunicarte con tu pareja?
  9. ¿Llegáis a puntos en común después de una discusión?
  10. ¿Te resulta satisfactorio hablar con él/ella? ¿Te sientes mejor después de haberlo hecho?
  11. ¿Eres sincero con tu pareja?
  12. ¿Crees que vuestra comunicación es efectiva?
  13. ¿Es suficiente la comunicación que tenéis?
  14. ¿Tienes confianza para comentarle cualquier cosa?¿te sientes cómodo?
  15. ¿Os apoyáis el uno al otro cuando comentáis algo de otras personas?
  16. ¿Crees que cedéis igual ante una discusión?
  17. ¿Crees que sois capaces de llegar a acuerdos y respetarlos?
  18. ¿Te gusta el volumen, el tono y las palabras que utiliza tu pareja para dirigirse a ti?
  19. Si teneis hijos :¿Te apoya tu pareja cuando le dices algo a tus hijos?
  20. ¿Le apoyas tu a él/ella cuando le dice algo a tus hijos?

El modo de respuesta va mediante la siguiente puntuación:

0. Casi nunca

1. A veces

2. Batante

3. Muchas veces

Si te ha resultado útil, podrás realizar la                                                                        parte II.

 

 

 

¿Por qué tenemos tanto miedo al compromiso?

¿Por qué tenemos tanto miedo al compromiso?

«Psicólogos en Murcia»

 

 

imagesCANLQY1DPara algunos el miedo al compromiso es la epidemia del siglo XXI

Vivimos en una sociedad cambiante, en la que parece que también pueda estar cambiando el modelo afectivo de relación. En un entorno donde todo cambia, donde nada es seguro ni estable, ¿por qué lo iba a seguir siendo la pareja?

¿Qué sucede?

¿Es miedo al compromiso o la excusa para vivir una eterna adolescencia?

O es el miedo a equivocarnos, ¿por qué decidir ya? Puede que pueda encontrar a alguien mejor.

O más bien es, que como la sociedad ha cambiado, ¿hemos tenido que adaptarnos a ella?

¿Por qué sucede?

Cierto es que, pueden influir determinados factores socioculturales, y que podemos haber cambiado nuestro modo de relacionarnos y establecer lazos afectivos.

Pero si no tenemos una relación sentimental comprometida sea porque no queremos, y no porque no podamos.

Me gustaría que te parases conmigo y echásemos un vistazo a nuestro alrededor. Es fácil encontrar motivos por los cuales no nos comprometemos, o cada vez lo hacemos más tarde.

En primer lugar, la esperanza de vida ha cambiado, vivimos más años, pero no sólo eso, es que los vivimos mejor. Tenemos más años para estudiar, tener relaciones y experiencias, crecer profesionalmente, tener una casa, hijos…lo que nos lleva a posponer cada vez más el plazo para conseguir nuestros objetivos. images[5]

Además, ahora llegamos a la edad adulta con todo un abanico de oportunidades que puede desbordarnos y no elegir por no estar completamente seguros, si elijo puede que después venga algo mejor. No queremos dejar pasar  oportunidades,  y si nos decantamos por una, quizá se nos estén escapando otras. Esto nos lleva a pensar: “Ya habrá tiempo de todo”. Y posponemos el decidir aspectos vitales importantes.

Entre tanto, el vivir sólo nos hace ser egoístas, por un lado la sociedad competitiva en la que vivimos, nos hace seguir la ley del más fuerte, no puedo frenar mi vida por nadie, nadie la frenará por mí. Nos parece ridículo a determinadas edades estar solo con una persona, pudiendo estar con más, mientras que estamos con una se nos están escapando otras, que quizá puedan ser mejores.

Por ello la gente se acostumbra a vivir sola, a no necesitar a nadie, a no tener que dar explicaciones, a no expresar sus sentimientos, lo que hará más difícil el plantearse compartir su vida. ”¿Merece la pena correr el riesgo?¿Supone ganar o perder?

Esta actitud está es reforzada por las redes sociales. Fomentan muchas relaciones totalmente impersonales, relaciones que no implican ningún grado de implicación, que me dan libertad y en las que no tengo que ofrecer más que la inmediatez del momento. Por otro lado, es un escaparate lleno de oportunidades, y expuestas todas a la vez, sin tener la sensación de tener que esforzarme por conseguirlas. Facebook, whatsapp, twitter…

imagesCA2BNAG4No podemos dejar pasar tantas oportunidades a cambio de una.

Además, la influencia de los medios de comunicación, que por un lado nos hacen creer y desear un amor romántico y de película, donde uno se siente tan enamorado que haría lo que fuera por el otro, y con el que compartirás tu vida. A la vez que fomentan relaciones superficiales, donde se persigue un ideal de belleza y de éxito, que no es realista, ya que basan las relaciones en valores superficiales con fecha de caducidad, cuando identificamos que no es lo que realmente queremos

Pero la cuestión es ¿Lo queremos todo? ¿Inmadurez?

Ni que decir tiene, los roles que ocupan la mujer y el hombre hoy día, han cambiado completamente. La mujer no tiene por qué casarse y tener hijos, puede ser lo que se plantee ser, directiva de una empresa, madre soltera, adoptar hijos, casarse con otra mujer…Esto nos lleva a que la mujer ahora tiene más opciones y la responsabilidad de elegir la mejor, lo que implica que exigen también hombres “perfectos”, y posponen también su decisión. No es lo mismo elegir pareja con 18 años que con 38.

Por otro lado el hombre, ante este cambio de la sociedad y en extensión del rol de la mujer, no tiene tan claro cuál es su rol. Ellos también se sienten perdidos, saben que pueden posponer su decisión de comprometerse, pero además ya no tienen claro cuál es su rol. Tradicionalmente eran el “hombre de la casa”, pero ahora, la mujer ya no les necesita ni les quiere para eso, saben que tienen que responder a una serie de demandas emocionales de las que nadie les informó cuando les educaron. Ahora ya no tienen por qué sostener a la familia. Y se sienten en ocasiones perdidos. Como no saben lo que quieren, tampoco deciden nada.

Es evidente que la sociedad cambia, las personas se dejan arrastrar por estos cambios, es pura adaptación y supervivencia, pero los modelos educativos y las ideas que trasmitimos son totalmente confusos. Y ante la confusión, nuestros jóvenes no deciden nada, no se comprometen con nada, necesitan una seguridad que no tienen.

Y entonces, surge el miedo al compromisoimagesCAZFM6W2

Repasado todo esto es evidente ¿no?

Pero el miedo al compromiso no surge por todos estos cambios socioculturales, el miedo es una cuestión de cada uno. Lo fácil seria culpar a la sociedad y a los demás. Está claro, que cada uno tiene la libertad de elegir el tipo de relación que quiere llevar. Si no te quieres comprometer no lo hagas, pero que no sea porque tu miedo no te deje.

Lo que ocurre es que, en todo este escenario, nos hemos montado una película individual, en la que nos exigimos ser el protagonista único y principal de ella. Admitimos actores secundarios, y cuanto más buenos sean mejor, pero no estamos dispuestos a compartir nuestra película con otro protagonista, la película es nuestra.

Entre tanto, el miedo cumple su función, la de protegernos de cualquier aspecto que amenace nuestra seguridad, nuestra zona de confort, donde lo tenemos todo controlado, donde no asumimos el riesgo de perder nuestra independencia y todo lo que tanto esfuerzo no ha costado conseguir, entendemos la relación como algo que nos hará perder, y en la que no tenemos nada seguro que ganar.imagesCAMGH8SC

No estamos dispuestos a que nadie venga y nos haga daño, y nos tambalee todo el decorado que tanto nos ha costado ordenar.

Cuando percibe cualquier tipo de amenaza nos enciende las alarmas, nos avisa de donde está el supuesto peligro y nos apartamos, es la forma más fácil y rápida de protegernos.

La cuestión es que nuestro miedo está mal educado. Ya que nos alerta de los peligros externos, cuando se le está escapando que nuestro mayor enemigo está con nosotros.

Y somos nosotros porque no tenemos la seguridad para permitir que alguien entre en nuestra burbuja y desnudarnos ante ellos. Supone un riesgo, no tenemos claro que sepamos asumir lo que implica. No tenemos un claro conocimiento de nosotros mismos, no confiamos en saber enfrentar la situación de un modo sano y superarlo, y nos escondemos en la huida.

Como no reconocemos nuestras debilidades y carencias, buscamos defectos y fallos en el otro, para concluir que la causa de que no funcione es el otro. Por ello nos alivia romper la relación, volvemos a estar a salvo, y a recuperar el control perdido.

Pero ¿Cómo podemos afrontar el miedo al compromiso?imagesCAGU64TS

Una buena autoestima que nos de seguridad en nosotros mismos es la base de todo.

Lo primero es reconocer que te ocurre, ser consciente de tus debilidades, miedos y limitaciones.

No olvides que es miedo y al miedo se le vence enfrentándolo.

Para ello puedes seguir una serie de estrategias:

 

  • No evitas o huyas de lo que te provoca el problema, eso no lo solucionará, sólo te aliviará momentáneamente. Pero cuando vuelvas, seguirá ahí.
  • Plantéatelo como un proceso, no como un cambio radical. No olvides que estamos reeducando a nuestro miedo. Para ello introduce pequeños cambios en tu actuación habitual, para que tu mente perciba que no ocurre nada, que todo está bajo control.
  • Haz una nueva evaluación de tus habilidades y limitaciones. Necesitas tener un conocimiento claro de ti, para saber con qué cuentas. Esto te dará una mayor seguridad. Necesitas confiar en ti.
  • Comienza a expresar tus sentimientos, tanto los positivos como los miedos. No serás más vulnerable por ello, descargaras tensión y al relativizar la importancia que tienen, el miedo disminuirá, haciéndote sentir más seguro.
  • Además la base de una buena relación es la comunicación y confianza. Aprende a expresar de modo asertivo lo que piensas y sientes. Te sorprenderá, como tu pareja está gustosa de escucharte y te sentirás mejor.

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¿Estás dispuesto a comenzar?

El beneficio será tu propia libertad en comprometerte.

¿Por qué somos infieles?

¿Por qué somos infieles?

«Psicólogos en Murcia»

imagesCA4N6LHE¿Por qué somos infieles?

¿Por miedo o por deseo? ¿O por egoísmo? ¿O quizá por las tres?

No cabe duda que es algo temido por todos, que nos lleva a cuestionarnos si seríamos capaces de perdonarla o no. Cuando la sufrimos, seguramente lo primero que pensemos sea ¿POR QUÉ?

Aquí las respuestas podrían ser miles, que irán desde el abanico de la negación, a la rabia absoluta por pensar que se podría haber evitado “tanto sufrimiento innecesario ¿para qué?”

La realidad es que, pese a que el ser humano es un ser bastante complejo, y del por qué de la infidelidad hay diferentes teorías, desde mi parecer, aunque creo que confluyen varias causas, es bastante más sencillo que todo esto.

Me gustaría que hicierais conmigo esta reflexión.

Para explicar por qué somos infieles, quizá sería más práctico y realista cuestionarnos la pregunta en la otra dirección.

imagesCA5T4L9L¿Por qué las personas no son infieles?

¿Cuándo una persona prácticamente nunca, es infiel?

Creo que la mayoría de nosotros estaría de acuerdo en afirmar que alguien no es infiel prácticamente nunca, cuando se siente realmente enamorado de la persona amada.

Ahora bien: Si cuando nos sentimos enamorados no se nos pasa por la cabeza, ni de modo fugaz ser infieles, ¿no sería lógico que,  cuando nos cuestionemos por qué si lo somos pensemos que por que hemos dejado de sentirnos así?

Para mí, es la condición que, si no se diese no habría infidelidad.

Y repito, hablamos de dejar de tener una sensación, dejar de sentirse enamorado. En ningún momento hablamos de querer o dejar de estarlo

El miedo, deseo o egoísmo, vendrían después.

Pero, ¿realmente somos conscientes  que eso nos está ocurriendo, o simplemente vivimos por inercia y ni siquiera nos damos cuenta?

O si, ¿pero no hacemos nada?

Planteado así, la mayoría de las infidelidades serían evitables. No lo es porque no nos enseñaron a identificar nuestras emociones y gestionarlas de modo eficaz.

El miedo a perder lo que tenemos, a la soledad, a no saber qué hacer si mi vida cambia, a enfrentarnos al comenzar de nuevo, a la vergüenza ante los demás, a la reacción del otro, a problemas…junto con el deseo de sentir lo que ya no siento, de buscar ilusión, motivación…son la antesala de la infidelidad

Si supiéramos gestionar estas emociones, no daríamos lugar a ser infieles.imagesCAG4HXLU

La solución no es identificar que ya no me siento enamorado y dejar a mi pareja.

No digo, que en algunos casos no lo sea, pero en otros, si queda amor, podemos plantearnos el volver a sentirnos enamorados.Aunque lo ideal es cuidar el amor cada día, el desgaste de la pareja, si hay amor y voluntad de cambio, se puede reparar.

De este modo no tendremos nunca que cuestionarnos si le perdonamos o nos perdonará.

“Terapia de pareja”

S.O.S «Mi pareja no va bien» ¿Qué puedo hacer?

S.O.S «Mi pareja no va bien» ¿Qué puedo hacer?

«Psicólogos en Murcia»

imagesCAAYO8AODel mismo modo que cuando uno tiene un hijo, no viene con un manual debajo del brazo que nos dice que hacer como padres, cuando una mantiene una relación de pareja, tampoco sabe qué hacer en cada caso.

Cuando la relación va bien, todo fluye, y las pequeñas asperezas se liman con relativa facilidad.

Sin embargo cuando pasamos una mala época, “las llamadas crisis de pareja”, parece que todo lo que antes nos iba bien ya no sirve, que todo molesta.

Entramos en un círculo vicioso en el que nos sentimos atacados casi de manera continua. Frases como: “es que no te puedo decir nada”, “estás esperando que hable para saltar”, “si hago malo y si no hago también”, “¿por qué tienes esa cara, te pasa algo? No, a mi no me pasa nada ¿y a ti?”

Entramos en una dinámica de ataque-defensa de la que nos costará salir.

¡Se ha declarado la guerra! Las batallas se suceden de manera continua. Como buenos soldados, nos ponemos el escudo, y cargamos el arma para estar preparados ante cualquier ataque. Nos metemos tanto en el campo de batalla, que perdemos la perspectiva de lo que realmente sucede.

Cuando aún queda amor, y nos paramos a pensar un poquito, nos damos cuenta de la guerra que tratamos de librar, y nos planteamos si tirar el arma al suelo y levantar los brazos para rendirnos, con el miedo de que el otro conquiste mi terreno, o seguir luchando hasta caer  muertos los dos.

Visto así es una pena, ¿verdad?imagesCAHUW05U

Por si no quieres llegar a esta situación, o por desgracia ya estás en ella, te recomiendo que libres  otra batalla, una cruzada personal para conseguir  responsabilizarte de tu relación y hacer todo lo que puedas para salvarla. Esa será tu victoria.

Quítate el escudo y deja el arma guardada, porque para seguir estos consejos no te harán falta:

1. ¡CAMBIA!. Es así de sencillo si lo que estás haciendo no te ha funcionado, cámbialo. Si te sueles callar, habla. Si elevas la voz, bájala. Si no respondes a las preguntas que se te hacen, contesta. Si sueles argumentar hasta asfixiar al otro, da tregua. Si no escuchas e interrumpes cuando te hablan, cállate, escucha y expón lo que hayas entendido. Si tienes la cara seria, sonríe. Si sueles tomar distancia cuando habláis levantándote del sitio, genera cercanía. Si eres de los(as) que te vas, quédate.

2. DEJA DE MIRAR AL OTRO. El justificar tu situación echándole la culpa al otro no te ayuda. Responsabilízate tanto de lo que haces como de lo que no. Céntrate en tu cambio, aunque a tu alrededor las cosas no lo hagan. Conviértete en el espejo donde se mireimagesCAP276YW

 

3. PERDONA. Para poder restablecer la relación es necesario que te perdones y perdones. Para ello son necesarias tres cosas:

  • Acepta la situación: es la que es y no otra. El pasado no lo podemos cambiar.
  • Empatiza: Trata de entender los motivos por los cuales actúa como lo hace. Si tú no te sientes bien, te aseguro que él tampoco. Las emociones seguro que le están jugando una mala pasada.
  • Perdona. El resentimiento es una emoción que te impedirá alcanzar la tranquilidad. Ya sabes lo que has vivido, y el dolor es tuyo, por ello no hace falta que tu resentimiento te lo recuerde continuamente. Puedes elegir.

4. CAMBIA LAS QUEJAS POR PETICIONES.  ¿Eres consciente de lo pesado que resulta cuando una persona se queja en voz alta? Deja de hacerlo: “es que eres demasiado casero, me aburro”, no es lo mismo que decir: “Me gustaría que planeáramos algún plan para salir este fin de semana, en lugar de quedarnos en casa”.imagesCA4BU7D3
5. ROMPE EL ROL QUE TU PAREJA TIENE DE TI. Seguramente tu pareja tiene una visión de ti, que sin darte cuenta refuerzas y hace que él /ella actúe de una determinada manera. Descúbrela y cámbiala, determinará la forma en que tu pareja se relaciona contigo.

 

6. COMUNICATE DE MODO ASERTIVO Y EFICAZ.

  • Di lo que quieres decir y no otra cosa.
  • No acuses, habla de ti o de los hechos. “Me he sentido …cuando tu…” “Cuando sucede…yo me siento”
  • Facilítale lo que te gustaría. “Cuando has llegado a casa y te has ido directamente al ordenador sin decirme nada, me he sentido sola. Me gustaría que cuando llegases a casa me saludases, nos diéramos un beso y después te fueras al ordenador”
  • “Me gustaría que cuando llego a casa me recibieras con una sonrisa para sentir que te alegras de verme. Te daría un beso y no me sentiría solo.
  • Escucha lo que te dice. No está atacando.

7. NO SOMOS NIÑOS, DEJA DE JUGAR AL ADIVINO. Si necesitas, pide. Si te apetece, propón, si no quieres, di no. No esperes a que el otro sepa lo que tú estás pensando. Aunque llevemos toda la vida juntos y lo hayamos hablado, no es suficiente.imagesCANLQY1D

8. PIENSA EN LO POCO QUE FUNCIONA. Sácale partido, no lo toques.

9. CÉNTRATE EN LO QUE OS ACERCA, NO SÓLO EN LO QUE OS SEPARA. No te castigues más con vuestras diferencias, en lo que os distancia. Fíjate en lo positivo,  en lo que os acerca. Piensa qué podéis compartir aún.

10. RECUPERA VUESTRO ESPACIO. Las parejas necesitan su tiempo y dedicación. La crisis habrá provocado una mayor individualidad en vosotros. Vuelve a contar con él /ella, y compartir vuestra vida.

«Psicólogos en Murcia»