Rabietas

Rabietas

Las rabietas forman parte del desarrollo evolutivo normal de un niñ@. Sin embargo, es uno de los temas más frecuentes que los papas plantean en consulta. Para la mayoría de los papás, es algo incontrolable y que genera un gran desconcierto. Les preocupa no poder controlarlas y no estar haciendo las cosas bien con sus pequeñ@s

Las rabietas que forman parte del desarrollo normal de un niño, suelen darse entre los 1 y los 5 años, teniendo su máxima expresión entre los uno y los 3.

Las rabietas son la forma que tienen los niños de expresar sus emociones. A nivel evolutivo, no están preparados para aceptar que sus deseos no se cumplan de forma inmediata y tampoco cuentan con mecanismos o herramientas para poder expresar lo que sienten de otra manera. Si nos paramos a pensar ¿Cómo podría un niño de un año de edad, que aún no sabe ni hablar, manifestar sus descontento con algo? La frustración, la rabia, el estrés, el miedo incluso, lo expresan de esta manera.

Si partimos de este punto, es decir, que las rabietas son una expresión normal de las emociones, y que el niño lo hace de este modo porque no sabe hacerlo de otro, llegaremos a la conclusión que, están desprovistas de cualquier intencionalidad. En los niños pequeños, no hay intención de generar un malestar a sus padres cuando tienen una rabieta. Sin embargo, en niños más mayores, puede haber un componente aprendido, ya que hayan observado en repetidas ocasiones, que con sus rabietas consiguen lo que quieren, sea a nivel emocional o cualquier cosa que deseen en ese momento.

La terapia con los padres, en este caso, consiste en proporcionarles pautas para que puedan acompañar a sus hij@s en esta fase sin sentirse culpables ni incómodos cuando las rabietas se den. Hay que tratar que establezcan una relación sana con sus hijos, y entiendan que es una fase donde tienen que entender a sus hijos, para que su desarrollo emocional sea óptimo. No hay que tratar de evitar las rabietas, son necesarias para el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. Hay que gestionarlas desde el amor y la comprensión.

Quizá, algunos papás que estén leyendo esto, piensen que desde el papel y la teoría todo suena muy fácil, pero que, cuando un niño te monta una rabieta en medio de la calle, o en un restaurante, es muy difícil controlar los nervios. Muchos papás, tienen miedo al qué dirán, a lo que pensarán los demás, acerca de su labor como padres. Por ello, ceden a la emoción del niño, dándole lo que desea en ese momento para que la rabieta termine cuanto antes. Otros papás, directamente, prefieren no salir con sus hijos, para evitar la situación.

En ningún momento, hemos mencionado que esto sea fácil. Se puede convertir en una etapa agotadora y donde el estado emocional del adulto también se resienta. Por otro lado, dependerá del temperamento que tenga cada niñ@.

En cualquier caso, hay que armarse de paciencia y saber que es una etapa que pasará, y si uno se siente desbordaoo e incapaz de poder gestionar esta etapa, puede pedir ayuda profesional, que siempre vendrá bien para, por un lado, saber qué hacer con las emociones de los niñ@s y las rabietas, y por otro, como gestionar las nuestras, como adultos.

Si estás leyendo estas líneas, seguramente te sea de ayuda lo que te cuento a continuación.

  • La primera recomendación que te puedo dar es, partir de que tu hijo está teniendo una emoción negativa, con lo que sería positivo tratar de entender qué le ocurre, por si fuera posible solucionar aquello que le hace sentir tan mal.
  • Resulta muy útil, verbalizarle al niño la emoción que nosotros creemos que está sintiendo, para que ellos también normalicen la emoción y entiendan qué les está pasando. Por ejemplo, » creo que estás muy enfadado…»,»veo que estás muy muy rabioso».
  • Mostrarse tranquilos y relajados para trasmitirles calma, y no contagiarnos de la emoción del niño. Si perdemos la paciencia, gritamos, o le negamos al niño su emoción, conseguiremos el efecto contrario. Puede que agudicemos su rabieta, o lo que es peor, que la estemos reforzando negativamente para veces posteriores.
  • Por ello, en ningún caso, elevar la voz, ni gritarles, ni insultarles, ni que decir tiene, pegarles.
  • Si su emoción es muy intensa, y la rabieta es desproporcionada, es recomendable apartar al niño del escenario donde se encuentre, abrazarle, aunque en principio el se resista y tratar de que exprese su emoción acompañado y desde el amor. Contenerles físicamente funciona para relajarles y protegerles de que se hagan daño o se lo puedan hacer a los demás.
  • Acompañarles en todo momento. Aunque estemos tentados a mandarles a su habitación, o a ignorarles, no es efectivo. Cuando son pequeños, lo que conseguiremos dejándoles solos es agudizar su emoción, ya que se sentirán abandonados, y creéme, no les servirá para reflexionar. No son conscientes de lo que les ocurre ni de lo que están provocando ¿qué van a pensar entonces?
  • Por último, pero muy importante, ser respetuosos con nuestros pequeños, tratando de cuidar su dignidad, y ser flexibles con sus limitaciones. Recuerda, no tiene mala intención, no es un tirano, no lo hace por fastidiar, no es nada personal, y tampoco busca manipularte ni chantajearte emocionalmente.

PSICÓLOGA INFANTIL EN MOLINA DE SEGURA, MURCIA

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Educación consciente y crianza respetuosa

Educación consciente y crianza respetuosa

Pese a estar en la era de la información y haber al respecto miles de libros publicados acerca de la crianza de los hijos, información gratuita en internet, incluso vídeos con recomendaciones, consejos de familiares, profesionales de la salud, de la educación…, quizá sea el momento, donde muchos padres se sienten más perdidos en la educación de sus hijos y abrumados por el exceso de datos al respecto que existe a su alrededor.

Lejos de estar seguros con el estilo de crianza de sus hijos, muchos padres se sienten muy inseguros, al no saber manejar los cambios continuos que sufrimos en la sociedad.

Para no perder de vista lo realmente importante, me gustaría dejarte por aquí, algunas indicaciones para que practiques una educación totalmente consciente con tus hijos:

  • Acepta todas las emociones de tu hijo, su tristeza, frustración, rabia, al igual que su alegría, conformidad y confianza. Es necesario escucharles y darle a sus emociones la importancia que para ellos están teniendo en ese momento. Ayúdales a normalizar las emociones y a que se sientan libres de poder expresar cómo se sienten.
  • Dedícales cada día un ratito de tu tiempo. Es importante la cantidad, pero sobre todo la calidad de ese tiempo, que cuando estéis juntos, estés al cien por cien con él. Comparte actividades, juegos, conversaciones, y trata de participar pero no de dirigir su juego. No le juzgues cuando se anime a contarte algo.
  • Exprésale afecto físico. Tócale, abrázale…no por dar mucho amor le vas a malcriar, todo lo contrario. Los entornos donde hay afecto, generan seguridad en los niños.
  • Tan importante es que cuides de ellos, como que cuides de ti. Si sientes que te estás sacrificando por ellos, el resentimiento se dejará ver. Sé sincero contigo mismo, y cubre también tus necesidades. Si te quieres a ti mismo, tendrás mucho más amor que dar a tus hijos.
  • No por decirles todo el tiempo lo que hacen mal, tus hijos van a mejorar. Motívales a conseguir sus logros, estimúlales a que aprendan, sin juzgar el resultado.
  • Se consciente que no podrás adivinar los errores que cometerá, los problemas que tendrá o los conflictos a los que se enfrentará. Puedes ayudarles dotándole de herramientas y protegerles de peligros reales, pero no evitarás que se tenga que enfrentar. No soluciones los problemas de tus hijos, ayúdales a que los resuelvan ellos
  • Evita controlar a tu hijo con castigos, premios o chantajes. Ofréceles una realidad donde los límites         estén marcados y sean razonables, donde todos sientan que son tenidos en cuenta. Que la propia estructura establecida genere un clima colaborativo donde todos ganan
  • Es muy importante que tomes consciencia de tus propias emociones y de tu propio dolor, para no proyectarlo en tus hijos. Lo que tu viviste en tu niñez, que te sirva como motor para mejorar la crianza de tus hijos, pero no para trasmitirle tus desgracias
  • Adapta la realidad que ofreces a tus hijos a su edad. Motívales con cosas que realmente les estimulen y marca normas que se adecuen a su madurez. Respeta el ritmo de ellos, no quieras que ellos se adapten a ti.

Trastorno Obsesivo Compulsivo Infantil

Trastorno Obsesivo Compulsivo Infantil

El Trastorno Obsesivo Compulsivo Infantil, no es tan conocido como en adultos, pero se manifiesta prácticamente del mismo modo y limita la vida del niño o del adolescente e interfiere en su día a día, como sucede en la vida de los adultos

El Trastorno Obsesivo Compulsivo Infantil (TOC infantil),consiste en la presencia de obsesiones y compulsiones. Las Obsesiones son pensamientos intrusivos, involuntarios y persistentes, que generan un grado de preocupación y angustia en el niño o adolescente por su contenido, ya que les alertan que algo malo podría suceder. Pese al esfuerzo de no pensarlo, a la persona le resulta imposible, eliminarlos de su mente. Las compulsiones son acciones, comportamientos o rutinas que se realizan en un intento de aliviar la angustia que generan las obsesiones.

Un ejemplo de obsesión en un niño puede ser pensar que algo malo puede sucederle a algún miembro de su familia. El pensamiento va acompañado de una emoción de miedo tan intensa, que provoca que el niño sienta que ese pensamiento podría hacerse realidad. La compulsión de este niño podría ser el asegurarse continuamente que su familia está bien, incluso intentar evitar que hicieran cosas que para él pueden ser fuente de peligro, como por ejemplo viajar.

El TOC suele comenzar entre los 7 y los 10 años.

Afortunadamente, el TOC se puede tratar. La terapia cognitivo-conductual se ha demostrado ser efectiva con adultos y niños.

Lo primero con lo que nos encontramos cuando un niño padece de una preocupación excesiva, es realizar un buen diagnóstico diferencial, para no confundir el TOC, con una ansiedad de separación o un trastorno de ansiedad generalizada.

Una vez que el diagnóstico es claramente de un Trastorno Obsesivo Compulsivo, lo primero es explicarle al niño lo que le ocurre, adaptando la explicación a su edad para que lo pueda entender y tranquilizarle al mismo tiempo.

Una técnica que funciona bastante bien con niños, es lo que conocemos como «externalización», explicarle al niño que hay algo como por ejemplo un ser posado en su hombro, que le genera esas preocupaciones. Podemos usar, dependiendo de la edad del niño y sus preferencias en ese momento, diferentes personajes que sean sus ídolos de películas, series, comic, etc. Podemos crear un pequeña historia donde ese personaje posado en su hombro, cuando se entusiasma con algo, habla sin parar, y nosotros tenemos que aprender a relajarlo. Si el niño es más mayor, podemos utilizar la metáfora de que nuestro cerebro es como un ordenador, y hay una parte de él con un virus que cuando ataca, nos genere preocupaciones. Y nosotros, cuando eso sucede, tenemos que poner en marcha un antivirus o cortafuegos.

El niño tiene que entender que las obsesiones no forman parte ni de la realidad ni de su identidad. No forma parte de su persona y a su contenido no hay que darle credibilidad.

Una vez que ha entendido lo que son las obsesiones, hay que intentar identificar las compulsiones que utiliza para quedarse tranquilo, ya que habrá que explicarle, que no son realmente efectivas y tendrá que aprender otras herramientas o formas de tranquilizar al personaje o de poner en marcha el antivirus.

Las compulsiones más comunes son: la argumentación lógica o razonamiento, confirmación, reaseguración, repetición, orden, limpieza, evitación y rituales supersticiosos.

Ansiedad Infantil: los niños también padecen ansiedad.

Ansiedad Infantil: los niños también padecen ansiedad.

La ansiedad infantil es más frecuente de lo que podríamos imaginar. Los niños, al igual que los adultos, también padecen ansiedad. Sin embargo, puede pasarnos desapercibida a los adultos.

La ansiedad es una emoción de miedo, que como cualquier emoción, cumple una función para el ser humano. En concreto, el miedo nos alerta de posibles amenazas para preservar nuestra supervivencia, o de situaciones nuevas de las que aún no sentimos control.

La ansiedad infantil se considera patológica, y por tanto, recomendable tratarla, cuando es excesiva para lo esperado en la etapa de desarrollo o edad del niño, perdura en el tiempo y no parece mejorar pese a los esfuerzos de niño por no sentirla.

Cuando mencionamos que el miedo dura más de lo esperado para la edad del niño, nos referimos a que en ocasiones los miedos evolutivos, que son naturales y suelen remitir de modo espontáneo con la maduración del niño, persisten y pueden derivar en una ansiedad patológica. Aunque en la mayoría de los casos, suelen ser miedos leves y no persisten con el paso del tiempo, tales como el miedo a la oscuridad, a ciertos animales, ruidos…

La ansiedad en los niños, al igual que en los adultos, se manifiesta a través de síntomas físicos, cognitivos y conductuales.

Los síntomas físicos, que en la mayoría de ocasiones, encierran ansiedad en niños y adolescentes son:

  • Temblores
  • Dificultades para dormir ( pesadillas o terrores nocturnos)
  • Dolores de cabeza
  • Sudoración en las manos y sensación de tenerlas frías.
  • Nausias, vómitos y quejas de dolor de barriga
  • Problemas en el control de esfínteres, en ocasiones de forma regresiva
  • Tartamudez.


Los síntomas cognitivos variarán en función de la edad de l niño y de su desarrollo cognitivo y emocional

  • Enlentecimiento del pensamiento, el tiempo que necesita para realizar sus tareas es excesivo para su edad
  • Disminución de su rendimiento escolar.
  • Tendencia frecuente a preocuparse por diferentes aspectos del día a día.
  • Anticipación catastrófica del futuro.
  • Preocupación excesiva por lo que los demás piensen de él/ella.
  • Miedo excesivo y persistente por la pérdida de las figuras de apego o de que puedan sufrir un accidente o daño.
  • Pesadillas
  • «Manías» o rituales.

Los síntomas comportamentales, también varían en función de la edad del niño o del adolescente, entre otros puede manifestarse:

  • Irritabilidad y labilidad emocional
  • Agitación, nerviosismo o exceso de actividad
  • Rabietas más frecuentes de lo habitual y sin causa aparente
  • Impaciencia
  • Aislamiento social, no quiere jugar con otros niños y evita las actividades extraescolares
  • Resistencia a ir a dormir
  • Negación a ir al colegio

Frustración Infantil.

Frustración Infantil.

La frustración es el sentimiento que se experimenta cuando las cosas no son lo que se espera y cuando se esperan o no obtenemos el resultado que deseamos.

Es habitual que los niños tengan baja tolerancia a la frustración, ya que a determinadas edades los niños creen que son el centro del mundo, que se merecen todo lo que desean y además de forma inmediata, cuando lo desean. No son capaces de empatizar con los sentimientos o las necesidades del otro. Si a esto sumamos que esta sociedad les ha acostumbrado a la inmediatez, por ejemplo pueden consumir dibujos animados o juegos a través del móvil de sus padres a todos horas y cuando ellos quieren, y que los padres por no generar conflicto, cada vez ponen menos límites, el niño cree que todo será como él quiera y cuando el quiera.

Sin embargo, el mundo no gira a su alrededor y no siempre ocurrirá lo que el espera, con lo que entrará en episodios de frustración con llanto, gritos, enfados, mal comportamiento, tristeza, sensación de abandono…

La baja tolerancia a la frustración es la base de muchos problemas emocionales y si no se trabaja puede provocar consecuencias tales como:

  • Bajo control emocional.
  • Falta de empatía.
  • No respetar límites.
  • Manipulación de los demás.
  • Baja autoestima.
  • Falta de ilusión por las cosas y tristeza.
  • Ansiedad.
  • Mentalidad rígida ante las cosas.
  • Intolerancia ante opiniones diferentes a la suya.
  • Necesidad de control.

Si ayudamos a los niños a tolerar la frustración, conseguiremos niños más felices y más competentes emocionalmente a la hora de enfrentarse al mundo.

¿CÓMO PODEMOS HACERLO?

  1. PACIENCIA. Cuando veas que se frustra con algo, espera y obsérvale. Déjale que encuentre la solución él mismo. No vayas en su ayuda de forma inmediata para evitarle la frustración.
  2. Permite que experimente el sentimiento negativo. Tiene que aprender a sentir la sensación para que entienda que no siempre los resultados serán como a él le gustarían. Es el primer paso para trabajar la aceptación. Explícale que hay cosas que requieren esfuerzo, habilidad, constancia, pero que hay otras que simplemente no serán como él quiere y no pasa nada, comprobará que la mala sensación se pasa.
  3. Ayúdale a identificar cómo se siente y que te lo exprese. Tienen que normalizar que sentirse triste es algo normal, y que expresarlo provocará que se sienta mejor.

RELACIONES TÓXICAS

RELACIONES TÓXICAS

Las relaciones tóxicas son más frecuentes de lo que pudiéramos pensar. Implica una relación desigual entre los miembros de la pareja. Las relaciones tóxicas no sólo se dan en relaciones de pareja, también son muy frecuentes entre familiares, amistad, compañeros de trabajo…Sin embargo, al igual que en otros casos identificamos rápido nuestro malestar y nos resulta relativamente fácil salir de esa situación, en las relaciones tóxicas, aunque implican sufrimiento, no nos resulta tan evidente el daño que nos pueda estar provocando, y nos quedamos en ellas, sobretodo por la codependencia que generan. En la mayoría de los casos no tomamos conciencia porque obtenemos un beneficio, casi siempre emocional de ellas, y no lo queremos ver. El miedo nos mantiene en ellas, y el hecho de que el sufrimiento va creciendo de forma progresiva y muy sutil, provoca que duran más de lo recomendable. Cuando nos damos cuenta que podemos estar inmersos en una relación tóxica, nuestra autoestima está deteriorada y la inseguridad nos impide salir de ahí

RELACIÓN TÓXICA

Para una mayor claridad, en las relaciones tóxicas se suelen dar las siguientes características:

  • Predomina la crítica constructiva, se machaca continuamente los errores y lo que uno no hace bien, sin resaltar nada positivo del otro. Por ello te desgastan la autoestima, impidiéndote
  • El mensaje continuo es recordarte tu necesidad de él/ella. De forma directa o indirecta te deja claro que no serías nadie si dejaras la relación. Utiliza el chantaje emocional.
  • Es controlador/a, ya que te organiza la vida y chequea cada gasto, actividad, pero siempre con el mensaje de que es por tu bien.
  • Te compara continuamente con otras personas, o lo que es más sutil, resalta de forma intensa cualidades en otros, que cuando se trata de ti no lo hace.
  • Pueden llegar a haber faltas de respeto, dándose incluso en público.
  • Critica a tu entorno y a todo el que suponga una amenaza en su control, intentando aislarte lo máximo posible.
  • La desconfianza es una de las protagonistas en vuestra relación. Comportamientos y actitudes de celos van en aumento, según avanza la relación.

Ante una relación de estas características, la persona se siente atrapada. Sin darse cuenta es cada vez menos feliz y en ocasiones se siente manipulada, se da cuenta que ha ido perdiendo su libertad en todos los aspectos de su vida y tiene claro, que esa relación no es bueno para ella. Pero el miedo le impide salir de ella.

Como se ha mencionado al principio existen diferentes tipos de relación tóxica. Algunas de ellas son:

  • Las relaciones que se inician sin haber superado relaciones anteriores. La presencia del otro es continua, comparaciones, críticas y se justifican actitudes incorrectas del presente, por lo vivido anteriormente
  • Relaciones para llenar un vacío, olvidando que una relación no llena sino que complementa.
  • Relación de codependencia. Los miembros de la relación han dejado pasar el tiempo. Se necesitan para todo, se pierde la individualidad, provocando a la larga infelicidad
  • Relación con comunicación inadecuada, basada en un bucle de ataque-defensa. La mayor parte del tiempo es una comunicación pasivo agresiva en la que no se habla claro, todo son indirectas y reproches
  • La relación fundamentada con ideas irracionales: pensamientos poco realistas y distorsionados acerca del amor y de lo que es una relación, sea del tipo que sea.
  • Relación basada en el miedo, ya sea miedo al maltrato, al abandono, al rechazo….Éstas son las más peligrosas, ya que la persona no se siente capaz nunca de salir de ellas.
  • Relación en la que los roles están ya preestablecidos, uno dirige y controla y el otro actúa de manera sumisa.

Las razones por las que terminamos en una relación tóxica son diversas. Las más frecuentes son: el miedo a la soledad, a lo que piensen los demás, una baja autoestima, el no sentirse merecedor de amor por experiencias anteriores, ideas distorsionadas por pensar que el amor implica soportar todo, necesidad irracional de amor…

Resiliencia: nuestra mejor arma para combatir adversidades

La resiliencia es nuestra mejor arma para combatir las adversidades, ya que es la capacidad que disponemos las personas para adaptarnos a circunstancias difíciles, aceptarlas y salir reforzado de ellas. La resiliencia implica siempre un aprendizaje, ya que detrás de cada situación que te encuentres, habrá también una oportunidad de aprender algo.

Las personas resilientes se caracterizan por:

  1. Tienen un alto nivel de autoconocimiento, tienen como hábito la autoobservación de sí mismos, y esto les hace ser muy conscientes de sus puntos fuertes y sus puntos débiles, de sus fortalezas y limitaciones. Por ello, suelen marcarse objetivos a corto y a largo plazo muy realistas, basados sólo en lo que realmente se pueden comprometer, no en deseos que sólo se quedan en eso, en sueños sin cumplir.
  2. Son personas optimistas. Saben que la vida es un continuo cambio y por lo tanto no se empeñan en conseguir lo de antes, sino que crean una nueva realidad, y hacen de la situación de crisis una oportunidad para el cambio y la superación.
  3. La persona resiliente es una persona segura de sí misma, con autoconfianza. Tiene claro que será capaz de hacer lo que se proponga. Se comprometen hasta conseguir su objetivo, independientemente del tiempo que haya que dedicarle, teniendo en cuenta que en la mayoría de ocasiones se consiguen mejor las cosas en equipo que uno sólo.
  4. Siempre entienden las dificultades como una oportunidad de aprendizaje.
  5. Son personas que no miran atrás, no se anclan el el pasado. Viven el presente, como única experiencia real. Están en el aquí y ahora de forma consciente. Practican la atención plena como modo de vida. Lo que ocurrió ayer ya pasó y ya no forma parte de su campo de actuación, por lo que no se preocupan ni se recrean en la culpa, y el futuro es sólo una fuente de incertidumbre en el que tampoco participan. Aplican el «mindfulness» en su vida diaria consciente e inconscientemente. Por ello se centran en los aspectos realmente importantes de la vida y disfrutan de las pequeñas cosas.
  6. Atraen a personas en el mismo plano energético que ellas. Por ello, se rodean de personas con una actitud positiva y con capacidad de resiliencia y evitan las personas que puedan suponer un escape de energía infinito e inútil. De este modo, inevitablemente, crean redes sociales de apoyo efectivas.
  7. Son conscientes que una buena gestión emocional es necesaria para la aceptación plena. Nunca tratan de controlar lo que hay fuera, sino lo que llevan en su interior. Controlan sus emociones como parte del aprendizaje. Son conscientes de que emociones como el miedo hay que tolerarlo, como una emoción más, y aceptan que no se puede controlar lo que escapa a nosotros.
  8. Se adaptan a los cambios.  las personas resilientes están dispuestas a valorar diferentes opciones y puntos de vista, sin aferrarse sólo al suyo o a una única solución. Pueden cambiar de itinerario para conseguir sus metas.
  9. Se toman la vida con buen humor. Son capaces de reirse de sí mismos y de las circunstancias complicadas.

TERAPIA ONLINE ¿Problemas para dormir?¿Tu insomnio ha empeorado?

TERAPIA ONLINE ¿Problemas para dormir?¿Tu insomnio ha empeorado?

El insomnio es un mal del siglo XXI. El estrés y la presión social a la que nos vemos expuestos provoca un estado de alerta continuo, por la necesidad de tener que estar respondiendo continuamente a la información que nos llega del exterior. Este estado de alerta por la exigencia con uno mismo y exigencia social, no se apaga automáticamente cuando llega el momento de ir a dormir. Por ello, muchas personas padecen de insomnio. Nuestro cerebro asocia la cama al momento de pensar acerca de lo que me espera mañana, del repaso del día y lo que me ha quedado por resolver, al espacio dónde trato de buscar solución a las dificultades futuras. Por ello, cuando llega el momento de dormir, nuestro cerebro se pone a trabajar, ya que le hemos dado la instrucción que la cama es nuestro despacho nocturno

Los trastornos del sueño se pueden clasificar en cuatro grandes grupos:

  • a) trastornos con somnolencia diurna excesiva (narcolepsia, síndrome de apneas de sueño e hipersomnia idiopática)
  • b) trastornos con dificultad para conciliar y mantener el sueño insomnio
  • c) trastornos con conductas anormales durante el sueño parasomnias (sonambulismo, terrores nocturnos, pesadillas)
  • d) trastornos del ritmo sueño-vigilia.

Siendo de todos los trastornos el más común el insomnio.

Si tienes problemas de insomnio, estas recomendaciones te pueden resultar útiles.

  1. Acostarse y levantarse a la misma hora.
  2. Si tiene la costumbre de tomar siestas, que no sea superior a 45 min. Lo ideal no tomar siesta
  3. Evitar la ingestión excesiva de alcohol 4 horas antes de acostarse
  4. No fumar.
  5. Evitar la cafeína 6 horas antes de acostarse. Esto incluye café, té y muchos refrescos, así como chocolate y azúcares.
  6. Evitar cenas copiosas, los alimentos pesados, picantes o azucarados 4 horas antes de acostarse. Un refrigerio ligero antes de acostarse es aceptable.
  7. Hacer ejercicio regularmente, pero no justo antes de acostarse.
  8. Usar ropa de cama cómoda y acogedora.
  9. la temperatura del dormitorio que sea agradable.
  10. Tener la habitación bien ventilada.
  11. Bloquee todo el ruido y minimice la mayor cantidad de luz posible.
  12. Reserve su cama para dormir y el sexo, evitando su uso para el trabajo u otro tipo de actividades.

Psicólogos en Murcia. Psicólogos en Molina de Segura

Beneficios de practicar mindfullnes

Beneficios de practicar mindfullnes

En anteriores publicaciones, os hemos contado qué es el mindfullness y cómo puedes practicarlo en tu vida diaria.

Ahora toca conocer cuáles son los beneficios de esa práctica diaria y cómo te ayudará a sentirte mejor

La práctica diaria de meditación nos ayudará a :

  1. Mejorar nuestra inteligencia emocional. La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos para saber identificar nuestras emociones y las de los demás y la destreza en la gestión saludable de las mismas. El mindfullness nos ayuda a aumentar el nivel de consciencia sobre nuestra mente y cuerpo, y por ello favorece a ese mejor conocimiento de nosotros mismos y de las relaciones con los demás
  2. Reducir los niveles de estrés. Diferentes estudios concluyen que la atención plena disminuye los niveles de cortisol en sangre, hormona presente en los procesos de ansiedad
  3. Disminuir el insomnio. La práctica diaria induce a unos niveles mayores de relajación al reducir nuestra alerta hacia preocupaciones cotidianas, y esto favorecerá a una mejor calidad de nuestro sueño.
  4. Producir modificaciones en nuestro cerebro que nos protegen de enfermedades mentales
  5. Aumentar nuestra creatividad y amplitud de perspectiva. La meditación nos proporcionará una mayor perspectiva a la hora de analizar situaciones de la vida diaria y favorecerá una resolución de problemas más efectiva.
  6. Mejorar la capacidad de concentración y por lo tanto nuestro rendimiento académico o laboral.
  7. Disminuir la probabilidad de recaídas en procesos de adicción.
  8. Mejor gestión de estados depresivos y ansiosos .La meditación permite a  a nuestro cerebro conseguir un mayor control sobre el dolor y las emociones, concretamente a través del control de los ritmos alfa corticales (que desempeñan un papel sobre que sentidos presta atención nuestro cerebro), según un estudio en la revista Frontiers in Human Neuroscience.
  9. Mejorar nuestra calidad humana. Nos ayuda a tener una mayor empatía, lo que mejorará las relaciones con el entorno y los demás.

 

 

 

Clínica Vanesa Hernández

Psicóloga en Molina de Segura, Murcia

Cómo practicar mindfulness en mi día a día

Cómo practicar mindfulness en mi día a día

Una vez que conocemos los beneficios de la práctica del mindfulness, nos preguntamos cómo poder practicarlo en nuestro día a día. En las siguientes líneas te doy algunas ideas para que puedas practicar mindfulness en tu práctica diaria.

Como ya sabemos, por nuestro anterior artículo, el mindfulness nos lleva a un nivel de consciencia que nos centra en la experiencia presente, aplicando una atención plena sólo a ello.  Debido a la velocidad con la que cambia todo y las exigencias que la sociedad y nosotros mismos nos imponemos, la mayoría de nosotros, tenemos la sensación, de que nuestra mente también va más acelerada de lo que nos gustaría. Nuestro pensamiento se mueve continuamente hacia adelante y hacia atrás, pasado y futuro, lo que podría haber sido y no fue y lo que podría ser o y «si fuera». Nuestra mente está llena de ruido mental y pensamientos intrusos, que nos gritan continuamente y nos impiden vivir nuestro presente, nos impiden centrarnos plenamente en nuestra experiencia, que es la que estamos viviendo, y donde podemos encontrar la serenidad.

Pensamos, que nosotros dominamos nuestra mente, pero realmente, nuestra mente nos lleva todo el tiempo a lugares en los que nosotros no elegimos estar. ¿Cuantas veces acaba el día y tienes la sensación de no haber hecho nada, pero realmente no has parado de hacer cosas durante todo el día?. Es un ejemplo, cómo tu mente te lleva donde quiere y no eres tú quien decide qué hacer, a qué darle prioridad ese día y cumplir con tu propósito. Al despertar por la mañana, nuestro piloto automático se puso en marcha y nosotros sólo nos dejamos llevar por el torrente de ideas y miedos en los que se ha convertido nuestro espacio mental.

Para poder hacer de tu mente un espacio vacío de ruido, de pensamientos que no son tuyos y donde prime la serenidad, la práctica diaria de mindfulness es una buena manera de empezar.

A este estado se puede llegar a través de la práctica de la meditación, beneficiándonos además de reducir el nivel de sufrimiento y experimentar mayores niveles de salud y bienestar.

Como sabes, los beneficios se obtienen con una práctica diaria, regular y sistemática. No es necesario que le dediques mucho tiempo para empezar, con 10-15 minutos al día, estaría bien.

Te voy a recomendar algunas ideas de cómo podrías introducir la práctica del mindfulness en tu día a día.

  • Uno de los momentos en los que podemos practicar mindfulness es mientras caminamos. Podemos dar un paseo de 30 minutos o simplemente podemos aprovechar trayectos que tengamos que realizar como ir al trabajo, ir a por los niños al colegio, ir a la compra…Mientras caminamos sólo tenemos que centrar nuestra mente en nuestra respiración y en la sensación de cada pie cuando toca el suelo. También podemos elegir otras sensaciones donde centrar nuestra atención, como puede ser el roce del aire en nuestra cara, o el camino del aire cuando entra en nuestro cuerpo, llega a los pulmones y vuelve a salir. Algo que debes tener en cuenta, es que el ritmo de tus pasos tiene que ser cómodo para tí. Si lo practicas todos los días, tu cuerpo y tu mente notarán los beneficios.
  • También podemos practicar mindfullnes en casa. Para ello, lo primero es comprometernos con nosotros mismos para practicarlo día a día. A partir de ahí, sólo nos queda elegir un momento del día (10-15 min) y un espacio tranquilo. Elegir una postura cómoda y centrarnos en nuestra respiración. Para comenzar, te puede resultar útil, algunas meditaciones guiadas en audio. En internet puedes encontrar diferentes gratuitas. En ocasiones, puede resultar complicado, sin haber reeducado a tu mente, centrarla simplemente en tu respiración. Por ello, el escuchar una meditación guiada, puede ayudar a tu mente a centrarse más fácilmente en ese momento presnte.Poco a poco puedes ir aumentando el tiempo dedicado, si así lo deseas, y obtendrás beneficios seguro.
  • Otro momento del día en el que podemos introducir la meditación es durante nuestro desayuno o mientras nos damos una ducha. Son acciones que realizamos todos los días y que por lo tanto, no nos gastarán tiempo de otras actividades. Una vez más, necesitamos centrarnos solamente en las sensaciones que ese momento nos esté proporcionando nuestra actividad. En los sabores, o en la sensaciones corporales de enjabonarnos o del agua en nuestro cuerpo. Es el momento elegido por nosotros para cuidar nuestra mente y cuerpo. Por ello nos permitimos hacer un paréntesis de silencio.
  • En cualquier momento del día.Desde mi ropa experiencia personal, cualquier momento del día puede ser bueno para meditar. Puedes realizar microsesiones de meditación con una duración de 2 a 5 minutos en cualquier momento y lugar. Sólo tendrías que elegir ese momento y parar tu mente para dedicarte esos minutos a ti, centrándote en tu respiración y dejando pasar y salir de tu mente cualquier pensamiento o idea, sin pararte en ninguna de ellas ni emitiendo ningún juicio de valor. Por ejemplo, mientras esperas a alguien, mientras conduces, mientras vas de un sitio a otro, mientras te cepillas los dientes, sentarte en un banco y observar la gente pasar durante dos minutos…Si realizas cinco microsesiones al día, con el paso de las semanas obtendrás resultados. Tu mente necesita salir de ese bucle de pensamientos, por ello de este modo le regalas 5 ratitos de tranquilidad.
  • Estas micro-meditaciones, las puedes combinar con cualquiera de las prácticas diarias que he descrito anteriormente. De este modo, el beneficio será mayor.

Espero que te animes a empezar y que encuentres ese silencio mental que necesitas

 

Clínica Vanesa Hernández

Psicóloga en Molina de Segura, Murcia.