LOS MEJORES PSICÓLOGOS DE MURCIA. LOS PSICÓLOGOS MÁS RECOMENDADOS SEGÚN LAS MEJORES OPINIONES

LOS MEJORES PSICÓLOGOS DE MURCIA. LOS PSICÓLOGOS MÁS RECOMENDADOS SEGÚN LAS MEJORES OPINIONES

Los mejores psicólogos de Murcia, ya que son los más recomendados según las opiniones de los pacientes, se encuentran en el equipo de Clínica Vanesa Hernández.

A riesgo de que esto suene presuntuoso, hemos querido con estas palabras, agradecer a cada uno de los pacientes que ha pasado por nuestra clínica y ha tomado unos minutos de su tiempo para escribir unas bonitas palabras de agradecimiento hacia nuestro trabajo.

Sólo nos queda decir, que somos nosotros los agradecidos y que el mérito siempre es del paciente.

A lo largo de nuestros años de experiencia, hemos tratado de rodearnos del mejor equipo de psicólogos, siempre pensando en ofrecer un trato profesional, pero muy cercano. Y estamos contentas, pues parece que estamos en el camino adecuado, ya que según las opiniones positivas de los pacientes, algo estamos haciendo bien.

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En nuestro ámbito, la mayor satisfacción es ver cómo un paciente mejora y consigue sus objetivos, como ves con el paso de las semanas que esa persona que llegó a la consulta con una expresión de sufrimiento en la cara, se le van endulzando sus rasgos y literalmente se quita años de encima.

Las opiniones positivas que nos recomiendan como los mejores psicólogos, no dejan de ser palabras de agradecimiento, que a nosotros nos sirven para cargar pilas y continuar haciendo nuestro trabajo con más motivación todavía.

Entendemos lo difícil que resulta para muchos pacientes, acudir a terapia. Para muchos incluso, es algo que no contarían nunca a nadie, pues prefieren mantener en su intimidad que han necesitado ayuda. Y aún así, tienen la generosidad de abrirse a ti y poner toda su confianza en ti, como profesional, para que les ayudes a encontrar la forma de sentirse mejor. Para un psicólogo eso es el mejor regalo que puede recibir en la profesión, el tener el privilegio de que una persona desconocida, te elija para andar un camino terapéutico que no es fácil.

Así que, si para vosotros (todos los que habéis dejado una huella de generosidad)  somos los mejores psicólogos:

 

A TODOS VOSOTROS, MUCHAS GRACIAS

 

 

Equipo de Clínica Vanesa Hernández

Psicólogos en Molina de Segura, Murcia

¿Sabes que los niños también tienen ansiedad?¿Cómo podemos ayudarles?

¿Sabes que los niños también tienen ansiedad?¿Cómo podemos ayudarles?

Al igual que en las personas adultas, los niños también tienen ansiedad. La manifestación de los síntomas en ellos, puede se ligeramente diferente a cómo se presenta la ansiedad en adultos, pero la viven con el mismo sufrimiento.

Para poder prevenir la ansiedad en los niños, el cómo actúen las personas de su entorno, (padres, educadores, cuidadores, familiares próximos), es muy importante, ya que la aparición de la ansiedad depende de diversos factores, entre ellos, el ambiente del niño y las experiencias vividas.

Cuando en la vida del niño se dan acontecimientos estresantes, como puede ser la separación de sus padres, fallecimiento de un ser querido, enfermedad prolongada de un familiar, un accidente, un robo en casa, un incendio…, puede no saber cómo gestionar las emociones que van ligadas a vivir este tipo de hechos. Los adultos, en este caso, podemos reducir el impacto emocional que dichas circunstancias puedan provocar en el niño.

¿Cómo?

  1. Animar al niño a que cuente cada día lo que le ocurre, cómo se siente. Crear la buena costumbre de expresar sus emociones sin temor al juicio de otros, es un amortiguador muy importante a la hora de prevenir la ansiedad, ya que por un lado le sirve para no ir acumulando estrés y por otro el hecho de contarlo le pondrá inevitablemente en una postura de solución más que de problema.
  2. Darles alternativas, teniendo en cuenta la personalidad del niño, para enfrentar las situaciones. Que sienta que la situación es abordable. Si tiene que enfrentarse a la situación poco a poco, es igual de válido y valiente. Siempre hay que felicitarle por sus logros, por pequeños que sean.
  3. No restarle importancia al cómo se siente, pero si ayudarle a relativizar el modo de percibir la situación de estrés.
  4. Hay que servir de ejemplo para nuestros pequeños. Ellos tienen que ver en nosotros modelos a los que imitar. La mayor parte de aprendizajes que realiza un niño, los hace por observación.
  5. Que el niño sienta que pese a que ya te contó el problema, tu sigues interesado por él. Seguir preguntando pasados los días, para mostrar interés de  cómo se van desarrollando los hechos y cómo se va encontrando él.
  6. Mostrarles un amor incondicional. El niño tiene que tener claro, que pese a los resultados, se le quiere por encima de todo. Se le quiere por ser quien es, no por lo que consigue. Hay que darle apoyo siempre, pero sin ser sobreprotector con él.
  7. Enseñarle a percibir la situación amenazante como un reto y no como un problema. Él tiene que sentir que la dificultad es una situación que le permitirá ser más fuerte y aprender más, como hacen los superhéroes. Para ello, ayudarles a encontrar el modo de poder enfrentarse a la situación. Generar junto con él, diferentes alternativas de solución, y planificar cómo se puede llevar a cabo. Con ello estamos fomentando su autonomía, algo que es de vital importancia para su desarrollo. Nosotros somos su guía y apoyo, el problema lo resuelve y lo enfrenta él, no nosotros.
  8. No olvidarnos que es un niño para no ser demasiado exigentes con él. No se trata de provocar hábitos perfeccionistas. No queremos crear un problema para resolver otro.

Si pones en marcha estas recomendaciones, ayudaras a tu pequeño a vivir la vida de un modo menos estresado, y ayudarás a prevenir su ansiedad

 

Equipo de Clinica Vanesa Hernández, Psicóloga en Molina

Psicóloga infantil

Psicólogos en MURCIA

Mi hij@ se porta mal ¿Que puedo hacer?. Problemas de comportamiento infantil

Mi hij@ se porta mal ¿Que puedo hacer?. Problemas de comportamiento infantil

Si tu hijo se porta mal y no sabes qué hacer, te vamos a explicar las causas de los problemas de comportamiento infantil, y cómo poder gestionarlos.

Si tu hijo no te obedece, no eres el único. El motivo más frecuente por los que los padres acuden a consulta son los problemas de comportamiento de sus hijos, tales como desobediencia, oposicionismo, rabietas desproporcionadas…

Hay que tener en cuenta que algunos de los problemas de comportamiento en los niños son evolutivos, es decir, que si no se refuerzan desaparecerán con el tiempo. Por ejemplo, las rabietas en un niño de 5 años son propias de la edad. Son necesarias para su maduración y buen desarrollo emocional, ya que le servirán para aprender a tolerar la frustración y entender que las cosas son como son, no siempre, como a él le gustaría. En este caso, como padres, tendríamos que centrarnos en nuestra reacción a las rabietas, hacerlo con tranquilidad e ignorar las peticiones del niño, sin que nos importe que si estamos en público alguien pueda pensar que somos malos padres.

Los problemas de comportamiento en los niños, en ocasiones, persisten en el tiempo y aumentan tanto en frecuencia como en intensidad. En este caso el problema además de darse en casa, se extiende al cole y demás entornos donde el niño se relaciona.

Otro aspecto a tener en cuenta, es que en ocasiones, por motivos laborales, los papas no pueden pasar todo el tiempo que les gustaría con sus hijos, y esto puede afectar también al comportamiento de los niños. Si esos niños pasan la tarde con sus abuelos, lo habitual es que éstos sean muy permisivos, lo que provoca que los niños posteriormente no acepten normas y límites de los padres. Esto puede sumarse al hecho de que, cuando los papas llegan a casa, van con el tiempo justo para preparar cenas, baños, deberes… y unido al cansancio de todos y las tardías horas que se hacen, también los padres ceden en ocasiones para no estar riñendo todos los días, incluso en ocasiones, los papas tratan de aliviar su sentimiento de culpa por no estar más con los niños, concediéndoles todo lo que el niño pide. Y esto puede ser un problema.

Una cuestión importante con respecto al comportamiento de nuestros hijos, es que nosotros como padres, no nos exijamos el mantener unas pautas fijas y límites claros, y nos dejemos llevar por nuestro estado de ánimo, humor o cansancio de ese día. No es saludable que ante un mismo mal comportamiento de mi hijo un día le ponga un castigo muy estricto y otro lo deje pasar porque estoy muy cansado y no tengo ganas de enfrentamientos.

Por otro lado, hay que poner atención en reforzar los comportamientos positivos de los niños, ya que cuando el niño se porta mal si que le reñimos que eso no lo haga mal, por ejemplo, si el niño está gritando montando jaleo, se le dice «niño, no grites más». Sin embargo, si el niño está tranquilamente en su habitación leyendo o jugando, simplemente no se le dice nada. Acercarnos a él en ese momento e interesarnos por lo que hace o mostrarle afecto, sería ideal para afianzar su buen comportamiento.

Los problemas de comportamiento pueden ir aumentando y acumulándose si no se pone solución, afectando a la buena dinámica familiar y a las relaciones entre padres e hijos.

Para afrontar los problemas de comportamiento con nuestros hijos es importante aprender estrategias adecuadas para la crianza y la buena relación con ellos.

Te proponemos algunas recomendaciones:

  1. Haz una lista de los comportamientos que te gustaría que tu hijo cambiara y ordénalos en base a tu prioridad. Ten en cuenta que no puede cambiarse todo de golpe, empieza con uno y cuando lo consigamos sumamos otro. Además, no olvides el grado de dificultad para el niño. Se trata de un proceso de aprendizaje, y como tal, puede no salir a la primera.
  2. Como ya hemos señalado anteriormente, pon el foco en los comportamientos positivos del niño. Seguro que tu  hijo hace muchas cosas bien, que no pasen desapercibidas, díselo.
  3. Los elogios tienen que ser de verdad, no pueden sonar a teatro, si no lo sientes, busca otra conducta que elogiar.
  4. No etiquetes al niño. Si le dices que es malo, el niño creará esa imagen de sí mismo y creerá que lo es, con lo que se comportará fiel a esa imagen y será un «malote».
  5. Anticípate a los comportamientos inadecuados. Comunícale cuál es el comportamiento adecuado y la consecuencia de no hacerlo.
  6. Las normas han de establecerse por adelantado, para que el niño sepa qué tiene que hacer y a que se atiene, al igual que las consecuencias, positivas y negativas.

 

Equipo de Clínica Vanesa Hernández

Psicólogos en Murcia. Psicología Infantil

 

 

Recomendaciones para una vida en pareja saludable.

Psicólogo de pareja en Murcia

Para muchos, encontrar a la persona ideal para compartir su día a día, es el estado perfecto de entender la vida. Sin embargo, cuando la relación de pareja deja de ser agradable y ya no ves a esa persona de ese modo ideal, todo se complica.

Por ese motivo, te voy a intentar ayudar, compartiendo contigo algunas recomendaciones que todo tendríamos que tener en cuenta para una bonita y sana  relación de pareja.Dichas recomendaciones no sustituyen la labor de un profesional cuando la terapia de pareja es necesaria

Antes de nada, no creo que sea necesario decir, que una relación de pareja es algo de dos. Por ello, cuando las cosas no van como nos gustaría, el recuperar la buena armonía con el otro depende de ambos. La implicación de una sola de las partes podría funcionar durante un tiempo, pero nunca proporcionaría el resultado de una relación satisfactoria para los dos. Dicho esto, en las relaciones de pareja, al igual que en otro tipo de relaciones, se establecen roles, ya que debido a la forma de ser de cada uno de los miembros, de forma implícita, cada uno juega un papel en la relación, por ejemplo, uno es más cariñoso que otro. Pero esto tiene que ser algo aceptado por parte de ambos como algo natural entre ellos.

Ahora ya sí que paso a compartir contigo esas recomendaciones para mejorar tu vida de pareja

1. Muestras de afecto a diario. Para crear un clima emocional adecuado , es necesario demostrar el afecto al otro. Partimos de el hecho de que la pareja se quiere, con lo que el afecto existe ¿Por qué no compartirlo con el otro? Si de forma espontánea no te sale dar un abrazo, o un beso, hazlo de forma voluntaria hasta que sientas la necesidad de hacerlo sin proponértelo.

2. Comunicación efectiva. Básicamente consiste en decir lo que realmente queremos decir, no dar por hecho que el otro tendría que saberlo y entenderme.

3. Dejar de jugar al adivino. Tu pareja por mucho que te quiera y tu creas que te conoce no es adivina. Así que si quieres algo pídelo, si necesitas cualquier cosa dilo, no esperes a que el otro lo adivine. No por eso se perderá la magia

4. Comunicación asertiva. Expresar lo que sentimos con nuestra pareja es algo necesario y saludable para ambos, pero eso no nos da derecho a soltar por nuestra boquita lo que nos plazca. No caigas en el error de responsabilizar al otro de cosas que te corresponden a ti, fuera los reproches.

Por ejemplo,  Imaginemos la situación en la que  me siento mal cada vez que mi marido llega a casa y no me saluda de modo afectuoso y a mi me gustaría que lo hiciera

Esposa: Parece que no te importe, haces que me sienta un cero a la izquierda.

Marido: No sé de que me estás hablando, estoy muy cansado, no tengo ganas de discutir.

En esta situación la chica realmente necesita un beso cordial de llegada a casa, pero por no decirlo, culpa a su pareja de hacerla sentir fatal. El marido se siente atacado y responde con un contraataque.

Resultado: ella sigue sin su beso de bienvenida y él enfadado y más lejos de ella.

Terapia de Pareja Murcia

Solución: Evidentemente hay varias opciones. Si me apetece que este aspecto de mi pareja cambie puedo ser yo quien de ese beso, o pedir a tu marido que te gustaría ese beso al llegar a casa porque te haría sentir mejor. Seguramente, él está dispuesto a darlo y con el paso de las semanas se creará una costumbre saludable.

5. Aceptar al otro tal y como es. No nos podemos pasar la vida, queriendo cambiar al otro. Cuando decidiste compartir tu vida con él, fue con el pack completo.

6. Llegar a acuerdos para negociar situaciones que os puedan beneficiar a los dos

7. Respetar el tiempo de pareja y tiempos individuales. Reservar un ratito a la semana para hacer algo los dos solos, pequeñas cosas o actividades que os dediqueis el uno al otro para cuidaros.

Psicólogo Especialista en Terapia de Pareja

8. No olvidéis que sois un equipo. Remáis en la misma dirección, no veas a tu pareja como el enemigo.

 

Psicólogos en Murcia

Terapia de pareja en Murcia

Vanesa Hernández, Psicóloga Murcia

¿Objetivos para el nuevo año? Ésta es la forma de conseguirlos

¿Objetivos para el nuevo año? Ésta es la forma de conseguirlos

Al comenzar el año nuevo, te has hecho la pregunta ¿Cuales son mis objetivos para este nuevo año? Si eres una de esas personas que les gusta marcarse objetivos pero que no logra pasados unos meses mantenerse en la acción, quizá te interese seguir leyendo unos minutos, ya que te damos las herramientas para alcanzarlos en este 2019.

El marcarse objetivos o metas es una fuente de motivación, que nos lleva a mantener un estado de ánimo positivo orientado a la acción, lo que nos proporciona además una mejor imagen de nosotros mismos y una sana autoestima.

 

Es totalmente recomendable, hacer balance a final de año, comprobar en qué punto estamos de nuestra línea vital y coger energía para seguir creciendo en la dirección que nos haga sentir mejor.

Pero antes de nada, para que nos resulte efectivo y no nos frustremos en la consecución de esos objetivos, es necesario aclarar diferentes conceptos.

Habría que establecer una diferencia entre deseos y compromisos.

Esto es muy importante ya que la mayoría de nosotros tenemos , de sentirnos mejor emocionalmente, físicamente, tener un mejor trabajo, más dinero, mejor salud, y todos ellos no implican una acción asociada, es decir, el desear las cosas simplemente es un pensamiento ante la fantasía de conseguir algo, pero no nos lleva a hacer nada.

Sin embargo, un compromiso, es cuando la persona se implica en pasar a la acción para conseguir lo que quiere con perseverancia, pese a que los resultados a corto plazo no sean los que quieren. El compromiso implica pasar a la acción he insistir en ello, hasta que se consigue el resultado deseado.

Otra aclaración importante a tener en cuenta sería la diferencia entre hechos o comportamientos y resultados

Los comportamientos, no se intentan, se hacen o no se hacen. Por ejemplo, yo no intento beber 2 vasos de agua, o los bebo o no los bebo. Implican voluntad consciente por parte de la persona.

Los resultados, son la consecuencia inevitable de los comportamientos y no dependen únicamente de mi voluntad. Por ejemplo: voy a estudiar mucho (comportamiento) para intentar sacar un 10 en el examen (el diez es el resultado).

Estudiar depende únicamente de mí, en el resultado influyen otros factores como los nervios ante el examen, el modo de formular las preguntas, criterios de corrección, etc.

La mayoría de las personas les gustaría sacar un diez en el examen pero pocos están dispuestos a comprometerse a hacer lo necesario para conseguirlo. Ahí la diferencia.

Para conseguir nuestros deseos, podemos comprometernos con diferentes acciones, que nos lleven a marcarnos objetivos cuyo resultado sea alcanzar mi deseo.

Por ello, ya que un compromiso, podemos dividirlo en diferentes objetivos para que nos resulte más abordable, voy a platearte la fórmula para que te resulte más fácil alcanzarlos:

  1. Los objetivos tienen que estar formulados de modo afirmativo y en positivo.  ¿Sabías que nuestra mente se siente atraía por lo que más pensamos, tanto si lo queremos como si no? Este es el motivo por el que los objetivos tienen que estar formulados en positivo. El ser humano termina reproduciendo en su vida lo que más piensa, tanto si lo desea como si no. Si tuviéramos en cuenta esta premisa, no estaríamos pensando todo el tiempo lo que no queremos, ya que antes o después, terminaremos provocándolo. Es lo que también se llama profecía autocumplida. Si quiero estar más delgada, no puedo marcarme el objetivo de » Este año no comeré dulces», porque estará todo el tiempo pensando en comer dulces, pues la mente para no pensar en algo primero tiene que pensarlo. Sin embargo, si se marca el objetivo de comer más fruta, su mente pensará en fruta, con lo que terminará comiendo más de la que comía.
  2. Los objetivos tienen que implicar acciones, no resultados, ya que tienen que estar bajo nuestro control. No pueden depender de otras personas o de otras variables que escapen a nosotros. Por ejemplo » Voy a comer sano» depende únicamente de ti, pero «Voy a adelgazar 4 kilos en un mes» es un resultado, no un comportamiento.
  3. Los objetivos tienen que ser lo más concretos que se pueda. «Voy a ir al gimnasio 3 veces por semana», es mejor que «Voy a ir más al gimnasio».
  4. El objetivo tiene que ser abordable para ti, que te rete a mejorar pero realista, si no, te frustrarás enseguida.  Y aunque hay que comprometerse, es recomendable un poquito de flexibilidad, ya que si no, a la primera que no cumplas tirarás la toalla.
  5. El objetivo tiene que ser algo motivador para tí, algo que despierte tu interés, si no es así, abandonarás enseguida. Ten cuidado con no marcarte objetivos para únicamente demostrarte que eres capaz. Es un arma de doble filo. Tu autoestima no puede alimentarse únicamente de lo que consigues.
  6. Tu objetivo tendrá que aportarte algo positivo. Es decir, cualquier comportamiento que quieras eliminar o sustituir por otro, en el momento actual te aporta algun beneficio. Por ello, tendrás que sustituir ese beneficio por otro. Si comer dulces me premia un mal día, no puedo dejar de comerlos y quedarme con mi mal humor en casa. Tendré que sustituir la gratificación de comer dulces por algo que alivie mi mal humor, por ejemplo ir a clases de baile.
  7. Ponlos por escrito, te ayudará a clarificar y afianzar ideas.

Si utilizas estas herramientas para elaborar tu lista de objetivos de principio de año, la probabilidad de conseguir tus resultados será casi segura.

¡ÁNIMO, SÓLO ES PASAR A LA ACCIÓN!

Psicólogos en Murcia

 

Vanesa Hernández

Me siento mal y no se qué me ocurre ¿Qué me pasa?

En alguna ocasión has pensado « me siento mal y no sé que me ocurre». Si ha sido así, no eres la única persona a la que le ha ocurrido esto.

En la práctica clínica, cuando un paciente acude a consulta, se presenta con una serie de signos y síntomas que al no desaparecer con el paso de los días, las semanas, o incluso meses, han empezado a provocarle molestar e incluso a condicionar su vida. Hay veces, que el paciente se exige antes de acudir a la consulta de un psicólogo contar ya con el diagnóstico, que le sirva como carta de presentación en su primera consulta. Sin embargo, esto no ocurre cuando acudimos a otro profesional de la salud, a que nos trate. Por ejemplo, si llevas varios días con un fuerte dolor en el abdomen , tu no necesitas el diagnóstico antes de acudir a tu médico de atención primaria, esperas que sea él como profesional el que lo haga. En el terreno psicológico existe una tendencia a tener que saber qué te pasa para acudir a un profesional. Por ejemplo, tengo ansiedad.

Un alto porcentaje de pacientes, cuando asisten a consulta, realmente no saben cuál es su diagnóstico. Saben que no se sienten bien y necesitan una ayuda para poder sentirse mejor. El paciente espera que haya una causa que explique el cómo se sienten para así al erradicarla o resolverla, acabe su malestar.

Algo común a la mayoría de estos pacientes es que mantienen un modo de pensar o de interpretar los hechos de la realidad de un modo distorsionado. Sin embargo llevan haciéndolo tanto tiempo, algunos recuerdan toda su vida haciéndolo, que su frase es «YO SOY ASÍ». Ese modo de pensar consiste en cometer una serie de errores a la hora de analizar la realidad, que mantenidos en el tiempo pueden provocar estado de ánimo deprimido y cuadros ansiosos, pero el paciente normalmente no es consciente de ello.

Afortunadamente, este modo de pensar se aprende y por lo tanto se puede reeducar para reaprender un modo mas realista y saludable para nosotros.

Como mi objetivo es ayudarte a que te sientas mejor te voy a proponer que, si no te encuentras del todo bien y te gustaría cambiar eso,  que dediques unos minutos a releer los errores de pensamiento más comunes, para identificar si en tu modo habitual de pensar, están presentes:

 

  1. Inferencia arbitraria. Es establecer una conclusión negativa sin tener una evidencia empírica que la pueda justificar de forma suficiente.  Ejemplo: “No voy a conseguir el trabajo porque no soy buena”.
  2. Catastrofismo. Este error consiste en interpretar una situación con el peor resultado posible, como su propio nombre indica es llevar cualquier pensamiento a la catástrofe. Ejemplo: “Es mejor que no haga el examen porque lo suspenderé y seré lo peor”.
  3. Comparación. Es la tendencia a compararse con los demás y donde el resultado de la comparación es el mismo, tu siempre sales perdiendo, eres peor que los demás. Ejemplo: “Mi amiga siempre viste mejor que yo».
  4. Pensamiento dicotómico. Consiste en pensar en extremos. Se analizan las experiencias propias o de los demás en categorías que solo tienen dos opciones opuestas (bueno/malo; positivo/negativo; posible/imposible). Ejemplo: “Si no marco gol, no me querrán en el equipo».
  5. Descalificación de lo positivo o de la propia valía. Cuando se resta valor a las experiencias o rasgos positivos de uno mismo. Ejemplo: “Aprobé el examen, pero fue de suerte.”
  6. Razonamiento emocional. Es cuando conviertes las emociones en realidad.Cuando las opiniones son formadas sobre uno mismo basándose sólo en las emociones que experimenta la persona. Ejemplo: “Tengo miedo a subir al ascensor porque es peligroso». » Me siento tonto , por lo que lo soy»
  7. Construcción de la valía personal en base a opiniones externas. Cuando mantenemos una valía personal en base a lo que nos dicen los demás. Ejemplo: “Mi entrenador me dice que son muy malo con el balón, seguro que tiene razón” (espero que ningún entrenador le diga eso a un niño) o “Mi novio dice que soy tonta, seguro que tiene razón”.
  8. Error del adivino. Pensar que somos capaces de adivinar un pensamiento, resultado o emoción, siendo siempre negativo.  Ejemplo: “Estoy seguro de que han pensado que he echo el ridículo»
  9. Etiquetado. Cuando una persona se etiqueta a uno mismo o a otros de forma peyorativa. Ejemplo: “Soy feo”, “Soy el peor jugador del mundo”.
  10. Magnificación. Tendencia a exagerar lo negativo de una cualidad o  situación,  o persona. Ejemplo: “No le ha gustado mi propuesta, seguro que me despiden.”
  11. Leer la mente. Cuando una persona cree que otra está pensando negativamente en ella sin tener pruebas de ello. Ejemplo: “seguro que piensa que soy un pesado»
  12. Minimización. Proceso por el cual se minimiza o quita importancia a algunos sucesos, rasgos o circunstancias. Ejemplo: “Me ha dado un beso de buenas noches pero podría haberme dado más”, “me han llamado tres veces para salir pero podrían haberme llamado más veces”, “Solo me ha regalado una flor, no me quiere”.
  13. Sobregeneralización. Se trata de extraer conclusiones basándose en unas pocas experiencias o aplicarlas a una gama de situaciones no relacionadas. Ejemplo: “Se me ha quemado la comida, nunca sabré hacer nada correctamente”, “No me han pasado el balón para marcar, seguro que tampoco quieren quedar para ir al cine”.
  14. Perfeccionismo. Es cuando por miedo al fracaso nos exigimos ser perfectos Cuando se rey que nuestros resultados también lo sean independientemente que sea realista o razonable.
  15. Personalización. Cuando te consideras responsable de una situación, evento o reacciones de otros sin tener evidencias para ello. Ejemplo: “Seguro que están hablando de mi”, “Seguro que ha bostezado por que se aburre conmigo»
  16. Abstracción selectiva. Es cuando al pensar en una situación te centras solo en un aspecto, detalle negativo, de manera que se magnifica su importancia convirtiendo la situación entera en un contexto negativo. Ejemplo: “Se me ha caído el vaso de agua, soy el más torpe del mundo»
  17. Afirmaciones con “Debería”. Sucede cuando traducimos los deseos o expectativas sobre capacidades o habilidades personales , aunque sean ilógicas en obligaciones Ejemplo: “Debería haberse dado cuenta de que necesitaba un abrazo”

Una vez hayas releído estas distorsiones cognitivas, intenta observar tu pensamiento para comprobar si forman parte de tu modo habitual de interpretar la realidad.

Si es así, toma nota de ellas por escrito y posteriormente trata de buscar alternativas a ese pensamiento para eliminar el error que contiene y de ese modo cambie la emoción.

 

 

Psicóloga en Murcia

Vanesa Hernández

¿La ansiedad se cura?

imagesCAK0588M¿La ansiedad se cura?, es una pregunta que en algún momento todas las personas que padecen o han padecido ansiedad se han formulado, incluso las personas que nunca la han sentido, seguramente se lo habrán cuestionado alguna vez,  debido a que la ansiedad es algo muy frecuente en la sociedad occidental en la que vivimos.

El principal objetivo de este artículo, es dar respuesta a esta pregunta, pero antes es necesario aclarar diferentes cuestiones.

Cuando escuchamos la palabra ansiedada todos nos suena a algo negativo, desagradable o incluso referente a enfermedad. Efectivamente, para el que la sufre, es algo muy desagradable y molesto, pero no por ello deja de ser una respuesta de nuestro organismo para alertarnos de una oportunidad de aprendizaje ¿CÓMO? Sí, has leÍdo bien, de aprendizaje.

La mayoría de personas, cuando empiezan a sentir síntomas de ansiedad, se asustan y se limitan a querer evitarlos y eliminarlos lo antes posible, algo lógico si tenemos en cuenta lo molestos y limitantes que pueden llegar a ser. Sin embargo, debajo de esos síntomas hay mucha información a la que deberíamos de prestar atención. Si tenemos en cuenta que la ansiedad es una llamada de atención ante una posible amenaza, y que los síntomas físicos son la forma que tiene nuestro cuerpo de hablarnos, parte de la solución consistiría en prestar atención no a la forma del mensaje sino al contenido. ¿DE QUÉ ME ESTÁN ALERTANDO REALMENTE ESTOS SÍNTOMAS? ¿ESTÁ TODO BIEN EN MI VIDA?¿Y EN MÍ?

Formulándonos las cuestiones adecuadas y dominando el miedo a las respuestas, podemos utilizar la ansiedad como la llave que nos abra la puerta a nuestro crecimiento y desarrollo personal. Puede que aparentemente todo esté bien, porque si analizas tu vida, seguramente no tengas motivos para sentirte así. Y seguramente en algunos casos, sea realmente así, pero quizá sigues utilizando patrones de pensamiento y costumbres antiguas que quizá ya no te valgan para esa etapa de vida. En ocasiones se trata de crisis de adaptación, o miedo a ejercer cambios en tu vida, o miedo a mirar hacia adentro y descubrir cosas de ti que no sean agradables, aún así, en todos los casos es una oportunidad para la mejora y el aprendizaje

Y ahora, si padeces ansiedad, seguramente estarás pensando: todo eso suena muy bien pero ¿qué  hago yo con mis síntomas?

Está claro que hay que aprender a dominar los síntomas y perderles el miedo. Algo que se consigue relativamente fácil con la terapia cognitivo-conductual, utilizando técnicas de respiración y relajación. Pero mi recomendación es que vayas más allá y aproveches esas crisis de ansiedad para avanzar.

cropped-imagesca8ysypx.jpg¿La ansiedad se cura? SI, LA ANSIEDAD SE CURA. Está demostrado que en 12 sesiones semanales los síntomas de ansiedad remiten. Pero la terapia cognitivo conductual persigue además de remitir los síntomas físicos, reestructurar tu modo de pensar y percibir las cosas, además de dotarte de estrategias de afrontamiento para dominar tus miedos. La ansiedad no deja de ser una respuesta de miedo, pero aparentemente injustificada y desproporcionada.

 

Así que si padeces ansiedad, no dudes en aprender a Dominarla.

Psicólogos en Murcia

 

Vanesa Hernández, Psicóloga

¿Nos afecta la Navidad emocionalmente?

La Navidad es una época intensificadora de emociones. Efectivamente nos afecta a nivel emocional, pero dicha influencia puede ser positiva o negativa para nosotros.

Para la mayoría de nosotros, es una época de júbilo y alegría. Es la excusa para reunirnos con familiares y amigos, que en ocasiones hace mucho que no vemos o a los que sólo vemos en Navidad. Las calles se llenan de bonitas luces, el ambiente se inunda de villancicos y buen humor, y aunque sea una pena reconocerlo, las personas en esta época del año se obligan a estar más felices, amables y generosos con los demás.

Family with children dressing Christmas tree. Black and white retro.

Uno de los aspectos más bonitos de la Navidad quizá sea, el como la viven los niños. Con ilusión e inocencia, nos contagian de esa mirada dulce que para ellos tiene la Navidad.

Sin embargo, no todas las personas tienen la fortuna de vivir esta época del año así. En ocasiones la Navidad actúa como un amplificador de emociones negativas, y aumenta la tristeza, melancolía y sensación de soledad. Algunos profesionales han llegado a hablar incluso de «Depresión Navideña». Los síntomas son similares a los de la depresión común: tristeza, apatía, fatiga, problemas de sueño, pérdida de apetito, disminución del deseo sexual, aislamiento.

Las causas suelen ser la pérdida de algún ser querido, separación sentimental, no poder reunirse con la familia por encontrarse lejos, riñas familiares, problemas económicos, no haber llegado a los objetivos planteados para ese año, no tener con quien compartirla…

Además, se une el hecho de la obligación implícita de tener que estar felices, con ganas de celebrar y reunirnos con gente, independientemente de nuestras circunstancias. Se nos olvida que para muchas personas, simplemente son dos semanas del año, que les apetece vivirlas libremente como les apetezca, y no por eso son «raros»

Cuando alguien espera la Navidad con desgana, se recomienda anticiparnos a esa «depresión Navideña», para cogerle ventaja. Se recomienda mantener nuestras rutinas diarias en la medida de lo posible a excepción de momentos puntuales.

Por otro lado, programa tu Navidad como te apetezca, con actividades que te resulten placenteras, independientemente de que sea Navidad. En definitiva se trata de tener preparados amortiguadores de la tristeza y de otras emociones negativas, para que esta época del año no resulte negativa para nosotros.

Psicólogos en Murcia

Vanesa Hernández, psicóloga.

Respuestas prácticas a preguntas acerca del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad

El objetivo del siguiente artículo es proporcionar respuestas a las preguntas que nos solemos hacer referente al Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)

El TDAH lo padecen entre un 2 y un 6% de la población mundial.

De ese porcentaje un tercio de los niños dejará de padecerlo antes de la adolescencia, en otro tercio remitirán los síntomas antes de la edad adulta. Y una última tercera parte lo padecerá a lo largo de su edad adulta.

Sin embargo, algunos de los síntomas, pese a que el trastorno remita, persisten en la edad adulta, por ello se considera un problema crónico que tendrá que ser tratado a lo largo de la vida del individuo. Los síntomas que suelen persistir, son los referentes a la impulsividad y a la inatención. Los síntomas de Hiperactividad son los que remiten en la infancia.

El TDAH se da tanto en niños como en niñas. Sin embargo, se diagnostica mucho más en niños, ya que en las niñas, debido a que son menos oposicionistas y muestran menos síntomas de Hiperactividad, el trastorno pasa inadvertido.

Pese a  lo que se haya podido creer tiempos atrás, el TDAH tiene un origen biológico, con lo que los padres no deben sentirse culpables nunca. Se estima un porcentaje de heredabilidad de un 75%. Los niños que la padecen presentan un nivel de actividad e impulsividad inadecuado, así como problemas de atención y concentración.

Si el TDAH no se trata, diferentes áreas de la vida del niño se ven afectadas. Su rendimiento escolar se ve mermado significativamente. Sus relaciones sociales pueden deteriorarse por su levada impulsividad y problemas de comportamiento, ya que suelen ser disruptivos, y no toleran la frustración. Todo ello, puede llevarles a problemas emocionales como estado de ánimo deprimido o ansiedad.

Antes de etiquetar a un niño, sería necesario que un profesional especialista, realizara un diagnóstico, y a partir de ahí, diseñar un plan de tratamiento y actuación, por parte de todas las personas implicadas en la educación y desarrollo del niño.

El diagnóstico puede hacerlo, un neuropediatra, un psiquiatra, o un psicólogo clínico.

El tratamiento tendría que incluir varios componentes

  • Medicación: el niño tendrá que tomar medicación convenientemente recetada por un profesional, cuyo objetivo sería mejorar el déficits de algunos neurotrasmisores cerebrales
  • Implicación de los padres: La participación de los padres en el tratamiento del TDAH es necesaria y fundamental. Se entrena a los padres en pautas de modificación de conducta y en otras herramientas, para que aprendan a manejar la impulsividad e hiperactividad del niño, así como otros síntomas asociados. La psicoterapia que está demostrado que ayuda a mejorar al niño es el entrenamiento de los padres para que ellos manejen los síntomas del niño. Otras técnicas como psicoanálisis o las basadas en el juego o manejo cognitivo, no hay resultados concluyentes al respecto.

El entrenamiento de los padres, combinado con el entrenamiento del niño, apoyo escolar y medicación, es el combinado más efectivo para el tratamiento del TDAH en niños.

Es frecuente que los padres sean reticentes a administrar medicación a sus hijos. Es necesario que se sepa, que lo que se suele recetar es Metilfenidato, el cual no produce adicción. Seguramente hayas escuchado que es parecido a las anfetminas. Aunque químicamente son muy similares, a dosis pequeñas y administrado por vía oral, no produce euforia, sino todo lo contrario, les ayuda a reducir la impulsividad.

Sin embargo, con adolescentes, hay que llevar un mayor control de la medicación, ya que a dosis altas produce efecto euforizante. Así que en adolescentes que consuman drogas o alcohol habría que llevar un control exhaustivo de la dosis.

Por último, otra cuestión que preocupa a los padres, es si la medicación afecta al crecimiento. Los estudios muestran que no se observan diferencias significativas en la talla media después de los 18 años

 

Espero que estas breves aclaraciones os sirvan para dar respuesta a dudas que se nos presentan referentes a este trastorno infantil.

 

Psicólogos en Murcia

Vanesa Hernández, psicóloga.

 

 

 

 

¡Mi hijo no come! ¿Qué puedo hacer?

No es raro escuchar a una mamá  frases del tipo: «mi niño no me come», «este niño no come nada», «mi hija se alimenta del aire, porque comer no me come», «la hora de sentarnos a la mesa es un drama todos los días, no le gusta nada», «ya no me funcionan los castigos…», «lo curioso es que en casa ajena come de todo»

Son muchos los padres preocupados por la falta de apetito de sus hijos. Para muchos se convierte en una preocupación diaria, pues el hecho de que un hijo no coma o no coma lo que uno espera o cree que es lo adecuado, se convierte en el problema a solucionar a diario. Los padres prueban con todo tipo de juegos, hacer la comida más atractiva para el niño, prometer recompensas, pero nada de esto les funciona en ocasiones. Entonces entran en un bucle en el que los momentos en que toca comer se cargan de tensión y mal humor.

Para poder abordar este tema de un modo eficiente, tenemos que tener en cuenta algunas cosas antes de considerar que nuestro hijo realmente tiene un problema de la alimentación:

No todos los niños necesitan comer la misma cantidad ni es necesario que a determinadas edades nos empeñemos en que los niños COMAN DE TODO.

Si el niño se le ve con energía, su rendimiento es adecuado y está en un percentil dentro de la media, no hay de qué preocuparse.

Hay niños que se ponen malitos con frecuencia, y la enfermedad agudiza la inapetencia en ellos, sobre todo cuando es una enfermedad aguda. En este caso hablaríamos de inapetencia reciente, y remite de forma progresiva y espontánea una vez que la enfermedad ha desaparecido.

En este caso, habría que tener especial cuidado en no utilizar la alimentación como refuerzo o castigo, o como medio de atención hacia el niño, ya que pasada la enfermedad estos patrones de aprendizaje podrían establecerse com algo habitual.

Otra aspecto a tener en cuenta, sería los casos en los que los niños comen de forma selectiva, sólo lo que les gusta ( chuches, alimentos con azúcar, zumos, bebidas de yogurt…) y se niegan a probar otros alimentos como verduras, o guisados. En este caso, no es que el niño no coma, el niño come. Pero los padres en la desesperación de que coma terminan dándole lo que pide. El problema aquí sería de comportamiento y de no haber sabido poner unas normas claras y definidas con respecto a la alimentación y cumplirlas.

La verdadera inapetencia se da cuando un niño realmente está desganado y sin energía, apenas come y su peso y altura está por debajo de la media. En este caso sería recomendable consultar con su pediatra en primer lugar y/o con un profesional más especializado después.

Siempre que el niño no padezca una enfermedad aguda, podemos seguir estas recomendaciones para acabar con la angustia diaria y las batallas en la mesa.

  1. No resultará útil obligar a un niño a comer. De hecho nunca hay que obligar a los niños a comer.
  2. Empatiza con el niño. Ponte en el lugar de tu hijo, le estás obligando a comer cuando no tiene hambre o cuando está saciado y no le entra ya nada más. No fijes una cantidad de antemano. Se comprensivo
  3. Como hemos mencionado anteriormente, cada niño tiene unas necesidades nutritivas diferentes, por ello ajusta las cantidades de alimento a las necesidades de tu hijo. No te empeñes en que coma lo mismo que sus hermanos o lo que tú crees que debería comer para su edad.
  4. ¿Y que pasa con las verduras? Las verduras llevan mucha fibra, y por tanto les produce sensación de saciedad muy pronto. Con unas pocas cucharadas es suficiente. Con la fruta sucede algo parecido, dale la fruta a trocitos, les puede resultar divertido comérsela ellos solos.
  5. Chuches y dulces. En ocasiones es más cómodo para los papás y los niños recurrir a un bollo, o galletas, o chuches, ya que es un recurso rápido y apetecible. Pero, independientemente de que el niño coma mucho o poco, el azúcar habría que reducirlo siempre. Cuanto menos dulces y chuches mejor.
  6. No es necesario que coman de todo. Si quieres que tu hijo odie un alimento oblígale a comerlo. Siempre funciona mejor sugerirles pero sin insistir, llegará un momento en lo probarán ellos solos.
  7. En ocasiones los celos a los hermanos, su necesidad de llamar la atención con comportamientos regresivos, provoca que los niños dejen de comer, incluso cuando anteriormente no presentaban ningún tipo de dificultad con la alimentación. No dar importancia, remitirá una vez pase el verdadero problema.
  8. La mayoría de niños prefieren comer ellos sólos. Los padres suelen negarse porque tardan mucho más en comer y pueden provocar un desastre un la mesa poniendo todo perdido. Déjale comer sólo
  9. No utilizar la comida para chantajear emocionalmente a un niño. El niño tiene que aprender a comer porque su estómago se lo pida, y no porque sus emociones se lo dicten. No es mejor niño ni se le quiere más porque coma.
  10. La comida no puede ser el sacrificio por el que tienen que pasar para conseguir el premio.Comer tiene que ser también el premio.

Para finalizar os recomendamos el libro «Mi niño no me come» de Carlos González, donde encontrareis esto y mucho más.