Miedo al fracaso

Miedo al fracaso

 

imagesCAOWMP8QLejos de pretender hacer un análisis conceptual de lo que significa éxito o fracaso, me gustaría trasmitir los beneficios de superar uno de los miedos que está tan  extendido y arraigado en todos nosotros,  que la mayoría pese a saberlo, nos cuesta aceptarlo.

Si le preguntáramos a una gran parte de la población adulta qué piensa acerca del miedo al fracaso, la mayoría nos daría respuestas del tipo: “el fracaso lo tienes ya”, “el fracaso es no intentarlo”, “el que no arriesga no gana”, “qué pierdes por intentarlo”…

Sin embargo, la gran mayoría de estas personas en el fondo de su ser, preferirían no intentarlo y quedarse con la sensación del deseo de que hubiera salido bien si lo hubieran hecho, antes que intentarlo y fracasar.

El miedo a fallar es algo que va en la etiqueta del ser humano, ya que en toda decisión hay un riesgo no controlado que implica incertidumbre, y la incertidumbre es la duda que siembra el miedo. Miedo porque perseguimos la seguridad, sólo así nos sentimos tranquilos, pensando que todo está controlado.Pero seguramente, casi nada de lo que condiciona tu situación en ese momento depende de ti. Entonces no sería lógico preguntarse ¿Qué clase de seguridad me ofrece algo que depende de las decisiones de otros? Yo me lo cuestionaría.

Intentar conseguir un objetivo no es intentarlo una vez y ver qué ocurre. Intentar un objetivo es perseverar hasta conseguirlo. Ello implica que nos tendremos que enfrentar a que las cosas no salgan como nos gustaría, implica enfrentarse al fracaso una y otra vez. Algo,  que si lo enfocamos de forma positiva implicaría un proceso de aprendizaje cada vez mayor, normalmente supone todo lo contrario. Pensamos en qué hicimos mal para que el resultado fuera el que fue. Al pensar en lo que no supimos hacer, nuestra confianza en nosotros mismos,  nuestra sensación de la capacidad de poder conseguir lo que pretendemos se va minando, va disminuyendo en  cada fracaso que experimentamos.

Y así es como se produce el abandono de la consecución de un objetivo. Para no enfrentarnos a esa sensación desagradable de no sentirnos capaces, preferimos quedarnos con la duda de lo que hubiera pasado si lo hubiéramos intentado.

Por el contrario, si cada vez que fracasamos en nuestro intento de algo, nos quedamos con lo que hicimos bien para llegar donde llegamos, nos servirá para aprender qué tenemos que seguir haciendo y qué tenemos que incorporar para seguir avanzando hacia la consecución de nuestra meta.

Si caes en la duda, el miedo se hará contigo,  ya que dirigirá tu pensamiento a todo lo que puede salir mal.

duda-metodica-1-thumb[1]En este caso, cuando flaquees y no sepas si es mejor decidir arriesgar o no, piensa en qué harías si tuvieras la seguridad de que todo va a salir bien. Desarrolla la costumbre de pensar en todo lo que puede salir bien, no sabotees tu cambio.

Está claro que el riesgo, dependerá de cuál sea nuestro objetivo. Tu objetivo puede ser el ser más sociable, relacionarte más y no lo haces por miedo al rechazo (el rechazo es una forma de fracaso social). Pero también puede ser emprender tu propia empresa lo que implicaría tener un plan organizado de viabilidad y un conocimiento especializado de la materia.

Piensa que no podrás llegar a otro lugar si no abandonas el sitio en el que estás.

Actúa como si fueras a triunfar. Eres un triunfador por intentarlo.

Si quieres cambiar, si quieres que algo cambie en tu vida, tendrás que empezar a hacer cosas diferentes.

Asume la responsabilidad de tu propio cambio.

Podrás conseguir lo que te propongas, siempre que no abandones por miedo a no conseguirlo.

Del riesgo y del miedo al fracaso, habla este poema que me apetece compartir con los lectores. Llegó por casualidad a mis oídos, y me resultó inspirador para todos aquellos que tengáis miedo al fracaso.

 

Riesgos

Reirte es arriesgarte a parecer estúpido

Llorar es arriesgarte a parecer sentimental

Buscar a otros es arriesgarte a establecer un compromiso

Expresar tus sentimientos es arriesgarte a expresar tu verdadero ser

Expresar tus sueños e ideas ante una multitud, es arriesgarte a perderlos

Amar es arriesgarte a que ese amor no te sea correspondido

Vivir es arriesgarte a morir

Esperar es arriesgarte a desesperar.

Pero hay que correr riesgos

Porque lo más arriesgado de la vida es no arriesgar.

La persona que nada arriesga nada hace, nada tiene, nada es.

Puede que evite el sentimiento y el dolor

Pero no puede aprender, sentir, cambiar, crecer, amar, vivir.

A sus actitudes encadenados son esclavos

Han renunciado a la libertad.

Sólo la persona que arriesga es libre.

 

Recuerda que en la mayoría de los casos no tienes tanto que perder, pero tu mente te hace sentir todo aquello que pasaría si todo saliese mal.

Si sólo son pensamientos, ¿Por qué no nos atrevemos a dar credibilidad a todo lo que podría salir bien?

Decidete a ser LIBRE, no permitas que tu miedo TE ATE.

 

 

Vanesa Hernández «Picóloga en Murcia»

¿Seré homosexual? Esa es mi duda.

¿Seré homosexual? Esa es mi duda.

¿Te resulta familiar la pregunta: Seré homosexual?

Si de un tiempo a esta parte esa es la cuestión que irrumpe en tu cabeza, puede ser que este articulo te ayude a despejar tus dudas.

Por extraño que parezca para todos aquellos que leáis estas lineas, y no sepáis de qué hablo, las dudas a cerca de la orientación sexual, es una de las obsesiones más frecuentes que acuden a consulta.

Para el que sepa a qué me refiero, le sonará totalmente familiar, es más, puede que sienta una gran angustia al inicio y un gran alivio al final de la lectura, ya que mi intención con este artículo es simplemente describir lo que ocurre ( tal y como lo describen los pacientes a los que les ocurre) cuando alguien tiene obsesiones de este tipo, con el fin de poder ayudar a despejar la duda acerca de lo que les está pasando, a aquellas personas que se sientan identificadas con estas líneas.

obsesion 1Sin saber ni cómo ni por qué, hubo un día en el que en un determinado momento, asaltó esa duda en tu cabeza: ¿Seré homosexual?. Una pregunta a la que nunca habías tenido que responderte, de repente te atrapa, y una gran angustia recorre tu cuerpo haciéndote dudar de un modo que te asusta.

En ese momento tratas de no darle importancia y de normalizar lo que te acaba de ocurrir, pero la sensación indefinida de miedo, angustia, duda, no termina de desaparecer.

No quieres pensar en ello, pero la pregunta acude una y otra vez a tu cabeza, y no sientes la seguridad de poder responder a ella. A la vez te gustaría olvidarte del tema, y que todo volviera a ser como antes, pero es imposible, necesitas aliviar la duda, si no lo haces, no te quedarás tranquilo.

De repente te descubres mirando a un compañero de trabajo, a un amigo o a cualquiera con quien coincides en tu vida cotidiana y ta asalta una sensación de angustia acompañada de la duda ¿Me gustará?

Puedes sentir incluso como un impulso de mirar determinadas zonas del cuerpo (trasero, pecho, abdomen…), y sentir cierto bochorno o verguenza por hacerlo, y por supuesto la duda.

Para que esto no te ocurra, evitarás estas situaciones, aunque implique ir por la calle mirando hacia el suelo, o dejar de quedar con alguien.

La ansiedad se hace una constante en tu vida, y tu día a día puede convertirse en buscar información, o pruebas que te ayuden a despejar esa duda. Pruebas a favor o en contra de la afirmación «Soy homosexual».

Puedes buscar información en internet, mirar pornografía, acudir a sitios de ambiente gay…para comprobar si la duda que de repente invadió tu cabeza es fruto de una cuestión real a resolver, o no.

Tendrás también, relativos momentos de tranquilidad en los que racionalmente repasas tu vida, tus sentimientos, tus experiencias, y una gran parte de ti parece tener clara la repuesta, sabes que no eres homosexual, pero la claridad dura poquito, ya que la duda vuelve a hacerse contigo y la angustia vuelve a aparecer.

Tratas de llevar tu vida con normalidad, en ocasiones es algo que no se le cuenta a nadie, es algo que no se puede contar, y eso aumenta más la angustia.

Pero aunque se lo cuentes a alguien cercano y trate de tranquilizarte, no servirá.

Sientes que «te vas a volver loco», que «vas a perder el control». Tu ánimo se resiente, no te apetece hacer nada, pierdes la ilusión por las cosas, sientes que tu vida no tiene sentido, que no avanzará, si no eres capaz de despejar tus dudas.

Si tienes pareja, puedes sentirte culpable por lo que te está ocurriendo, no sabes si les estás mintiendo, si le estás haciendo perder el tiempo. Por ello puedes crear distancia emocional con ella para sentirte más cómodo o incluso rechazo para aliviar la culpa.

Sientes que hasta que no despejes tus dudas, no podrás realizar tu vida con normalidad.

Puedes dudar también acerca de si sigues sintiendo atracción hacia personas del sexo contrario, ya que dudarás de todo.

obsesiónPues bien, lo que realmente te ocurre cuando asalta esta duda angustiosa en tu cabeza y entras en el círculo de la duda infinita, es que padeces una obsesión.

La obsesiones son pensamientos que acuden a tu cabeza de forma repentina, involuntaria, que van seguidos de una emoción de angustia que hace que te cuestiones su veracidad. Son pensamientos que, se diferencian de otros en que se quedan dando vueltas en tu cabeza, provocando una sensación de angustia, que te lleva a darles credibilidad precisamente por eso, por la sensación que te hacen tener. Ya que la persona que los padece se cuestiona que si no fuera cierto por qué se siente así cuando los tiene y pese a intentar decirse a sí misma que no lo son, la duda sigue ahí.

Lo que hace que no desaparezcan sin más, y se queden en un simple pensamiento que pasó por tu mente, es la duda que provocan en tí. Duda que tendrás que despejar para quedarte tranquilo.

Pero esa es precisamente la trampa que te atrapa. El conceder credibilidad a la duda.

La obsesión se mantiene ahí por concederle credibilidad, por que ese pensamiento te hace dudar de algo que no es real, y como tal no podrás despejar nunca.

Si realmente fueras homosexual, no tendrías una duda eterna, ya que habría una realidad que enfrentar. Es más. No tendría porqué provocarte angustia el echo de serlo. Tampoco tendrías dudas acerca de si alguien te gusta, sabrías lo que te hace sentir, en mayor o menor medida.

La duda hace que pierdas de vista la realidad que vives, que tu criterio no cuente, por que la misma obsesión ya te hará dudar de todo.

Vanesa Hernández » Psicóloga en Murcia.

.

¿Persigue lo que amas? Cuestiones para pensar.

¿Persigue lo que amas? Cuestiones para pensar.

 

«Psicólogos en Murcia»

 

Es fácil motivarse cuando hacemos algo que realmente nos gustas, que realmente amamos. Pero no siempre perseguimos aquello que amamos.

Nos podemos pasar la vida lamentándonos por ello, lamentándonos por aquellas decisiones «mal tomadas», que nos dirigieron por un camino a un destino que no nos gustó. Pero lejos de plantearnos cambiar de dirección y optar a otro destino, nos sentimos culpables por aquellas decisiones, frustrados, y condenados a seguir tomando otras en base a una primera que fue errónea, y todo, por no pararnos a pensar y atrevernos a establecer cambios.

Parece absurdo, incluso podría resultar cómico, cuando pensamos en la forma en que la mayoría de nosotros dibujamos nuestro destino. Piensa como fue. Para la mayoría, que pensábamos tenerlo más o menos claro en aquel entonces ocurrió esto. Un buen día, un joven de 17 años tuvo que plantearse su destino. Y allá fue él, a la secretaría de una facultad a solicitar una carrera que no conocía. Es gracioso porque es como si ahora, una vez adultos, le confiáramos nuestro futuro, nuestra vida a un joven, que sin experiencia, y con los pensamientos y necesidades propios de esa edad, no le permitimos que se equivoque. ¿Te lo habías planteado así alguna vez?motivación2

Por otro lado, la mayoría de las cosas que suceden en nuestra vida, lo hacen por azar, por casualidad, ocurren sin más, no las elegimos nosotros. El sitio en el que nacemos y crecemos, en el que la mayoría de nosotros termina viviendo toda su vida, los amigos de los que te rodeas, les conociste en el colegio, en el instituto, facultad o simplemente en el barrio. Nuestros hábitos y rutinas, de ocio o no. Hasta nuestro ocio en ocasiones está condicionado por el sitio en el que vivimos y la gente con la que nos relacionamos. y si todas estas cosas no las elegimos nosotros,¿ por qué tendrían que gustarnos?

En algunos casos, se habrá tenido la suerte de que el puzzle fue construyéndose solo, y la imagen que obtuvimos por resultado nos gustó. Nos gustó tanto que no quisimos cambiarla nunca. Pero en otros casos, seguramente no fue así.

En general, cuando llegamos a la edad adulta, seguimos viviendo en el mismo sitio en el que crecimos, mantenemos amistades que seguramente ya no tengan nada que ver con nosotros, pero ahí siguen, seguimos buscando diversión y motivación con las limitaciones que nuestro entorno nos proporciona.

¿Por qué si algo no nos satisface no lo cambiamos? Miedo, presión social, no tener la forma…

Nada de ello cambiará, todo permanecerá igual, lo único que podrá cambiar serás tu mismo.

En esta sociedad de continuo cambio, de ritmo cada vez más acelerado, en la que todo es temporal, nos seguimos empeñando en la idea de bienestar y felicidad como algo estable y duradero. Lo eterno, lo que dura para siempre, lo que no cambia es lo seguro, lo que nos hace sentir que todo está bajo control. ¿No es contradictorio?

Para buscar esa estabilidad, necesitamos controlar  un futuro incierto, un futuro que no sabemos si llegará, pero tener la sensación de que estamos viviendo para él, nos da tranquilidad. ¿Cuantas cosas nos perdemos por no vivir el presente? ¿ Es más sensato vivir hoy o esperar a mañana para hacerlo? Entonces ¿Por qué cuando una persona trata de cambiar su vida y vivir el presente tratamos de traerle a «nuestra realidad» diciéndole frases como » VENGA HOMBRE, SE SENSATO Y NO HAGAS TONTERÍAS»?motivación 3

Sinceramente creo que la mayor insensatez es pasarnos la vida esperando ser felices cuando nos jubilemos. Vivimos pensando que cuando tengamos 65, 67 o los que sean, estaremos en el momento de plenitud personal para vivir todo aquello que no vivimos. Trabajamos toda la vida para tener una jubilación digna. ¿Tendremos la salud y motivación para hacer todo lo que pospusimos para ese momento?

¿Merece la pena esterar tanto? Párate y piensa.

Da la sensación que una persona sólo se plantea el cambio cuando todo le va mal. No digo que la necesidad de cambio no se haga evidente en un momento en el que lo que subyaga al estado personal sea una sensación de insatisfacción.Decir que en los estados de estrés, ansiedad…se esconde cierta insatisfacción. Pero no tiene por qué producirse cuando las circunstancias externas sean desfavorables. De hecho, cuanto peor nos van las cosas, más nos aferremos a que se mantengan como están, a volver al estado en el que se encontraban antes de que fuesen así. Nos sentiremos tranquilos en la medida en que volvamos a lo estable.

En ocasiones aparentemente todo va bien, no hay motivos para sentirse insatisfecho, desmotivado o estresado. Miramos a nuestro alrededor y en la cajita de cristal en la que decidimos vivir confortablemente, todo sigue igual. Cuanto más decidimos crecer dentro de esa cajita de cristal, más duro se nos hace salir, y llega un momento en el que aunque quieras, has engordado tanto dentro de ella, que la única forma de salir es rompiendo la cajita.

¿Nos atreveríamos?

El éxito es en algunos casos el mayor impedimento para el cambio, el freno que impide el  poder hacer lo que amas, ya que implica el romper la cajita de cristal en la que tan confortablemente se vive. 

Y ahora alguien podría pensar, ¿Por qué abandonar algo si tienes éxito?¿Por qué cambiar de vida si te va bien?

El éxito en algo no es sinónimo de satisfacción personal. Las necesidades personales van cambiando. Todo cambia, pero nosotros no nos podemos permitir ese «gran lujo». En una sociedad en la que la estabilidad cotiza muy alto, el romper la caja de cristal puede ser una «gran locura». Pero no lo es seguir confiando en aquel joven que decidió sobre mi futuro.

Se que todas estas cuestiones que planteo, parecen utopías, pensamientos propios de conversaciones de café, que se quedan en eso, en pensamientos…

Pero pueden llevarse a la práctica.

Está claro que la felicidad de cada uno, la satisfacción personal, el bienestar, depende de cada uno. No te engañes pensando que no depende de ti.imagesCAC89KYP

Está claro que las circunstancias aprietan. En ningún caso estamos hablando de un cambio radical de hoy para mañana. Quiero trasmitir que el bienestar empieza por una cuestión de actitud y sigue por proponerse un objetivo. Quizá el cambio no llegue hasta pasados unos años, pero habré tomado la decisión de llevar mi vida por el camino que quiero para llegar a un destino elegido

A partir de ahí sólo tendré que ir tomando pequeñas decisiones encaminadas a ese objetivo. Podré tomar tantas como quiera, y siempre teniendo claro que, es mi decisión con lo que la podré cambiar tantas veces como sea necesario, para poder llegar donde me proponga.

Nadie dijo que fuera fácil, ya que las viejas costumbres y hábitos, en la medida que nos despistemos, nos harán dudar acerca de si el camino elegido es el que nos lleva al destino correcto.

No hablamos de grandes cosas, sino de sentirnos satisfechos con nosotros mismos cada día

¿Te atreves a pararte a pensar?

 

«Psicólogos en Murcia»

 

«La Herencia de una mala educación».

«La Herencia de una mala educación».

Psicólogos en Murcia. Vanesa Hernández

Hace unos días, mientras estaba en consulta con una paciente, fuí consciente de que un día antes otro paciente me había comentado la misma cuestión, y curiosamente tenían una historia personal bastante parecida. Sé que esto no es un hecho especialmente interesante, ya que cuando ves una cantidad de pacientes considerable, es lo normal. Sin embargo, me paré a pensar que últimanete, más pacientes, además de esos dos, me habian comentado una situación bastante similar. En ese momento, sentí la necesidad de escribir acerca de ello, ya que creo que al igual que algunos de mis pacientes, muchos de nosotros hemos recibido la herencia de una mala educación.cropped-cropped-images7.jpg

Aunque algunos de  nosotros hemos tenido la suerte de habernos dado cuenta de que algo fallaba en la forma de sentirnos, y hemos optado por buscar la forma de cambiar esa herencia o simplemente rechazarla, supongo que muchos otros de vosotros aún no os habréis percatado de esa herencia que con la mejor intención del mundo vuestros padres os dejaron.

¿A qué me refiero con «la herencia de una mala educación?»

Me refiero a los patrones emocionales que aprendimos de niños, resultado en parte, de la educación recibida de las figuras de referencia que tuviéramos en nuestros primeros años de vida. Normalmente estas figuras son los padres,

Dicho de un modo simple,los patrones emocionales son las formas en que las personas se sienten ante las diferentes situaciones a las que se enfrentan, el modo de sentirnos en las relaciones con los demás, en definitiva, el modo en que habitualmente nos sentimos. Estos patrones emocionales, aunque también dependen del temperamento con el que se nace, son en gran parte aprendidos. Por decirlo de algún modo, recibimos dos tipos de herencia, la física o biológica y la emocional o psicológica (con lo que se nace y lo que se aprende).

De todos los patrones emocionales que podemos heredar, me apetecía escribir acerca de dos, ya que son los que más frecuentemente he identificado en consulta: «el amor condicional» y «miedo a fallar».

 

Decir que, la gran mayoría de los padres, en lo que se refiere a la educación de sus hijos, lo hacen lo mejor que saben y pueden, y en la mayoría de los casos también, pensando en lo mejor para sus hijos.

Pese a ello, necesitan asegurarse que sus hijos serán personas «buenas». Y por buenas me refiero a buenas en todo, porque de ese modo entenderán que les estarán educando bien.

Además, no debemos olvidar que junto con esto, están inmersos en esta sociedad, en la que por miedo a que sus hijos, se queden atrás, se dejan arrastrar por la presión y queriendo o sin querer se las trasladan a sus hijos.

imagesCAOWMP8QHechas las aclaraciones, voy a intentar explicar a lo que me refiero con la herencia de una mala educación, en concreto, el amor condicional y el miedo a fallar.

El amor condicional, es aquel en el que se te quiere sólo si cumples una determinadas condiciones para ganarte este amor. Por ello, para que te quieran, necesitas hacer las cosas como le gustarían a la persona a la que quieres que te quieran  para conseguir  su amor y aprobación.

El amor de los padres, es entendido como un amor incondicional, quieren a sus hijos por el hecho de serlo, les querrán sean como sean, se comporten como se comporten, consigan lo que consigan. Esto es así, los padres lo sienten así. Pero ¿realmente se comportan así? ¿Trasmiten a sus hijos ese amor incondicional? y lo que es más importante ¿ A los hijos les llega ese amor incondicional de sus padres?¿Se logra trasmitir esto?

Pues bien, lo que he observado varias veces en consulta es que no, que el amor trasmitido a los hijos cuando son niños, no siempre adopta la forma de incondicional, y aunque cada niño es un mundo, como se suele decir, este aspecto es muy importante ya que condicionará con bastante probabilidad la forma en que esa persona aprenderá a sentirse a lo largo de su vida, consigo misma y en las relaciones con los demás.

¿Cómo se trasmite este amor condicional?

El amor condicional se trasmite cuando se muestra aceptación y afecto sólo cuando el otro se ha comportado como a tí te gustaría. El resto del tiempo, pasa desapercibido. Hasta aquí podría entenderse como un mecanismo para una sana educación, desde el punto de vista de educar a los niños en la norma de que un acto positivo tiene una consecuencia positiva.

Pero lo que suele ocurrir es que cuando un niño hace las cosas bien, empieza a pasar desapercibido su comportamiento, y sólo se le presta atención cuando no las hace como se esperaba. Se les exige cada vez más. No basta con que está bien, podría estar mejor.

Si saca en un examen un 7, podría haber sacado un 8, y si lo hace, un 9, y si saca un 10, eso es lo que tiene que seguir haciendo.

Y aquí es donde entra en juego, el segundo patrón emocional heredado: el miedo a fallar.thCAF5C1TE

Como los niños siempre querrán buscar el amor de sus padres, tratarán de hacerlo lo mejor que puedan, con el consiguiente miedo a fallar.

Para no fallar, desarrollarán una autoexigencia excesiva, de modo que, si persigo la perfección, no fallaré nunca. La perfección asegura a la persona la tranquilidad de que está bien hecho. Un niño si saca un 10, aunque nadie se lo reconozca entenderá que hizo lo correcto.

Pero también puede generar la respuesta contraria, es decir, sentir la incapacidad de agradar, porque sienta que haga lo que haga nunca será lo suficiente, y que abandone el buscar la aprobación de ellos, con lo que no aprenda la lección de el esfuerzo siempre tiene un buen resultado.

Cuando crecemos, y llegamos a la edad adulta, sin darnos cuenta, este patrón ha viajado con nosotros a lo largo del tiempo, y condiciona  nuestra forma de actuar y comportarnos ante los demás.

Si hemos recibido un amor condicional, seremos tremendamente exigentes, perfeccionistas, pero con la autoestima de cristal, ya que extrapolaremos el hecho de que si las personas que tendrían que habernos querido incondicionalmente no nos lo trasmitieron, por qué iba a quererme otro sin más.Puede que  desarrollamos comportamientos inseguros en las relaciones con los demás, que desconfiemos de si nos querrán lo suficiente, ya que siempre podría venir alguien mejor, alguien que lo haga mejor. Nos enseñaron que siempre podría estar mejor, y que cuando se consigue llegar a la cima no basta, hay que mantenerse ahí.

Aprendemos como mecanismo de mejora continuo, la autocrítica, que nos recuerda que si nos relajamos podríamos fallar. Si fallamos nos sentiremos culpables o fracasados.Necesitamos que todo esté bajo control.

Sólo conseguirá estar seguro, si persigues la perfección, si no el miedo a fallar estará presente. La perfección nos asegura que no hay margen de error. Aunque todos sabemos que la perfección no existe, la perseguimos.

O la otra vertiente, en la que no me creo lo suficientemente válido, ya que tiré la toalla, y sólo recibí críticas, y no intento mejorar ni conseguir lo que me gustaría, por pensar que nunca podré, que nunca será suficiente. Mi baja autoestima condicionará lo que consiga en la vida y mis relaciones personales, sin plantearme si aquello que aprendí de mí era cierto.

Aunque os he trasmitido la idea de un modo muy simplificado ( ya que podríamos seguir escribiendo de este tema horas), me apetecía compartirla, ya que creo que es muy importante que indaguemos en la forma en la que nos sentimos.

Identificar nuestros patrones emocionales, más que para saber si vienen de la educación recibida o no, nos sirve para clarificarlos, y  si no nos gusta lo que identificamos poder  cambiarlo.

En nosotros está la responsabilidad de sentirnos como lo hacemos. Si un día aprendimos una determinada forma de sentirnos, hoy podemos abandonarla y aprender otra nueva. A fin de cuentas, nos acostumbramos a sentirnos de una determinada manera y nos conformamos.

Atrévete a cuestionar tus costumbres emocionales  y cámbialas.

imagesCABPPMYX

 

«Psicólogos en Murcia». Vanesa Hernández.

¿Necesitas motivación?

¿Necesitas motivación?

 

Creo que no te resultará raro el reconocer ese estado en el que todos nos hemos encontrado en alguna ocasión, momento en la que estamos bajos de ánimo, en el que nos gustaría hacer miles de cosas pero nos faltan las ganas para ello.

Es muy típico ese domingo por la tarde en el que es inevitable pensar que llega el lunes y nuestra mente ya está pensando en todo lo que haremos esa semana. Sin embargo, pese a que nos gustaría llevar a cabo todas esas pequeñas cosas, para conseguir nuestros objetivos nos falta motivación. Nos falta el empuje necesario para que, cada día,  persigamos esos objetivos que “supuestamente” nos harían felices.

Sin embargo nos armamos de ganas y voluntad y hacemos hacemos una lista de propósitos cada domingo. Y cada lunes vuelta a empezar, ya que la voluntad nos llegó hasta el martes como mucho. Y ahí es donde comienza ese estado circular en el que damos vueltas sobre el comienzo de algo, pero nos resulta difícil avanzar hacia la meta.

Ayer, domingo por la tarde, me apetecía leer. Realmente no sabía muy bien de qué, con lo que me puse a indagar en internet. Por casualidad, de estas cosas fantásticas que ocurren por eso, si, por casualidad, me encontré con una lista de frases motivadoras de Albert Einstein, y pensé: Si a él, todo un genio, le funcionaron, ¿por qué no nos iban a funcionar al resto?

Así que  tras leerlas, y comprobar que coinciden con las premisas que sigue la psicología positiva, decidí compartirlas, a modo de consejos prácticos, para ayudaros a aprender a automotivaros, pero sobre todo, a mantener la motivación a lo largo del tiempo, que es lo que os permitirá conseguir vuestros objetivos.

ALBERT EINSTEINAlbert Einstein, entre muchísimas otras cosas decía:

“Todo hay que reducirlo a su máxima simplicidad, pero no más”. 

Como se suele decir, las cosas, en definitiva, la vida,  es más sencilla de lo que parece. No hay que tomarse las cosas demasiado en serio, hay que relativizar la importancia de todo. Si hay cuestiones que resolver, busquemos la forma, y si no se puede dejémoslo estar.

Decidí poner esta frase en primer lugar, porque quien me conozca (pacientes o relaciones personales) sabrá que mi máxima cada día es ocuparme de las cosas y no preocuparme por ellas.

La preocupación es el arma que utiliza el miedo para desmotivarnos y que abandonemos el objetivo que nos habíamos planteado. Cuando te descubras pensando “¿Y si…..?, estarás saboteando tu motivación.

Busca un equilibrio entre pensar y actuar. Piensa menos y actúa más.

 

“Nunca pienso en el futuro, llega bastante pronto”. 

Elige como momento de vida tu presente. Lo único que puedes controlar es lo que está ocurriendo ahora mismo. El presente te da la opción de que si no te gusta lo puedes cambiar, y si estás satisfecho con lo que tienes lo podrás disfrutar.

Olvidamos a menudo que tanto el pasado como el futuro son estados muy tramposos, ya que aunque aparentemente pensar en ello nos da sensación de control, no podemos cambiar nada.

No te desgastes pensando en lo que posiblemente llegue, llegará sólo. Ocúpate de tener el presente que te apetece, ya que te llevará al futuro que deseas.

GANDHI

 

Como decía Gandhi:

“Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque se convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino”

¡Hagámos caso a estos dos sabios!

 

 

“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.

Para conseguir un objetivo lo más importante es el compromiso contigo mismo, la disciplina. Tenemos que ser exigentes en la implicación, pero tolerantes a la vez en la debilidad. Los extremos nunca son saludables. Si quieres mantener la fuerza de voluntad comprométete con objetivos realistas y mímate en la consecución de los mismos.

 

 

“La creatividad es contagiosa, pásalo”. 

Aumentarás tu motivación si compartes tus ideas y objetivos con tus seres queridos, compañeros de trabajo…El hablar de un tema provoca el efecto espontáneo de ir generando ideas y aumentar la creatividad.

Además provocarás que ellos te cuenten los suyos y el modo en que se plantean conseguirlos. Su método puede valerte.

¡Alimentemos la creatividad y dejemos que el miedo pase hambre!

 

“Sólo aquellos que intentan lo absurdo pueden lograr lo imposible”. 

No tengas miedo, no dejes que ni tu miedo ni el de los demás te desanimen.

El que no lo intenta no se equivoca nunca, eso está claro, ¿pero quieres eso?. Si tu respuesta es sí, habrás llegado a tu objetivo, pero si no lo tienes claro, no te conformes con la mediocridad de lo necesario, porque en ocasiones no es suficiente.

 

“Entre las dificultades se esconde la oportunidad”. 

Siguiendo a lo anterior, Einstein decía esta frase. Cuando alguien se propone un reto, un objetivo, no todo va a ser un camino fácil, nos encontraremos dificultades, que en ocasiones nos llevarán al descubrimiento de otros, al logro de cosas totalmente inesperadas. Si crees que has tenido un error, significa que estás avanzando a tu objetivo.

Piensa que los grandes descubrimientos de la historia fueron así.

 

 

“Somos arquitectos de nuestro propio destino”. 

Eres el único dueño de tus decisiones. Puedes llegar donde te propongas. No olvides que donde te encuentres, lo decidiste tú, decide ahora donde quieres estar. Es cierto que no todo depende d ti, pero sí lo importante. No hablamos de conseguir un objetivo tomando una decisión, todo lo contrario. Las grandes metas se consiguen haciendo muchas pequeñas cosas. Podemos volver a decidir cada vez que queramos. No pasa nada. Eso es la mayor ventaja de la vida.

 

 

“La única manera segura de evitar cometer errores es no tener nuevas ideas”.

Se constante. Levántate las veces que haga falta. Sólo fracasarás cuando dejes de intentarlo.

 

Como habrás observado, la sabiduría de Albert Einstein, residía en parte en ser plenamente consciente que la perfección no existe, que sólo podemos ocuparnos de nuestro presente, que de nada sirve preocuparnos de las cosas, que lo que nos ayudará será ocuparnos de ellas, que no tenía miedo al fracaso, pero eso sí, tenía muy claro que las cosas sin constancia, disciplina y compromiso no se conseguían. Tenía claro también que la vida no es eterna, que estamos de paso, y que por ello, la mayor motivación la encontraremos en disfrutar de nuestro presente y no esperar a conseguir las cosas para entonces ser felices. La felicidad reside en el camino a la felicidad. No perdía tiempo en buscar controlar lo que no podía

Además no tenía miedo a lo que pensarán los demás de él, ni del resultado de sus estudios, ni del fracaso, ya que para  él, el fracaso hubiera sido no intentarlo.

 

AHORA INTÉNTALO TU!!!!

Vanesa Hernández, psicóloga en Murcia.

La Gestión Emocional como clave para sentirte mejor.

La Gestión Emocional como clave para sentirte mejor.

 

 

 

Una de las claves para sentirte mejor es aprender a gestionar bien tus emociones.

 

gestion de emociones 2

La gestión emocional consiste básicamente en aprender a identificar las emociones, ser plenamente consciente de ellas, comprenderlas  y en unos casos aceptarlas y en otros reconducirlas por ser inapropiadas.

La gestión emocional te proporciona un mayor conocimiento de ti mismo y de los demás, haciéndote sentir dueño de tus actos y en definitiva de tu vida, por no dejarte arrastrar por ellas.

Creo que a todos nos a ocurrido en alguna ocasión el vernos en un una circunstancia y pese a que no queríamos actuar como lo hicimos no pudimos evitarlo. Nos descubrimos diciendo frases como: «sabía que no tenía que estallar pero lo hice», «Se que no era para tanto pero no pude evitar ponerme así», «Pensaba que tenía que decirle tal o cual cosa, pero me quedé bloqueado, no me salía palabra».

En esos momentos no nos sentimos dueños de nuestra vida, ya que son nuestra emociones las que deciden nuestros comportamiento.

¿Por qué nos ocurre esto? ¿La solución reside en reprimirlas?¿o quizá en evitar situaciones?¿por qué una y otra vez nos ocurre lo mismo pese a que reconocemos nuestro error?

Lejos de pensar que las emociones son una reacción perjudicial para nosotros, las emociones son reacciones de nuestro cuerpo que nos alertan de lo que ocurre fuera. Es el modo en que respondemos ante la interpretación que estemos haciendo ante lo que ocurre en nuestro entorno, en nuestra vida.

Sin embargo, en ocasiones, da la sensación de que nuestras emociones se han vuelto locas, y que no se corresponden con lo que nosotros creemos que estamos viviendo. Se vuelven desobedientes, y pese a que nosotros de modo consciente queremos reaccionar de una determinada manera, no podemos evitar sentirnos de otra.

 

gestion de emocionesComo resultado del aprendizaje que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida, generamos un bagaje de creencias, realistas o no, que nos sirve para poder enfrentarnos y adaptarnos a las diferentes situaciones que nos vamos encontrando. Esas creencias, nos ayudan a qué pautas seguir en la relación con los demás, qué es lo correcto e incorrecto, qué camino seguir. Esas creencias proceden de ideas directas trasmitidas por nuestros padres, maestros, amigos, compañeros, y por experiencias vividas u observadas a lo largo de nuestra vida. En ese aprendizaje las emociones adoptan el papel de recordarte o dirigirte en función de lo que en un momento dado tu pensaste. Se quedan grabadas en tu cerebro. Como un mecanismo primario que en definitiva nos ayuda a sobrevivir, será muy resistente, y pese que posteriormente nosotros de modo superficial podamos cambiar nuestros pensamientos, ellas, las emociones, seguirán reaccionando en función del patrón emocional primario.

Sin darnos cuenta, no reaccionamos a los acontecimientos en función de lo que esta realmente ocurriendo, sino en función de lo que nosotros creemos que ocurre, y ahí es donde aparecen las emociones asociadas a nuestras creencias.

Quizá, si nos pararamos a pensar de un modo objetivo, veríamos que realmente no está ocurriendo lo que provoca que mi emoción aparezca.

 

Por ejemplo: si mi pareja me dice que una chica le parece guapa, no me está diciendo que le guste más que yo, ni que yo no le guste, ni que me vaya a dejar por ello. Simplemente me está diciendo que le parece guapa como me lo podría parecer a mí misma. Aunque racionalmente esto parezca una estupidez, emocionalmente uno reacciona en función de lo que uno interpreta, y si me molesta su comentario me tendría que plantear por qué.

La cuestión es que para uno poder gestionar tus emociones necesitas saber identificarlas, entenderlas, tener una conciencia plena de donde vienen, y en ocasiones aceptarlas y en otras  reconducirlas cuando no sean adecuadas.

La gestión eficaz de las emociones es fundamental para sentirse bien, sereno, feliz.

Te da un pleno conocimiento de ti y de los demás.

Provocará que tu relación con los demás, a nivel sentimental, familiar, laboral, social, mejore infinitamente.

Aprenderás a sentir emociones, a tolerarlas, normalizarlas, así como a modificar otras.

Puedes aprender a hacerlo, mediante un entrenamiento adecuado.

No permitas que organicen tu vida sin tu permiso.

 

Miedo a perder el control

Miedo a perder el control

«Psicólogos en Murcia»

 

images[4]No sé si en algún momento habrás sentido ese miedo indefinido, pánico más bien, a perder el control. Es una sensación difusa en la que uno teme hacer o decir cualquier cosa en contra de su voluntad, no sabe muy bien que, pero la sensación es de mucho miedo.

Se tiene miedo a cometer una locura, a volverse loco….

Miedo a estarlo, por tener este tipo de pensamientos y sensaciones. Y miedo a que esa sensación no se pase nunca, y terminemos confirmando muestro mayor temor.

Junto con esa sensación, el contenido de los pensamientos que tengas puede ser de todo tipo. De violencia física contra ti, o con los demás, o violencia verbal…

Un pensamiento muy típico, es estar al lado de un balcón o una ventana y pensar, «¿Y si me tiro?».

Uno  se angustia, porque evidentemente no se quiere tirar, pero entonces se pregunta, «SI NO QUIERO, ¿POR QUÉ LO HE PENSADO?» y ahí se angustia más, porque cree que el pensar las cosas puede hacer que se puedan hacer realidad.

Lo sé, dicho así parece una tontería, algo sin ninguna importancia, pero cuando a uno le pasa, te puedo asegurar que no lo ve como una tontería.

El miedo a la locura o a perder el control, es muy frecuente en personas que padecen ansiedad.

Podemos considerarlo como un síntoma más, dentro de la gran gama de síntomas provocados por la ansiedad que se pueden tener. Sin embargo es uno de los más desagradables para la persona que los sufre, porque no entiende por qué lo está pensando.thCAYMG58O

Su miedo a que sus pensamientos se hagan realidad, provoca un miedo a poder pensarlo, y es este reacción de miedo es lo que los mantiene.

La persona entra en un bucle en el que se tiene miedo de sí mismo, lo que provoca el que empiece a darle credibilidad a esos pensamientos. Por ejemplo, empieza a no quedarse sola, a no quedarse al cuidado de menores, a no enfrentarse a situaciones que la puedan desestabilizar, a evitar cualquier tipo de conflicto o emoción….

Esta actitud, evidentemente, aunque le hace sentir a salvo de modo inmediato, refuerza más el miedo y la intensidad de los pensamientos, que no dejan de ser pensamientos, nada más.

Sin embargo, a medida que van pasando los días, lo más común, es que la persona se venga abajo, se sienta deprimida y limitada, ya que no se reconoce al sentirse así, es más, al no poder hacer nada con ello.

Esto produce tristeza, desilusión, perdida de la capacidad de disfrutar con lo que antes se disfrutaba, desesperanza…

Y ya uno no sabe si tiene ansiedad, si se va a volver loco, si se está deprimiendo, o qué le pasa.

Los pensamientos se vuelven obsesivos, ya que cuanto más uno los teme más se cuelan en la cabeza, provocando esa angustia incontrolada, que te hace dudar de todo.

Decirte, que si te sientes identificado con lo que acabas de leer, tranquilo, no te estás volviendo loco, ni cometerás esa locura que tanto temes.

Pero si no logras perder el miedo a los pensamientos y controlar la ansiedad, pide ayuda. Se puede reconducir más fácil de lo que parece.

 

«Psicólogos en Murcia»

Miedo: ¿Motor o freno? ¿Amigo o enemigo?.

Miedo: ¿Motor o freno?  ¿Amigo o enemigo?.

images[8]Si nos ponemos a hablar del miedo, todos sabemos de lo que estamos hablando.

Una y mil veces hemos podido sentir miedo en nuestra vida.

Es nuestra emoción más primaria, ya que su función es ayudarnos a sobrevivir y protegernos desde que llegamos al mundo.

Tanto es así  que no necesitamos tener ´conocimiento ni razón para sentirlo. Nos alertará de modo automático de cualquier amenaza que nuestro cerebro perciba, y su modo de avisarnos es hacernos sentir eso, MIEDO.

Aprendemos a que esa sensación significa que algo va mal, por ello cuando la sentimos conectamos nuestro radar porque algo en nuestro alrededor está fallando, algo puede hacernos daño, a nosotros o nuestros seres queridos.

Visto así es un mecanismo totalmente positivo, ya que es el motor de avanzar, de sobrevivir a las circunstancias.

Sin embargo, ¿es realmente así? Párate a pensar. El miedo ¿Te mueve o te paraliza?

Supongo que la respuesta mas común será: «Depende»

Desde mi parecer el Miedo es la emoción más poderosa con la que cuenta el ser humano, se esconde debajo de muchas otras emociones, y de forma explícita o no, nos mueve o frena para casi todo en nuestra vida.

Nos mueve por miedo a que si nos paramos ocurran o dejen de ocurrir cosas. Y nos frena por miedo a lo que pueda ocurrir, por miedo a perder lo que un día conseguimos, y ante el riesgo, preferimos quedarnos como estamos.

Frases como «piensa mal y acertarás», «Mas vale malo conocido que bueno por imagesCASKER3Vconocer», «más vale un pájaro en mano y ciento volando», hacen referencia a este echo.

Lo que cotiza alto hoy día es la seguridad, la estabilidad, pero ¿Realmente hay algo seguro y estable? ¿Puedo yo realmente estar seguro de algo en esta vida?

Todos sabemos que no, y el ser conscientes de ello, nos provoca entrar en la rueda de querer controlar lo máximo posible porque se supone que cuanto más lo hagamos, más cerca estaremos del bienestar.

Sin embargo, como no se puede, podríamos estar así siempre.

No creo que diga nada nuevo si afirmo que lo único que podemos controlar es nuestro presente.

De lo que pueda ocurrir no nos podemos ocupar, sólo podemos preocuparnos. Y ahí es donde nuestro miedo pasa de ser un motor a ser un freno.

Nos podemos ocupar de hacer lo mejor que podamos en este preciso momento nuestro trabajo, pero de si me despedirán o me harán fijo en la empresa o me darán un aumento sólo me puedo preocupar. No me puedo ocupar de ello porque aún no ha ocurrido. De lo que está ocurriendo, que es el momento inmediato si, pero de lo que ocurrirá mañana no.

imagesCAQURNN8Y ahí está la clave.

El reeducar a nuestro miedo, que tan maleducado fue por los refranes y creencias populares.

Desprendernos de esa herencia que la sociedad en definitiva nos dejó, y empezar a asumir la responsabilidad real de las cosas.

OCÚPATE DE LAS COSAS PARA QUE TU MIEDO CUMPLA SU FUNCIÓN DE MOTOR Y DEJA DE PREOCUPARTE PARA QUE NO TE FRENE MÁS

Estos refranes junto con la creencia popular de que la felicidad y el bienestar son sinónimo de control y seguridad, son en parte responsables, de que en lugar de utilizar el miedo como un motor, nos sirva para limitarnos y permanecer parados el mayor tiempo posible.

Y entonces se produce el efecto llamado «profecía autocumplida». Terminamos provocando lo que mi miedo me dijo que ocurriría en un principio.

Como me da miedo a esforzarme en un ascenso y luego no soportar la frustración que supone el que no me lo den, por miedo a sentirme fracasado , pienso que no soy lo suficientemente capaz. No lo intentaré como debiera y terminaré diciendo, «Lo ves yo sabía que no me ascenderían».

y como esta situación infinidad de muchas otras que sin darnos cuenta, por nuestro afán de controlar perdemos de vista que es el miedo el que nos está controlando a nosotros.

Toma las riendas de tu vida, y déjale al miedo sólo el lugar que le pertenece.

Alíate con él, no dejes que el enemigo siga en casa.

 

.

.

D

Cómo luchar contra la necesidad excesiva de aprobación

Cómo luchar contra la necesidad excesiva de aprobación

«Psicólogos en Murcia»

 

imagesCAC89KYPNuestra necesidad de ser queridos, de hacer las cosas bien, de tener éxito, de ser reconocidos, todo ello, por miedo a que no nos quieran, a fracasar, a la soledad…nos hace exigirnos cada día el controlar que no se nos escape nada, con el único objetivo de asegurarnos de que nuestros miedos no se cumplirán.

Tanto es así que perdemos de vista que, en lugar de animarnos a conseguir lo que realmente nos importa, desarrollamos una voz crítica, que se pasa todo el día machacándonos por todo lo que deberíamos de hacer, o lo que no tendríamos que haber hecho. Realmente el objetivo de esta autocrítica, no es otro que no dejar que nos despistemos, trabaja 24 horas al día, para recordarnos continuamente que si no hacemos todo lo que ella nos dice, nuestros temores se cumplirán.

El problema de esto radica en que, como todo elemento motivador, pierde su cometido cuando es constante, para todo y por todo, y termina produciéndonos el efecto contrario, desanimarnos, frustrarnos y provocarnos la sensación de incapacidad.

Plantéate por un instante que durante todo un día tuvieras a una persona pegada a ti que constantemente estuviera diciéndote: «Deberías de haber hecho…» «no tendrías que haber dicho…» «Deberías de haberte dado cuenta de…» «Tendrías que haberlo hecho mejor».

¿Sería insoportable verdad? ¿Crees que te motivaría?

Pues así nos pasamos todo el día, nuestro peor enemigo lo llevamos con nosotros.imagesCAIIQR56

Esta voz crítica se hace más pesada cuando tenemos una necesidad excesiva de ser aprobados, seguramente por motivos de inseguridad con nosotros mismos y una baja autoestima.

Así que para poder luchar contra ella, te recomiendo seguir una serie de pautas que te ayudarán a silenciarla en tu mente.

 

  1. DESARROLLE CREENCIAS REALISTAS ACERCA DE LA APROBACIÓN Y EL RECHAZO.
  • El rechazo es parte de la vida.
  • Si bien me gustaría obtener la aprobación de todos, el rechazo no tiene que frustrarme.
  • La mayor parte de la desaprobación o rechazo que encuentro, poco tiene que ver conmigo. A menudo se debe a malestar físico, hambre, ansiedad o cansancio en la otra persona.
  • La gente también puede desaprobarme o rechazarme por razones irracionales; en realidad puede estar enojada con alguna otra persona o cosa, o alguna cuestión pasada está distorsionando su visión de mí o del presente, o está enojado porque no cedo a su forma de ver las cosas.
  • Siempre habrá alguna persona a la que no le gustaré independientemente de lo que haga.
  • La desaprobación habitualmente es temporal en las relaciones sanas.
  • Si alguien es tan exigente que tengo que actuar de modo degradante para obtener su aprobación, esta persona no merece ni tiempo ni esfuerzo.
  • No trates  de ser perfecto. Recuerda que eres humano y a veces cometerás errores. Perdónate cuando esto ocurra y desafía la creencia irracional de ser perfecto.

 

2. TRABAJE MÉTODO A-B-C PARA DESAFIAR CREENCIAS IRRACIONALES.imagesCA6XTKIX

A= situación   B= Pensamiento negativo. C= Emoción

 

3. APRENDE A ENFOCAR LA CRÍTICA DE MANER AOBJETIVA Y EFECTIVA.

  • Escucha la crítica o autocritica.
  • Determina si es cierta total o parcialmente.
  • Si es cierta, acéptala, discúlpate si has cometido algún error y responde a  por qué lo hiciste.
  • Si no es cierta, recházala.

 

imagesCABPPMYX4. ESFUÉRZATE POR HACER LO QUE QUIERAS EN LUGAR DE LO QUE LOS DEMÁS PIENSAN QUE DEBERÍAS DE  HACER.

 

5. EVITA TRATAR DE HACER DEMASIADO. Te olvidarás de lo realmente importante, que no es que te aprueben, sino sentirte bien.

¿Por qué nos cuesta tanto ser felices?

¿Por qué nos cuesta tanto ser felices?

«Psicólogos en Murcia»

imagesCAWZRUQG¿Te has parado a pensar alguna vez que, quizá,  una de las pocas cosas que tenemos  en común todas las personas sea el deseo de ser felices?

No importa la edad, la cultura, la religión, el lugar donde nazcamos, la ideología política, el nivel económico, cultural, clase social…da igual, todos perseguimos lo mismo: Sentirnos felices.

Ahora bien, la cuestión es la siguiente:

¿Por qué si desde que tenemos uso de razón y conciencia de nuestras emociones deseamos algo, nos cuesta tanto alcanzarlo?

¿Por qué no lo logramos, si el deseo de nuestros padres desde el inicio es educarnos para que lo seamos?

¿Hay algo en la vida para lo que nos entrenemos tanto?

Es más ¿En algún momento dejamos de intentarlo?

¿Dónde está el fallo?

Pues bien, desde mi opinión, el fallo está precisamente en  seguir preocupados por encontrar la felicidad, en  seguir esperando un futuro sin vivir el presente, en querer conseguir cosas para ser felices pensando que la

felicidad llegará cuando las consigamos.imagesCACLSQR9

PARA MI LA FELICIDAD  ES LA AUSENCIA DE PREOCUPACION.

Una persona se siente feliz cuando está viviendo un momento de modo tan sereno que no está viviendo otra cosa que el momento que está viviendo.

Cuando mientras disfrutas de algo,  tu mente está vacía de cualquier pensamiento, cuando sólo te llenas de las sensaciones que te evoca la experiencia vivida.

Cuando eres capaz de tomar conciencia del momento real, y dejas de angustiarte por un pasado que ocurrió y de preocuparte por un futuro que no sabemos cómo llegará.

Cuando dejamos de desear lo que no tenemos…

Por ello si la buscamos, si la perseguimos,  parece que nunca llega.

Hace un tiempo, yo me di cuenta, que en todo este aprendizaje para ser felices  a  alguien se le olvidó decirnos que la FELICIDAD venía con nosotros desde el principio.

Sin embargo, si nos repitieron hasta la saciedad, que de las cosas hay que preocuparse, parece que si no te preocupas, no te ocupas. No cayeron en la cuenta que si nos preocupamos, no nos ocupamos

images[5]

Deciros que la preocupación es la gran enemiga de la felicidad

 Una vez leí en algún sitio que existen dos clases de problemas: los que tienen solución y los que no la tienen. Ante los primeros, si tienen solución, ¿para qué te vas a preocupar?  Y ante los segundos, si no la tienen, ¿para qué te vas a preocupar

AFORTUNADAMENTE, A SER FELIZ  y dejar de preocuparse TAMBIÉN SE APRENDE.

Simplemente, Tenemos que reeducar nuestras costumbres a la hora de percibir y sentir.

En este punto podrías pensar: ¡Menuda faena! Toda la vida pensando que lo hacíamos bien y ahora resulta que vamos en dirección contraria. ¿Cuánto tiempo voy a necesitar para ser feliz?

Podría entenderte, pero si lo has pensado, decirte, que vuelvas a leer lo que es la felicidad.

Comenzarás a sentirte feliz en el momento en el que empieces a vivir  y dejes de preocuparte.

Compruébalo tu mismo. Párate a pensar y recuerda:¿en qué momento me he sentido realmente feliz?

images[7]

RECUERDA: ESO ES LA FELICIDAD, LA AUSENCIA DE PREOCUPACIÓN.