COMO MANEJAR CON TUS HIJOS PEQUEÑOS LA NOTICIA y PROCESO DE TU SEPARACIÓN

COMO MANEJAR CON TUS HIJOS PEQUEÑOS LA NOTICIA y PROCESO DE TU SEPARACIÓN

Si tienes dudas acerca de cómo manejar con tus hijos la noticia y proceso de tu separación, continúa leyendo:

Las separaciones de pareja, generan  una situación muy desagradable y difícil de manejar, en la gran mayoría de los casos. Si esto es así para los adultos, cuando hay niños implicados, la situación puede convertirse en algo totalmente desconocido y difícil de gestionar para todos. Sin embargo, podemos abordarlo de manera en que el impacto negativo se minimice y la aceptación de la situación, así como la adaptación a lo nuevo, sea más llevadera. Para ello, te dejo por aquí, algunas recomendaciones, que te pueden resultar de utilidad si estás pasando por este momento vital:

1. La comunicación con los pequeños es primordial. Pero habrá que tener en cuenta su edad, sin perder la claridad en lo que le estamos contando.

• Sé sincero/a sin extenderte demasiado, céntrate en que puedan entender lo que les estás explicando. Por ejemplo, “Papá y yo ya no vivirán juntos, pero siempre te vamos a querer y cuidar”.

• El lenguaje ha de ser neutral y evitar hablar mal del otro miembro de la pareja. Evita por todos los medios los reproches y la culpa

2. Refuerza con claridad y contundencia el amor incondicional que sientes por él/ella

• Es muy importante que sepan que el divorcio no tienen nada que ver con ellos, no es culpa suya, y que tanto tu como el otro progenitor le seguís queriendo y estaréis presentes en su vida.

Aclara lo que no está en su control

• Desmonta creencias erróneas: Aclara esto con frases como:

• “Nada de esto es culpa tuya. Papá y yo tomamos esta decisión porque pensamos que es lo mejor para todos”.

• “No es tu responsabilidad arreglar las cosas entre nosotros; tú solo tienes que ser un niño”.

• Evita prometerle cosas que no sabes si ocurrirán. Si le das falsas esperanzas de reconciliación, su confusión podría aumentar y tardará más en aceptar la nueva situación:

3. Es necesario mantener un ambiente predecible, con rutinas establecidas.

• La situación ideal, si es posible, es que ambos progenitores se coordinen para mantener las mismas normas principales en ambos hogares.

• Mantén horarios regulares para comidas, escuela, tiempo de juego y sueño.

• Intenta que ambas casas tengan reglas y rutinas similares para que el cambio no sea tan drástico.

• Los niños se sentirán más seguros si experimentan regularidad en horarios, actividades y normas.

4. Es un momento clave, para permitir a los niños expresar sus emociones.

• Por ello, como adultos, habrá que dejarles espacio y tiempo para que puedan enfadarse, llorar, hagan preguntas.

No juzgues su reacción, ni les digas como se tienen que sentir.

• Da valor a sus sentimientos: Por ejemplo: “Entiendo que estés triste; es normal sentirse así”.

5. Muchos niños experimentan miedo al abandono.

• Para ayudarle con este temor,. reafírmales constantemente tu presencia.

• “Siempre estaré aquí para ti. Puedes contar conmigo cuando lo necesites”.

• Algo que ayudará es que cumplas tus promesas: Si dices que irás a recogerlo o pasarás tiempo con él, asegúrate de hacerlo. La confianza es clave para ayudarle a sentirse seguro.

6. La buena relación con ambos progenitores es lo mejor para el desarrollo emocional del niño. Por ello, como adultos, tendremos que fomentar que esto sea así, ayudar a que la relación con el otro progenitor sea buena.

• Fomenta una relación saludable con su papá, siempre que sea seguro para ellos.

• Algo esencial es entender que los niños no se están separando, por ello, no son ni nuestros mensajeros para comunicarnos con la expareja, ni tenemos que implicarlos en nuestros conflictos.

7. Sé un modelo de tranquilidad para ellos.

• Los niños son como esponjas con las emociones, absorben todo lo que se percibe a su alrededor. Por ello, busca apoyo y ayuda fuera de casa, y que los niños te sientan siempre en calma.

8. Si la situación se torna más complicada de lo que esperabas, puedes considerar la opción de buscar ayuda profesional en un psicólogo infantil.

9. La paciencia puede ser tu mejor aliado en este proceso

• Los niños necesitan tiempo para aceptar la nueva situación y adaptarse a su nueva realidad. Tiene muchas emociones que manejar, pero cada niño, llevará su propio ritmo.

EL TDAH EN ADULTOS: ¿CÓMO SON LOS SINTOMAS?

EL TDAH EN ADULTOS: ¿CÓMO SON LOS SINTOMAS?

Si te apetece saber cómo son los síntomas del TDAH en adultos, por aquí te dejo algunos datos

Actualmente, cuando oímos hablar de Trastorno por déficit de atención con o sin Hiperacticidad ( TDA o TDAH), siempre pensamos en niños. Sin embargo, hoy en día, podría ser uno de los trastornos psicológicos, no diagnósticados más común en personas adultas, según algunos estudios. De los datos recogidos por algunas asociaciones de TDAH, se da un 4,4% en adultos, de los cuales dos terceras partes ya fueron diagnosticados de niños.

¿De qué depende la evolución de un niño diagnosticado de TDAH en la edad adulta?  

En la evolución del TDAH influyen varios factores:

  • Presencia o no de hiperactividad.
  • Existencia de síntomas asociados como agresividad, sensibilidad emocional., el C.I.(cociente intelectual) de la persona.
  • Si hay comorbilidad o no, es decir, la presencia de otros trastornos:  de conducta, ansiedad, depresión.
  • Patología familiar.
  • Nivel socioeconómico de la familia.

En las personas adultas, suelen persistir los síntomas de inatención, pero la hiperactividad disminuye significativamente.

¿Cómo es el adulto con TDAH? Es desorganizado en su comportamiento, olvida con frecuencia cosas del día a día, gestiona mal el tiempo y suele empezar muchas tareas pero finaliza pocas.

A nivel emocional, toleran muy mal la frustración, esto se da en niños también, por ello se irritan con facilidad y casi siempre son personas inseguras de sí mismas. Su vida es inestable a nivel laboral y sentimental. Consecuentemente, les cuesta mantener los trabajos por errores, despistes, porque les cuesta mantener la atención, iniciar y mantener tareas y porque suelen ser muy impulsivos. Además, en cuestiones de pareja, también tienen problemas. Todo esto aumenta su frustración, y su poca tolerancia a ella, como ya he comentado, les genera sensación de fracaso y tristeza.


En ocasiones se desarrollan trastornos de adicción: hay abuso de sustancias, abuso de alcohol…De hecho la comorbilidad con abuso de sustancias es 3 veces mayor en adultos no diagnosticados

 Los síntomas  de  inatención en adultos son:

  • Se distraen con facilidad por información del exterior.
  • No prestan atención suficiente a los detalles.
  • Tienen problemas para mantener la atención en las tareas.
  • No siguen correctamente instrucciones.
  • Cometer errores por inatención.
  • Pierden objetos.
  • No escucha cuando le hablan directamente.
  • Dificultades de organización y planificación.
  • Despistes frecuentemente.
  • Evita tareas que requieran esfuerzo mental.
  • Tendencia a posponer obligaciones.
  • Dificultades para interrumpir sus actividades  o conducta cuando debería hacerlo.
  • Empieza proyectos o tareas sin leer o escuchar las instrucciones.
  • Cumple mal lo que promete.
  • Es propenso a fantasías y ensoñaciones cuando debería estar concentrado.
  • Problemas para planificar o prepararse para acontecimientos cercanos.
  • No puede persistir en las cosas que no le interesan.

Los síntomas de la hiperactividad/impulsividad del adulto:

  • Se sienten intranquilos, inquietud subjetiva interior.
  • Precipitan las respuestas.
  • Dificultades para esperar turno.
  • Interrumpen, se entrometen en actividades de otros.
  • Dificultades para participar en actividades lúdicas con tranquilidad.
  • Movimiento constante cuando está sentado.
  • Dificultad para permanecer sentado.
  • Hablan continuadamente.
  • Sensación de “motor interior”.
  • Dificultad para estar tranquilo como los demás.
  • Interrumpen conversaciones de otros.
  • Toma de decisiones impulsivamente.

En resumen, el programa de tratamiento del TDAH adulto debería incluir:

  • Psicoeducación personal y familiar
  • Tratamiento Farmacológico
  • Apoyo vocacional
  • Reestructuración  del ambiente
  • Intervenciones Psicoterapeúticas
  • Psicoterapia
  • Psicoterapia Familiar
  • Grupos de Apoyo
  • Coaching

¿QUIERES CAMBIAR TU VIDA?

¿QUIERES CAMBIAR TU VIDA?

¿QUIERES CAMBIAR TU VIDA? Si no estás feliz con los hábitos y estilo de vida que llevas, está en ti cambiarlo. Está claro que los cambios importantes no son de un día para otro. Pero si podemos tener un plan para conseguirlos.

Existen diferentes guías a seguir para ello. Pero todas parten de la premisa común que se puede cambiar, todo lo que la persona quiera cambiar. Los milagros no existen, por ello, cualquier cambio, implica disciplina, para generar hábitos diferentes a los que tienes en las diferentes áreas de tu vida actual, y de esa manera, obtener como resultado, la vida que te gustaría. Hay una herramienta muy útil y es visualizar la vida que te gustaría ( dentro de términos realistas) con todo lujo de detalles. Posteriormente a visualizar esa vida deseada, tendrías que visualizar a la persona que vive esa vida, cómo piensa, cómo siente, cómo actúa. Y a partir de ahí, actuar como si fueras esa persona. Es una herramienta muy usada en psicología. Consiste en «actuar como si». Al principio costará, será un esfuerzo para ti, pero con el efecto de la práctica de actuar así, generarás hábitos que te acercarán a ser esa persona que te gustaría ser, y ello, inevitablemente provocará cambios en tu vida. Todos los cambios, han de producirse de dentro hacia fuera. Es decir, primero han de darse en ti, en el ser, para posteriormente puedan darse fuera, en el tener. Si nos centramos en la cúspide de la pirámide, en querer tener muchas cosas, y no sembramos los cimientos de la base, a los días de empezar el cambio, disminuirá la motivación, y todo caerá como un castillo de naipes.

Otra corriente más pragmática, nos dice que, si realmente queremos cambiar nuestra vida, tenemos que tener un plan muy definido.

Para elaborar el plan, necesitamos lápiz y papel. Lo primero que anotaremos serán las áreas importantes donde queremos que haya un cambio. Por ejemplo:

Laboral

Conocimiento

Social/contactos

Familiar

Amistad

Salud ( mental y física)

Una vez tengas claras las áreas en las que quieres poner foco, ordénalas en orden de prioridad para ti. La prioridad la eliges en este caso, pensando cual de estas áreas, si pudieras cambiarlas, produciría un mayor impacto positivo en tu vida.

¿Por qué las ordenamos? Pues porque aunque todas serán importantes para ti, según el momento vital en el que te encuentres, priorizarás una u otra. Y lo más importante. Para que veas cambios significativos tenemos que poner foco en lo realmente importante. De este modo, el porcentaje de energía y tiempo dedicado a cada una de ellas, será en función del impacto que vaya a generar en tu vida.

Dicho esto, hay algo, que es indiscutible, y que si quieres llegar a conseguir tus objetivos y mantenerlos a largo plazo, una prioridad eres tu, tu salud. Si tu no estás bien, sano mental y físicamente, te resultará muy duro continuar con el plan.

Por ello, si por ejemplo eliges el área labora primero, la segunda tiene que se la salud.

A partir de aquí, definimos lo que queremos conseguir de modo afirmativo y en presente. Y marcamos un plazo de tiempo.

Por ejemplo: Yo facturo este año el doble que el año pasado.

A continuación tengo que hacer una lista de cosas que si las hago día a día, me ayudaran a conseguir ese objetivo. Después, organizaré mi día a día, para poder integrar hacer todo lo que yo he enumerado. Y si yo lo hago durante un año sin desviarme del foco, inevitablemente se producirán cambios.

Quizás, no consigas el doble, pero si consigues un 25% mas, es muchísimo el cambio que se ha producido.

Con la salud, sería lo mismo. En este punto, no podemos olvidarnos de la salud mental. Los cambios empiezan en nuestra mente, en nuestros pensamientos. En función de lo que pensamos, así nos sentimos y en consecuencia, actuamos. Si conseguimos controlar lo que pensamos, controlaremos nuestra vida. Y no olvides, que tu vida, es el resultado de todas las decisiones que has tomado.

No te engañes pensando que tu vida es el resultado de las circunstancias. Puedo aceptar que unos tienen unas circunstancias mas favorecedoras y amables a su alrededor, y tienen una vida más fácil. Pero lo que condiciona tu vida, es lo que tu haces con esas circunstancias, es decir, el cómo tú interpretas lo que ocurre a tu alrededor, cómo lo recoges, lo gestionas emocionalmente y le das salida en modo de comportamiento.

Esto es una muy buena noticia, porque si nuestra vida está bajo nuestro control, se puede modificar para sentirnos mejor con ella.

Psicólogos en Molina

Psicóloga en Molina

Cómo Hacer que tu Relación de Pareja Funcione

Cómo Hacer que tu Relación de Pareja Funcione

Todos queremos que nuestra relación de pareja funcione. Ya sea, esa relación con la persona a la que estamos conociendo y existe chispa, o la persona con la que compartimos nuestra vida.

Antes de centrarnos en las recomendaciones específicas, de base, para que una relación funcione, hace falta dos cosas: admiración hacia la otra persona bien por cómo es, por su talento, por su saber estar, etc y atracción, ya que te gusta físicamente y despierta en tí un deseo.

Hay veces que las personas podemos confundirnos con estos dos aspectos debido a que estemos pasando por un momento vital complicado, nos sintamos muy estresados, o no nos sintamos atendidos, escuchados y cuidados por nuestra pareja. Puede que en estos contextos emocionales, sintamos atracción y admiración por alguien de nuestro entorno, sea un compañero de trabajo, mi jefe, un amigo, y nos sintamos extrañados a la vez por sentirnos así, porque nunc nos hemos planteado que esa persona pudiera gustarnos, o dejar a nuestra pareja por sentir eso.

En estas ocasiones, en las que estamos desgastados en nuestra relación de pareja, o estamos estresados e intoxicados de cortisol por problemas laborales, sociales, de salud, y la otra parte de la pareja se siente valorada o querida por una persona fuera de la relación y se deja querer, basta con tomar distancia, ordenar emocionalmente qué sentimos y gestionarlo, buscando soluciones a lo que realmente falla en nuestra vida.

Para que una relación funcione, quiero que tengas claro esto. Aunque suene a tópico, para estar bien con alguien, hay que estar bien con uno mismo primero.

TERAPIA DE PAREJA

Si quieres tener pareja y estar bien con ella, lo primero que te recomiendo es que te auto-observes y te hagas una evaluación de tu estado Pregúntate ¿cómo estoy yo? ¿Qué necesito? ¿cuáles son mis carencias afectivas? ¿Cuanto me importa la opinión de los demás, soy desconfiado? ¿Qué quiero realmente de mi relación de pareja? ¿qué busco en una pareja?

Hacer esto es muy importante, ya que muchas parejas, hoy en día, están formadas por personas que entran en las relaciones muy heridas por experiencias anteriores, con una mochila emocional cargada de experiencias pasadas que condicionan cómo se sienten en el presente. De la pareja no podemos esperar, que alivie nuestras dolor y cure heridas pasadas.

No hay que tener miedo a identificar lo que realmente nos ocurre, y sanarlo para sentirnos libres y poder vivir nuestras relaciones futuras de forma sana

Ahora si. Si quieres que tu relación funcione te voy a dar una serie de recomendaciones:

Lo primero es trabajar la comunicación, sobretodo cómo hablas y cómo expresas cómo te sientes. Comunicarnos desde el respeto, de forma efectiva, centrándonos sólo en lo que queremos decir, y desde el otro lado, escuchar activamente a la pareja, es el punto básico para que una relación funcione. .

Hay personas, muy sensibles, que siempre se comunican desde el dolor, el miedo, los silencios, los desprecios al otro, ancladas en la misma situación. Reprochan una y otra vez lo que ocurrió, no dejando margen al cambio.

Por el contrario, una pareja que se sabe comunicar, desde el respeto y con cordialidad, tiene muchas probabilidades de éxito.

La segunda recomendación es que tenemos que partir de la sensibilidad, es decir, cómo nos afectan las cosas.

¿Cómo eres?¿te tomas todo demasiado en serio y a nivel personal?¿Le das muchas vueltas a cualquier comentario negativo?¿Lo pasas mal de forma desproporcionada ante una mala cara o un hecho insignificante?

Las personas con alta sensibilidad, sufren en exceso por cosas sin importancia, y lo habitual es que se lo callen y lo rumien en su mente durante un tiempo, provocándoles dolor, no son capaces de decirlo. Hay veces que esperan que sus parejas, detecten que se sienten mal, o han tenido un mal día, y al no cumplir sus expectativas lo pasan mal.

Si es tu caso, intenta analizar si tu malestar es algo relacionado con tu forma de sentir o es algo objetivo. A lo mejor necesitas a alguien que esté más pendiente de ti, que tenga la capacidad de entender que tu eres una persona más delicada en el trato y necesitas un determinado comportamiento. O, a lo mejor, necesitas relativizar y trabajar esa sensibilidad, para aprender a gestionar las situaciones del día a día, con la importancia que realmente tienen, y no te generen un sufrimiento desproporcionado.

La tercera recomendación es controlar nuestra imaginación

El 90% de las cosas que nos preocupan, nunca suceden, ya lo sabes. Muchas veces pensamos en cosas que nos producen dolor, que sólo son fruto de nuestra imaginación, pero que tienen un impacto enorme en nuestra mente y en nuestra emoción.

Pensamientos del tipo : “seguro que se lo pasa mejor con sus amigos, por eso no quiere salir conmigo”, “pasa de mi, le da igual cómo me sienta”, “parece que no tiene hijos, no sabe nada de ellos”…Nos intoxicamos a nosotros mismo de una realidad que nos pone alerta y nos hace daño, y seguramente nuestra realidad no es así. La mayor parte de estos pensamientos y diálogos internos, son fruto de inseguridades, de miedos, de tristezas, pero no son reales.

Algo muy útil, para hacer que tu pareja funcione, también es aprovechar los momentos, donde la relación atraviesa una buena etapa, tranquila, para expresarle al otro, los motivos por los que continúa en la relación, cuáles son esas cosas que me enamoraron de la otra persona, y continúan uniéndote a ella. Puedo hacerlo a través de una carta, un audio de whatssap, un nota en el móvil, un mensaje. Esto, nos sirve de reafirmación en los momentos malos, cuando nuestros pensamientos negativos nos alejan del otro. Es un bálsamo para nuestros peores momentos que nos ayuda a serenarnos

Otro aspecto que hace que una relación funcione, es el poder de los detalles. Al amor hay que cuidarlo y alimentarlo de detalles, demostraciones de afecto como besos, abrazos, caricias, palabras bonitas, momentos especiales, sorpresas.

Cuando uno no sabe tener detalles, no sabe expresar el cariño, o su pareja padece est incapacidad para expresar, llamada Alexitimia, pone mucho más difícil que la relación funcione. La persona con alexitimia, da por hecho que su pareja ya sabe lo que siente por ella, no tienen la necesidad de expresarlo. Pero esto, para la otra persona es muy frustrante.

Hay veces que en terapia se enseña a las personas a saber expresar las cosas bonitas, a que pierdan el miedo a expresar sus sentimientos y estas situaciones de intimidad no las vivan con tanto incomodidad.

Es necesario, para que una relación funcione, que se hable de lo bueno y bonito que sucede día a día, que se expresen las emociones positivas que se experimentan, que compartamos con el otro nuestras alegría y felicidad,

Otra punto para que la relación funcione, es ser amables con nuestra pareja, tratar al otro desde el amor, con cariño. Es habitual, que nos pasamos todo el día aparentando y esforzándonos por tratar bien a todo el mundo, y llegamos a casa y explotamos de forma desagradable, con quien se supone, que queremos y de hecho, hemos elegido.

La paciencia, es otro de los aspectos, necesarios para que una relación funcione. Conocer a la persona que es nuestra pareja y respetarle en sus tiempo. No demos por hecho que tiene que hacer cuando yo espero y cómo yo espero. Aceptémosle y respetémosle.

Practica el perdón. No tengas miedo a hacerlo. El rencor no hará que te sientas mejor a la larga.

Y por último, hay algo que es muy importante. Es conocer a mi pareja, saber cómo es realmente su personalidad y conocer cómo se va a sentir y comportarse cuando esté dolido, o en una situación de estrés. Interesarme, por lo que realmente molesta a mi pareja, porque quizá yo pueda ayudarle a que se sienta mejor y con ello, hacer que la relación de pareja funcione.

¿Te gustaría recuperar la pasión con tu pareja?

¿Te gustaría recuperar la pasión con tu pareja?

Si te gustaría recuperar la pasión con tu pareja, quédate y lee esto.

Cuando estamos en una relación estable de años, la probabilidad de que la chispa o la pasión disminuya, en el mejor de los casos, ya que en otros, desaparece por completo, es bastante alta. Compartir día tras día situaciones cotidianas como, mismo pijama nada favorecedor, aspecto dejado en casa, discusiones por hábitos nocturnos distintos, madrugones, mal humor, dificultades en el trabajo, estrés diario…y si se han tenido hijos: noches sin dormir, la llegada de un pequeño nuevo miembro a la cama, cambiar pañales, crianza con todo lo que implica, uno puede llegar a preguntarse: ¿Dónde está mi vida anterior en la que sentía deseo? ¿En qué momento se perdió la pasión y la chispa? ¿Podremos recuperarla algún día?

No son pocas las parejas que pasan por esta etapa. En la mayoría de los casos, la razón principal de llegar a esta situación es dejarse llevar por el estrés cotidiano, La vida de pareja se ve invadida por problemas, niños, asuntos diarios, y pensamos que el amor todo lo puede. No dejamos ningún tiempo a la pareja, relegando nuestra vida sentimental a ultimo lugar. Esto tiene como consecuencia que la relación pierde fuerza y se genera distancia, ya que cualquier relación si no la cuidas, tiende a romperse.

Ya que, es muy frecuente, que las parejas se presenten en consulta con esta situación, te vamos a describir una serie de recomendaciones, que no sustituyen la terapia, pero que te pueden ayudar a empezar un cambio en tu relación de pareja

Nosotras siempre recomendamos intentar la terapia, antes de tirar la toalla y decidir separarse.

1. CUENTATE VERDAD.

Desde un punto de vista emocional, cuando tratamos de resolver una situación, lo primero es ser honestos con nosotros mismos. Mentirnos no sirve de nada. La cuestión es que, a veces, ni siquiera somos conscientes de cual es nuestra realidad, ya que ni siquiera nos hemos parado a analizarla. Por ello, creo que en una situación como esta lo primero que tendríamos que preguntarnos es si ocurre algo más o simplemente es la rutina la que se ha «comido» la pasión. No es raro que, si un miembro de la pareja está descontento con el otro por algún aspecto, le rechace a nivel sexual a modo de castigo, por pensar que no se merece ese momento.

Si te sientes mal con tu pareja o hay cosas que no te gustan, expresalas, no te calles, porque esa opresión terminará en rabia y esa rabia hará que te distancies del otro. 

2. NO ES MOMENTO DE REPROCHES.

Cuando uno llega a este punto puede estar dándose una situación de desgaste, o lo que es peor, de pasividad con respecto a la pareja, porque dé la situación por pedida. Por ello, es fácil que nos sintamos atacados por el otro y nos defendamos. Aunque lo habitual es culpar al otro y reprocharnos lo sucedido, no es lo más recomendable, ya que esta actitud generará más distancia con el otro y empeoraremos el problema. Por ello, ya que llevamos sin ocuparnos de forma efectiva de la pareja mucho tiempo, si aún queda amor, os merecéis trataros como trataríais a cualquier persona a la que queréis. No perdáis tiempo y poneros a cambiar la situación.

3. SI EL PROBLEMA ES LA RUTINA, SAL DE ELLA .

Vivir en piloto automático es más fácil de lo que parece. Nos sumergimos en el día de la marmota casi sin darnos cuenta. Por ello, habrá que poner voluntad para cambiar lo que no nos sale de forma espontánea. Genera situaciones con tu pareja, que creen un ambiente favorable. Una cenita con vino, cita a solas, sin niños, recuperar quines somos. Y si no hay tiempo, más vale calidad que cantidad. No hay que hacerlo todas las semanas. En el día a día de casa también se pueden generar cambios. Puedes cuidar más tu aspecto en asa, cambiar la ropa interior. Cualquier cosa que os haga sentiros más cerca y sentiros de una forma más consciente, nos valdría para salir de la rutina

4. TE PUEDE AYUDAR, RECORDAR LOS COMIENZOS.

La mente tiene la capacidad de hacernos sentir como si fuera real, simplemente con recordar. Por ello, traer a nuestra mente, momentos de nuestros comienzos puede transformar nuestras emociones y la percepción del otro. Puedes usar los recuerdos para cambiar esa rutina que os ha absorbido. Si queremos generar chispa y deseo, tenemos que recuperar el factor sorpresa que había al inicio. Necesitamos novedad, que nuestro día a día no sea tan predecible.

5. LA COMUNICACIÓN ES FUNDAMENTAL. HABLAR SIN MIEDO DE LO QUE OS EXCITA.

A pesar que pueda resultar raro, para muchas parejas, hablar de sexo en una situación tabú, que provoca que se hable poco o que no se hable con claridad. No descubrimos nada, si decimos que lo que le puede excitar a un hombre o lo que le puede gustar en la cama, es muy diferente a lo que le pueda excitar a una mujer. Además, cada persona en particular, tendrá sus preferencias particulares, que el otro, no tiene por qué conocer.

Aunque hablar de sexo con nuestra pareja puede darnos miedo o vergüenza, es necesario para que nuestra vida íntima sea satisfactoria. Si hablarlo cara a cara, es demasiado para ti, puedes hacerlo por escrito, o por whatsap, a oscuras, o como se te ocurra, la cuestión es hablarlo con claridad y sinceridad

6. PLANIFICA LO QUE NO SALE DE FORMA ESPONTÁNEA.

Si ya llevamos una temporada que el sexo brilla por su ausencia, no podemos esperar, que por pensar en un cambio, nos nazca un deseo irrefrenable. Por ello, no hay que dejarlo en manos de la espontaneidad, si no queremos dormirnos y que pase un día más igual. Habrá que planificar la cita y anticiparlo con tu pareja. Hablar de ese momento, y generar situaciones sensuales, de acercamiento físico previamente, para facilitar romper el hielo.

7. SEXUALIZA TU VIDA.

Uno de los motivos porque desaparece la necesidad de sexo, es porque dejamos de pensar en ello. Nuestra mente está repleta de otras cosas cotidianas y no dja espacio para la sxualiad. Para volver a pensar en sexo, introduce lecturas eróticas, películas, cualquier cosa con contenido erótico7sexual, hará que tu mente lo ponga en primer lugar y aumente tu líbido y deseo.

8. SORPRÉNDELE.

Seguro que hay algo que sabes que le gusta a tu pareja. Sorpréndela. Haz algo que le guste y esto aumentará la receptividad por su parte. Se una persona generosa y piensa sólo en lo que le puede gustar al otro y ofréceselo.

9. SI SENTÍS QUE SOLOS NO PODEIS, PEDIR AYUDA.

La terapia de pareja o sexual, puede ayudaros para salir de este bache. La sexualidad forma parte de la vida de pareja, y suele ser el termómetro que mide el estado de la pareja. Por ello, no tenéis por qué saber solucionarlo solos. Existen profesionales que pueden ayudaros y hacer el proceso más efectivo y amable.

¿Es posible superar una infidelidad?

¿Es posible superar una infidelidad?

Aunque aparentemente, podría parecer que la mayoría de nosotros estaríamos de acuerdo en lo que entendemos por infidelidad, la realidad es que por nuestra experiencia como profesionales, y en base a lo que los pacientes nos trasmiten, no todos pensamos lo mismo acerca de esto. Para algunas personas, sólo existe infidelidad cuando hay sexo fuera de una relación de pareja. Otros, por contra, el sexo online, ya lo consideran infidelidad. Algunos consideran que chats de tipo erótico con terceras personas ya es una infidelidad, y para otros, tienen que haber varios contactos con la tercera persona para considerarse infidelidad, ya que entienden como algo normal, un encuentro esporádico en el que no hayan sentimientos implicados. El punto en común que comparten la mayoría sería que uno de los miembros de la pareja siente traicionado en el pacto de exclusividad que existía entre ambos.

La infidelidad es una de las causas de crisis y ruptura de pareja más frecuentes en consulta. De los últimos datos recogidos en España se estima que en torno a un 35% de los hombres y un 26% de las mujeres en edades comprendidas entre 18 y 65 años, son infieles

El descubrimiento de una infidelidad implica un torbellino de emociones en la pareja. En casi todos los casos, la crisis que experimentan consecuencia de la misma, conlleva mucho sufrimiento a las personas implicadas. Evidentemente, las emociones experimentadas por cada una de las partes son diferentes. La persona que ha sido traicionada vive todo un torbellino emocional que puede contener rabia, deseos de venganza, tristeza, dudas acerca de su percepción del mundo, la duda obsesiva, pérdida de autoestima, sentimientos de inferioridad, las comparaciones (¿que encontró en la otro/a que yo no tengo?).

La persona que ha sido infiel experimenta en algunos casos sentimiento de culpa, vergüenza, remordimiento, arrepentimiento. En otros casos, sucede lo contrario, ya que el que ha traicionado expresa frialdad, niegan la situación, ausencia de empatía, le quitan importancia a la situación, tratando de normalizarla, e incluso, culpan a la pareja por no haber cumplido sus necesidades. En estos casos, cuando infiel no está mostrando ningún indicador de contactar con el dolor que está pasando la otra persona, la relación tendría muy mal pronóstico,.

¿Una infidelidad se puede superar?

Siguiendo la línea de lo que estamos describiendo en estas líneas, depende de diversos factores. En algunos casos si se logra superar, pero con mucho compromiso, esfuerzo y honestidad por las partes.

Los factores que suelen influir y que determinan la viabilidad futura de la pareja son:

1. La gravedad con la que la parte afectada vive la infidelidad. Aquí entran en juego dos aspectos. La gravedad subjetiva, partiendo de las creencias que la persona tenía de la infidelidad, y la gravedad objetiva medida en cantidad, intensidad y tiempo de la infidelidad. En este sentido, es diferentecuando se trata de en un hecho puntual donde sólo ha habido un encuentro sexual, o si, por el contrario, la infidelidad se trata de una relación duradera en el tiempo que ha implicado una doble vida, y muchos engaños.

2. La responsabilidad asumida por la parte infiel. Este factor es el más importante para que una pareja se pueda recuperar. El compromiso de la persona que ha sido infiel en reconocer su parte de responsabilidad y su voluntad de ayudar a reparar el daño causado en el otro. Si la persona lo niega, o le quita importancia, sería momento de plantear la separación como opción para el bienestar de ambos

3. El momento por el que la pareja atraviesa cuando se da la infidelidad es un factor fundamental también para reconducir la relación. Si la pareja, tras buscar los posibles problemas que pudieran existir, detectan y están de acuerdo, que la relación no se encontraba en el mejor momento, que existían carencias y aspectos a mejorar, existen más probabilidades de que la pareja supere la infidelidad y que además la relación salga fortalecida de ella

4. El paso definitivo para superar una infidelidad es el perdón. Pese a todo lo hablado, si la persona afectada no es capaz de superar la rabia y perdonar, la relación terminará por romperse. Aunque los tres factores anteriores dieran en positivo, si este último no se dá, el esfuerzo por parte de la persona infiel, no resultaría en poder continuar con la relación. La persona que se siente traicionada, debe ser capaz de cerrar capitulo y perdonar para siempre.

Claves que te ayudan a saber si tu relación de pareja falla.

Claves que te ayudan a saber si tu relación de pareja falla.

En las siguientes líneas se describirán las claves que te ayudan a saber si tu relación de pareja falla.

Las relaciones de pareja pasan por diferentes etapas en las que se vive el amor de manera distinta. Aunque al principio parezca que la relación de pareja funciona sola, que somos el uno para el otro, y no es necesario hacer nada extra para cuidar la relación, es una falsa sensación. En el comienzo de las relaciones, las personas solemos cuidar al otro y a la relación, de forma espontánea, pero sí lo hacemos. Lo que sucede pasado un tiempo, es que, perdemos esa espontaneidad y corremos el riesgo de dejar la relación fluir, esperando que vaya bien, simplemente por estar. Y ahí, es donde la relación puede pasar de ser un estado en el que nos encontremos felices, tranquilos y seguros, a otro en el que la situación se vuelva muy incómoda y compleja de reconducir.

Aunque una relación de pareja, larga y estable, pase por momentos difíciles, tiene que aportarnos felicidad, en el balance final. Nos tiene que permitir crecer como personas individuales y servir como lugar de apoyo para los momentos difíciles. Si no es así, puede que estemos en el momento de pararnos a pensar en qué podemos hacer para reconducir la situación antes de la separación, o estemos en el punto en el que para nosotros la mejor opción sea dejarlo.

En el camino que una relación recorre para llegar a este punto, siempre hay una serie de señales que nos tienen que alertar y que nos deberían de hacer tomar conciencia. Las señales que nos pueden dar claridad del punto en el que está la relación te las describo a continuación.

1. Falta de cariño y afecto.

La falta de cariño y afecto es una muestra inequívoca que algo va mal en la relación de pareja. Independientemente que hay personas más cariñosas que otras, el afecto se puede expresar de muchos modos. No hay que normalizar el hecho que la rutina o el paso del tiempo inevitablemente genera esta situación en la pareja. Las muestras explícitas de cariño, como besos, abrazos, caricias, contacto físico, una frase bonita, generan serotonina y una sensación de placer hacia la otra persona.

Por otro lado, la vida sexual es una consecuencia del estado de la pareja. En la mayoría de los casos, es un termómetro del estado en el que la pareja se encuentra. Si otras áreas de la pareja fallan, lo que primero se resiente es la vida sexual. Por ello, aunque con el paso del tiempo, la frecuencia baja, hay que cuidar las relaciones sexuales. Son un clima de intimidad y complicidad que beneficia el estado de la pareja en otras áreas.

2. Poca vida social.

La poca vida social juntos, también puede ser un síntoma de mala sintonía. Cuando no te sientes cómodo con tu pareja, no te apetece compartir con ella en público. Tu motivación por hacer planes disminuye y quedar con otras parejas se hace muy complicado.

3. Falta de comunicación

La falta de comunicación o mala comunicación entre la pareja, pasa de ser un síntoma a ser realmente el origen de los problemas de pareja. Todas las parejas que acuden a consulta, tienen problemas en la comunicación, incluso aunque al principio, ni ellos mismos, sean conscientes de ello. La pareja puede hablar mucho, incluso discutir y expresar todo lo que sienten, pero la comunicación puede ser poco efectiva y nada asertiva. Hablar no es lo mismo que comunicar. Y si nos vamos al otro extremo, la no comunicación, puede ser peor todavía, ya que cuando alguien llega al punto de no querer comunicarse con el otro, se encuentra en una situación muy crítica con respecto a la otra persona.

Sea por el motivo o razón que sea, el no querer hablar con la otra persona, de no expresar sus sentimientos o emociones, demuestra distanciamiento entre ambas personas.

4. Sentimiento de Soledad

Consecuencia de todo lo que acabamos de comentar, es el sentimiento de soledad. Aunque vivas con alguien y compartas espacio físico o incluso determinadas actividades cotidianas con ella, puedes sentirte muy solo/a. Se hace evidente que los intereses de uno y otro son diferentes y la relación se vuelve superficial y meramente funcional. Puedes estar cenando con una persona en frente, y sentirte más solo que si lo estuvieras. Es un sentimiento muy desagradable que va produciendo una tristeza latente que va en aumento. El sentimiento de soledad en pareja, es un claro síntoma de que hay que poner cartas en el asunto, e intentar reconducir la situación, o plantearnos la separación como opción, ya que cuando esto sucede, claramente, algo va mal.

5. Discusiones y Conflictos

Las discusiones, son situaciones que podríamos considerar inherentes a la relación de pareja. Pueden llegar a ser constructivas cuando se producen con respeto y desde el amor, ya que ayudan a llegar a puntos de vista conjuntos y acuerdos que pueden hacer madurar a la pareja y crecer. Estas discusiones son poco frecuentes y con un comportamiento respetuoso por parte de ambos. Las discusiones empiezan a ser un problema cuando son frecuentes, y se convierten en broncas cargadas de insultos, reproches, humillaciones, y no se saca nada en claro de ellas. Además, suelen ir en escalada negativa hasta el punto que después de la discusión, uno no recuerda ni por qué empezó, pero el dolor ya está provocado.

Evidentemente, es un síntoma que la pareja necesita ayuda profesional, o quizá directamente se plantee la separación, ya que no quede amor entre ellos.

6. Pérdida de identidad personal

También sucede, que la pareja puede estar en el otro extremo. La relación puede ser tan exigente, que se comparta todo con el otro, y se convierta en una relación de complacencia y/o comodidad. La relación puede llegar a ser absorbente, incluso para los dos, y aunque los dos sostienen este tipo de relación, no se encuentran ni cómodos ni felices. Esto genera la sensación de falta de libertad e identidad personal. Este punto es claramente peligroso, ya que ninguno de los dos se atreve a cambiarlo, pero claramente explotará en un futuro, cuando ya no tenga solución.

Por ello, aunque, aparentemente no hayan problemas, habría que empezar a establecer cambios, hacia una relación más sana e independiente, que permita al otro tomar sus propias decisiones, sentir libertad y recuperar su identidad.

7. Sentirse Infravalorado o Menospreciado

Otro sentimiento que denota problemas es sentirse no valorado por la pareja. Sentir que nada de lo que haces es suficiente, y que lo que haces no tiene valor para el/ella. Esto genera problemas de autoestima, que derivan en otros problemas en la relación de pareja, como en las relaciones sociales o sexuales. Según la forma de decir las cosas o el temperamento de la persona, puede que el indicar aspectos que no le gustan o errores del otro, genere sentimiento de menosprecio y humillación

8. Conciliación Doméstica y laboral

La conciliación de la vida laboral con la familiar, sobretodo, si se tienen hijos, puede ser foco de problemas en la pareja. Si el reparto de la crianza y tareas domésticas no es equitativo, llevará a sentimiento de desgaste por parte del que más carga tenga y esto generará discusiones y problemas.

Por ello, es necesario pararse unos minutos a realizar una distribución adecuada para cada caso en particular.

Estos ocho puntos son claves que evidencian que la relación de pareja necesita ser reconducida, o en uno, en varios o en todos ellos.

Si consideras que la situación, es bastante complicada y ves difícil solución, un profesional puede ayudaros y haceros el proceso más fácil y efectivo

Psicólogos en Molina de Segura y Murcia

Terapia de pareja. Clínica Vanesa Hernandez.

¿Qué nos sucede con una ruptura de pareja?

El dolor que genera una ruptura sentimental, es como un huracán de emociones que desordena nuestra vida y nos deja totalmente devastados. Al igual que las relaciones, las rupturas son diferentes, y dependiendo de cómo haya sido la relación, cómo se haya producido la ruptura, los motivos, etc, se vivirá de una manera u otra. Lo que está claro es que, dependiendo de cómo la gestionemos, así se producirá el proceso de recuperación.

¿Cómo nos afectan las rupturas amorosas?

Cuando experimentamos una ruptura, suceden cosas en nuestro cerebro y en nuestro cuerpo. Ambos reaccionan como si se estuviera produciendo una pérdida de un ser querido, un duelo. Por ello, al activarse las áreas del apego, sufrimos añoranza y sensación de vacío. Con la ruptura, nuestro sistema emocional se pone patas arriba y ello provoca un amplio abanico de emociones. Las más comunes son la tristeza, la rabia, la confusión y la sensación de pérdida.

Además, experimentamos niveles de estrés más elevados, lo que genera que no durmamos bien, perdamos el apetito, tengamos problemas de concentración, sintamos fatiga mental, cualquier cosa se nos hace un mundo. Otra sensación muy común es la confusión, ya que, no podemos entender o explicar aspectos de la ruptura. Nos sentimos además frustrados y con rabia hacia la otra persona.

Sin embargo, a pesar de esta avalancha de emociones y de la intensidad de las mismas, la resiliencia humana, hace posible una recuperación sana, de la que podemos salir reforzados. Los motivos concretos de por qué somos capaces de salir hacia adelante en momentos de crisis vital.

¿Cuáles son estos motivos?

  • Capacidad de adaptación de las personas: Es un mecanismo de supervivencia que nos permite aceptar las nuevas circunstancias y aprender a vivir en un nuevo entorno. Cuanto mayor sea nuestra flexibilidad, mejor será el proceso de mejoría. Por ello, en la medida que pasan las semanas y los meses, nuestras emociones son menos intensas y van dejando paso a otras más útiles, que nos permiten seguir hacia adelante.
  • Aspecto muy importante: el apoyo de los nuestros: En estos duros momentos, sentir la comprensión de personas queridas, es un amortiguador para nuestro dolor. Además, expresar nuestros sentimientos tienen un doble beneficio, por un lado nos alivia y por otro, escucharnos nos da una perspectiva distinta a cuando sólo lo pensamos. Relacionarnos, además disminuye la sensación de vacío y soledad, y nos ayuda a salir hacia adelante
  • El aprendizaje, salir de nuestra zona de seguridad: Cualquier experiencia de crisis, se puede convertir en una oportunidad que nos permita desarrollarnos como personas. Una vez vencemos el miedo, y la tristeza va disminuyendo, nuestra percepción de la realidad cambia, y nos permite analizar lo que fallo en la relación, y qué aspectos podemos mejorar para nuestro futuro.

Cabe decir que, el proceso de recuperación, no es fácil, y dependerá de cada persona. En cualquier caso, no es una mejoría lineal, se producen retrocesos, ante los que no hay que desesperar.

¿Qué ocurre si no somos capaces de aceptar la ruptura y superarla?

En algunos casos, las personas se quedan estancadas en alguna de las fases del duelo y no logran superar la ruptura. Evidentemente, esto genera consecuencias a nivel mental, físico, e incluso laboral, familiar y social. Por ello se puede derivar en:

  • Estados depresivos: Cuando la persona no es capaz de aceptar la nueva situación, se instala en la tristeza y no querer ver la oportunidad que se le presenta tras la ruptura. Por ello se centra más en el «¿por qué ocurrió la separación?», en lugar de centrarse simplemente en «qué ocurrió» y «qué se puede hacer» a partir de ahí para estar mejor. Por ello, no le interesa nada de lo que sucede, todo lo ve de color negro y pasa de la tristeza a la rabia, sin disfrutar de nada de lo hay a su alrededor. Cuando esto se perpetúa en el tiempo, deriva en una depresión, de la que para salir podría necesitar ayuda profesional.
  • Problemas de inseguridad y baja autoestimaEn casi todas las rupturas de pareja nuestra autoestima se ve afectada. La lectura que solemos hacer en una separación es la de no haber sido capaces de hacer que la relación funcionara. La persona lo vive como un fracaso absoluto, emocionalmente hablando. Se entra en un bucle de pensamientos que gira a la idea de no haber sido lo suficiente, no haber hecho esto o aquello, en definitiva de culpa, y esto deriva en inseguridad y falta de confianza en uno mismo. Si la relación ha sido duradera, se suma el miedo a volver a tener que encontrar pareja. Se tiende a pensar que ya no se encontrará a nadie que merezca la pena para compartir la vida. la consecuencia de pensar así, es una falta de confianza en uno mismo, que puede afectar a las relaciones con los demás.
  • Estados de ansiedad: Enfrentarse a una nueva situación, genera un cambio importante, frente a la estabilidad con la que se contaba en pareja. Aunque la relación fuera mal, uno sabía a lo que se atenía. Ahora, todo es incertidumbre, y esto genera estrés en la mayoría de las personas. La preocupación de cómo será tu vida a partir de ahora, puede provocar un miedo intenso, que de lugar a crisis de ansiedad.
  • Problemas en futuras relaciones: Si no gestionamos bien el proceso de pérdida, puede que arrastremos un lastre emocional a futuras relaciones. Por ello, es muy importante curarse, antes de iniciar algo de nuevo. Para que una nueva relación funcione, hay que asegurarse que vamos vacíos de equipaje. El peso de lo que haya vivido en un pasado, tiene que quedarse atrás. Lo que pasó, pasó. Nuestros miedos e inseguridades pueden estropear una buena relación.

Decálogo para afrontar una ruptura de pareja

Decálogo para afrontar una ruptura de pareja

Cuando nos separamos de alguien que ha sido importante para nosotros, independientemente del amor que quede, de los motivos de la ruptura, de quién haya decidido poner fin a la relación, y de muchas variables más, siempre es un momento complicado, no fácil de afrontar. Tanto cuando nos toca vivirlo en primera persona, como cuando es un ser querido quien lo está pasando, necesitamos conocer, la mejor manera de afrontar estos duros momentos, para que la recuperación sea saludable y no nos genere otras consecuencias a largo plazo.

Por ello, de modo muy resumido, y sencillo, te dejo por aquí, 10 recomendaciones que te pueden ayudar a saber, cómo gestionar una separación.

1. Date tiempo.

La famosa frase de «el tiempo lo cura todo», no es del todo cierta, pero lo que si que es verdad, es que necesitamos tiempo, para poder poner en marcha acciones que nos permitan sentirnos mejor. Así que, en este caso, el tiempo, no es suficiente, pero sí es necesario, para recuperarte de una separación. El proceso de mejoría se va a ir produciendo poco a poco, no estarás bien de un día para otro. Además, la recuperación tienen altibajos, no es un proceso de mejoría que va siempre en ascenso. Darás tres pasos hacia adelante y una hacia atrás. Por ello, no desesperes, ya que la intensidad del dolor irá disminuyendo, empezarás a tener más momentos buenos cada vez, y la sensación de falta de control irá disminuyendo para dar paso a un aumento de tu confianza. Por otro lado, es muy importante que tengas en cuenta que cada persona tienen su ritmo, y que evidentemente, no todas las rupturas son iguales. Así que respeta tu ritmo y no te culpes por no estar mejor.

2 . Muy importante. Establece límites de contacto o contacto cero.

Si es posible, al principio, es recomendable establecer cero contacto con tu expareja. Esto te facilitará el proceso de recuperación. Aunque tu inercia te lleve a querer hablar una vez más, a necesitar decirle otra vez lo que sientes, a volver a pedir una última explicación, oblígate a no llamarle. Por otro lado, a la inversa, tendría que suceder lo mismo. Sé fuerte y no contestes a sus llamadas. Si previamente le has pedido que respete ese límite, no te sientas culpable por ello. Si es imposible el contacto cero, porque haya niños, u otras circunstancias que lo impidan, reducir el contacto a lo estrictamente necesario, y hablar sólo de los temas que realmente haya que tratar. El contacto con la expareja, sólo remueve emociones y enlentece la mejoría.

3 . Permítete sentirte como te sientes.

Cuando experimentas la pérdida, la consecuencia directa es sentir una avalancha de emociones. Aunque querrías sentirte de otra manera y controlar tus emociones, te resulta muy complicado. Por ello, en estos momentos, te tienes que permitir sentirte así, simplemente como te sientas. Si te apetece llorar, llora, si sientes ira, enfádate, si sólo nace pena en ti, déjala salir. Si tratas de bloquear estas emociones, sólo alargarás el proceso de recuperación. Ahora bien, permitir que tus emociones estén ahí sin sentirte culpable por ello, no significa que te recrees en ellas. Siéntelas y dales salida, pero no las refuerces pensando de modo circular en lo que te pone triste, ni refuerces la rabia. Esto tampoco te ayudará.

4 . Rodéate de personas queridas. Busca su apoyo.

Hablar con personas de confianza te ayudará a sentir cierto alivio. Notar la comprensión de los tuyos, hará que sientas una mayor seguridad. Por otro lado, cuando nos escuchamos al expresar en voz alta lo que sentimos, también nos ayuda a nosotros mismos a percibir la situación desde fuera y nos proporciona una mayor claridad mental. Para gestionar bien tus emociones, es necesario que las puedas enfriar un poco, y la ayuda de amigos y familiares será fundamental. Si sientes que no puedes contar con nadie en ese momento, siempre puedes acudir a un profesional, que te ayudará, sin duda, a superar estos difíciles momentos.

5. Cuídate.

Cuidarse en estos momentos, será vital para poder afrontar la ruptura. Ponte la primera de la lista en tus prioridades. Cuídate por dentro y por fuera. Pon atención a una buena alimentación, haz ejercicio físico, si no te gusta el deporte, sal a dar largos paseos, y sobre todo, descansa y pasa tiempo contigo mismo. En estos momentos, mímate. El cuidado y amabilidad que usarías para un ser querido, dedícatela a ti mismo. La compasión hacia ti, en estos momentos del proceso, es otra llave a la mejoría.

6. Desde la calma, permítete pensar sobre la relación.

Eso de que «las prisas no son buenas», en este proceso cobra realidad. Necesitas tiempo para pensar en la relación que has vivido, qué aprendizaje puedes hacer de lo que ocurrió, lo que te ha a portado la experiencia de pareja, y lo que te has permitido perder. Viene muy bien hacer un ejercicio de agradecimiento y perdón, es decir, pensar acerca de todo aquello que te tienes que agradecer con respecto a la relación y todo aquello de lo que te tienes que perdonar. Pon el foco en ti. Tu lectura acerca de la relación será totalmente distinta, si la enfocas desde el punto de vista del amor, es decir, piensas en lo que puedes recoger del tiempo invertido, o desde el miedo, que sólo te llevará a tener la sensación de haber perdido el tiempo. Si la relación no ha funcionado, el análisis para futuras relaciones te ayudará a identificar tus necesidades reales y qué esperas de lo que ocurra en un futuro. Tómate esta experiencia para crecer, para liberarte de lastres y abrir la puerta a nuevas experiencias. No permitas que el miedo te paralice.

7. Mantén la motivación alta. Márcate objetivos.

Siguiendo la línea de lo anterior, céntrate en marcarte objetivos personales en tu nueva vida, enfócate en esa persona que te gustaría ser, en la vida que te gustaría tener. Es una oportunidad para centrarte en tu desarrollo personal, profesional, social…Fija metas a corto plazo, medio y largo plazo. Con metas, no hablamos de grandes cosas, simplemente incorporar a tu vida hábitos que te hagan sentir bien, comenzar a practicar actividades que te aportarán conocimiento, o disfrute, o relaciones. Aunque al principio cuesta un esfuerzo muy grande, continúa haciéndolo. Te sorprenderá lo rápido que tu mente se adapta al cambio.

8. Agradece cada día.

Mira la vida desde el agradecimiento. Si nos centramos en lo que no tenemos, en lo que nos falta, en la comparación con el otro, sólo conseguiremos un enfoque de escasez en nuestra vida, y nuestras emociones se tornarán en tristeza, frustración y rabia. Si por el contrario, te enfocas en una visión de partir de todo lo que tienes, y en las posibilidades de mejorar, la perspectiva cambia. No se trata de mirar un mundo de color rosa. Se trata de ser realista y poner en una balanza lo que tenemos. Pensar en lo que ha ocurrido como una oportunidad, no como en un fracaso. Agradece cada día, como antídoto a las emociones negativas

9. Atrévete a experimentar cosas nuevas.

Aunque en estos duros momentos no te apetezca hacer nada, el aprender habilidades nuevas mejorará tu autoestima. No te dejes llevar por la creencia que la motivación va antes de la acción. «Cuando me apetezca lo haré». Es un gran error. Si queremos crear motivación, tenemos que tener acción. Aunque no me apetezca ir a jugar al padel, por ejemplo, iré a jugar, porque esto provocará que me apetezca.

10. Si lo necesitas, busca ayuda profesional.

Llegados a este punto, si crees que solo/a te resulta muy difícil gestionar tus emociones, y no puedes afrontar tu día a día con efectividad, busca ayuda profesional. Es una opción que está ahí para ayudarte, para guiarte por el camino de la recuperación sana.

Consejos básicos para sentirse bien.

Consejos básicos para sentirse bien.

Céntrate en el aquí y ahora, intenta vivir en el momento que te está tocando vivir. El ahora, es el único tiempo que existe. Ocúpate de las cosas. Preocuparte por ellas, sólo provoca una peor gestión de las mismas. . No gastes energía en recrear momentos que ya no volverán y ante los que no puedes hacer nada, ni en anticipar un futuro incierto. Acepta la realidad, tal como es y centra tu atención en vivir el momento presente.

    Practica no quejarte. El cambiar determinadas palabras o expresiones en la forma en la que te hablas a ti mismo, puede cambiar el como te sientes. Elimina el no, y las frases negativas, y conviértelas en afirmaciones. No es lo mismo decir «no puedo nadar porque me da miedo el agua» que «me gustaría aprender a nadar para disfrutar de estar en el agua».

    Exprésate positivamente. Para no acumular ira, resentimiento, tristeza, frustración, aprende a expresar lo que piensas y sientes asertivamente. No te lo guardes para ti, corres el riesgo de expresarlo explotando de modo agresivo. Hazlo con un lenguaje claro y objetivo, procurando que el volumen y la fuerza de tus gestos sea suave. Si tú elevas el tono…incitarás a que el otro lo eleve también.

    Actúa desde el amor. Aprende a perdonar. Llénate del amor hacia tus seres queridos para que puedas comprender la limitación de las personas que te hicieron daño, así podrás perdonarlas con más facilidad. La mayoría de las veces, las personas lo hacen lo mejor que saben y no tienen intención de dañarte. No permitas que las emociones negativas que te sobrepasen.

    Practica la aceptación. Acepta a las otras personas tal y como son. No quieras cambiar el comportamiento y la actitud de los demás. Primero, acéptate a ti mismo con tus virtudes y carencias. Te ayudará el poner tu atención en las afinidades y semejanzas que tienes con los demás, lo que te facilitará su aceptación.

    Intenta ver el lado bueno de las cosas. Toda situación tiene una visión positiva. Aunque tú o alguien querido se encuentre en una situación complicada, busca otro punto de vista y resalta el aspecto positivo y realista, para que te sea más sencillo resolverla.

    Detecta tus pensamientos negativos. Bloquéalos y déjalos ir. No les dediques tiempo. Cuanto más los pienses, más aumentará tu sensación negativa. Deja salir los pensamientos que te causan dolor, ira y temor y cultiva los que te generan paz interior y te motivan a practicar el perdón y la reconciliación.

    Mantén una vida activa. Ten una rutina de ejercicios. Pasear al aire libre unos 30 a 40 minutos y a un buen ritmo te ayudará a liberar tensión y estrés y ganar vitalidad. La regularidad en la actividad es lo que te ayudará. Crea un rutina e intenta realizarla cada día que puedas.

    Busca actividades para sentirte bien. Disfruta de las cosas que te gusta hacer. Realiza actividades divertidas. Haz una lista de todas aquellas actividades que siempre quisiste hacer y que te parezcan relajantes y divertidas. Incluye algunas en tu agenda como parte de las tareas pendientes que hacer. Dedicar tiempo a ti es muy importante para sentirte bien.

    Relativiza. No te tomes la vida demasiado en serio. Lo que hoy te preocupa mucho, quizás, en dos días, ni te acuerdes. Resta importancia a las cosas que no la tienen. Aprende a diferenciar entre lo que realmente es importante y lo que no lo es. Cuanto más sereno y tranquilo estás, mayor probabilidad tienes de gestionar de modo efectivo cualquier situación que venga.