Aquí te dejo más sobre Agorafobia. La agorafobia es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado a estar en lugares o situaciones en las que resultaría difícil escapar o en los que no se podría recibir ayuda en caso de experimentar una crisis de ansiedad.

La Agorafobia se manifiesta a través de síntomas en sus tres niveles de expresión : síntomas físicos, síntomas emocionales y síntomas conductuales.


En cuanto a los síntomas físicos, aparecen debido a la activación del sistema nervioso simpático, que desencadena la respuesta de lucha o huida ante una situación que la persona percibe como peligrosa. Esto ocurre en todos los trastornos de ansiedad. Los síntomas físicos son:

• Taquicardia o palpitaciones: Sensación de que el corazón late muy rápido o de manera irregular.

• Dificultad para respirar: ya sea como sensación de ahogo, presión en el pecho o hiperventilación.

• Mareos o sensación de debilidad o desmayo: Debido a la hiperventilación o al aumento del estrés, la persona puede sentirse inestable, con sensación inminente de caer desfallecida al suelo.

• Sudores excesivos: Sobretodo en las manos, rostro y espalda, como una respuesta del cuerpo al estrés.

• Temblores o sensación de debilidad: La ansiedad puede generar movimientos involuntarios o sensación de que las piernas se “aflojan”.

• Náuseas o molestias estomacales: Una de las formas en en las que el cuerpo somatiza la ansiedad es a través del sistema digestivo, con dolor abdominal, diarrea o ganas de vomitar o vómitos.

• Escalofríos o sofocos: Se experimentan cambios repentinos de la temperatura corporal sin motivo aparente.

• Sensación de opresión en el pecho: Es uno de los síntomas más comunes y que primero expresan los pacientes cuando acuden a consulta. Puede confundirse con síntomas de un ataque cardíaco, lo que agrava la ansiedad.

Estos síntomas físicos pueden aparecer de manera repentina, sobre todo si la persona está expuesta a un lugar que teme.


La agorafobia también afecta el estado emocional y los pensamientos de quien la padece, generando una percepción desproporcionada del peligro. Los síntomas emocionales y cognitivos suelen ser:

• Miedo intenso a perder el control: Sensación de que se va a hacer algo irracional o vergonzoso en público.

• Pánico a desmayarse o morir: Muchas personas con agorafobia sienten que pueden sufrir un infarto o colapsar en la calle sin recibir ayuda.

• Desrealización o sensación de desrealidad, que genera una sensación de desconexión con el entorno: El entorno puede sentirse “extraño” o “borroso”, como si no fuera real.

• Despersonalización o sensación de desconexión del propio cuerpo. La persona siente que está fuera de sí misma o que su cuerpo no le pertenece, como si no fuera ella, no se reconoce aunque sabe que es ella.

• Pensamientos catastróficos: Continuamente piensa en » y si …» . Cree que lo peor sucederá (por ejemplo, quedar atrapado en un ascensor y morir asfixiado). Confunde continuamente la posibilidad con la probabilidad.

Estos pensamientos refuerzan el miedo y pueden generar un ciclo de ansiedad que empeora la agorafobia.


En cuanto al comportamiento en la medida que la agorafobia progresa, la persona desarrolla estrategias para evitar el malestar, y organiza su vida para no sentir miedo y sentirse a salvo, lo que limita significativamente su vida diaria. ¿Cómo? Evitando situaciones o lugares en los que cree que podría estar en peligro

Así:

• Evita ir a centros comerciales, usar transporte público, ir por calles concurridas, puentes, túneles, ascensores o cualquier lugar con multitudes.

• Rechaza invitaciones para no salir.

• Desarolla dependencia de otras personas: necesita ir acompañado a todos lados, manifiesta angustia extrema al pensar en quedarse solo en casa, usa “objetos de seguridad” para sentirse más tranquilo.

• Siempre lleva agua, medicación o un teléfono móvil como forma de reducir la ansiedad.

Todo esto, conlleva un aislamiento progresivo, en los casos más graves, la persona puede evitar salir de su casa por completo.

Lo habitual, es que los síntomas aparezcan poco a poco, con lo que la persona va adaptando su vida, y cuando viene a darse cuenta, está completamente limitada y su calidad de vida a reducido drásticamente.


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