Sentirse bien con uno mismo es algo que parece muy simple, a la vez que en la mayoría de los casos resulta muy complicado conseguirlo, pero que tienen un impacto enorme en nuestra vida y en nuestro bienestar en general. Todos somos conscientes que, una buena autoestima nos hará sentir mejor, pero de lo que no tenemos tanta claridad es, la forma tan directa en la que, influye en nuestro día a día, nuestro resultados y en consecuencia en nuestra felicidad. Por ello, es tan importante que tengamos en cuenta que, la mejor inversión de tiempo y energía que podemos hacer, es en nosotros mismos, en aceptarnos como somos y en mejorar todo aquello que nos haga sentir mas agusto con nuestra identidad. La autoestima sana tiene como hemos dicho, muchos beneficios para nuestra salud emocional.
Entre otros:
- Ayuda a que tengamos mayor autoconfianza y seguridad personal. Va a fortalecer la confianza en nuestras capacidades. El tomar conciencia de esto, nos permitirá enfrentar desafíos y tomar decisiones con mayor determinación, reduciendo el miedo al fracaso.
- Mayor resiliencia emocional: Una autoestima sólida nos ayuda a superar dificultades y fracasos, viéndolos como oportunidades para aprender y crecer en lugar de verlo como ataques personales o señas de mala suerte. Esto favorece una mayor estabilidad emocional y menor vulnerabilidad a las emociones negativas extremas de rabia o victimismo.
- Tus relaciones sociales serán más saludables ya que, serán más equilibradas y asertivas. Nos comunicaremos mejor, expresaremos nuestras necesidades y límites, y seremos menos propensos a sentirnos rechazados o inseguros en interacciones sociales.
- La autoestima positiva favorece la aceptación de uno mismo, incluyendo las propias fortalezas y debilidades. Esto hace que la forma en la que te hables sea más amable y reduzcas la autocríatica siendo tu voz interior más compasiva y constructiva.
- Tu motivación también se verá beneficiada por una buena autoestima. Con una autoimagen positiva, tus ganas de plantearte objetivos y de perseverar ante obstáculos aumentará , lo que aumentará la probabilidad de que obtengas mayores logros y satisfacción personal.
¿Qué impacto tiene todo esto en tu vida diaria? De forma más concreta, la buena autoestima se verá reflejada:
- En el proceso de toma de decisiones: Una buena autoestima facilita decisiones autónomas y coherentes con nuestros valores, evitando la dependencia excesiva de la opinión de los demás.
- En el manejo del estrés: Nos permite gestionar mejor las situaciones estresantes, manteniendo una actitud más equilibrada y menos reactiva e impulsiva al entorno.
- En la prevención de problemas psicológicos: Reduce la vulnerabilidad a trastornos como la depresión, la ansiedad y los trastornos de la alimentación, que a menudo están relacionados con una pobre autoimagen.
- En genereal en tu calidad de vida: Promueve un estilo de vida más saludable, con mayor satisfacción y bienestar general.
Y…¿Cómo puede prevenir la ansiedad?
La ansiedad suele estar vinculada a pensamientos automáticos negativos, inseguridad y miedo al juicio de los demás o al fracaso. Una buena autoestima actúa como un factor protector de varias maneras:
- Reduce de pensamientos autocríticos y catastrofistas: La autovaloración positiva ayuda a cuestionar lo que pasa por nuestra mente y disminuir los pensamientos distorsionados que alimentan la ansiedad.
- Aumenta aceptación de incertidumbre: Cuando nos sentimos seguros de nosotros mismos, somos más capaces de aceptar que no todo depende de nosotros y que por tanto, no lo podemos controlar, con lo aceptamos la realidad tal cual es, disminuyendo la ansiedad ante la incertidumbre.
- La autoestima fomenta habilidades sociales saludables, lo que reduce la ansiedad relacionada con las interacciones sociales o el miedo al rechazo. Además, las personas con buena autoestima suelen ser más asertivas, es decir, se atreven a expresar su opinión, decir que no, sin culpa y poner límites.
- Respuesta emocional es más adaptativa: La autoconfianza favorece un manejo más efectivo de las emociones, permitiendo responder a los estímulos estresantes de forma más calmada y racional.



















