¿En qué puede ayudarte la terapia de pareja? Descubre siete beneficios clave

¿En qué puede ayudarte la terapia de pareja? Descubre siete beneficios clave

¿En qué puede ayudarte la terapia de pareja?

Clínica Vanesa Hernández – Psicóloga en Molina de Segura

Las relaciones de pareja pueden ser fuente de amor, crecimiento y apoyo, pero también enfrentan momentos de conflicto, distancia o decisiones difíciles. En esos momentos, la terapia de pareja se convierte en una herramienta valiosa para recuperar el equilibrio, mejorar la comunicación y fortalecer el vínculo.

En la Clínica Vanesa Hernández, ofrecemos terapia de pareja en Molina de Segura y también sesiones online, adaptadas a las necesidades de cada pareja. A continuación, te explicamos con más detalle cómo puede ayudarte este tipo de intervención:


1. Mejorar la comunicación

Una de las razones más frecuentes por las que las parejas acuden a consulta es la dificultad para comunicarse. En muchas relaciones, se habla, pero no se escucha. O se escucha, pero no se comprende. La terapia ayuda a:

  • Identificar formas de expresión que generan conflicto.
  • Aprender a hablar desde la emoción, sin atacar ni reprochar.
  • Desarrollar la capacidad de escuchar activamente al otro.

Esto permite reducir malentendidos, hablar con más claridad y conectar desde un lugar más empático.


2. Resolver conflictos de manera saludable

Discutir es natural en cualquier pareja, pero lo importante es cómo se discute. Muchas veces se repiten los mismos patrones sin encontrar solución. La terapia os permite:

  • Detectar dinámicas repetitivas que dañan la relación.
  • Encontrar nuevas formas de manejar el desacuerdo.
  • Establecer límites y acuerdos saludables.

El objetivo no es evitar el conflicto, sino aprender a resolverlo sin dañar la relación.


3. Recuperar la intimidad y la conexión emocional

El paso del tiempo, el estrés o la rutina pueden hacer que la pareja pierda la cercanía, tanto emocional como física. En la terapia de pareja trabajamos para:

  • Reconectar con las necesidades afectivas y sexuales del otro.
  • Abordar bloqueos emocionales o sexuales con respeto.
  • Fomentar la expresión de cariño, admiración y deseo.

La intimidad no es solo física, también es emocional. Recuperarla significa volver a sentirse en sintonía con la persona que tienes al lado.


4. Superar infidelidades o rupturas de confianza

La infidelidad es una de las crisis más profundas que puede atravesar una pareja, pero no siempre significa el final. La terapia de pareja ofrece:

  • Un espacio neutral para hablar del daño sin juicios.
  • Herramientas para reconstruir la confianza, si ambos lo desean.
  • Claridad para decidir si seguir juntos o tomar caminos distintos.

El objetivo no es forzar una reconciliación, sino acompañar a la pareja en su proceso de comprensión y toma de decisiones.


5. Tomar decisiones importantes en pareja

Mudarse juntos, tener un hijo, casarse o incluso separarse. La vida en pareja está llena de decisiones que requieren diálogo, comprensión y alineación de expectativas. En terapia trabajamos:

  • La toma de decisiones desde el respeto y la comunicación.
  • La expresión de dudas, miedos y deseos sin juicio.
  • El fortalecimiento del compromiso, si ambos así lo desean.

Tomar decisiones en pareja es más fácil cuando se hace desde la claridad emocional.


6. Afrontar juntos el estrés externo

Problemas laborales, familiares, económicos o de salud afectan muchas veces a la relación. Aunque no sean conflictos entre la pareja, el estrés externo puede generar tensión, discusiones o distanciamiento. La terapia ayuda a:

  • Entender cómo el entorno está afectando la relación.
  • Establecer estrategias de apoyo mutuo y autocuidado.
  • Fortalecer la sensación de equipo ante las dificultades externas.

Porque no se trata de luchar uno contra el otro, sino de luchar juntos contra el problema.


7. Fortalecer el vínculo sin necesidad de estar en crisis

Muchas parejas piensan que solo se acude al psicólogo cuando hay un problema grave, pero no es así. De hecho, algunas de las mejores experiencias en terapia de pareja se dan cuando:

  • Se quiere mejorar la relación aunque no haya conflictos.
  • Se busca prevenir crisis futuras aprendiendo nuevas herramientas.
  • Se desea crecer juntos y fortalecer la complicidad.

Invertir en la relación cuando todo va bien es una forma de cuidarla a largo plazo.


Terapia de pareja en Molina de Segura y online

En la Clínica Vanesa Hernández acompañamos a parejas en distintas etapas de su vida, desde el amor inicial hasta los retos más complejos. Ofrecemos atención presencial en Molina de Segura y también terapia de pareja online, para que podáis acceder desde cualquier lugar, con la misma cercanía y profesionalidad.

Si sientes que vuestra relación merece una oportunidad, te invitamos a contactarnos.

A veces, el primer paso es pedir ayuda. Nosotros te acompañamos en los siguientes.


Ansiedad ante una prueba. Cómo manejarla

Ansiedad ante una prueba. Cómo manejarla

La ansiedad ante una prueba es un problema bastante común. Para las mayorías de las personas es algo circunstancial, que les provoca malestar en el momento, pero que una vez superada la situación, no genera más consecuencias en su vida. Sin embargo, para otras, la ansiedad es tan elevada, que condiciona, decisiones que han de tomar en ese momento, provocando un fuerte impacto en su vida. La ansiedad ante una prueba, por escrito, pero algo muy común es el miedo a la exposición oral. Bastantes personas, acuden a consulta, por el pánico que les genera el tener que exponer algo en público y necesitar ayuda para gestionar esa ansiedad, ya que de lo contrario, podrían no terminar sus estudios universitarios, podrían no conseguir un trabajo o un ascenso o perder el que ya tienen. Renunciar a hacer lo que te gusta, por sentir ansiedad ante una prueba, sea escrita u oral, es un precio muy alto, que no tienes por qué pagar.  La ansiedad se puede controlar con una combinación de preparación para la prueba, gestión emocional y técnicas de relajación. Aquí te detallo un método, que bien usado, puede ayudarte a mejorar tu rendimiento y reducir el estrés.


1. Preparación adecuada: Técnicas de estudio/retención eficaces

  • Un buen plan de preparación te ayudará a sentirte más seguro y disminuirá la ansiedad. Se pueden usar muchas técnicas , algunas de más efectivas te las describo a continuación:
  • Para un buen rendimiento, necesitamos que planifiques y organices el material del que te tienes que examinar o exponer. Para ello te será de mucha utilidad si:
  • Aprovechas tu curva de rendimiento: Las personas tenemos diferente rendimiento según el momento del día. Hay personas que rinden mejor por la mañana, otras por la tarde y otras son totalmente nocturnas. Es muy importante tener en cuenta esto, ya que si te preparas el material, en el momento en el que te encentras más despejado, te resultará más efectivo, lo harás antes y lo retendrás mejor.
  • Por otro lado, dentro de ese momento de rendimiento, tenemos una curva de aprendizaje. Es decir, hay personas, que nada más sentarse a estudiar algo, se concentran al cien por cien y conforme va avanzando el tiempo, la concentración va decayendo. En el caso contrario, otras personas, necesitan un calentamiento largo, y su concentración óptima llega después de un tiempo estudiando. Por ello, hay que organizar el estudio teniendo en cuenta esto también. En los momentos de máxima concentración realizar lo más complicado y dejar para los momentos bajos los repasos, realizar resúmenes, subrayar el material.
  • Establecer un horario de estudio realista es clave para no frustrarte: Divide el temario en sesiones diarias, centrándote sólo en lo que toca ese día, y evita estudiar todo de golpe. Usa la técnica “Estudio en bloques”, donde te concentras en un tema específico durante 30-50 minutos y luego descansas 5-10 minutos.

2.  Técnicas de memorización y comprensión. En este sentido, tendrás que usar la que mejor se adpate a ti, o la combinación de las que te resulten más efectivas.

• Método Feynman: Explica el concepto con tus propias palabras en voz alta, como si se lo enseñaras a un niño. Esto ayuda a detectar lagunas en tu comprensión.

• Mapas mentales: Organiza la información gráficamente para visualizar mejor las relaciones entre los conceptos.

• Técnica Pomodoro: Estudia en intervalos de 25-50 minutos con descansos cortos. Esto mejora la retención y evita la fatiga mental.

• Reglas mnemotécnicas: Usa acrónimos, rimas o asociaciones para recordar información difícil.

• Test y autoevaluaciones: Hacer simulacros de examen o exposición bajo condiciones reales reduce la ansiedad y mejora la confianza.

3.  Estrategias para mejorar la retención

• Estudia en distintos formatos: Lee, escribe, escucha audios o mira videos sobre el tema para reforzar la memoria.

• Repasa de forma espaciada. Los repasos son muy importantes para ganar confianza y familiarizarte con la información. Esto reduce enormemente la ansiedad. En lugar de repasar todo el material el día anterior, distribuye los repasos en varios días.


4. Control de la ansiedad con técnicas de relajación

A) Respiración y mindfulness

• Respiración diafragmática:

1. Inhala profundamente por la nariz en 4 segundos.

2. Mantén el aire durante 4 segundos.

3. Exhala lentamente por la boca en 6 segundos.

4. Repite 5 veces.

• Técnica 4-7-8: Inhala en 4 segundos, retén 7 segundos y exhala en 8. Esto calma el sistema nervioso.

• Mindfulness: Practicar 5-10 minutos al día ayuda a concentrarse en el presente y evitar pensamientos negativos sobre el examen. En You Tube o Spotify puedes encontrar muchos audios de meditaciones guiadas muy útiles

5. Relajación muscular progresiva. En internet puedes encontrar audios que te guíen en el proceso

1. Tensa un grupo muscular (por ejemplo, los puños) durante 5 segundos.

2. Relájalo lentamente y siente la diferencia.

3. Repite con distintas partes del cuerpo.


6. Manejo emocional: Cómo cambiar pensamientos negativos

La ansiedad nace en el pensamiento. Es un pensamiento de algo que pensamos que sucederá o un recuerdo, lo que genera la respuesta física y emocional de la ansiedad. Si nosotros logramos identificar ese pensamiento y modificarlo por otro más realista, lograremos controlar la ansiedad.

• Identifica el pensamiento negativo y cuestiónalo:

• “¿Tengo pruebas de que voy a suspender?”

• “¿Es realmente cierto que no sé nada?”

• Reemplázalo por un pensamiento positivo y realista:

• En lugar de “No voy a recordar nada”, di: “He estudiado, haré lo mejor que pueda y recordaré lo más importante”.

• En lugar de “El examen va a ser difícil”, di: “Estoy preparado para responder lo que sé y manejar lo que no sé”.


7. Hábitos antes del examen

La noche anterior

✔ Duerme al menos 7-8 horas para mejorar la memoria y la concentración.

✔ Evita cafeína y comidas pesadas antes de dormir.

✔ Revisa tu material de forma ligera, sin tratar de aprender cosas nuevas.

El día de la prueba

✔ Desayuna bien: Alimentos ricos en proteínas y carbohidratos complejos (huevos, avena, frutos secos) para mantener la energía.

✔ Llega con tiempo para evitar el estrés.

✔ Evita hablar con personas ansiosas antes de entrar al examen.

✔ Si te bloqueas, respira profundo y empieza con lo que sí sabes.

Más sobre Agorafobia

Más sobre Agorafobia

Aquí te dejo más sobre Agorafobia. La agorafobia es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado a estar en lugares o situaciones en las que resultaría difícil escapar o en los que no se podría recibir ayuda en caso de experimentar una crisis de ansiedad.

La Agorafobia se manifiesta a través de síntomas en sus tres niveles de expresión : síntomas físicos, síntomas emocionales y síntomas conductuales.


En cuanto a los síntomas físicos, aparecen debido a la activación del sistema nervioso simpático, que desencadena la respuesta de lucha o huida ante una situación que la persona percibe como peligrosa. Esto ocurre en todos los trastornos de ansiedad. Los síntomas físicos son:

• Taquicardia o palpitaciones: Sensación de que el corazón late muy rápido o de manera irregular.

• Dificultad para respirar: ya sea como sensación de ahogo, presión en el pecho o hiperventilación.

• Mareos o sensación de debilidad o desmayo: Debido a la hiperventilación o al aumento del estrés, la persona puede sentirse inestable, con sensación inminente de caer desfallecida al suelo.

• Sudores excesivos: Sobretodo en las manos, rostro y espalda, como una respuesta del cuerpo al estrés.

• Temblores o sensación de debilidad: La ansiedad puede generar movimientos involuntarios o sensación de que las piernas se “aflojan”.

• Náuseas o molestias estomacales: Una de las formas en en las que el cuerpo somatiza la ansiedad es a través del sistema digestivo, con dolor abdominal, diarrea o ganas de vomitar o vómitos.

• Escalofríos o sofocos: Se experimentan cambios repentinos de la temperatura corporal sin motivo aparente.

• Sensación de opresión en el pecho: Es uno de los síntomas más comunes y que primero expresan los pacientes cuando acuden a consulta. Puede confundirse con síntomas de un ataque cardíaco, lo que agrava la ansiedad.

Estos síntomas físicos pueden aparecer de manera repentina, sobre todo si la persona está expuesta a un lugar que teme.


La agorafobia también afecta el estado emocional y los pensamientos de quien la padece, generando una percepción desproporcionada del peligro. Los síntomas emocionales y cognitivos suelen ser:

• Miedo intenso a perder el control: Sensación de que se va a hacer algo irracional o vergonzoso en público.

• Pánico a desmayarse o morir: Muchas personas con agorafobia sienten que pueden sufrir un infarto o colapsar en la calle sin recibir ayuda.

• Desrealización o sensación de desrealidad, que genera una sensación de desconexión con el entorno: El entorno puede sentirse “extraño” o “borroso”, como si no fuera real.

• Despersonalización o sensación de desconexión del propio cuerpo. La persona siente que está fuera de sí misma o que su cuerpo no le pertenece, como si no fuera ella, no se reconoce aunque sabe que es ella.

• Pensamientos catastróficos: Continuamente piensa en » y si …» . Cree que lo peor sucederá (por ejemplo, quedar atrapado en un ascensor y morir asfixiado). Confunde continuamente la posibilidad con la probabilidad.

Estos pensamientos refuerzan el miedo y pueden generar un ciclo de ansiedad que empeora la agorafobia.


En cuanto al comportamiento en la medida que la agorafobia progresa, la persona desarrolla estrategias para evitar el malestar, y organiza su vida para no sentir miedo y sentirse a salvo, lo que limita significativamente su vida diaria. ¿Cómo? Evitando situaciones o lugares en los que cree que podría estar en peligro

Así:

• Evita ir a centros comerciales, usar transporte público, ir por calles concurridas, puentes, túneles, ascensores o cualquier lugar con multitudes.

• Rechaza invitaciones para no salir.

• Desarolla dependencia de otras personas: necesita ir acompañado a todos lados, manifiesta angustia extrema al pensar en quedarse solo en casa, usa “objetos de seguridad” para sentirse más tranquilo.

• Siempre lleva agua, medicación o un teléfono móvil como forma de reducir la ansiedad.

Todo esto, conlleva un aislamiento progresivo, en los casos más graves, la persona puede evitar salir de su casa por completo.

Lo habitual, es que los síntomas aparezcan poco a poco, con lo que la persona va adaptando su vida, y cuando viene a darse cuenta, está completamente limitada y su calidad de vida a reducido drásticamente.


Cómo Hacer que tu Relación de Pareja Funcione

Cómo Hacer que tu Relación de Pareja Funcione

Todos queremos que nuestra relación de pareja funcione. Ya sea, esa relación con la persona a la que estamos conociendo y existe chispa, o la persona con la que compartimos nuestra vida.

Antes de centrarnos en las recomendaciones específicas, de base, para que una relación funcione, hace falta dos cosas: admiración hacia la otra persona bien por cómo es, por su talento, por su saber estar, etc y atracción, ya que te gusta físicamente y despierta en tí un deseo.

Hay veces que las personas podemos confundirnos con estos dos aspectos debido a que estemos pasando por un momento vital complicado, nos sintamos muy estresados, o no nos sintamos atendidos, escuchados y cuidados por nuestra pareja. Puede que en estos contextos emocionales, sintamos atracción y admiración por alguien de nuestro entorno, sea un compañero de trabajo, mi jefe, un amigo, y nos sintamos extrañados a la vez por sentirnos así, porque nunc nos hemos planteado que esa persona pudiera gustarnos, o dejar a nuestra pareja por sentir eso.

En estas ocasiones, en las que estamos desgastados en nuestra relación de pareja, o estamos estresados e intoxicados de cortisol por problemas laborales, sociales, de salud, y la otra parte de la pareja se siente valorada o querida por una persona fuera de la relación y se deja querer, basta con tomar distancia, ordenar emocionalmente qué sentimos y gestionarlo, buscando soluciones a lo que realmente falla en nuestra vida.

Para que una relación funcione, quiero que tengas claro esto. Aunque suene a tópico, para estar bien con alguien, hay que estar bien con uno mismo primero.

TERAPIA DE PAREJA

Si quieres tener pareja y estar bien con ella, lo primero que te recomiendo es que te auto-observes y te hagas una evaluación de tu estado Pregúntate ¿cómo estoy yo? ¿Qué necesito? ¿cuáles son mis carencias afectivas? ¿Cuanto me importa la opinión de los demás, soy desconfiado? ¿Qué quiero realmente de mi relación de pareja? ¿qué busco en una pareja?

Hacer esto es muy importante, ya que muchas parejas, hoy en día, están formadas por personas que entran en las relaciones muy heridas por experiencias anteriores, con una mochila emocional cargada de experiencias pasadas que condicionan cómo se sienten en el presente. De la pareja no podemos esperar, que alivie nuestras dolor y cure heridas pasadas.

No hay que tener miedo a identificar lo que realmente nos ocurre, y sanarlo para sentirnos libres y poder vivir nuestras relaciones futuras de forma sana

Ahora si. Si quieres que tu relación funcione te voy a dar una serie de recomendaciones:

Lo primero es trabajar la comunicación, sobretodo cómo hablas y cómo expresas cómo te sientes. Comunicarnos desde el respeto, de forma efectiva, centrándonos sólo en lo que queremos decir, y desde el otro lado, escuchar activamente a la pareja, es el punto básico para que una relación funcione. .

Hay personas, muy sensibles, que siempre se comunican desde el dolor, el miedo, los silencios, los desprecios al otro, ancladas en la misma situación. Reprochan una y otra vez lo que ocurrió, no dejando margen al cambio.

Por el contrario, una pareja que se sabe comunicar, desde el respeto y con cordialidad, tiene muchas probabilidades de éxito.

La segunda recomendación es que tenemos que partir de la sensibilidad, es decir, cómo nos afectan las cosas.

¿Cómo eres?¿te tomas todo demasiado en serio y a nivel personal?¿Le das muchas vueltas a cualquier comentario negativo?¿Lo pasas mal de forma desproporcionada ante una mala cara o un hecho insignificante?

Las personas con alta sensibilidad, sufren en exceso por cosas sin importancia, y lo habitual es que se lo callen y lo rumien en su mente durante un tiempo, provocándoles dolor, no son capaces de decirlo. Hay veces que esperan que sus parejas, detecten que se sienten mal, o han tenido un mal día, y al no cumplir sus expectativas lo pasan mal.

Si es tu caso, intenta analizar si tu malestar es algo relacionado con tu forma de sentir o es algo objetivo. A lo mejor necesitas a alguien que esté más pendiente de ti, que tenga la capacidad de entender que tu eres una persona más delicada en el trato y necesitas un determinado comportamiento. O, a lo mejor, necesitas relativizar y trabajar esa sensibilidad, para aprender a gestionar las situaciones del día a día, con la importancia que realmente tienen, y no te generen un sufrimiento desproporcionado.

La tercera recomendación es controlar nuestra imaginación

El 90% de las cosas que nos preocupan, nunca suceden, ya lo sabes. Muchas veces pensamos en cosas que nos producen dolor, que sólo son fruto de nuestra imaginación, pero que tienen un impacto enorme en nuestra mente y en nuestra emoción.

Pensamientos del tipo : “seguro que se lo pasa mejor con sus amigos, por eso no quiere salir conmigo”, “pasa de mi, le da igual cómo me sienta”, “parece que no tiene hijos, no sabe nada de ellos”…Nos intoxicamos a nosotros mismo de una realidad que nos pone alerta y nos hace daño, y seguramente nuestra realidad no es así. La mayor parte de estos pensamientos y diálogos internos, son fruto de inseguridades, de miedos, de tristezas, pero no son reales.

Algo muy útil, para hacer que tu pareja funcione, también es aprovechar los momentos, donde la relación atraviesa una buena etapa, tranquila, para expresarle al otro, los motivos por los que continúa en la relación, cuáles son esas cosas que me enamoraron de la otra persona, y continúan uniéndote a ella. Puedo hacerlo a través de una carta, un audio de whatssap, un nota en el móvil, un mensaje. Esto, nos sirve de reafirmación en los momentos malos, cuando nuestros pensamientos negativos nos alejan del otro. Es un bálsamo para nuestros peores momentos que nos ayuda a serenarnos

Otro aspecto que hace que una relación funcione, es el poder de los detalles. Al amor hay que cuidarlo y alimentarlo de detalles, demostraciones de afecto como besos, abrazos, caricias, palabras bonitas, momentos especiales, sorpresas.

Cuando uno no sabe tener detalles, no sabe expresar el cariño, o su pareja padece est incapacidad para expresar, llamada Alexitimia, pone mucho más difícil que la relación funcione. La persona con alexitimia, da por hecho que su pareja ya sabe lo que siente por ella, no tienen la necesidad de expresarlo. Pero esto, para la otra persona es muy frustrante.

Hay veces que en terapia se enseña a las personas a saber expresar las cosas bonitas, a que pierdan el miedo a expresar sus sentimientos y estas situaciones de intimidad no las vivan con tanto incomodidad.

Es necesario, para que una relación funcione, que se hable de lo bueno y bonito que sucede día a día, que se expresen las emociones positivas que se experimentan, que compartamos con el otro nuestras alegría y felicidad,

Otra punto para que la relación funcione, es ser amables con nuestra pareja, tratar al otro desde el amor, con cariño. Es habitual, que nos pasamos todo el día aparentando y esforzándonos por tratar bien a todo el mundo, y llegamos a casa y explotamos de forma desagradable, con quien se supone, que queremos y de hecho, hemos elegido.

La paciencia, es otro de los aspectos, necesarios para que una relación funcione. Conocer a la persona que es nuestra pareja y respetarle en sus tiempo. No demos por hecho que tiene que hacer cuando yo espero y cómo yo espero. Aceptémosle y respetémosle.

Practica el perdón. No tengas miedo a hacerlo. El rencor no hará que te sientas mejor a la larga.

Y por último, hay algo que es muy importante. Es conocer a mi pareja, saber cómo es realmente su personalidad y conocer cómo se va a sentir y comportarse cuando esté dolido, o en una situación de estrés. Interesarme, por lo que realmente molesta a mi pareja, porque quizá yo pueda ayudarle a que se sienta mejor y con ello, hacer que la relación de pareja funcione.

Claves que te ayudan a saber si tu relación de pareja falla.

Claves que te ayudan a saber si tu relación de pareja falla.

En las siguientes líneas se describirán las claves que te ayudan a saber si tu relación de pareja falla.

Las relaciones de pareja pasan por diferentes etapas en las que se vive el amor de manera distinta. Aunque al principio parezca que la relación de pareja funciona sola, que somos el uno para el otro, y no es necesario hacer nada extra para cuidar la relación, es una falsa sensación. En el comienzo de las relaciones, las personas solemos cuidar al otro y a la relación, de forma espontánea, pero sí lo hacemos. Lo que sucede pasado un tiempo, es que, perdemos esa espontaneidad y corremos el riesgo de dejar la relación fluir, esperando que vaya bien, simplemente por estar. Y ahí, es donde la relación puede pasar de ser un estado en el que nos encontremos felices, tranquilos y seguros, a otro en el que la situación se vuelva muy incómoda y compleja de reconducir.

Aunque una relación de pareja, larga y estable, pase por momentos difíciles, tiene que aportarnos felicidad, en el balance final. Nos tiene que permitir crecer como personas individuales y servir como lugar de apoyo para los momentos difíciles. Si no es así, puede que estemos en el momento de pararnos a pensar en qué podemos hacer para reconducir la situación antes de la separación, o estemos en el punto en el que para nosotros la mejor opción sea dejarlo.

En el camino que una relación recorre para llegar a este punto, siempre hay una serie de señales que nos tienen que alertar y que nos deberían de hacer tomar conciencia. Las señales que nos pueden dar claridad del punto en el que está la relación te las describo a continuación.

1. Falta de cariño y afecto.

La falta de cariño y afecto es una muestra inequívoca que algo va mal en la relación de pareja. Independientemente que hay personas más cariñosas que otras, el afecto se puede expresar de muchos modos. No hay que normalizar el hecho que la rutina o el paso del tiempo inevitablemente genera esta situación en la pareja. Las muestras explícitas de cariño, como besos, abrazos, caricias, contacto físico, una frase bonita, generan serotonina y una sensación de placer hacia la otra persona.

Por otro lado, la vida sexual es una consecuencia del estado de la pareja. En la mayoría de los casos, es un termómetro del estado en el que la pareja se encuentra. Si otras áreas de la pareja fallan, lo que primero se resiente es la vida sexual. Por ello, aunque con el paso del tiempo, la frecuencia baja, hay que cuidar las relaciones sexuales. Son un clima de intimidad y complicidad que beneficia el estado de la pareja en otras áreas.

2. Poca vida social.

La poca vida social juntos, también puede ser un síntoma de mala sintonía. Cuando no te sientes cómodo con tu pareja, no te apetece compartir con ella en público. Tu motivación por hacer planes disminuye y quedar con otras parejas se hace muy complicado.

3. Falta de comunicación

La falta de comunicación o mala comunicación entre la pareja, pasa de ser un síntoma a ser realmente el origen de los problemas de pareja. Todas las parejas que acuden a consulta, tienen problemas en la comunicación, incluso aunque al principio, ni ellos mismos, sean conscientes de ello. La pareja puede hablar mucho, incluso discutir y expresar todo lo que sienten, pero la comunicación puede ser poco efectiva y nada asertiva. Hablar no es lo mismo que comunicar. Y si nos vamos al otro extremo, la no comunicación, puede ser peor todavía, ya que cuando alguien llega al punto de no querer comunicarse con el otro, se encuentra en una situación muy crítica con respecto a la otra persona.

Sea por el motivo o razón que sea, el no querer hablar con la otra persona, de no expresar sus sentimientos o emociones, demuestra distanciamiento entre ambas personas.

4. Sentimiento de Soledad

Consecuencia de todo lo que acabamos de comentar, es el sentimiento de soledad. Aunque vivas con alguien y compartas espacio físico o incluso determinadas actividades cotidianas con ella, puedes sentirte muy solo/a. Se hace evidente que los intereses de uno y otro son diferentes y la relación se vuelve superficial y meramente funcional. Puedes estar cenando con una persona en frente, y sentirte más solo que si lo estuvieras. Es un sentimiento muy desagradable que va produciendo una tristeza latente que va en aumento. El sentimiento de soledad en pareja, es un claro síntoma de que hay que poner cartas en el asunto, e intentar reconducir la situación, o plantearnos la separación como opción, ya que cuando esto sucede, claramente, algo va mal.

5. Discusiones y Conflictos

Las discusiones, son situaciones que podríamos considerar inherentes a la relación de pareja. Pueden llegar a ser constructivas cuando se producen con respeto y desde el amor, ya que ayudan a llegar a puntos de vista conjuntos y acuerdos que pueden hacer madurar a la pareja y crecer. Estas discusiones son poco frecuentes y con un comportamiento respetuoso por parte de ambos. Las discusiones empiezan a ser un problema cuando son frecuentes, y se convierten en broncas cargadas de insultos, reproches, humillaciones, y no se saca nada en claro de ellas. Además, suelen ir en escalada negativa hasta el punto que después de la discusión, uno no recuerda ni por qué empezó, pero el dolor ya está provocado.

Evidentemente, es un síntoma que la pareja necesita ayuda profesional, o quizá directamente se plantee la separación, ya que no quede amor entre ellos.

6. Pérdida de identidad personal

También sucede, que la pareja puede estar en el otro extremo. La relación puede ser tan exigente, que se comparta todo con el otro, y se convierta en una relación de complacencia y/o comodidad. La relación puede llegar a ser absorbente, incluso para los dos, y aunque los dos sostienen este tipo de relación, no se encuentran ni cómodos ni felices. Esto genera la sensación de falta de libertad e identidad personal. Este punto es claramente peligroso, ya que ninguno de los dos se atreve a cambiarlo, pero claramente explotará en un futuro, cuando ya no tenga solución.

Por ello, aunque, aparentemente no hayan problemas, habría que empezar a establecer cambios, hacia una relación más sana e independiente, que permita al otro tomar sus propias decisiones, sentir libertad y recuperar su identidad.

7. Sentirse Infravalorado o Menospreciado

Otro sentimiento que denota problemas es sentirse no valorado por la pareja. Sentir que nada de lo que haces es suficiente, y que lo que haces no tiene valor para el/ella. Esto genera problemas de autoestima, que derivan en otros problemas en la relación de pareja, como en las relaciones sociales o sexuales. Según la forma de decir las cosas o el temperamento de la persona, puede que el indicar aspectos que no le gustan o errores del otro, genere sentimiento de menosprecio y humillación

8. Conciliación Doméstica y laboral

La conciliación de la vida laboral con la familiar, sobretodo, si se tienen hijos, puede ser foco de problemas en la pareja. Si el reparto de la crianza y tareas domésticas no es equitativo, llevará a sentimiento de desgaste por parte del que más carga tenga y esto generará discusiones y problemas.

Por ello, es necesario pararse unos minutos a realizar una distribución adecuada para cada caso en particular.

Estos ocho puntos son claves que evidencian que la relación de pareja necesita ser reconducida, o en uno, en varios o en todos ellos.

Si consideras que la situación, es bastante complicada y ves difícil solución, un profesional puede ayudaros y haceros el proceso más fácil y efectivo

Psicólogos en Molina de Segura y Murcia

Terapia de pareja. Clínica Vanesa Hernandez.

Decálogo para afrontar una ruptura de pareja

Decálogo para afrontar una ruptura de pareja

Cuando nos separamos de alguien que ha sido importante para nosotros, independientemente del amor que quede, de los motivos de la ruptura, de quién haya decidido poner fin a la relación, y de muchas variables más, siempre es un momento complicado, no fácil de afrontar. Tanto cuando nos toca vivirlo en primera persona, como cuando es un ser querido quien lo está pasando, necesitamos conocer, la mejor manera de afrontar estos duros momentos, para que la recuperación sea saludable y no nos genere otras consecuencias a largo plazo.

Por ello, de modo muy resumido, y sencillo, te dejo por aquí, 10 recomendaciones que te pueden ayudar a saber, cómo gestionar una separación.

1. Date tiempo.

La famosa frase de «el tiempo lo cura todo», no es del todo cierta, pero lo que si que es verdad, es que necesitamos tiempo, para poder poner en marcha acciones que nos permitan sentirnos mejor. Así que, en este caso, el tiempo, no es suficiente, pero sí es necesario, para recuperarte de una separación. El proceso de mejoría se va a ir produciendo poco a poco, no estarás bien de un día para otro. Además, la recuperación tienen altibajos, no es un proceso de mejoría que va siempre en ascenso. Darás tres pasos hacia adelante y una hacia atrás. Por ello, no desesperes, ya que la intensidad del dolor irá disminuyendo, empezarás a tener más momentos buenos cada vez, y la sensación de falta de control irá disminuyendo para dar paso a un aumento de tu confianza. Por otro lado, es muy importante que tengas en cuenta que cada persona tienen su ritmo, y que evidentemente, no todas las rupturas son iguales. Así que respeta tu ritmo y no te culpes por no estar mejor.

2 . Muy importante. Establece límites de contacto o contacto cero.

Si es posible, al principio, es recomendable establecer cero contacto con tu expareja. Esto te facilitará el proceso de recuperación. Aunque tu inercia te lleve a querer hablar una vez más, a necesitar decirle otra vez lo que sientes, a volver a pedir una última explicación, oblígate a no llamarle. Por otro lado, a la inversa, tendría que suceder lo mismo. Sé fuerte y no contestes a sus llamadas. Si previamente le has pedido que respete ese límite, no te sientas culpable por ello. Si es imposible el contacto cero, porque haya niños, u otras circunstancias que lo impidan, reducir el contacto a lo estrictamente necesario, y hablar sólo de los temas que realmente haya que tratar. El contacto con la expareja, sólo remueve emociones y enlentece la mejoría.

3 . Permítete sentirte como te sientes.

Cuando experimentas la pérdida, la consecuencia directa es sentir una avalancha de emociones. Aunque querrías sentirte de otra manera y controlar tus emociones, te resulta muy complicado. Por ello, en estos momentos, te tienes que permitir sentirte así, simplemente como te sientas. Si te apetece llorar, llora, si sientes ira, enfádate, si sólo nace pena en ti, déjala salir. Si tratas de bloquear estas emociones, sólo alargarás el proceso de recuperación. Ahora bien, permitir que tus emociones estén ahí sin sentirte culpable por ello, no significa que te recrees en ellas. Siéntelas y dales salida, pero no las refuerces pensando de modo circular en lo que te pone triste, ni refuerces la rabia. Esto tampoco te ayudará.

4 . Rodéate de personas queridas. Busca su apoyo.

Hablar con personas de confianza te ayudará a sentir cierto alivio. Notar la comprensión de los tuyos, hará que sientas una mayor seguridad. Por otro lado, cuando nos escuchamos al expresar en voz alta lo que sentimos, también nos ayuda a nosotros mismos a percibir la situación desde fuera y nos proporciona una mayor claridad mental. Para gestionar bien tus emociones, es necesario que las puedas enfriar un poco, y la ayuda de amigos y familiares será fundamental. Si sientes que no puedes contar con nadie en ese momento, siempre puedes acudir a un profesional, que te ayudará, sin duda, a superar estos difíciles momentos.

5. Cuídate.

Cuidarse en estos momentos, será vital para poder afrontar la ruptura. Ponte la primera de la lista en tus prioridades. Cuídate por dentro y por fuera. Pon atención a una buena alimentación, haz ejercicio físico, si no te gusta el deporte, sal a dar largos paseos, y sobre todo, descansa y pasa tiempo contigo mismo. En estos momentos, mímate. El cuidado y amabilidad que usarías para un ser querido, dedícatela a ti mismo. La compasión hacia ti, en estos momentos del proceso, es otra llave a la mejoría.

6. Desde la calma, permítete pensar sobre la relación.

Eso de que «las prisas no son buenas», en este proceso cobra realidad. Necesitas tiempo para pensar en la relación que has vivido, qué aprendizaje puedes hacer de lo que ocurrió, lo que te ha a portado la experiencia de pareja, y lo que te has permitido perder. Viene muy bien hacer un ejercicio de agradecimiento y perdón, es decir, pensar acerca de todo aquello que te tienes que agradecer con respecto a la relación y todo aquello de lo que te tienes que perdonar. Pon el foco en ti. Tu lectura acerca de la relación será totalmente distinta, si la enfocas desde el punto de vista del amor, es decir, piensas en lo que puedes recoger del tiempo invertido, o desde el miedo, que sólo te llevará a tener la sensación de haber perdido el tiempo. Si la relación no ha funcionado, el análisis para futuras relaciones te ayudará a identificar tus necesidades reales y qué esperas de lo que ocurra en un futuro. Tómate esta experiencia para crecer, para liberarte de lastres y abrir la puerta a nuevas experiencias. No permitas que el miedo te paralice.

7. Mantén la motivación alta. Márcate objetivos.

Siguiendo la línea de lo anterior, céntrate en marcarte objetivos personales en tu nueva vida, enfócate en esa persona que te gustaría ser, en la vida que te gustaría tener. Es una oportunidad para centrarte en tu desarrollo personal, profesional, social…Fija metas a corto plazo, medio y largo plazo. Con metas, no hablamos de grandes cosas, simplemente incorporar a tu vida hábitos que te hagan sentir bien, comenzar a practicar actividades que te aportarán conocimiento, o disfrute, o relaciones. Aunque al principio cuesta un esfuerzo muy grande, continúa haciéndolo. Te sorprenderá lo rápido que tu mente se adapta al cambio.

8. Agradece cada día.

Mira la vida desde el agradecimiento. Si nos centramos en lo que no tenemos, en lo que nos falta, en la comparación con el otro, sólo conseguiremos un enfoque de escasez en nuestra vida, y nuestras emociones se tornarán en tristeza, frustración y rabia. Si por el contrario, te enfocas en una visión de partir de todo lo que tienes, y en las posibilidades de mejorar, la perspectiva cambia. No se trata de mirar un mundo de color rosa. Se trata de ser realista y poner en una balanza lo que tenemos. Pensar en lo que ha ocurrido como una oportunidad, no como en un fracaso. Agradece cada día, como antídoto a las emociones negativas

9. Atrévete a experimentar cosas nuevas.

Aunque en estos duros momentos no te apetezca hacer nada, el aprender habilidades nuevas mejorará tu autoestima. No te dejes llevar por la creencia que la motivación va antes de la acción. «Cuando me apetezca lo haré». Es un gran error. Si queremos crear motivación, tenemos que tener acción. Aunque no me apetezca ir a jugar al padel, por ejemplo, iré a jugar, porque esto provocará que me apetezca.

10. Si lo necesitas, busca ayuda profesional.

Llegados a este punto, si crees que solo/a te resulta muy difícil gestionar tus emociones, y no puedes afrontar tu día a día con efectividad, busca ayuda profesional. Es una opción que está ahí para ayudarte, para guiarte por el camino de la recuperación sana.

RELACIONES TÓXICAS

RELACIONES TÓXICAS

Las relaciones tóxicas son más frecuentes de lo que pudiéramos pensar. Implica una relación desigual entre los miembros de la pareja. Las relaciones tóxicas no sólo se dan en relaciones de pareja, también son muy frecuentes entre familiares, amistad, compañeros de trabajo…Sin embargo, al igual que en otros casos identificamos rápido nuestro malestar y nos resulta relativamente fácil salir de esa situación, en las relaciones tóxicas, aunque implican sufrimiento, no nos resulta tan evidente el daño que nos pueda estar provocando, y nos quedamos en ellas, sobretodo por la codependencia que generan. En la mayoría de los casos no tomamos conciencia porque obtenemos un beneficio, casi siempre emocional de ellas, y no lo queremos ver. El miedo nos mantiene en ellas, y el hecho de que el sufrimiento va creciendo de forma progresiva y muy sutil, provoca que duran más de lo recomendable. Cuando nos damos cuenta que podemos estar inmersos en una relación tóxica, nuestra autoestima está deteriorada y la inseguridad nos impide salir de ahí

RELACIÓN TÓXICA

Para una mayor claridad, en las relaciones tóxicas se suelen dar las siguientes características:

  • Predomina la crítica constructiva, se machaca continuamente los errores y lo que uno no hace bien, sin resaltar nada positivo del otro. Por ello te desgastan la autoestima, impidiéndote
  • El mensaje continuo es recordarte tu necesidad de él/ella. De forma directa o indirecta te deja claro que no serías nadie si dejaras la relación. Utiliza el chantaje emocional.
  • Es controlador/a, ya que te organiza la vida y chequea cada gasto, actividad, pero siempre con el mensaje de que es por tu bien.
  • Te compara continuamente con otras personas, o lo que es más sutil, resalta de forma intensa cualidades en otros, que cuando se trata de ti no lo hace.
  • Pueden llegar a haber faltas de respeto, dándose incluso en público.
  • Critica a tu entorno y a todo el que suponga una amenaza en su control, intentando aislarte lo máximo posible.
  • La desconfianza es una de las protagonistas en vuestra relación. Comportamientos y actitudes de celos van en aumento, según avanza la relación.

Ante una relación de estas características, la persona se siente atrapada. Sin darse cuenta es cada vez menos feliz y en ocasiones se siente manipulada, se da cuenta que ha ido perdiendo su libertad en todos los aspectos de su vida y tiene claro, que esa relación no es bueno para ella. Pero el miedo le impide salir de ella.

Como se ha mencionado al principio existen diferentes tipos de relación tóxica. Algunas de ellas son:

  • Las relaciones que se inician sin haber superado relaciones anteriores. La presencia del otro es continua, comparaciones, críticas y se justifican actitudes incorrectas del presente, por lo vivido anteriormente
  • Relaciones para llenar un vacío, olvidando que una relación no llena sino que complementa.
  • Relación de codependencia. Los miembros de la relación han dejado pasar el tiempo. Se necesitan para todo, se pierde la individualidad, provocando a la larga infelicidad
  • Relación con comunicación inadecuada, basada en un bucle de ataque-defensa. La mayor parte del tiempo es una comunicación pasivo agresiva en la que no se habla claro, todo son indirectas y reproches
  • La relación fundamentada con ideas irracionales: pensamientos poco realistas y distorsionados acerca del amor y de lo que es una relación, sea del tipo que sea.
  • Relación basada en el miedo, ya sea miedo al maltrato, al abandono, al rechazo….Éstas son las más peligrosas, ya que la persona no se siente capaz nunca de salir de ellas.
  • Relación en la que los roles están ya preestablecidos, uno dirige y controla y el otro actúa de manera sumisa.

Las razones por las que terminamos en una relación tóxica son diversas. Las más frecuentes son: el miedo a la soledad, a lo que piensen los demás, una baja autoestima, el no sentirse merecedor de amor por experiencias anteriores, ideas distorsionadas por pensar que el amor implica soportar todo, necesidad irracional de amor…

¿Qué es el Mindfullness?

¿Qué es el Mindfullness?

El mindfulness o también conocido como atención o conciencia plena, es un modo de meditación oriental, más concretamente procedente del budismo zen. ’. El mindfullness es una técnica o herramienta  que consiste  en centrarnos en el momento presente sin juzgar lo que se percibe o se siente. Aceptamos nuestras emociones tal cual nos nacen, sin controlarlas o evitarlas, consiguiendo así eliminar el miedo o emociones negativas  que puede provocarnos el hecho de enfrentarnos a una situación que no podemos cambiar. Persigue la aceptación de la realidad tal cual es en nuestro presente, sin tener que hacer una evaluación o juicio de valor de ella.

Actualmente, los beneficios demostrados del mindfullness, han provocado que los profesionales de la psicología, entre otros, hayan incorporado a sus terapias esta técnica milenaria. Es sabido por todos que, la vida occidental, está organizada de forma en la que, tenemos que llegar a todo y en muchas ocasiones es, a costa de nuestra salud. Este tipo de vida, en ocasiones, nos estresa y lo cual puede llevarnos a tener una percepción de las cosas más negativa y centrada en el problema. Esto nos provoca estados ansiosos y depresivos, entre otros trastornos psicológicos. En estos casos la meditación, puede ayudar a mejorar nuestro estado y aprender a percibir nuestro día a día de modo más realista

Las razón por las que el  mindfulness ha cobrado relevancia dentro de las terapias psicológicas es,  en primer lugar, porque su práctica centra al paciente en su momento presente. Le ayuda de este modo, a percibir la realidad sin distorsiones, ya que no realiza ninguna evaluación de lo que pasa por su mente, sólo se centra en vivir lo que le toca en ese momento. Esto simplifica la cantidad de pensamientos que tenemos a la vez en nuestra mente, y al ocuparnos sólo de nuestra realidad, no permitimos al miedo lanzar hipótesis constantes de » y si…» . Provocamos así, una mayor claridad mental a la hora de analizar las diferentes situaciones a las que nos tenemos que enfrentar y tomar decisiones con respecto a ellas.Por otro lado, está demostrado que ejerce una influencia muy significativa en nuestra estructura de personalidad.

Además, el mindfullness ayuda directamente a tu organismo a estar más sano, consiguiendo beneficios directos en nuestro  cuerpo al conectarlo con la mente. El paciente aprende a identificar las señales que le envía su cuerpo en forma de sensaciones, que indican  que algo va mal. Por si fuera poco, el mindfullness ayuda disminuir los signos del envejecimiento y estimular el inmunológico.

Por tanto, practicar mindfullness que no es más que analizar la realidad y aprender a aceptarla sin realizar ningún tipo de valoración hará que te sientas mejor.

No creas que es una técnica mágica. Requiere mucho entrenamiento, y mantenerlo de forma regular durante unos meses para poder obtener beneficios

Psicólogos en Molina de Segura, Murcia

El miedo a la muerte en los niños.

El miedo a la muerte en los niños.

El miedo a la muerte en los niños es uno de los temas más complicados de tratar con nuestros hijos/as. El tema de la muerte, es un tema difícil incluso para muchos adultos, evidentemente no es un tema agradable, pero cuando uno de nuestros pequeño manifiesta su miedo al final de la vida, no podemos plantearnos el evitar el tema como una solución.

El tema de la muerte es algo que todas las personas nos lo planteamos y pensamos acerca de ello. Al igual que ocurre con los adultos, que según las circunstancias personales de cada uno, se trata el tema de una manera u otra, con los niños habrá que tener en cuenta diferentes factores a la hora de abordar el tema con ellos, tales como:

–    La edad del niño, ya que la idea de muerte en los niños varía en base a su edad.

Aproximadamente, hasta los seis años los niños no suelen temer a la muerte ya que lo ven como algo temporal y reversible. Por ello utilizan, en ocasiones, cuando están enfadados, la muerte como un castigo: «¡Cómo no me des el juguete te mato!»

A partir de los seis años y hasta los nueve aproximadamente, el concepto de muerte se desarrolla hacia una idea más definitiva, es decir, ya son consciente de que si te mueres ya no hay vuelta atrás, y de que es algo universal y que sucede a todos los seres vivos nos sucede alguna vez. A los 9 años aproximadamente, ya saben que sus seres queridos pueden morir, y por ello se desarrolla a veces una angustia ante ese hecho que puede manifestarse o no. Es muy habitual que el miedo a la muerte se exprese como miedo a la oscuridad, a la soledad, a las personas malas…

Si detectamos que esto ocurre, sería adecuado hablar con ellos de esos miedos, para que no se agraven.

A partir de los once años, ya definitivamente, tienen una idea clara de que la muerte es algo universal, irreversible e inevitable, y empiezan ademas a tomar consciencia que ellos también podrían morir. Por ello, en este momento, pero teniendo en cuenta la madurez del niño, sería conveniente trasmitirles la muerte como la etapa final de la vida

 

 

 

 

 

 

 

–    La madurez emocional de nuestro hijo/a, es otro factor a tener en cuenta a la hora de abordar el tema de la muerte. Dependiendo de cómo nuestro hijo sepa gestionar sus emociones, se lo trasmitiremos de una manera u otra.

–    El desencadenante de esta conversación. La conversación será diferente si el miedo del niño se manifiesta a raíz del fallecimiento de un familiar o conocido, que si simplemente pregunta por inquietud o como un miedo evolutivo propio de la edad

El punto desde el que sería recomendable enfocar la conversación de la muerte con nuestros hijos, sería partir de la idea de muerte como algo natural, como algo que forma parte de la vida, y que llega a una etapa final en la que se acaba.

En esta conversación, es muy importante usar un lenguaje muy claro para que el niño lo entienda, siempre adaptado a su edad y a lo que realmente te está preguntando. Tenemos que evitar las frases tranquilizadoras demasiados simples «hijo tranquilo, que eso no va a pasar», y no restarle importancia a sus preocupaciones, ya que pueden aumentar sus no le aportamos respuestas tranquilizadoras.

Cuando se trata de niños/as de corta edad es más complicado tratar el tema de forma directa. Podemos utilizar los cuentos infantiles, ya que en la mayoría la muerte es un hecho recurrente

En los niños/as de una mayor edad avanzada lo que nos suelen trasmitir, es su necesidad de saber qué vamos a permanecer junto a ellos/as. Es fundamental para ellos, saber que no les vamos a abandonar y que siempre estarán cuidados y protegidos.

Como recomendaciones generales a la hora de abordar la conversación de la muerte con nuestros pequeños, te proponemos:

  1. Tenemos que trasmitirle mucha seguridad. Cuando se trate de que la persona fallecida es uno de los progenitores, además de la tristeza evidente en el niño, le angustiará si le pasa algo al otro progenitor . En este caso, habría que trasmitirle al niño, por un lado la normalidad de sentirse triste y expresarlo, así como que su seguridad, confort y rutinas no se van a ver alteradas, para provocarle un equilibrio emocional que en ese momento su miedo tambalea.
  2. Nunca se tiene mentir al niño.
  3. Hay que permitir al niño expresar su pena su pena. No podemos olvidar, que la tristeza en los niños hay veces que se manifiesta en forma de rabietas, desobediencia…habría que mantener la calma y dialogar con ellos   Es muy importante –tanto en el duelo como en cualquier otra circunstancia— que los niños aprendan que los sentimientos son algo normal y que lo deseable es expresarlos.
  4.  Responde siempre a las preguntas del niño sin cambiar de tema para evitar fomentar tabúes y que el niño sienta que te importan sus preocupaciones. Al responder a sus preguntas, no darle al niño más explicaciones de las que pida, para evitar crearle conflictos y hacerle pensar en cosas que ni siquiera se había planteado.
  5. La información tiene que llegarles sin dramatismo pero de forma clara, adaptado siempre a su edad.

Equipo Clínica Vanesa Hernández, Psicóloga en Molina

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¿Sabes que los niños también tienen ansiedad?¿Cómo podemos ayudarles?

¿Sabes que los niños también tienen ansiedad?¿Cómo podemos ayudarles?

Al igual que en las personas adultas, los niños también tienen ansiedad. La manifestación de los síntomas en ellos, puede se ligeramente diferente a cómo se presenta la ansiedad en adultos, pero la viven con el mismo sufrimiento.

Para poder prevenir la ansiedad en los niños, el cómo actúen las personas de su entorno, (padres, educadores, cuidadores, familiares próximos), es muy importante, ya que la aparición de la ansiedad depende de diversos factores, entre ellos, el ambiente del niño y las experiencias vividas.

Cuando en la vida del niño se dan acontecimientos estresantes, como puede ser la separación de sus padres, fallecimiento de un ser querido, enfermedad prolongada de un familiar, un accidente, un robo en casa, un incendio…, puede no saber cómo gestionar las emociones que van ligadas a vivir este tipo de hechos. Los adultos, en este caso, podemos reducir el impacto emocional que dichas circunstancias puedan provocar en el niño.

¿Cómo?

  1. Animar al niño a que cuente cada día lo que le ocurre, cómo se siente. Crear la buena costumbre de expresar sus emociones sin temor al juicio de otros, es un amortiguador muy importante a la hora de prevenir la ansiedad, ya que por un lado le sirve para no ir acumulando estrés y por otro el hecho de contarlo le pondrá inevitablemente en una postura de solución más que de problema.
  2. Darles alternativas, teniendo en cuenta la personalidad del niño, para enfrentar las situaciones. Que sienta que la situación es abordable. Si tiene que enfrentarse a la situación poco a poco, es igual de válido y valiente. Siempre hay que felicitarle por sus logros, por pequeños que sean.
  3. No restarle importancia al cómo se siente, pero si ayudarle a relativizar el modo de percibir la situación de estrés.
  4. Hay que servir de ejemplo para nuestros pequeños. Ellos tienen que ver en nosotros modelos a los que imitar. La mayor parte de aprendizajes que realiza un niño, los hace por observación.
  5. Que el niño sienta que pese a que ya te contó el problema, tu sigues interesado por él. Seguir preguntando pasados los días, para mostrar interés de  cómo se van desarrollando los hechos y cómo se va encontrando él.
  6. Mostrarles un amor incondicional. El niño tiene que tener claro, que pese a los resultados, se le quiere por encima de todo. Se le quiere por ser quien es, no por lo que consigue. Hay que darle apoyo siempre, pero sin ser sobreprotector con él.
  7. Enseñarle a percibir la situación amenazante como un reto y no como un problema. Él tiene que sentir que la dificultad es una situación que le permitirá ser más fuerte y aprender más, como hacen los superhéroes. Para ello, ayudarles a encontrar el modo de poder enfrentarse a la situación. Generar junto con él, diferentes alternativas de solución, y planificar cómo se puede llevar a cabo. Con ello estamos fomentando su autonomía, algo que es de vital importancia para su desarrollo. Nosotros somos su guía y apoyo, el problema lo resuelve y lo enfrenta él, no nosotros.
  8. No olvidarnos que es un niño para no ser demasiado exigentes con él. No se trata de provocar hábitos perfeccionistas. No queremos crear un problema para resolver otro.

Si pones en marcha estas recomendaciones, ayudaras a tu pequeño a vivir la vida de un modo menos estresado, y ayudarás a prevenir su ansiedad

 

Equipo de Clinica Vanesa Hernández, Psicóloga en Molina

Psicóloga infantil

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