Beneficios de una buena autoestima

Beneficios de una buena autoestima

Sentirse bien con uno mismo es algo que parece muy simple, a la vez que en la mayoría de los casos resulta muy complicado conseguirlo, pero que tienen un impacto enorme en nuestra vida y en nuestro bienestar en general. Todos somos conscientes que, una buena autoestima nos hará sentir mejor, pero de lo que no tenemos tanta claridad es, la forma tan directa en la que, influye en nuestro día a día, nuestro resultados y en consecuencia en nuestra felicidad. Por ello, es tan importante que tengamos en cuenta que, la mejor inversión de tiempo y energía que podemos hacer, es en nosotros mismos, en aceptarnos como somos y en mejorar todo aquello que nos haga sentir mas agusto con nuestra identidad. La autoestima sana tiene como hemos dicho, muchos beneficios para nuestra salud emocional.

Entre otros:

  1. Ayuda a que tengamos mayor autoconfianza y seguridad personal. Va a fortalecer la confianza en nuestras capacidades. El tomar conciencia de esto, nos permitirá enfrentar desafíos y tomar decisiones con mayor determinación, reduciendo el miedo al fracaso.
  2. Mayor resiliencia emocional: Una autoestima sólida nos ayuda a superar dificultades y fracasos, viéndolos como oportunidades para aprender y crecer en lugar de verlo como ataques personales o señas de mala suerte. Esto favorece una mayor estabilidad emocional y menor vulnerabilidad a las emociones negativas extremas de rabia o victimismo.
  3. Tus relaciones sociales serán más saludables ya que, serán más equilibradas y asertivas. Nos comunicaremos mejor, expresaremos nuestras necesidades y límites, y seremos menos propensos a sentirnos rechazados o inseguros en interacciones sociales.
  4. La autoestima positiva favorece la aceptación de uno mismo, incluyendo las propias fortalezas y debilidades. Esto hace que la forma en la que te hables sea más amable y reduzcas la autocríatica siendo tu voz interior más compasiva y constructiva.
  5. Tu motivación también se verá beneficiada por una buena autoestima. Con una autoimagen positiva, tus ganas de plantearte objetivos y de perseverar ante obstáculos aumentará , lo que aumentará la probabilidad de que obtengas mayores logros y satisfacción personal.

¿Qué impacto tiene todo esto en tu vida diaria? De forma más concreta, la buena autoestima se verá reflejada:

  • En el proceso de toma de decisiones: Una buena autoestima facilita decisiones autónomas y coherentes con nuestros valores, evitando la dependencia excesiva de la opinión de los demás.
  • En el manejo del estrés: Nos permite gestionar mejor las situaciones estresantes, manteniendo una actitud más equilibrada y menos reactiva e impulsiva al entorno.
  • En la prevención de problemas psicológicos: Reduce la vulnerabilidad a trastornos como la depresión, la ansiedad y los trastornos de la alimentación, que a menudo están relacionados con una pobre autoimagen.
  • En genereal en tu calidad de vida: Promueve un estilo de vida más saludable, con mayor satisfacción y bienestar general.

Y…¿Cómo puede prevenir la ansiedad?

La ansiedad suele estar vinculada a pensamientos automáticos negativos, inseguridad y miedo al juicio de los demás o al fracaso. Una buena autoestima actúa como un factor protector de varias maneras:

  • Reduce de pensamientos autocríticos y catastrofistas: La autovaloración positiva ayuda a cuestionar lo que pasa por nuestra mente y disminuir los pensamientos distorsionados que alimentan la ansiedad.
  • Aumenta aceptación de incertidumbre: Cuando nos sentimos seguros de nosotros mismos, somos más capaces de aceptar que no todo depende de nosotros y que por tanto, no lo podemos controlar, con lo aceptamos la realidad tal cual es, disminuyendo la ansiedad ante la incertidumbre.
  • La autoestima fomenta habilidades sociales saludables, lo que reduce la ansiedad relacionada con las interacciones sociales o el miedo al rechazo. Además, las personas con buena autoestima suelen ser más asertivas, es decir, se atreven a expresar su opinión, decir que no, sin culpa y poner límites.
  • Respuesta emocional es más adaptativa: La autoconfianza favorece un manejo más efectivo de las emociones, permitiendo responder a los estímulos estresantes de forma más calmada y racional.

En conclusión, cultivar y mantener una buena autoestima no solo mejora nuestra calidad de vida y bienestar emocional, sino que también nos capacita para afrontar los desafíos con mayor resiliencia, prevenir trastornos relacionados con la ansiedad y mantener un equilibrio emocional saludable en el día a día. Es una inversión clave en la salud mental integral.

Ansiedad: cuando tu mente no encuentra el modo de parar.

Ansiedad: cuando tu mente no encuentra el modo de parar.

(Psicóloga especializada en ansiedad en Molina de Segura y online)

¿Qué es la ansiedad? La ansiedad es mucho más que “estar nervioso” o “preocuparse demasiado”. La ansiedad es también sensación interna de que algo no va bien, aunque no se sepa explicar qué. Es vivir con la mente en alerta, con el cuerpo acelerado y la sensación constante de que algo malo podría pasar.

Muchas personas que acuden a consulta describen la ansiedad como una sombra de fondo que siempre está acechando. Las personas con ansiedad por fuera pueden parecer tranquilas, pero por dentro viven en tensión constante. La ansiedad puede presentarse a través de diferentes síntomas como opresión en el pecho, taquicardias, dificultad para respirar, pensamientos que no paran o sensación de pérdida de control. También puede expresarse de forma más sutil: cansancio, insomnio, tensión muscular o molestias digestivas.

La ansiedad no siempre se nota, pero puede condicionar mucho la vida de quien la padece. Afecta al descanso, a la concentración, a las relaciones y, poco a poco, va robando espacio a la calma.

¿Por qué aparece la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta normal del cuerpo. Todos la sentimos en momentos puntuales: antes de un examen, una entrevista o una decisión importante. En esos casos, es una reacción adaptativa que nos ayuda a rendir mejor.

El problema surge cuando el sistema de alerta se queda activado de forma continua, sin que exista situación o motivo para ello. Es como si el cuerpo malinterpreta las señales y no supiera cómo desconectar.

Entre las causas más frecuentes de la ansiedad encontramos:

  • Estrés acumulado y falta de descanso real.
  • Autoexigencia, perfeccionismo o miedo a fallar.
  • Inseguridad o necesidad de tenerlo todo bajo control.
  • Experiencias pasadas no resueltas.
  • Cambios vitales, rupturas, duelos o incertidumbre.

No hay una única causa. La ansiedad suele ser el resultado de una acumulación de factores emocionales, mentales y físicos que saturan el sistema nervioso.

Cómo se siente vivir con ansiedad

Vivir con ansiedad puede ser una experiencia confusa.
La mente racional dice: “no pasa nada grave”, pero el cuerpo reacciona como si estuvieras en peligro. El corazón se acelera, la respiración se corta, cuesta concentrarse, y parece imposible relajarse.

Por ello, las personas con ansiedad en muchas ocasiones se sienten incomprendidas, frustradas y con sentimiento de culpa por condicionar también la vida de su entorno. Desde fuera, otros pueden decirles “relájate” o “no pienses en eso ahora”, sin entender que la ansiedad no es una elección.
La ansiedad no sólo aparece en momentos de estrés o nerviosismo. Habitualmente aparece por la mañana al despertar, en momentos de descanso o incluso en situaciones agradables. Es una sensación que, poco a poco, se mezcla con todo y puede hacerte sentir que ya no eres tú misma.

Aunque resulte difícil, la ansiedad no es tu enemiga. Es un aviso de algo más profundo.
Tu cuerpo y tu mente están intentando decirte que algo necesita atención.

A veces, la ansiedad aparece cuando llevas demasiado tiempo en modo automático, esforzándote más de la cuenta o viviendo desconectada de tus propias necesidades.
En otras ocasiones, surge porque te has acostumbrado a exigirte tanto que el cuerpo simplemente no puede más.

Por ello, mirar la ansiedad desde esta perspectiva cambia todo: ya no se trata de luchar contra ella, sino de escuchar lo que viene a mostrarte.

Además, es muy importante que sepas esto que no te cuentan sobre la ansiedad

La ansiedad no se soluciona con “pensar en positivo”.
Tampoco desaparece con fuerza de voluntad.
Y desde luego, no es un signo de debilidad.

La ansiedad es una reacción fisiológica y emocional. Es tu sistema nervioso intentando protegerte, aunque lo haga de una forma que te hace sufrir.
Por eso, la clave no está en forzarte a “controlarla”, sino en aprender a regularte, a identificar tus señales internas y a crear espacios de seguridad y calma.

Esto implica mirar hacia dentro, revisar tus rutinas, tus pensamientos, tus límites y tus formas de relacionarte contigo misma. Es un proceso, no una fórmula rápida.

Cuando entiendes cómo funciona la ansiedad, pierde parte de su poder y empiezas a calmarla.
Sabes que ese nudo en el estómago no es una amenaza, sino un reflejo de tensión acumulada.
Sabes que ese “me falta el aire” no es un peligro real, sino un cuerpo que lleva demasiado tiempo en alerta.

Y la pregunta que todas las personas que padecen ansiedad se hacen. ¿Se puede vivir sin ansiedad?

La ansiedad no desaparece por completo, ya que es una respuesta de protección para nuestra supervivencia, pero sí puede dejar de dirigir tu vida.
Superarla no significa no sentirla nunca más, sino poder vivir sin que te limite.

Cuando aprendes a reconocer sus señales y responder desde la calma, recuperas la sensación de control.
Dejas de tener miedo a lo que sientes y vuelves a confiar en ti, en tu cuerpo y en tu mente.

Seguramente no te has parado a pensar que a veces, la ansiedad llega para decirte que algo necesita transformarse en ti o en tu vida:
tu ritmo, tus prioridades, tu forma de cuidarte.
Puede ser el punto de partida de un cambio más profundo, una invitación a vivir con más conciencia y menos exigencia.

Mirarla con comprensión, sin miedo y con el acompañamiento adecuado, permite sanar mucho más que el síntoma.

Volver a respirar con calma

La calma no aparece de un día para otro, pero se aprende y se entrena.
Empieza por pequeñas decisiones diarias:

  • Tomarte un momento antes de responder.
  • Permitirte descansar sin culpa.
  • Escuchar lo que sientes sin intentar cambiarlo de inmediato.

Cada vez que eliges calmarte en lugar de luchar, tu cuerpo aprende que puede sentirse a salvo.
Y con el tiempo, esa sensación de ruido interno se vuelve más suave.
Tu mente deja de correr tanto.
Y vuelves a sentirte tú.

Psicóloga especializada en ansiedad en Molina de Segura y online — Clínica Vanesa Hernández
Un espacio para comprender lo que te pasa, aprender a regularte y volver a sentirte en calma.

La depresión oculta: qué es, síntomas silenciosos y cómo identificarla

La depresión oculta: qué es, síntomas silenciosos y cómo identificarla

¿Qué es la depresión oculta?

La depresión oculta o atípica, es una forma de depresión que no siempre muestra los síntomas más evidentes para todos. Las personas que la padecen pueden continuar con su vida diaria —trabajar, cuidar de su familia, socializar— pero sienten un profundo malestar interno y vacío, que muchas veces ni ellas mismas logran identificar. Esta condición también se conoce como depresión silenciosa o depresión funcional.

¿Por qué algunas personas ocultan su depresión?

Las causas son diversas, pero algunas de las más comunes incluyen:

– Miedo a la opinión de los demás: Temor a ser percibido como débil o inestable.

– Autoexigencia elevada: Personas que no se permiten fallar ni mostrar vulnerabilidad. Suelen ser personas perfeccionistas que les gusta mantener todo bajo control.

– Responsabilidades familiares o laborales: No quieren “fallar” o cargar a otros con su malestar, ya que se sienten culpables.

– Desconexión emocional: La mayoría de personas, le resta importancia a lo que les ocurre. No identifican su estado emocional como depresión. Por ello, no piden ayuda.

Síntomas de la depresión oculta que pasan desapercibidos

Algunos signos frecuentes pero menos evidentes son:

1. Cansancio emocional persistente.

2. Pérdida de interés en actividades placenteras.

3. Irritabilidad o sensibilidad emocional.

4. Dificultad para concentrarse.

5. Alteraciones del sueño o apetito.

6. Necesidad constante de estar ocupado.

¿Qué pasa si no se trata esta forma de depresión?

La depresión funcional no tratada puede derivar en:

– Ansiedad crónica.

– Aislamiento emocional.

– Problemas físicos (dolores de cabeza y somatización en general, tensión, fatiga).

– Abuso de sustancias o automedicación.

– Ideación suicida, incluso sin señales visibles.

¿Cómo se trata la depresión oculta desde la psicoterapia?

Desde la Clínica Vanesa Hernández, en Molina de Segura, abordamos este tipo de procesos de forma personalizada y empática. Algunas herramientas que usamos en consulta:

– Exploración y validación emocional.

– Reestructuración de creencias negativas.

– Entrenamiento en autocuidado real (más allá de lo superficial)y cambio de hábitos comportamentales y emocionales.

– Trabajo en autoestima y límites personales. En muchas ocasiones es necesario, que la persona eche un vistazo a su entorno y redefina algunas relaciones, ponga fín a otras y elija a quien quiere tener cerca y de qué forma.

¿Cómo saber si podrías estar viviendo una depresión enmascarada?

Reflexiona con estas preguntas:

– ¿Te sientes vacío o agotado emocionalmente la mayor parte del tiempo?

– ¿Actúas con normalidad, pero todo te cuesta más de lo habitual?

– ¿Evitas quedarte a solas por miedo a lo que puedas sentir?

Si te identificas, no estás solo/a. Puedes dar el primer paso hacia el cambio.

Conclusión: la importancia de pedir ayuda

La depresión oculta no se ve a simple vista, pero sí se sufre profundamente. En Clínica Vanesa Hernández te ayudamos a comprender tu malestar, ponerle nombre y encontrar herramientas reales para sentirte mejor.

🌿 Tu salud emocional merece atención.

📍 Estamos en Molina de Segura y online

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¿En qué puede ayudarte la terapia de pareja?

Clínica Vanesa Hernández – Psicóloga en Molina de Segura

Las relaciones de pareja pueden ser fuente de amor, crecimiento y apoyo, pero también enfrentan momentos de conflicto, distancia o decisiones difíciles. En esos momentos, la terapia de pareja se convierte en una herramienta valiosa para recuperar el equilibrio, mejorar la comunicación y fortalecer el vínculo.

En la Clínica Vanesa Hernández, ofrecemos terapia de pareja en Molina de Segura y también sesiones online, adaptadas a las necesidades de cada pareja. A continuación, te explicamos con más detalle cómo puede ayudarte este tipo de intervención:


1. Mejorar la comunicación

Una de las razones más frecuentes por las que las parejas acuden a consulta es la dificultad para comunicarse. En muchas relaciones, se habla, pero no se escucha. O se escucha, pero no se comprende. La terapia ayuda a:

  • Identificar formas de expresión que generan conflicto.
  • Aprender a hablar desde la emoción, sin atacar ni reprochar.
  • Desarrollar la capacidad de escuchar activamente al otro.

Esto permite reducir malentendidos, hablar con más claridad y conectar desde un lugar más empático.


2. Resolver conflictos de manera saludable

Discutir es natural en cualquier pareja, pero lo importante es cómo se discute. Muchas veces se repiten los mismos patrones sin encontrar solución. La terapia os permite:

  • Detectar dinámicas repetitivas que dañan la relación.
  • Encontrar nuevas formas de manejar el desacuerdo.
  • Establecer límites y acuerdos saludables.

El objetivo no es evitar el conflicto, sino aprender a resolverlo sin dañar la relación.


3. Recuperar la intimidad y la conexión emocional

El paso del tiempo, el estrés o la rutina pueden hacer que la pareja pierda la cercanía, tanto emocional como física. En la terapia de pareja trabajamos para:

  • Reconectar con las necesidades afectivas y sexuales del otro.
  • Abordar bloqueos emocionales o sexuales con respeto.
  • Fomentar la expresión de cariño, admiración y deseo.

La intimidad no es solo física, también es emocional. Recuperarla significa volver a sentirse en sintonía con la persona que tienes al lado.


4. Superar infidelidades o rupturas de confianza

La infidelidad es una de las crisis más profundas que puede atravesar una pareja, pero no siempre significa el final. La terapia de pareja ofrece:

  • Un espacio neutral para hablar del daño sin juicios.
  • Herramientas para reconstruir la confianza, si ambos lo desean.
  • Claridad para decidir si seguir juntos o tomar caminos distintos.

El objetivo no es forzar una reconciliación, sino acompañar a la pareja en su proceso de comprensión y toma de decisiones.


5. Tomar decisiones importantes en pareja

Mudarse juntos, tener un hijo, casarse o incluso separarse. La vida en pareja está llena de decisiones que requieren diálogo, comprensión y alineación de expectativas. En terapia trabajamos:

  • La toma de decisiones desde el respeto y la comunicación.
  • La expresión de dudas, miedos y deseos sin juicio.
  • El fortalecimiento del compromiso, si ambos así lo desean.

Tomar decisiones en pareja es más fácil cuando se hace desde la claridad emocional.


6. Afrontar juntos el estrés externo

Problemas laborales, familiares, económicos o de salud afectan muchas veces a la relación. Aunque no sean conflictos entre la pareja, el estrés externo puede generar tensión, discusiones o distanciamiento. La terapia ayuda a:

  • Entender cómo el entorno está afectando la relación.
  • Establecer estrategias de apoyo mutuo y autocuidado.
  • Fortalecer la sensación de equipo ante las dificultades externas.

Porque no se trata de luchar uno contra el otro, sino de luchar juntos contra el problema.


7. Fortalecer el vínculo sin necesidad de estar en crisis

Muchas parejas piensan que solo se acude al psicólogo cuando hay un problema grave, pero no es así. De hecho, algunas de las mejores experiencias en terapia de pareja se dan cuando:

  • Se quiere mejorar la relación aunque no haya conflictos.
  • Se busca prevenir crisis futuras aprendiendo nuevas herramientas.
  • Se desea crecer juntos y fortalecer la complicidad.

Invertir en la relación cuando todo va bien es una forma de cuidarla a largo plazo.


Terapia de pareja en Molina de Segura y online

En la Clínica Vanesa Hernández acompañamos a parejas en distintas etapas de su vida, desde el amor inicial hasta los retos más complejos. Ofrecemos atención presencial en Molina de Segura y también terapia de pareja online, para que podáis acceder desde cualquier lugar, con la misma cercanía y profesionalidad.

Si sientes que vuestra relación merece una oportunidad, te invitamos a contactarnos.

A veces, el primer paso es pedir ayuda. Nosotros te acompañamos en los siguientes.


Ansiedad ante una prueba. Cómo manejarla

Ansiedad ante una prueba. Cómo manejarla

La ansiedad ante una prueba es un problema bastante común. Para las mayorías de las personas es algo circunstancial, que les provoca malestar en el momento, pero que una vez superada la situación, no genera más consecuencias en su vida. Sin embargo, para otras, la ansiedad es tan elevada, que condiciona, decisiones que han de tomar en ese momento, provocando un fuerte impacto en su vida. La ansiedad ante una prueba, por escrito, pero algo muy común es el miedo a la exposición oral. Bastantes personas, acuden a consulta, por el pánico que les genera el tener que exponer algo en público y necesitar ayuda para gestionar esa ansiedad, ya que de lo contrario, podrían no terminar sus estudios universitarios, podrían no conseguir un trabajo o un ascenso o perder el que ya tienen. Renunciar a hacer lo que te gusta, por sentir ansiedad ante una prueba, sea escrita u oral, es un precio muy alto, que no tienes por qué pagar.  La ansiedad se puede controlar con una combinación de preparación para la prueba, gestión emocional y técnicas de relajación. Aquí te detallo un método, que bien usado, puede ayudarte a mejorar tu rendimiento y reducir el estrés.


1. Preparación adecuada: Técnicas de estudio/retención eficaces

  • Un buen plan de preparación te ayudará a sentirte más seguro y disminuirá la ansiedad. Se pueden usar muchas técnicas , algunas de más efectivas te las describo a continuación:
  • Para un buen rendimiento, necesitamos que planifiques y organices el material del que te tienes que examinar o exponer. Para ello te será de mucha utilidad si:
  • Aprovechas tu curva de rendimiento: Las personas tenemos diferente rendimiento según el momento del día. Hay personas que rinden mejor por la mañana, otras por la tarde y otras son totalmente nocturnas. Es muy importante tener en cuenta esto, ya que si te preparas el material, en el momento en el que te encentras más despejado, te resultará más efectivo, lo harás antes y lo retendrás mejor.
  • Por otro lado, dentro de ese momento de rendimiento, tenemos una curva de aprendizaje. Es decir, hay personas, que nada más sentarse a estudiar algo, se concentran al cien por cien y conforme va avanzando el tiempo, la concentración va decayendo. En el caso contrario, otras personas, necesitan un calentamiento largo, y su concentración óptima llega después de un tiempo estudiando. Por ello, hay que organizar el estudio teniendo en cuenta esto también. En los momentos de máxima concentración realizar lo más complicado y dejar para los momentos bajos los repasos, realizar resúmenes, subrayar el material.
  • Establecer un horario de estudio realista es clave para no frustrarte: Divide el temario en sesiones diarias, centrándote sólo en lo que toca ese día, y evita estudiar todo de golpe. Usa la técnica “Estudio en bloques”, donde te concentras en un tema específico durante 30-50 minutos y luego descansas 5-10 minutos.

2.  Técnicas de memorización y comprensión. En este sentido, tendrás que usar la que mejor se adpate a ti, o la combinación de las que te resulten más efectivas.

• Método Feynman: Explica el concepto con tus propias palabras en voz alta, como si se lo enseñaras a un niño. Esto ayuda a detectar lagunas en tu comprensión.

• Mapas mentales: Organiza la información gráficamente para visualizar mejor las relaciones entre los conceptos.

• Técnica Pomodoro: Estudia en intervalos de 25-50 minutos con descansos cortos. Esto mejora la retención y evita la fatiga mental.

• Reglas mnemotécnicas: Usa acrónimos, rimas o asociaciones para recordar información difícil.

• Test y autoevaluaciones: Hacer simulacros de examen o exposición bajo condiciones reales reduce la ansiedad y mejora la confianza.

3.  Estrategias para mejorar la retención

• Estudia en distintos formatos: Lee, escribe, escucha audios o mira videos sobre el tema para reforzar la memoria.

• Repasa de forma espaciada. Los repasos son muy importantes para ganar confianza y familiarizarte con la información. Esto reduce enormemente la ansiedad. En lugar de repasar todo el material el día anterior, distribuye los repasos en varios días.


4. Control de la ansiedad con técnicas de relajación

A) Respiración y mindfulness

• Respiración diafragmática:

1. Inhala profundamente por la nariz en 4 segundos.

2. Mantén el aire durante 4 segundos.

3. Exhala lentamente por la boca en 6 segundos.

4. Repite 5 veces.

• Técnica 4-7-8: Inhala en 4 segundos, retén 7 segundos y exhala en 8. Esto calma el sistema nervioso.

• Mindfulness: Practicar 5-10 minutos al día ayuda a concentrarse en el presente y evitar pensamientos negativos sobre el examen. En You Tube o Spotify puedes encontrar muchos audios de meditaciones guiadas muy útiles

5. Relajación muscular progresiva. En internet puedes encontrar audios que te guíen en el proceso

1. Tensa un grupo muscular (por ejemplo, los puños) durante 5 segundos.

2. Relájalo lentamente y siente la diferencia.

3. Repite con distintas partes del cuerpo.


6. Manejo emocional: Cómo cambiar pensamientos negativos

La ansiedad nace en el pensamiento. Es un pensamiento de algo que pensamos que sucederá o un recuerdo, lo que genera la respuesta física y emocional de la ansiedad. Si nosotros logramos identificar ese pensamiento y modificarlo por otro más realista, lograremos controlar la ansiedad.

• Identifica el pensamiento negativo y cuestiónalo:

• “¿Tengo pruebas de que voy a suspender?”

• “¿Es realmente cierto que no sé nada?”

• Reemplázalo por un pensamiento positivo y realista:

• En lugar de “No voy a recordar nada”, di: “He estudiado, haré lo mejor que pueda y recordaré lo más importante”.

• En lugar de “El examen va a ser difícil”, di: “Estoy preparado para responder lo que sé y manejar lo que no sé”.


7. Hábitos antes del examen

La noche anterior

✔ Duerme al menos 7-8 horas para mejorar la memoria y la concentración.

✔ Evita cafeína y comidas pesadas antes de dormir.

✔ Revisa tu material de forma ligera, sin tratar de aprender cosas nuevas.

El día de la prueba

✔ Desayuna bien: Alimentos ricos en proteínas y carbohidratos complejos (huevos, avena, frutos secos) para mantener la energía.

✔ Llega con tiempo para evitar el estrés.

✔ Evita hablar con personas ansiosas antes de entrar al examen.

✔ Si te bloqueas, respira profundo y empieza con lo que sí sabes.

Cómo ayudar a nuestros hijos a ser felices

Cómo ayudar a nuestros hijos a ser felices

En una sociedad como la actual, en donde se tiene acceso a prácticamente todo lo que necesitamos, a golpe de click, es complicado diferenciar qué es realmente necesario y qué necesidades son creadas por la sociedad que nos rodea. Si esto nos pasa como adultos, a la hora de educar a nuestros niños y saber dónde poner límites, se hace cada vez más complicado saber qué les va a proporcionar un estado de bienestar real, a medio y largo plazo, y qué simplemente les va a proporcionar un subidón momentáneo del ego, que sólo les proporcionar «felicidad», unas horas. Hacer felices a los niños no significa darles todo lo que piden. Lo que hace felices a los niños, de hoy en día, a los de hace 100 años, y los que vendrán en un futuro, es crear un entorno para ellos, en el que se sientan amados, seguros y valorados, independientemente, de la sociedad y momento social que les rodee. Para ello, te dejo una guía de recomendaciones, que te pueden facilitar, el cómo crear ese ambiente, favorable para su bienestar.

1. Lo más importante es darles amor incondicional. ¿Cómo?

• Expresales tu amor con abrazos, besos y palabras amables y afectuosas.

• Decirles “te quiero” todos los días.

• Aceptar sus emociones sin hacer un juicio de valor.

2. Dedícales tiempo de calidad. No es tan importante la cantidad sino la calidad. Lo importante es estar presente con los cinco sentidos, cuando compartes tiempo con ellos. Esto generará una conexión, que te hará estar presente, aunque el tiempo real compartido sea escaso. Para ello:

• Apaga el móvil cuando estés con ellos.

• Juega, cuéntales historias o hagan actividades juntos que realmente sean de su interés.

• Pregunta sobre su día y escúchalos con atención, dándole importancia a sus cosas.

3. Otra parte muy importante para la felicidad, es tener seguridad en uno/a mismo y gozar de una autoestima sana. Nosotros, como adultos, podemos ayudarles, desde que son muy pequeños, a fomentarla.

• Elogia sobretodo su esfuerzo, no solo sus logros.

• Evita compararle con otros niños. Todas las personas poseen cualidades extraordinarias. Ayúdale a que vea sus puntos fuertes y refuérzalos. Si se le da bien dibujar, y le gusta, anímale a que lo haga, que aprenda la técnica cada vez mejor, en lugar de obligarle a sacar buena nota en matemáticas, si no le gusta y se le da fatal.

• Enséñales que cometer errores es parte del aprendizaje. La tolerancia a la frustración, es clave para su bienestar. Enseñarle a buscar soluciones, cuando el resultado no es el que le gustaría, le ayudará a sentirse exitoso en un futuro

4. Escúchalos con atención

• Anima a que expresen sus sentimientos sin miedo, no pasa nada por sentirse mal.

• Valida sus emociones diciendo: “Entiendo que te sientas así”.

• Pregunta: “¿Cómo te puedo ayudar?” en lugar de decirles qué hacer. Generarles autonomía emocional es clave. Ayudarles a buscar la forma de cambiar sus emociones y gestionar situaciones, les ayudará a ganar confianza.

5. Proporciónales un ambiente estable en el que se sientan seguros.

• Mantén rutinas en casa en los horarios de comida, hora de ir a dormir y estudio.

• Sé un refugio emocional para ellos en momentos difíciles.

• Evita discusiones fuertes y momentos de tensión delante de ellos.

6. Lo mejor para que interioricen estos aprendizajes es que lo vean en ti. Predica con el ejemplo. El aprendizaje por imitación o modelado, es uno de los más potentes en los niños.

• Sé amable y respeta a los demás.

• Gestiona tu propio estrés de manera saludable.

• Practica la paciencia y la empatía en casa.

7. Permíteles jugar y explorar.

• Proporciónales tiempo y espacio para jugar libremente.

• Fomenta su curiosidad. Anímalos a explorar la naturaleza y hacer preguntas.

• Evita el exceso de pantallas y promueve el juego al aire libre.

8. Fomenta la gratitud y la empatía

• Pregunta cada noche: “¿Qué fue lo mejor de tu día?”, ¿ De qué cosas tienen que dar gracias? ¿ qué les gustaría para el día siguiente?

• Anima a ayudar a otros, como compartir juguetes o colaborar en casa, ser generoso, les ayudará a sentirse mejor.

• Llévalos a actividades solidarias, como donar juguetes o visitar a abuelos.

9. Anímalos a ser independientes y resilientes

• Déjalos tomar decisiones acordes a su edad.

• Enséñales a resolver problemas en lugar de solucionarlos por ellos.

• Anímalos a seguir adelante después de un fracaso.

10. Hazles sentir que son importantes en la familia

• Pídeles su opinión en temas familiares (por ejemplo, qué comer el domingo).

• Asigna pequeñas responsabilidades en casa para que se sientan útiles.

• Celebra sus logros y haz que se sientan valorados.

Lo más importante es recordar que la felicidad infantil se construye con amor, paciencia y conexión emocional. ¡Los momentos simples pero significativos son los que más recordarán!

Más sobre Agorafobia

Más sobre Agorafobia

Aquí te dejo más sobre Agorafobia. La agorafobia es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado a estar en lugares o situaciones en las que resultaría difícil escapar o en los que no se podría recibir ayuda en caso de experimentar una crisis de ansiedad.

La Agorafobia se manifiesta a través de síntomas en sus tres niveles de expresión : síntomas físicos, síntomas emocionales y síntomas conductuales.


En cuanto a los síntomas físicos, aparecen debido a la activación del sistema nervioso simpático, que desencadena la respuesta de lucha o huida ante una situación que la persona percibe como peligrosa. Esto ocurre en todos los trastornos de ansiedad. Los síntomas físicos son:

• Taquicardia o palpitaciones: Sensación de que el corazón late muy rápido o de manera irregular.

• Dificultad para respirar: ya sea como sensación de ahogo, presión en el pecho o hiperventilación.

• Mareos o sensación de debilidad o desmayo: Debido a la hiperventilación o al aumento del estrés, la persona puede sentirse inestable, con sensación inminente de caer desfallecida al suelo.

• Sudores excesivos: Sobretodo en las manos, rostro y espalda, como una respuesta del cuerpo al estrés.

• Temblores o sensación de debilidad: La ansiedad puede generar movimientos involuntarios o sensación de que las piernas se “aflojan”.

• Náuseas o molestias estomacales: Una de las formas en en las que el cuerpo somatiza la ansiedad es a través del sistema digestivo, con dolor abdominal, diarrea o ganas de vomitar o vómitos.

• Escalofríos o sofocos: Se experimentan cambios repentinos de la temperatura corporal sin motivo aparente.

• Sensación de opresión en el pecho: Es uno de los síntomas más comunes y que primero expresan los pacientes cuando acuden a consulta. Puede confundirse con síntomas de un ataque cardíaco, lo que agrava la ansiedad.

Estos síntomas físicos pueden aparecer de manera repentina, sobre todo si la persona está expuesta a un lugar que teme.


La agorafobia también afecta el estado emocional y los pensamientos de quien la padece, generando una percepción desproporcionada del peligro. Los síntomas emocionales y cognitivos suelen ser:

• Miedo intenso a perder el control: Sensación de que se va a hacer algo irracional o vergonzoso en público.

• Pánico a desmayarse o morir: Muchas personas con agorafobia sienten que pueden sufrir un infarto o colapsar en la calle sin recibir ayuda.

• Desrealización o sensación de desrealidad, que genera una sensación de desconexión con el entorno: El entorno puede sentirse “extraño” o “borroso”, como si no fuera real.

• Despersonalización o sensación de desconexión del propio cuerpo. La persona siente que está fuera de sí misma o que su cuerpo no le pertenece, como si no fuera ella, no se reconoce aunque sabe que es ella.

• Pensamientos catastróficos: Continuamente piensa en » y si …» . Cree que lo peor sucederá (por ejemplo, quedar atrapado en un ascensor y morir asfixiado). Confunde continuamente la posibilidad con la probabilidad.

Estos pensamientos refuerzan el miedo y pueden generar un ciclo de ansiedad que empeora la agorafobia.


En cuanto al comportamiento en la medida que la agorafobia progresa, la persona desarrolla estrategias para evitar el malestar, y organiza su vida para no sentir miedo y sentirse a salvo, lo que limita significativamente su vida diaria. ¿Cómo? Evitando situaciones o lugares en los que cree que podría estar en peligro

Así:

• Evita ir a centros comerciales, usar transporte público, ir por calles concurridas, puentes, túneles, ascensores o cualquier lugar con multitudes.

• Rechaza invitaciones para no salir.

• Desarolla dependencia de otras personas: necesita ir acompañado a todos lados, manifiesta angustia extrema al pensar en quedarse solo en casa, usa “objetos de seguridad” para sentirse más tranquilo.

• Siempre lleva agua, medicación o un teléfono móvil como forma de reducir la ansiedad.

Todo esto, conlleva un aislamiento progresivo, en los casos más graves, la persona puede evitar salir de su casa por completo.

Lo habitual, es que los síntomas aparezcan poco a poco, con lo que la persona va adaptando su vida, y cuando viene a darse cuenta, está completamente limitada y su calidad de vida a reducido drásticamente.


Recomendaciones para una crisis de pareja.

Recomendaciones para una crisis de pareja.

Si tu relación está atravesando una crisis de pareja y no sabes cómo salir de la situación en la que te encuentras, te dejo por aquí algunas recomendaciones para una crisis de pareja, que os pueden clarificar cómo empezar a generar una nueva dinámica entre vosotros.

Antes de nada, creo que es positivo poner conciencia sobre la realidad que estáis atravesando. Haber llegado hasta ahí, no ha sido cosa de un día, con lo que el proceso de salir, tampoco va a ser cuestión de unos días. Reconducir una relación de pareja, implica trabajo personal por parte de ambos, además del de pareja, y tiempo. No deja de ser un proceso de aprendizaje y crecimiento personal en pareja.

En la mayoría de relaciones de pareja, hay que revisar cómo van todos estos puntos que mencionaremos a continuación, que en el caso de una crisis, todos necesitan ser mejorados.

1. Comunicación

La comunicación, o mejor dicho, una mala comunicación, suele ser la protagonista de un mala relación de pareja. El pilar de cualquier relación sana es una comunicación clara y efectiva. En la mayoría de los casos, los conflictos surgen porque las parejas no se sienten escuchadas o entendidas. Qué podemos hacer para mejorar la comunicación?

• Ser honesto. Atrévete a expresar cómo te sientes sin miedo a la respuesta del otro.

• Practica la escucha activa, es decir, presta atención sin interrumpir, sin pensar en la respuesta mientras el otro habla.

• Mantén la calma, ya que discutir gritando solo provocará más tensión.

• Evita los reproches. Cambia las críticas por expresar tus sentimientos personales, por ejemplo, decir “Me siento ignorado cuando no me respondes” en lugar de “Tú nunca me escuchas”.

• No uses silencio como castigo, pues esto solo aumenta la distancia emocional.

2. Identificar vuestros Patrones Emocionales de Conflicto

Muchas parejas, discuten una y otra vez por algo, y nunca llegan a un punto de encuentro, por que lo que realmente sucede es que discuten sobre algo superficial, cotidiano, y no están tratando el conflicto real. Por ello te recomiendo:

• Revisa cuáles son los temas más frecuentes en vuestras peleas. ¿Siempre discutís sobre los mismos temas?

• Analizar si estáis usando patrones dañinos para comunicaros con el otro, como:

• Crítica destructiva en lugar de constructiva: “Siempre haces todo mal” en lugar de “Me gustaría que lo hiciéramos de otra manera”.

• Desprecio: Burlarse, sarcasmo o actitudes de superioridad.

• Respuesta defensiva: Justificarse sin escuchar lo que el otro quiere expresar.

• Evitación: Ignorar los problemas en lugar de enfrentarlos.

Si te identificas con estos patrones, ese es el primer paso, para empezar a romperlos y sustituirlos por otros más saludables para discutir.

3. Identifica y Expresa tus Necesidades

El hecho de llevar tiempo en pareja, no significa que tengas que adivinar lo que el otro necesita. De hecho, cada persona tiene necesidades emocionales diferentes. En ocasiones, las crisis surgen porque una de las partes (o ambas) siente que no está recibiendo lo que necesita, pero tampoco sabe comunicarlo de manera clara.

• Obsérvate e identifica qué es realmente importante para ti en la relación. ¿Necesitas más tiempo juntos? ¿Más apoyo emocional?

• Expresa tus necesidades siempre de forma positiva. En lugar de decir “Nunca pasamos tiempo juntos”, intenta “Me gustaría que planifiquemos más momentos para compartir juntos”.

• Asegúrate de mantener una actitud de escucha activa, para crear un espacio en el que tu pareja también también expresar lo que necesita sin miedo a ser rechazada o minimizada.

4. Fomenta la Empatía

¿Qué es la empatía? La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender sus emociones y perspectivas. Sin empatía, es difícil resolver problemas de pareja.

• No des por hecho que sabes lo que siente tu pareja, pregúntale directamente cómo se siente y por qué.

• Da valor sus emociones, incluso si no las compartes o no las entiendes . Por ejemplo, si tu pareja está molesta porque llegaste tarde, en lugar de responder con “No exageres”, podrías decir “Entiendo que te molestó y no era mi intención”.

• Practia la escucha empática, es decir, no solo oír las palabras, sino tratar comprender las emociones que hay detrás.

5. Fortalece el vínculo afectivo para recuperar la conexión emocional y física

Las crisis suelen generar distancia emocional y física. Para fortalecer el vínculo afectivo.

• Compartir actividades con las que disfrutéis, sin que necesariamente sean conversaciones sobre problemas. Puede ser cocinar juntos, salir a caminar o ver una película.

• Dedicaros tiempo de calidad, aunque sean 10 minutos al día sin distracciones, .

• Aumentar el contacto físico, ya que los gestos como abrazos, besos o caricias refuerzan la conexión emocional.

• Expresar gratitud al otro, por las cosas buenas que hace. Un simple “Gracias por hacer esto por mí” puede tener un gran impacto.

6. Perdona y deja ir el pasado.

El resentimiento es uno de los mayores enemigos de una relación. Para avanzar, es necesario trabajar en el perdón.

• Entender que perdonar no es justificar el daño, sino liberar la carga emocional que afecta la relación.

• Si hay heridas del pasado, hablar sobre ellas sin revivir la discusión una y otra vez.

• Construir la confianza en lugar de quedarse atrapados en el dolor.

• Si no pueden perdonar en este momento, al menos decidir si estáis dispuestos a hacerlo en el futuro.

7. Establecer planes de futuro en Común

Tener metas en común fortalece la relación y les da un propósito compartido.

• Hablar sobre qué quieren lograr juntos, tanto en el corto como en el largo plazo.

• Establecer pequeños objetivos, como mejorar la comunicación, planificar viajes o proyectos en pareja.

• Reforzar el sentido de equipo en la relación: en lugar de “yo vs. tú”, piensen en “nosotros”.

8. Si veIs que podéis reconducir la situación solos, podéis buscar ayuda profesional.

No es un fracaso pedir ayuda, todo lo contrario, antes de que agotéis vuestra energía y tiréis la toalla, acudir a un psicólogo/a, que os haga más fácil y efectivo el camino

COMO MANEJAR CON TUS HIJOS PEQUEÑOS LA NOTICIA y PROCESO DE TU SEPARACIÓN

COMO MANEJAR CON TUS HIJOS PEQUEÑOS LA NOTICIA y PROCESO DE TU SEPARACIÓN

Si tienes dudas acerca de cómo manejar con tus hijos la noticia y proceso de tu separación, continúa leyendo:

Las separaciones de pareja, generan  una situación muy desagradable y difícil de manejar, en la gran mayoría de los casos. Si esto es así para los adultos, cuando hay niños implicados, la situación puede convertirse en algo totalmente desconocido y difícil de gestionar para todos. Sin embargo, podemos abordarlo de manera en que el impacto negativo se minimice y la aceptación de la situación, así como la adaptación a lo nuevo, sea más llevadera. Para ello, te dejo por aquí, algunas recomendaciones, que te pueden resultar de utilidad si estás pasando por este momento vital:

1. La comunicación con los pequeños es primordial. Pero habrá que tener en cuenta su edad, sin perder la claridad en lo que le estamos contando.

• Sé sincero/a sin extenderte demasiado, céntrate en que puedan entender lo que les estás explicando. Por ejemplo, “Papá y yo ya no vivirán juntos, pero siempre te vamos a querer y cuidar”.

• El lenguaje ha de ser neutral y evitar hablar mal del otro miembro de la pareja. Evita por todos los medios los reproches y la culpa

2. Refuerza con claridad y contundencia el amor incondicional que sientes por él/ella

• Es muy importante que sepan que el divorcio no tienen nada que ver con ellos, no es culpa suya, y que tanto tu como el otro progenitor le seguís queriendo y estaréis presentes en su vida.

Aclara lo que no está en su control

• Desmonta creencias erróneas: Aclara esto con frases como:

• “Nada de esto es culpa tuya. Papá y yo tomamos esta decisión porque pensamos que es lo mejor para todos”.

• “No es tu responsabilidad arreglar las cosas entre nosotros; tú solo tienes que ser un niño”.

• Evita prometerle cosas que no sabes si ocurrirán. Si le das falsas esperanzas de reconciliación, su confusión podría aumentar y tardará más en aceptar la nueva situación:

3. Es necesario mantener un ambiente predecible, con rutinas establecidas.

• La situación ideal, si es posible, es que ambos progenitores se coordinen para mantener las mismas normas principales en ambos hogares.

• Mantén horarios regulares para comidas, escuela, tiempo de juego y sueño.

• Intenta que ambas casas tengan reglas y rutinas similares para que el cambio no sea tan drástico.

• Los niños se sentirán más seguros si experimentan regularidad en horarios, actividades y normas.

4. Es un momento clave, para permitir a los niños expresar sus emociones.

• Por ello, como adultos, habrá que dejarles espacio y tiempo para que puedan enfadarse, llorar, hagan preguntas.

No juzgues su reacción, ni les digas como se tienen que sentir.

• Da valor a sus sentimientos: Por ejemplo: “Entiendo que estés triste; es normal sentirse así”.

5. Muchos niños experimentan miedo al abandono.

• Para ayudarle con este temor,. reafírmales constantemente tu presencia.

• “Siempre estaré aquí para ti. Puedes contar conmigo cuando lo necesites”.

• Algo que ayudará es que cumplas tus promesas: Si dices que irás a recogerlo o pasarás tiempo con él, asegúrate de hacerlo. La confianza es clave para ayudarle a sentirse seguro.

6. La buena relación con ambos progenitores es lo mejor para el desarrollo emocional del niño. Por ello, como adultos, tendremos que fomentar que esto sea así, ayudar a que la relación con el otro progenitor sea buena.

• Fomenta una relación saludable con su papá, siempre que sea seguro para ellos.

• Algo esencial es entender que los niños no se están separando, por ello, no son ni nuestros mensajeros para comunicarnos con la expareja, ni tenemos que implicarlos en nuestros conflictos.

7. Sé un modelo de tranquilidad para ellos.

• Los niños son como esponjas con las emociones, absorben todo lo que se percibe a su alrededor. Por ello, busca apoyo y ayuda fuera de casa, y que los niños te sientan siempre en calma.

8. Si la situación se torna más complicada de lo que esperabas, puedes considerar la opción de buscar ayuda profesional en un psicólogo infantil.

9. La paciencia puede ser tu mejor aliado en este proceso

• Los niños necesitan tiempo para aceptar la nueva situación y adaptarse a su nueva realidad. Tiene muchas emociones que manejar, pero cada niño, llevará su propio ritmo.

EL TDAH EN ADULTOS: ¿CÓMO SON LOS SINTOMAS?

EL TDAH EN ADULTOS: ¿CÓMO SON LOS SINTOMAS?

Si te apetece saber cómo son los síntomas del TDAH en adultos, por aquí te dejo algunos datos

Actualmente, cuando oímos hablar de Trastorno por déficit de atención con o sin Hiperacticidad ( TDA o TDAH), siempre pensamos en niños. Sin embargo, hoy en día, podría ser uno de los trastornos psicológicos, no diagnósticados más común en personas adultas, según algunos estudios. De los datos recogidos por algunas asociaciones de TDAH, se da un 4,4% en adultos, de los cuales dos terceras partes ya fueron diagnosticados de niños.

¿De qué depende la evolución de un niño diagnosticado de TDAH en la edad adulta?  

En la evolución del TDAH influyen varios factores:

  • Presencia o no de hiperactividad.
  • Existencia de síntomas asociados como agresividad, sensibilidad emocional., el C.I.(cociente intelectual) de la persona.
  • Si hay comorbilidad o no, es decir, la presencia de otros trastornos:  de conducta, ansiedad, depresión.
  • Patología familiar.
  • Nivel socioeconómico de la familia.

En las personas adultas, suelen persistir los síntomas de inatención, pero la hiperactividad disminuye significativamente.

¿Cómo es el adulto con TDAH? Es desorganizado en su comportamiento, olvida con frecuencia cosas del día a día, gestiona mal el tiempo y suele empezar muchas tareas pero finaliza pocas.

A nivel emocional, toleran muy mal la frustración, esto se da en niños también, por ello se irritan con facilidad y casi siempre son personas inseguras de sí mismas. Su vida es inestable a nivel laboral y sentimental. Consecuentemente, les cuesta mantener los trabajos por errores, despistes, porque les cuesta mantener la atención, iniciar y mantener tareas y porque suelen ser muy impulsivos. Además, en cuestiones de pareja, también tienen problemas. Todo esto aumenta su frustración, y su poca tolerancia a ella, como ya he comentado, les genera sensación de fracaso y tristeza.


En ocasiones se desarrollan trastornos de adicción: hay abuso de sustancias, abuso de alcohol…De hecho la comorbilidad con abuso de sustancias es 3 veces mayor en adultos no diagnosticados

 Los síntomas  de  inatención en adultos son:

  • Se distraen con facilidad por información del exterior.
  • No prestan atención suficiente a los detalles.
  • Tienen problemas para mantener la atención en las tareas.
  • No siguen correctamente instrucciones.
  • Cometer errores por inatención.
  • Pierden objetos.
  • No escucha cuando le hablan directamente.
  • Dificultades de organización y planificación.
  • Despistes frecuentemente.
  • Evita tareas que requieran esfuerzo mental.
  • Tendencia a posponer obligaciones.
  • Dificultades para interrumpir sus actividades  o conducta cuando debería hacerlo.
  • Empieza proyectos o tareas sin leer o escuchar las instrucciones.
  • Cumple mal lo que promete.
  • Es propenso a fantasías y ensoñaciones cuando debería estar concentrado.
  • Problemas para planificar o prepararse para acontecimientos cercanos.
  • No puede persistir en las cosas que no le interesan.

Los síntomas de la hiperactividad/impulsividad del adulto:

  • Se sienten intranquilos, inquietud subjetiva interior.
  • Precipitan las respuestas.
  • Dificultades para esperar turno.
  • Interrumpen, se entrometen en actividades de otros.
  • Dificultades para participar en actividades lúdicas con tranquilidad.
  • Movimiento constante cuando está sentado.
  • Dificultad para permanecer sentado.
  • Hablan continuadamente.
  • Sensación de “motor interior”.
  • Dificultad para estar tranquilo como los demás.
  • Interrumpen conversaciones de otros.
  • Toma de decisiones impulsivamente.

En resumen, el programa de tratamiento del TDAH adulto debería incluir:

  • Psicoeducación personal y familiar
  • Tratamiento Farmacológico
  • Apoyo vocacional
  • Reestructuración  del ambiente
  • Intervenciones Psicoterapeúticas
  • Psicoterapia
  • Psicoterapia Familiar
  • Grupos de Apoyo
  • Coaching