Decálogo para la felicidad de los niños

Decálogo para la felicidad de los niños

«Psicólogos en Murcia»

PSICÓLOGA EN MURCIA/ VANESA HERNÁNDEZ

images[9]Todos los que tenemos la suerte de convivir total o parcialmente con niños, estaríamos de acuerdo en afirmar que nuestro deseo es que sean niños felices. Por ello nos esforzamos cada momento que pasamos con ellos que así sea. Pero sin embargo, eso no nos resulta suficiente para tener la confianza en nosotros mismos de que lo que hacemos les ayudará a ser niños sanos y felices. Nos engañaríamos si no reconociéramos que dudamos acerca de lo que puede venirles bien o no. Como se suele decir, un niño no viene con manual de instrucciones, y si a ello sumamos el estrés del día a día, la falta de tiempo, etc., todo se complica aún más.

Seguramente todos los que tratamos con niños nos hemos preguntado alguna vez “¿lo estaré haciendo bien?”, “¿mi comportamiento o mi estrés le afectará después?” ”¿qué se supone que tendría que hacer ahora?”.

Está claro que el día a día está lleno de muchas pequeñas situaciones que se podrían resolver de diferentes maneras. Pero mi idea con este artículo, no es ofrecer pautas de conducta adecuadas  para resolver cada una de ellas, (lo haré en siguientes publicaciones).

La idea que persigo es ofrecer 10 consejos o reglas, que nos permitan establecer una línea base general y básica de la que partir. Un referente sencillo, al que podamos acudir cuando dudemos. Generar una actitud en los adultos que nos dé la tranquilidad de que si cumplimos estas  premisas básicas, estaremos ayudando a que nuestros niños sean felices.

Anímate a regalar felicidad a los pequeños.

Recuerda que esto es un proceso, y que se trata de encontrar un equilibrio

DECÁLOGO PARA HACER FELICES A LOS NIÑOS

1.imagesCALKWEMGDEMUÉSTRALE LO MUCHO QUE LES QUIERES. Está claro que le quieres, pero el que tú lo sepas no es suficiente. Tampoco el que te preocupes por atender sus necesidades de alimentación, sueño, enfermedad, higiene… Sé generoso y regala besos, caricias, abrazos. No escatimes en decir “te quiero”, “eres lo más importante para mi”. Hazle llegar  que tu amor  no depende ni de las circunstancias ni de sus actos. Esto será vital para el futuro.

2. ACÉPTALE TAL Y COMO ES.  A veces los adultos esperamos que el niño sea de una determinada manera, y nos frustra el que no muestre o alcance nuestras expectativas. Esto provoca que nos pongamos nerviosos y el niño se sienta rechazado. Cada niño tiene una personalidad. Recuerda que nuestros deseos no tienen que coincidir con los suyos.

3. GENERA UN CLIMA DE ALEGRÍA Y ACTITUD POSITIVA. No olvides que los niños son como pequeñas esponjas que absorben todo lo que les rodea. Gran parte del aprendizaje de un niño es por observación. Por ello trata de no mostrarte triste, irritado, preocupado, gruñón. Trata de reírte y divertirte con ellos, enséñales a ver el lado positivo de las cosas.images[7]

4. FOMENTA SU SEGURIDAD E INDEPENDENCIA.  Dótale de responsabilidades y plantéale retos, siempre adaptados a la edad y capacidad del niño, que puedan conseguir pero que supongan un esfuerzo.

5.AUM ENTA SU CONFIANZA. Puedes conseguirlo haciéndoles llegar una visión realista de las situaciones y de su propia capacidad y recursos para enfrentarlas. Que sean conscientes de quien son y de que son capaces

6. AYÚDALES A RESOLVER SUS PROBLEMAS, NO SE LOS RESUELVAS TÚ. Les podemos ayudar haciéndoles preguntas para que ellos mismos con sus respuestas vayan llegando a la solución. También podemos darles diferentes alternativas y que elijan una sabiendo por qué la eligieron. Su opinión también cuenta

7. DÓTALES DE ESTRATEGIAS DE ENFRENTAMIENTO. Evitaremos su frustración, si el niño tiene en cuenta que es capaz de hacer y cuáles son las expectativas de lo que quiere conseguir. Que no se plantee expectativas demasiado altas, ya que se desilusionará con facilidad.

8. MÁS VALE CALIDAD QUE CANTIDAD DE TIEMPO. Comparte y disfruta con ellos los minutos que puedas. Eso es lo que cuenta.

9. DALES IMPORTANCIA. Su autoconfianza también dependerá de si se sintieron importantes para sus mayores. Que la atención que le prestes sea positiva.

10. TU FELICIDAD NO PUEDE SER SÓLO LA FELICIDAD DE ELLOS. Tienes que ser feliz para trasmitirles felicidad

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«Psicólogos en Murcia»

PSICÓLOGA EN MURCIA/ VANESA HERNÁNDEZ

Decálogo para sentirse bien

Decálogo para sentirse bien

«Psicólogos en Murcia»

DECÁLOGO PARA SENTIRSE BIEN

La tarea pendiente de todos es sentirse bien. Sin embargo, hasta cuando todo acompaña, tampoco somos capaces de lograrlo.

Muchas personas se preguntan cada día: ¿Por qué no me siento bien si todo está bien?  Entonces hacemos un repaso de cada aspecto de nuestra vida para tratar de buscar justificación a nuestra sensación.   “La familia bien, sanos, sin grandes problemas, tengo trabajo que no es poco, tengo salud, mis amigos bien, ningún problema grave aparentemente…”, “entonces,  ¿Por qué no me encuentro bien?”

Si esta es tu situación, quizá la respuesta esté en que todo está bien a tu alrededor, pero tu aún no has aprendido a sentirte bien.

images[6]A sentirse bien uno aprende. Las emociones son un aprendizaje que se convierten en costumbres. A lo largo de nuestra vida, por diversos motivos, hemos aprendido a sentirnos de una determinada manera, nos hemos acostumbrado a percibir el día a día de un modo que, aunque no nos hace sentir bien en nuestro presente, es el que conocemos y nos ha servido para llegar donde estamos. La famosa frase de “somos animales de costumbres” es aplicable a las emociones.

La cuestión no es preguntarse por qué me siento así, sino plantearse el cómo cambiarlo.

Comenzar por cambiar tus lamentables  “¿y por qué me siento así?” por “¿y por qué no me puedo sentir de otra manera?”

 Todo el que tiene un porqué encuentra un cómo.

Nadie está diciendo que sea fácil, ni rápido, pero el beneficio es aprender a sentirte bien.

¿Qué estás dispuesto a invertir en tu felicidad?

Si te apetece empezar, comparto contigo diez consejos para iniciar tu aprendizaje.

Antes de empezar ten en cuenta que:

  • En todo cambio se dan tres pasos hacia adelante y uno hacia atrás. No desesperes.
  • Las viejas costumbres emocionales que te han acompañado durante años, aparecerán y  se resistirán  a abandonarte. Normalízalo y continúa.
  • Cada consejo implica un proceso de cambio.
  • Por último, animarte a que lo hagas, te ayudará, pero en ningún momento sustituye a una terapia psicológica.

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1.       EMPIEZA A CONOCERTE. Si te auto-observas tendrás una conciencia real de tus puntos fuertes y débiles. Este conocimiento será el arma que te permitirá ver la realidad con mayor objetividad  e identificar como te sientes en cada situación. Éste es el punto de partida para tu cambio

2.       SOLO VIVE EL PRESENTE. Ocúpate de las cosas, no te preocupes por ellas. Sólo podemos ocuparnos de nuestro presente. Recuerda que no podemos hacer nada con lo que ocurrió, ni con lo que ocurrirá. Acepta tu situación  y centra tu atención en vivir el  presente.

3.       SE ASERTIVO.  Expresa tus pensamientos, opiniones y deseos. Evitarás pasar de un extremo sumiso a otro agresivo. Si te callas por evitar problemas, acumularás ira y resentimiento, que expresarás de modo incorrecto, o lo que es peor, cargarás contigo mismo. Hazlo en un tono suave  pero firme, provocarás que el otro también lo haga.

4.       ACÉPTATE Y ACEPTA A LOS DEMÁS COMO SON. No quieras ser quien no eres ni tampoco cambiar a los demás. Céntrate en lo que puedes compartir con ellos, más que en lo que os separa.

5.       PERDÓNATE Y PERDONA. Las emociones negativas son tóxicas para la felicidad. Si ya has aceptado, trata de entender  por qué ocurrió lo que te hizo daño. Normalmente las personas solo buscan su propio bienestar con sus actos, no el dañar al otro. De este modo te será más fácil perdonar.

6.       MIRA EL LADO BUENO DE LAS COSAS. Si una persona a la que quieres o tú mismo atraviesas una situación difícil, busca el lado positivo, sal de la percepción de problema y adopta una actitud de solución.  De este modo te desbloquearás y saldrás del callejón sin salida.

7.       DEPÚRATE DE PENSAMIENTOS NEGATIVOS. Caza los pensamientos que te causan dolor y trata de generar otros alternativos que te generen una emoción positiva. No se trata de ver el mundo de color de rosa, sino de tener una visión realista de las cosas. Distorsionamos la realidad de modo negativo a veces por costumbre y no nos damos cuenta del mal que nos hacemos.

8.       RELATIVIZA LA IMPORTANCIA DE LAS COSAS. Si quitamos el piloto automático y nos paramos a pensar en lo que es realmente importante, nos sorprenderemos de que prácticamente todo lo que nos preocupa no lo es. Y si no tiene importancia, exígete no dársela.

9.       MÁRCATE PEQUEÑOS OBJETIVOS. Los objetivos tienen que ser a corto plazo, te ayudarán a motivarte y dirigir tus esfuerzos

10.   PREMIATE CON ACTIVIDADES DIVERTIDAS. Para tener un equilibrio, necesitamos realizar actividades que nos produzcan placer. Recurre a elaborarte una lista de actividades y realízalas. El ejercicio físico moderado, siempre te vendrá bien para el estado de ánimo. Anímate a disfrutar de largos paseos.

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«Psicólogos en Murcia»

Vanesa Hernández / Psicóloga en Murcia

Bulimia. Consecuencias físicas

Bulimia. Consecuencias físicas

La bulimia, así como la anorexia, tiene graves efectos en la salud física.

Los vómitos constantes y la falta de nutrientes característicos de la bulimia pueden provocar los siguientes problemas:

  • dolor estomacal constante.
  • daño en el estómago y los riñones.
  • erosión del esmalte dental (debido a la exposición a los ácidos del estómago).
  • agrandamiento de las glándulas salivales de las mejillas debido a los vómitos frecuentes.
  •  ausencia de menstruación.
  • pérdida de potasio (esto puede desencadenar problemas cardíacos e incluso la muerte).

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La complicación cardiovascular más importante es la pérdida de potasio a través de los vómitos o por el abuso de laxantes provocando  alteraciones en el electrocardiograma con terribles consecuencias.
Cuando provocan  el vómito, el ácido que le acompaña actúa sobre el esmalte dental, pudiendo resquebrajarse o parecer carcomidos.

También aparece una dilatación gástrica con el riesgo de rotura de estómago,  por las abundantes comidas o por el gran esfuerzo que se produce al vomitar.

Otras complicaciones que pueden darse son: esofagitis, úlceras, hemorragias e incluso perforación del esófago que en alguna ocasión puede llegar a causar la muerte.

Cuando se da un  uso habitual de laxantes, puede producir alternancia de diarreas y estreñimiento y una dependencia a este tipo de fármacos que hace mucho más difícil el abandonarlo.
Como resultado de las purgas, los desequilibrios electrolíticos pueden a veces llegar a causar problemas médicos graves.

Aunque pensar en trastorno de la alimentación, nos hace pensar en delgadez, no siempre es así. En las personas que padecen bulimia hay ocasiones en que, los continuaos atracones, pueden provocar que la persona aumente mucho de peso, lo que aumenta su riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el sobrepeso tales como, diabetes, coronarias u otras.

Anorexia y Bulimia: Consecuencias psicológicas

Anorexia y Bulimia: Consecuencias psicológicas

El principal síntoma que presentan las personas con anorexia o bulimia es el MIEDO A ENGORDAR.

Quizá no seamos conscientes, cuando afirmamos algo así, de la importancia y gravedad de padecer este miedo.  El objeto temido es la comida, lo que produce ansiedad es precisamente, el tener que comer.

Sabemos que todos los miedos son incapacitantes, y al hablar de ansiedad (del tipo que sea) he afirmado que también muy desagradable pero nunca peligrosa (para nuestra integridad física).

El miedo, es un mecanismo de defensa cuyo objetivo es protegernos de amenazas y peligros. Es cierto que nuestra mente en ocasiones percibe amenaza donde no la hay, pero en ningún caso, dicho miedo lleva implícito atentar contra nuestra propia seguridad y supervivencia.

En el caso de los trastornos de la alimentación, si. La persona tiene miedo a comer, por miedo a engordar. Su miedo le protege de engordar, pero no le protege de sobrevivir. De ahí la gravedad de estas enfermedades, y la dificultad e importancia de trabajar para  superar o dominar el miedo.

Además de este miedo a engordar, las personas con anorexia y bulimia suelen presentar:

  • Trastornos del sueño, que aparecen como un trastorno secundario

 

  • Estado de ánimo irritable, que normalmente aparece del conflicto interior entre la demanda de alimento del cuerpo y la obsesión por controlarlo. En la mayoría de los casos cambia su carácter.

 

  • Estado de ánimo deprimido y ansiedad, ya que continuamente tienen que enfrentarse al objeto temido y a situaciones donde tendrán que ocultar, disimular, mentir…No se sienten bien consigo mismas.

 

  • Aislamiento. Van cerrando cada vez más su círculo de amigos con tendencia a la soledad, la tristeza y la melancolía, Evitan cualquier situación donde haya probabilidad de comer. Además, no les apetece mostrarse a la gente, por no tener la imagen deseada y por no sentirse anímicamente bien.

 

  • Sentimiento de culpa.  Obsesionados por el control total, cuando creen que han cedido (en un atracón, en el caso de la bulimia o por comer algo no permitido, en la anorexia), se sienten culpables y creen que si no consiguen lo que se proponen es porque son débiles. En las fases iniciales la culpa también es provocada por la sensación de saber que no se está haciendo lo correcto. Aun luchan entre lo racional y la enfermedad

 

  • Baja autoestima. Aspecto que forma parte de ellas desde antes de la aparición del trastorno. Suelen ser personas inseguras

 

  • Sentimiento de inutilidad, vacío.  Puede decirse que la dieta las mantiene en una constante frustración, lo que hace que se perciban como inútiles, ya que no consiguen lo que consideran su objetivo.

 

  • Perfeccionismo y autoexigencia elevada, como mecanismo de control de sus vidas. Así tratan de aliviar su inseguridad y sensación de inutilidad.

 

  • Percepción distorsionada de su imagen o visión parcial. Se ven mucho más gordas de lo que realmente están y se obsesionan por una parte de su cuerpo que no les gusta,  lo que les hace no ver la totalidad de su aspecto (normalmente se centran en las caderas, los muslos…)

 

  • En el caso de la anorexia, hay una negación total de su delgadez, además de una  alteración de la capacidad de concentración  por la falta de componentes (nutrientes) necesarios para la realización de actividades mentales.

 

  • En la bulimia, existe un miedo elevado a perder el control y darse un atracón lo que les produce sentiré muy culpables y volver a empezar.

Ataques de pánico: miedo al miedo.

Ataques de pánico: miedo al miedo.

«Psicólogos en Murcia»

 

imagesCA3L6AUEÚltimamente, ¿Experimentas de repente como un miedo intenso que te lleva a pensar que te sucede algo? ¿Piensas  que estás enfermo, que perderás el control, perderás la cabeza o incluso la sensación de que vas a morir?

Acompañando a este miedo sientes ¿mareo, sensación de desvanecimiento como si te fueras a caer redondo al suelo, opresión en el pecho, sudores, temblores, sensación de falta de aire, taquicardia?

¿Te sientes en alerta o en guardia a lo largo del día por miedo a experimentar esta emoción de miedo o alguno de estos síntomas? ¿Te descubres “chequeando  tu cuerpo “para identificar cualquier tipo de sensación física y si es peligrosa o no?, el notarte alguna sensación ¿dispara tu miedo a una crisis?

¿Evitas situaciones, actividades o lugares por temor a la aparición de esta sensación?

Si tu respuesta es afirmativa a parte de estas preguntas quizá estés sufriendo crisis de angustia o ataques de pánico asociados a un estado de ansiedad.

El trastorno de pánico es la presencia de crisis de ansiedad o miedo a padecerlas. Dichas crisis, son la aparición temporal de miedo o malestar intenso, que se inicia de manera brusca, alcanzando su máxima expresión en los primeros 10 minutos, y van acompañados de cuatro o más de los siguientes síntomas:

1-      Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca

2-      Sudoración.imagesCAS0C53M

3-      Temblores o sacudidas.

4-      Sensación de ahogo o falta de aliento.

5-      Sensación de atragantarse.

6-      Opresión o malestar torácico.

7-      Náuseas o molestias abdominales.

8-      Inestabilidad, mareo o desmayo.

9-      Desrealización  (sensación de irrealidad) o despersonalización ( estar separado de una mismo).

10-   Miedo a perder el control o volverse loco.

11-   Sensación de entumecimiento u hormigueo.

12-   Escalofríos o sudores.

La característica fundamental del trastorno por pánico es el miedo a sufrir este miedo, “miedo al miedo”. Las personas que lo padecen,  temen continuamente la aparición de una nueva crisis. La presencia normal de cualquiera de los síntomas que hemos descrito, es interpretado por la persona como amenazante, peligroso, como que puede ser la señal que le indica que algo le está sucediendo, en ese momento comienza a sentir miedo y los síntomas aumentan, aumentando también el miedo, lo que le sirve a la persona para confirmar que algo grave le está sucediendo.

Los síntomas que habitualmente pueden desencadenar crisis de pánico son la opresión en el pecho (“¿estaré sufriendo un infarto?”), la sensación de mareo o desmayo (“¿perderé el control y caeré redonda?”), la sensación de irrealidad (“¿me estaré volviendo loco?”) o la sensación indefinida de miedo intenso que me lleva a pensar que voy a morir de modo inminente.