¿Qué es la distimia?

La Distimia o trastorno depresivo persistente ( TDP) es un tipo de trastorno del estado de ánimo o también llamados trastornos afectivos. Se presenta como una depresión leve pero se prolonga a lo largo del tiempo, en adultos un mínimo de dos años y en niños y adolescentes un año. En ocasiones pacientes con distimia, pueden padecer además un episodio de depresión mayor.

La Distimia afecta aproximadamente a un 2% de la población. Es más frecuente en mujeres que en hombres a cualquier edad, pero se puede dar también en niños y en adolescentes.

Los síntomas  más comunes de la distimia, que como ya hemos señalado anteriormente son menos intensos pero más crónicos que los de la depresión mayor son :

  • Tristeza, ansiedad o sensación de «vacío» persistentes.

    Las personas con distimia suelen sentirse tristes, vacías o desesperanzadas casi todos los días, durante al menos dos años. No es un episodio puntual, sino una sensación constante que se convierte en parte de su vida cotidiana. A diferencia de la depresión mayor, donde los cambios de humor pueden ser más extremos, la distimia se percibe como un “estado de ánimo crónicamente bajo”.

  • Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.
  • Llanto excesivo.
  • Mayor inquietud e irritabilidad.
  • Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones.

    Es común experimentar problemas de memoria, falta de concentración o dificultades para tomar decisiones, incluso en asuntos simples. Esto puede afectar el rendimiento en el trabajo o los estudios y aumentar la frustración personal.

  • Disminución de la energía.

    Existe una sensación de cansancio constante, incluso después de haber descansado bien. La persona puede sentirse físicamente agotada sin razón aparente y le cuesta encontrar la motivación para hacer actividades cotidianas.

  • Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o desesperanza.

    Uno de los síntomas más característicos es la visión negativa del futuro. La persona puede sentir que nada mejorará y que su situación nunca cambiará. Esto puede hacer que pierda el interés en hacer planes o esforzarse por alcanzar metas, ya que siente que no vale la pena intentarlo.

    Las personas con distimia suelen desvalorizarse, sentirse insuficientes o inadecuadas. Pueden criticarse a sí mismas con frecuencia y pensar que no son lo suficientemente buenas en su trabajo, estudios o relaciones. Esto puede llevarlas a evitar nuevos desafíos por miedo al fracaso.

  • Alteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de forma insuficiente o excesiva.

    Algunas personas con distimia pierden el interés en la comida y comen menos, lo que puede llevar a una pérdida de peso. Otras pueden comer en exceso, especialmente alimentos altos en carbohidratos, como una forma de lidiar con sus emociones, lo que provoca un aumento de peso.

  • Alteraciones en los hábitos del sueño.

    El sueño se ve afectado de diferentes maneras:

    • Insomnio: dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes durante la noche o despertarse demasiado temprano sin poder volver a dormir.
    • Hipersomnia: dormir en exceso y aun así sentirse cansado.
  • Aislamiento social.
  • Síntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar (por ejemplo, dolor crónico, dolor de cabeza).

Para un diagnóstico de distimia, la persona (adulta) debe presentar un estado de ánimo deprimido durante al menos dos años (un año en los niños y adolescentes), junto con por lo menos otros dos síntomas de depresión.

Las causas de la distimia no están todavía suficientemente clarificadas, atribuyéndose a una alteración de un determinado tipo de neurotransmisor denominado serotonina, responsable de manejar las emociones y los juicios de valor; igualmente podrían estar en su origen situaciones de estrés continuadas y factores de personalidad.

¿En qué se diferencia fundamentalmente la distimia de la depresión?

El afectado por Distimia suele tener una vida bastante rutinaria y normal no obstante de su trastorno. Sin embargo, el paciente depresivo no es capaz de mantener esa rutina. Por tanto, la diferencia fundamental es el grado de LIMITACIÓN que el sujeto presenta.

  • En el trastorno distímico no se experimenta falta de disfrute. Pueden experimentar placer, también.
  • No se presenta agitación, ni tampoco lentitud motora.
  • No son usuales los arrebatos o pensamientos recurrentes sobre el suicidio o la muerte.
  • Un diagnóstico preciso ha de ser realizado por un psicólogo o psiquiatra especializado en este tipo de trastornos.

 

Psicólogos en Molina de Segura, Murcia

Psicólogos especialistas, Clínica Vanesa Hernández

 

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