Recomendaciones para una crisis de pareja.

Recomendaciones para una crisis de pareja.

Si tu relación está atravesando una crisis de pareja y no sabes cómo salir de la situación en la que te encuentras, te dejo por aquí algunas recomendaciones para una crisis de pareja, que os pueden clarificar cómo empezar a generar una nueva dinámica entre vosotros.

Antes de nada, creo que es positivo poner conciencia sobre la realidad que estáis atravesando. Haber llegado hasta ahí, no ha sido cosa de un día, con lo que el proceso de salir, tampoco va a ser cuestión de unos días. Reconducir una relación de pareja, implica trabajo personal por parte de ambos, además del de pareja, y tiempo. No deja de ser un proceso de aprendizaje y crecimiento personal en pareja.

En la mayoría de relaciones de pareja, hay que revisar cómo van todos estos puntos que mencionaremos a continuación, que en el caso de una crisis, todos necesitan ser mejorados.

1. Comunicación

La comunicación, o mejor dicho, una mala comunicación, suele ser la protagonista de un mala relación de pareja. El pilar de cualquier relación sana es una comunicación clara y efectiva. En la mayoría de los casos, los conflictos surgen porque las parejas no se sienten escuchadas o entendidas. Qué podemos hacer para mejorar la comunicación?

• Ser honesto. Atrévete a expresar cómo te sientes sin miedo a la respuesta del otro.

• Practica la escucha activa, es decir, presta atención sin interrumpir, sin pensar en la respuesta mientras el otro habla.

• Mantén la calma, ya que discutir gritando solo provocará más tensión.

• Evita los reproches. Cambia las críticas por expresar tus sentimientos personales, por ejemplo, decir “Me siento ignorado cuando no me respondes” en lugar de “Tú nunca me escuchas”.

• No uses silencio como castigo, pues esto solo aumenta la distancia emocional.

2. Identificar vuestros Patrones Emocionales de Conflicto

Muchas parejas, discuten una y otra vez por algo, y nunca llegan a un punto de encuentro, por que lo que realmente sucede es que discuten sobre algo superficial, cotidiano, y no están tratando el conflicto real. Por ello te recomiendo:

• Revisa cuáles son los temas más frecuentes en vuestras peleas. ¿Siempre discutís sobre los mismos temas?

• Analizar si estáis usando patrones dañinos para comunicaros con el otro, como:

• Crítica destructiva en lugar de constructiva: “Siempre haces todo mal” en lugar de “Me gustaría que lo hiciéramos de otra manera”.

• Desprecio: Burlarse, sarcasmo o actitudes de superioridad.

• Respuesta defensiva: Justificarse sin escuchar lo que el otro quiere expresar.

• Evitación: Ignorar los problemas en lugar de enfrentarlos.

Si te identificas con estos patrones, ese es el primer paso, para empezar a romperlos y sustituirlos por otros más saludables para discutir.

3. Identifica y Expresa tus Necesidades

El hecho de llevar tiempo en pareja, no significa que tengas que adivinar lo que el otro necesita. De hecho, cada persona tiene necesidades emocionales diferentes. En ocasiones, las crisis surgen porque una de las partes (o ambas) siente que no está recibiendo lo que necesita, pero tampoco sabe comunicarlo de manera clara.

• Obsérvate e identifica qué es realmente importante para ti en la relación. ¿Necesitas más tiempo juntos? ¿Más apoyo emocional?

• Expresa tus necesidades siempre de forma positiva. En lugar de decir “Nunca pasamos tiempo juntos”, intenta “Me gustaría que planifiquemos más momentos para compartir juntos”.

• Asegúrate de mantener una actitud de escucha activa, para crear un espacio en el que tu pareja también también expresar lo que necesita sin miedo a ser rechazada o minimizada.

4. Fomenta la Empatía

¿Qué es la empatía? La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender sus emociones y perspectivas. Sin empatía, es difícil resolver problemas de pareja.

• No des por hecho que sabes lo que siente tu pareja, pregúntale directamente cómo se siente y por qué.

• Da valor sus emociones, incluso si no las compartes o no las entiendes . Por ejemplo, si tu pareja está molesta porque llegaste tarde, en lugar de responder con “No exageres”, podrías decir “Entiendo que te molestó y no era mi intención”.

• Practia la escucha empática, es decir, no solo oír las palabras, sino tratar comprender las emociones que hay detrás.

5. Fortalece el vínculo afectivo para recuperar la conexión emocional y física

Las crisis suelen generar distancia emocional y física. Para fortalecer el vínculo afectivo.

• Compartir actividades con las que disfrutéis, sin que necesariamente sean conversaciones sobre problemas. Puede ser cocinar juntos, salir a caminar o ver una película.

• Dedicaros tiempo de calidad, aunque sean 10 minutos al día sin distracciones, .

• Aumentar el contacto físico, ya que los gestos como abrazos, besos o caricias refuerzan la conexión emocional.

• Expresar gratitud al otro, por las cosas buenas que hace. Un simple “Gracias por hacer esto por mí” puede tener un gran impacto.

6. Perdona y deja ir el pasado.

El resentimiento es uno de los mayores enemigos de una relación. Para avanzar, es necesario trabajar en el perdón.

• Entender que perdonar no es justificar el daño, sino liberar la carga emocional que afecta la relación.

• Si hay heridas del pasado, hablar sobre ellas sin revivir la discusión una y otra vez.

• Construir la confianza en lugar de quedarse atrapados en el dolor.

• Si no pueden perdonar en este momento, al menos decidir si estáis dispuestos a hacerlo en el futuro.

7. Establecer planes de futuro en Común

Tener metas en común fortalece la relación y les da un propósito compartido.

• Hablar sobre qué quieren lograr juntos, tanto en el corto como en el largo plazo.

• Establecer pequeños objetivos, como mejorar la comunicación, planificar viajes o proyectos en pareja.

• Reforzar el sentido de equipo en la relación: en lugar de “yo vs. tú”, piensen en “nosotros”.

8. Si veIs que podéis reconducir la situación solos, podéis buscar ayuda profesional.

No es un fracaso pedir ayuda, todo lo contrario, antes de que agotéis vuestra energía y tiréis la toalla, acudir a un psicólogo/a, que os haga más fácil y efectivo el camino

Cómo Hacer que tu Relación de Pareja Funcione

Cómo Hacer que tu Relación de Pareja Funcione

Todos queremos que nuestra relación de pareja funcione. Ya sea, esa relación con la persona a la que estamos conociendo y existe chispa, o la persona con la que compartimos nuestra vida.

Antes de centrarnos en las recomendaciones específicas, de base, para que una relación funcione, hace falta dos cosas: admiración hacia la otra persona bien por cómo es, por su talento, por su saber estar, etc y atracción, ya que te gusta físicamente y despierta en tí un deseo.

Hay veces que las personas podemos confundirnos con estos dos aspectos debido a que estemos pasando por un momento vital complicado, nos sintamos muy estresados, o no nos sintamos atendidos, escuchados y cuidados por nuestra pareja. Puede que en estos contextos emocionales, sintamos atracción y admiración por alguien de nuestro entorno, sea un compañero de trabajo, mi jefe, un amigo, y nos sintamos extrañados a la vez por sentirnos así, porque nunc nos hemos planteado que esa persona pudiera gustarnos, o dejar a nuestra pareja por sentir eso.

En estas ocasiones, en las que estamos desgastados en nuestra relación de pareja, o estamos estresados e intoxicados de cortisol por problemas laborales, sociales, de salud, y la otra parte de la pareja se siente valorada o querida por una persona fuera de la relación y se deja querer, basta con tomar distancia, ordenar emocionalmente qué sentimos y gestionarlo, buscando soluciones a lo que realmente falla en nuestra vida.

Para que una relación funcione, quiero que tengas claro esto. Aunque suene a tópico, para estar bien con alguien, hay que estar bien con uno mismo primero.

TERAPIA DE PAREJA

Si quieres tener pareja y estar bien con ella, lo primero que te recomiendo es que te auto-observes y te hagas una evaluación de tu estado Pregúntate ¿cómo estoy yo? ¿Qué necesito? ¿cuáles son mis carencias afectivas? ¿Cuanto me importa la opinión de los demás, soy desconfiado? ¿Qué quiero realmente de mi relación de pareja? ¿qué busco en una pareja?

Hacer esto es muy importante, ya que muchas parejas, hoy en día, están formadas por personas que entran en las relaciones muy heridas por experiencias anteriores, con una mochila emocional cargada de experiencias pasadas que condicionan cómo se sienten en el presente. De la pareja no podemos esperar, que alivie nuestras dolor y cure heridas pasadas.

No hay que tener miedo a identificar lo que realmente nos ocurre, y sanarlo para sentirnos libres y poder vivir nuestras relaciones futuras de forma sana

Ahora si. Si quieres que tu relación funcione te voy a dar una serie de recomendaciones:

Lo primero es trabajar la comunicación, sobretodo cómo hablas y cómo expresas cómo te sientes. Comunicarnos desde el respeto, de forma efectiva, centrándonos sólo en lo que queremos decir, y desde el otro lado, escuchar activamente a la pareja, es el punto básico para que una relación funcione. .

Hay personas, muy sensibles, que siempre se comunican desde el dolor, el miedo, los silencios, los desprecios al otro, ancladas en la misma situación. Reprochan una y otra vez lo que ocurrió, no dejando margen al cambio.

Por el contrario, una pareja que se sabe comunicar, desde el respeto y con cordialidad, tiene muchas probabilidades de éxito.

La segunda recomendación es que tenemos que partir de la sensibilidad, es decir, cómo nos afectan las cosas.

¿Cómo eres?¿te tomas todo demasiado en serio y a nivel personal?¿Le das muchas vueltas a cualquier comentario negativo?¿Lo pasas mal de forma desproporcionada ante una mala cara o un hecho insignificante?

Las personas con alta sensibilidad, sufren en exceso por cosas sin importancia, y lo habitual es que se lo callen y lo rumien en su mente durante un tiempo, provocándoles dolor, no son capaces de decirlo. Hay veces que esperan que sus parejas, detecten que se sienten mal, o han tenido un mal día, y al no cumplir sus expectativas lo pasan mal.

Si es tu caso, intenta analizar si tu malestar es algo relacionado con tu forma de sentir o es algo objetivo. A lo mejor necesitas a alguien que esté más pendiente de ti, que tenga la capacidad de entender que tu eres una persona más delicada en el trato y necesitas un determinado comportamiento. O, a lo mejor, necesitas relativizar y trabajar esa sensibilidad, para aprender a gestionar las situaciones del día a día, con la importancia que realmente tienen, y no te generen un sufrimiento desproporcionado.

La tercera recomendación es controlar nuestra imaginación

El 90% de las cosas que nos preocupan, nunca suceden, ya lo sabes. Muchas veces pensamos en cosas que nos producen dolor, que sólo son fruto de nuestra imaginación, pero que tienen un impacto enorme en nuestra mente y en nuestra emoción.

Pensamientos del tipo : “seguro que se lo pasa mejor con sus amigos, por eso no quiere salir conmigo”, “pasa de mi, le da igual cómo me sienta”, “parece que no tiene hijos, no sabe nada de ellos”…Nos intoxicamos a nosotros mismo de una realidad que nos pone alerta y nos hace daño, y seguramente nuestra realidad no es así. La mayor parte de estos pensamientos y diálogos internos, son fruto de inseguridades, de miedos, de tristezas, pero no son reales.

Algo muy útil, para hacer que tu pareja funcione, también es aprovechar los momentos, donde la relación atraviesa una buena etapa, tranquila, para expresarle al otro, los motivos por los que continúa en la relación, cuáles son esas cosas que me enamoraron de la otra persona, y continúan uniéndote a ella. Puedo hacerlo a través de una carta, un audio de whatssap, un nota en el móvil, un mensaje. Esto, nos sirve de reafirmación en los momentos malos, cuando nuestros pensamientos negativos nos alejan del otro. Es un bálsamo para nuestros peores momentos que nos ayuda a serenarnos

Otro aspecto que hace que una relación funcione, es el poder de los detalles. Al amor hay que cuidarlo y alimentarlo de detalles, demostraciones de afecto como besos, abrazos, caricias, palabras bonitas, momentos especiales, sorpresas.

Cuando uno no sabe tener detalles, no sabe expresar el cariño, o su pareja padece est incapacidad para expresar, llamada Alexitimia, pone mucho más difícil que la relación funcione. La persona con alexitimia, da por hecho que su pareja ya sabe lo que siente por ella, no tienen la necesidad de expresarlo. Pero esto, para la otra persona es muy frustrante.

Hay veces que en terapia se enseña a las personas a saber expresar las cosas bonitas, a que pierdan el miedo a expresar sus sentimientos y estas situaciones de intimidad no las vivan con tanto incomodidad.

Es necesario, para que una relación funcione, que se hable de lo bueno y bonito que sucede día a día, que se expresen las emociones positivas que se experimentan, que compartamos con el otro nuestras alegría y felicidad,

Otra punto para que la relación funcione, es ser amables con nuestra pareja, tratar al otro desde el amor, con cariño. Es habitual, que nos pasamos todo el día aparentando y esforzándonos por tratar bien a todo el mundo, y llegamos a casa y explotamos de forma desagradable, con quien se supone, que queremos y de hecho, hemos elegido.

La paciencia, es otro de los aspectos, necesarios para que una relación funcione. Conocer a la persona que es nuestra pareja y respetarle en sus tiempo. No demos por hecho que tiene que hacer cuando yo espero y cómo yo espero. Aceptémosle y respetémosle.

Practica el perdón. No tengas miedo a hacerlo. El rencor no hará que te sientas mejor a la larga.

Y por último, hay algo que es muy importante. Es conocer a mi pareja, saber cómo es realmente su personalidad y conocer cómo se va a sentir y comportarse cuando esté dolido, o en una situación de estrés. Interesarme, por lo que realmente molesta a mi pareja, porque quizá yo pueda ayudarle a que se sienta mejor y con ello, hacer que la relación de pareja funcione.

¿Es posible superar una infidelidad?

¿Es posible superar una infidelidad?

Aunque aparentemente, podría parecer que la mayoría de nosotros estaríamos de acuerdo en lo que entendemos por infidelidad, la realidad es que por nuestra experiencia como profesionales, y en base a lo que los pacientes nos trasmiten, no todos pensamos lo mismo acerca de esto. Para algunas personas, sólo existe infidelidad cuando hay sexo fuera de una relación de pareja. Otros, por contra, el sexo online, ya lo consideran infidelidad. Algunos consideran que chats de tipo erótico con terceras personas ya es una infidelidad, y para otros, tienen que haber varios contactos con la tercera persona para considerarse infidelidad, ya que entienden como algo normal, un encuentro esporádico en el que no hayan sentimientos implicados. El punto en común que comparten la mayoría sería que uno de los miembros de la pareja siente traicionado en el pacto de exclusividad que existía entre ambos.

La infidelidad es una de las causas de crisis y ruptura de pareja más frecuentes en consulta. De los últimos datos recogidos en España se estima que en torno a un 35% de los hombres y un 26% de las mujeres en edades comprendidas entre 18 y 65 años, son infieles

El descubrimiento de una infidelidad implica un torbellino de emociones en la pareja. En casi todos los casos, la crisis que experimentan consecuencia de la misma, conlleva mucho sufrimiento a las personas implicadas. Evidentemente, las emociones experimentadas por cada una de las partes son diferentes. La persona que ha sido traicionada vive todo un torbellino emocional que puede contener rabia, deseos de venganza, tristeza, dudas acerca de su percepción del mundo, la duda obsesiva, pérdida de autoestima, sentimientos de inferioridad, las comparaciones (¿que encontró en la otro/a que yo no tengo?).

La persona que ha sido infiel experimenta en algunos casos sentimiento de culpa, vergüenza, remordimiento, arrepentimiento. En otros casos, sucede lo contrario, ya que el que ha traicionado expresa frialdad, niegan la situación, ausencia de empatía, le quitan importancia a la situación, tratando de normalizarla, e incluso, culpan a la pareja por no haber cumplido sus necesidades. En estos casos, cuando infiel no está mostrando ningún indicador de contactar con el dolor que está pasando la otra persona, la relación tendría muy mal pronóstico,.

¿Una infidelidad se puede superar?

Siguiendo la línea de lo que estamos describiendo en estas líneas, depende de diversos factores. En algunos casos si se logra superar, pero con mucho compromiso, esfuerzo y honestidad por las partes.

Los factores que suelen influir y que determinan la viabilidad futura de la pareja son:

1. La gravedad con la que la parte afectada vive la infidelidad. Aquí entran en juego dos aspectos. La gravedad subjetiva, partiendo de las creencias que la persona tenía de la infidelidad, y la gravedad objetiva medida en cantidad, intensidad y tiempo de la infidelidad. En este sentido, es diferentecuando se trata de en un hecho puntual donde sólo ha habido un encuentro sexual, o si, por el contrario, la infidelidad se trata de una relación duradera en el tiempo que ha implicado una doble vida, y muchos engaños.

2. La responsabilidad asumida por la parte infiel. Este factor es el más importante para que una pareja se pueda recuperar. El compromiso de la persona que ha sido infiel en reconocer su parte de responsabilidad y su voluntad de ayudar a reparar el daño causado en el otro. Si la persona lo niega, o le quita importancia, sería momento de plantear la separación como opción para el bienestar de ambos

3. El momento por el que la pareja atraviesa cuando se da la infidelidad es un factor fundamental también para reconducir la relación. Si la pareja, tras buscar los posibles problemas que pudieran existir, detectan y están de acuerdo, que la relación no se encontraba en el mejor momento, que existían carencias y aspectos a mejorar, existen más probabilidades de que la pareja supere la infidelidad y que además la relación salga fortalecida de ella

4. El paso definitivo para superar una infidelidad es el perdón. Pese a todo lo hablado, si la persona afectada no es capaz de superar la rabia y perdonar, la relación terminará por romperse. Aunque los tres factores anteriores dieran en positivo, si este último no se dá, el esfuerzo por parte de la persona infiel, no resultaría en poder continuar con la relación. La persona que se siente traicionada, debe ser capaz de cerrar capitulo y perdonar para siempre.

¿Qué nos sucede con una ruptura de pareja?

El dolor que genera una ruptura sentimental, es como un huracán de emociones que desordena nuestra vida y nos deja totalmente devastados. Al igual que las relaciones, las rupturas son diferentes, y dependiendo de cómo haya sido la relación, cómo se haya producido la ruptura, los motivos, etc, se vivirá de una manera u otra. Lo que está claro es que, dependiendo de cómo la gestionemos, así se producirá el proceso de recuperación.

¿Cómo nos afectan las rupturas amorosas?

Cuando experimentamos una ruptura, suceden cosas en nuestro cerebro y en nuestro cuerpo. Ambos reaccionan como si se estuviera produciendo una pérdida de un ser querido, un duelo. Por ello, al activarse las áreas del apego, sufrimos añoranza y sensación de vacío. Con la ruptura, nuestro sistema emocional se pone patas arriba y ello provoca un amplio abanico de emociones. Las más comunes son la tristeza, la rabia, la confusión y la sensación de pérdida.

Además, experimentamos niveles de estrés más elevados, lo que genera que no durmamos bien, perdamos el apetito, tengamos problemas de concentración, sintamos fatiga mental, cualquier cosa se nos hace un mundo. Otra sensación muy común es la confusión, ya que, no podemos entender o explicar aspectos de la ruptura. Nos sentimos además frustrados y con rabia hacia la otra persona.

Sin embargo, a pesar de esta avalancha de emociones y de la intensidad de las mismas, la resiliencia humana, hace posible una recuperación sana, de la que podemos salir reforzados. Los motivos concretos de por qué somos capaces de salir hacia adelante en momentos de crisis vital.

¿Cuáles son estos motivos?

  • Capacidad de adaptación de las personas: Es un mecanismo de supervivencia que nos permite aceptar las nuevas circunstancias y aprender a vivir en un nuevo entorno. Cuanto mayor sea nuestra flexibilidad, mejor será el proceso de mejoría. Por ello, en la medida que pasan las semanas y los meses, nuestras emociones son menos intensas y van dejando paso a otras más útiles, que nos permiten seguir hacia adelante.
  • Aspecto muy importante: el apoyo de los nuestros: En estos duros momentos, sentir la comprensión de personas queridas, es un amortiguador para nuestro dolor. Además, expresar nuestros sentimientos tienen un doble beneficio, por un lado nos alivia y por otro, escucharnos nos da una perspectiva distinta a cuando sólo lo pensamos. Relacionarnos, además disminuye la sensación de vacío y soledad, y nos ayuda a salir hacia adelante
  • El aprendizaje, salir de nuestra zona de seguridad: Cualquier experiencia de crisis, se puede convertir en una oportunidad que nos permita desarrollarnos como personas. Una vez vencemos el miedo, y la tristeza va disminuyendo, nuestra percepción de la realidad cambia, y nos permite analizar lo que fallo en la relación, y qué aspectos podemos mejorar para nuestro futuro.

Cabe decir que, el proceso de recuperación, no es fácil, y dependerá de cada persona. En cualquier caso, no es una mejoría lineal, se producen retrocesos, ante los que no hay que desesperar.

¿Qué ocurre si no somos capaces de aceptar la ruptura y superarla?

En algunos casos, las personas se quedan estancadas en alguna de las fases del duelo y no logran superar la ruptura. Evidentemente, esto genera consecuencias a nivel mental, físico, e incluso laboral, familiar y social. Por ello se puede derivar en:

  • Estados depresivos: Cuando la persona no es capaz de aceptar la nueva situación, se instala en la tristeza y no querer ver la oportunidad que se le presenta tras la ruptura. Por ello se centra más en el «¿por qué ocurrió la separación?», en lugar de centrarse simplemente en «qué ocurrió» y «qué se puede hacer» a partir de ahí para estar mejor. Por ello, no le interesa nada de lo que sucede, todo lo ve de color negro y pasa de la tristeza a la rabia, sin disfrutar de nada de lo hay a su alrededor. Cuando esto se perpetúa en el tiempo, deriva en una depresión, de la que para salir podría necesitar ayuda profesional.
  • Problemas de inseguridad y baja autoestimaEn casi todas las rupturas de pareja nuestra autoestima se ve afectada. La lectura que solemos hacer en una separación es la de no haber sido capaces de hacer que la relación funcionara. La persona lo vive como un fracaso absoluto, emocionalmente hablando. Se entra en un bucle de pensamientos que gira a la idea de no haber sido lo suficiente, no haber hecho esto o aquello, en definitiva de culpa, y esto deriva en inseguridad y falta de confianza en uno mismo. Si la relación ha sido duradera, se suma el miedo a volver a tener que encontrar pareja. Se tiende a pensar que ya no se encontrará a nadie que merezca la pena para compartir la vida. la consecuencia de pensar así, es una falta de confianza en uno mismo, que puede afectar a las relaciones con los demás.
  • Estados de ansiedad: Enfrentarse a una nueva situación, genera un cambio importante, frente a la estabilidad con la que se contaba en pareja. Aunque la relación fuera mal, uno sabía a lo que se atenía. Ahora, todo es incertidumbre, y esto genera estrés en la mayoría de las personas. La preocupación de cómo será tu vida a partir de ahora, puede provocar un miedo intenso, que de lugar a crisis de ansiedad.
  • Problemas en futuras relaciones: Si no gestionamos bien el proceso de pérdida, puede que arrastremos un lastre emocional a futuras relaciones. Por ello, es muy importante curarse, antes de iniciar algo de nuevo. Para que una nueva relación funcione, hay que asegurarse que vamos vacíos de equipaje. El peso de lo que haya vivido en un pasado, tiene que quedarse atrás. Lo que pasó, pasó. Nuestros miedos e inseguridades pueden estropear una buena relación.

Decálogo para afrontar una ruptura de pareja

Decálogo para afrontar una ruptura de pareja

Cuando nos separamos de alguien que ha sido importante para nosotros, independientemente del amor que quede, de los motivos de la ruptura, de quién haya decidido poner fin a la relación, y de muchas variables más, siempre es un momento complicado, no fácil de afrontar. Tanto cuando nos toca vivirlo en primera persona, como cuando es un ser querido quien lo está pasando, necesitamos conocer, la mejor manera de afrontar estos duros momentos, para que la recuperación sea saludable y no nos genere otras consecuencias a largo plazo.

Por ello, de modo muy resumido, y sencillo, te dejo por aquí, 10 recomendaciones que te pueden ayudar a saber, cómo gestionar una separación.

1. Date tiempo.

La famosa frase de «el tiempo lo cura todo», no es del todo cierta, pero lo que si que es verdad, es que necesitamos tiempo, para poder poner en marcha acciones que nos permitan sentirnos mejor. Así que, en este caso, el tiempo, no es suficiente, pero sí es necesario, para recuperarte de una separación. El proceso de mejoría se va a ir produciendo poco a poco, no estarás bien de un día para otro. Además, la recuperación tienen altibajos, no es un proceso de mejoría que va siempre en ascenso. Darás tres pasos hacia adelante y una hacia atrás. Por ello, no desesperes, ya que la intensidad del dolor irá disminuyendo, empezarás a tener más momentos buenos cada vez, y la sensación de falta de control irá disminuyendo para dar paso a un aumento de tu confianza. Por otro lado, es muy importante que tengas en cuenta que cada persona tienen su ritmo, y que evidentemente, no todas las rupturas son iguales. Así que respeta tu ritmo y no te culpes por no estar mejor.

2 . Muy importante. Establece límites de contacto o contacto cero.

Si es posible, al principio, es recomendable establecer cero contacto con tu expareja. Esto te facilitará el proceso de recuperación. Aunque tu inercia te lleve a querer hablar una vez más, a necesitar decirle otra vez lo que sientes, a volver a pedir una última explicación, oblígate a no llamarle. Por otro lado, a la inversa, tendría que suceder lo mismo. Sé fuerte y no contestes a sus llamadas. Si previamente le has pedido que respete ese límite, no te sientas culpable por ello. Si es imposible el contacto cero, porque haya niños, u otras circunstancias que lo impidan, reducir el contacto a lo estrictamente necesario, y hablar sólo de los temas que realmente haya que tratar. El contacto con la expareja, sólo remueve emociones y enlentece la mejoría.

3 . Permítete sentirte como te sientes.

Cuando experimentas la pérdida, la consecuencia directa es sentir una avalancha de emociones. Aunque querrías sentirte de otra manera y controlar tus emociones, te resulta muy complicado. Por ello, en estos momentos, te tienes que permitir sentirte así, simplemente como te sientas. Si te apetece llorar, llora, si sientes ira, enfádate, si sólo nace pena en ti, déjala salir. Si tratas de bloquear estas emociones, sólo alargarás el proceso de recuperación. Ahora bien, permitir que tus emociones estén ahí sin sentirte culpable por ello, no significa que te recrees en ellas. Siéntelas y dales salida, pero no las refuerces pensando de modo circular en lo que te pone triste, ni refuerces la rabia. Esto tampoco te ayudará.

4 . Rodéate de personas queridas. Busca su apoyo.

Hablar con personas de confianza te ayudará a sentir cierto alivio. Notar la comprensión de los tuyos, hará que sientas una mayor seguridad. Por otro lado, cuando nos escuchamos al expresar en voz alta lo que sentimos, también nos ayuda a nosotros mismos a percibir la situación desde fuera y nos proporciona una mayor claridad mental. Para gestionar bien tus emociones, es necesario que las puedas enfriar un poco, y la ayuda de amigos y familiares será fundamental. Si sientes que no puedes contar con nadie en ese momento, siempre puedes acudir a un profesional, que te ayudará, sin duda, a superar estos difíciles momentos.

5. Cuídate.

Cuidarse en estos momentos, será vital para poder afrontar la ruptura. Ponte la primera de la lista en tus prioridades. Cuídate por dentro y por fuera. Pon atención a una buena alimentación, haz ejercicio físico, si no te gusta el deporte, sal a dar largos paseos, y sobre todo, descansa y pasa tiempo contigo mismo. En estos momentos, mímate. El cuidado y amabilidad que usarías para un ser querido, dedícatela a ti mismo. La compasión hacia ti, en estos momentos del proceso, es otra llave a la mejoría.

6. Desde la calma, permítete pensar sobre la relación.

Eso de que «las prisas no son buenas», en este proceso cobra realidad. Necesitas tiempo para pensar en la relación que has vivido, qué aprendizaje puedes hacer de lo que ocurrió, lo que te ha a portado la experiencia de pareja, y lo que te has permitido perder. Viene muy bien hacer un ejercicio de agradecimiento y perdón, es decir, pensar acerca de todo aquello que te tienes que agradecer con respecto a la relación y todo aquello de lo que te tienes que perdonar. Pon el foco en ti. Tu lectura acerca de la relación será totalmente distinta, si la enfocas desde el punto de vista del amor, es decir, piensas en lo que puedes recoger del tiempo invertido, o desde el miedo, que sólo te llevará a tener la sensación de haber perdido el tiempo. Si la relación no ha funcionado, el análisis para futuras relaciones te ayudará a identificar tus necesidades reales y qué esperas de lo que ocurra en un futuro. Tómate esta experiencia para crecer, para liberarte de lastres y abrir la puerta a nuevas experiencias. No permitas que el miedo te paralice.

7. Mantén la motivación alta. Márcate objetivos.

Siguiendo la línea de lo anterior, céntrate en marcarte objetivos personales en tu nueva vida, enfócate en esa persona que te gustaría ser, en la vida que te gustaría tener. Es una oportunidad para centrarte en tu desarrollo personal, profesional, social…Fija metas a corto plazo, medio y largo plazo. Con metas, no hablamos de grandes cosas, simplemente incorporar a tu vida hábitos que te hagan sentir bien, comenzar a practicar actividades que te aportarán conocimiento, o disfrute, o relaciones. Aunque al principio cuesta un esfuerzo muy grande, continúa haciéndolo. Te sorprenderá lo rápido que tu mente se adapta al cambio.

8. Agradece cada día.

Mira la vida desde el agradecimiento. Si nos centramos en lo que no tenemos, en lo que nos falta, en la comparación con el otro, sólo conseguiremos un enfoque de escasez en nuestra vida, y nuestras emociones se tornarán en tristeza, frustración y rabia. Si por el contrario, te enfocas en una visión de partir de todo lo que tienes, y en las posibilidades de mejorar, la perspectiva cambia. No se trata de mirar un mundo de color rosa. Se trata de ser realista y poner en una balanza lo que tenemos. Pensar en lo que ha ocurrido como una oportunidad, no como en un fracaso. Agradece cada día, como antídoto a las emociones negativas

9. Atrévete a experimentar cosas nuevas.

Aunque en estos duros momentos no te apetezca hacer nada, el aprender habilidades nuevas mejorará tu autoestima. No te dejes llevar por la creencia que la motivación va antes de la acción. «Cuando me apetezca lo haré». Es un gran error. Si queremos crear motivación, tenemos que tener acción. Aunque no me apetezca ir a jugar al padel, por ejemplo, iré a jugar, porque esto provocará que me apetezca.

10. Si lo necesitas, busca ayuda profesional.

Llegados a este punto, si crees que solo/a te resulta muy difícil gestionar tus emociones, y no puedes afrontar tu día a día con efectividad, busca ayuda profesional. Es una opción que está ahí para ayudarte, para guiarte por el camino de la recuperación sana.

Parejas Felices. Terapia de pareja

Parejas Felices. Terapia de pareja

Para que una pareja sea feliz a lo largo del tiempo, es necesario sumar diferentes ingredientes al amor. Al principio, cuando una pareja comienza, parece que el amor es suficiente para respirar felicidad. Sin embargo, cuando ésta permanece a lo largo del tiempo y supera la etapa de enamoramiento, necesita generar hábitos saludables para continuar en ese estado de felicidad. Esos hábitos, son el escudo ante las dificultades del día a día, y la falta de esa bioquímica que sentíamos en la primera etapa del amor. Voy a pasar a describir, 15 hábitos o gestos , como quieras llamarlos, que tienen en común las parejas felices, donde abunda la complicidad, la confianza, la lealtad, el compromiso y la conexión.

Hábito I de parejas felices: Decir te quiero

Las demostraciones de afecto a diario, son un hábito existente en todas las parejas felices. Decir «Te quiero», besarse en la boca, dar un abrazo, un achuchón, generan cercanía y felicidad. Es algo de lo más simple que, cuando se tiene por costumbre, no se le da importancia, pero que cuando falta, se hecha mucho de menos. Así que, si en tu caso, no tenéis este hábito, comienza dando un beso para saludar y despedirte de tu pareja, y de ese modo, habrás dado el primer paso a la felicidad.

Hábito II de parejas felices: salir solos.

Las parejas felices siguen manteniendo costumbres del principio de la relación. Siguen teniendo citas, es decir, siguen saliendo solos en pareja,  para disfrutar de un día especial o una agradable cena, de una noche de salir a bailar, de ir al cine. Además, se lo toman como una cita en toda regla, se ponen guapos para el otro, y se organiza el plan como un momento especial en la semana. Siguen manteniendo conversaciones de lo que les motiva, de planes de pareja, de inquietudes. en definitiva, siguen cortejando al otro.

Hábito III de parejas felices: se saltan la rutina

De todos es sabido que, la rutina acaba con la motivación. Si no hay factor sorpresa, la ilusión termina por decaer. Está claro que en el día a día hay una rutina implícita, que en la mayoría de ocasiones, es muy difícil de alterar. Pero no estamos hablando de cambiar la rutina con grandes planes o sorpresas. Simplemente, con improvisar algo diferente para cenar, una llamada de teléfono que el otro no espera, un gesto de interés por el otro, una copa de vino, un paseo…,pueden ser suficientes.

Hábito IV de parejas felices: mantener la intimidad

La pasión del principio, las mariposas en el estómago, el querer estar cada minuto con la persona amada, no dejar de pensar en ella, besarse continuamente y hacer el amor, no duran siempre. Pero las parejas felices se esfuerzan por mantener su intimidad. Generan situaciones que dan pie a sentir deseo por el otro. Aunque los fuegos artificiales del principio desaparecen, el amor, el sexo y la pasión pueden permanecer.

Hábito V de parejas felices: olvidan el teléfono cuando están juntos

Se ha convertido en habitual estar con alguien, en esto incluyo a la pareja, y estar mirando el teléfono móvil. Es muy desagradable sentir que la persona con la que estás le presta más atención a redes sociales, email, o cualquier página de noticias que a ti, cuando se supone que es un rato para compartir algo juntos. Las parejas felices, desconectan cuando se dedican tiempo. La desconexión digital es un hábito muy saludable para la pareja. Practícalo.

Hábito VI de parejas felices: mantienen intereses comunes

En una pareja feliz, es muy importante, a parte de compartir filosofía de vida, tener aficiones en común. Es mucho más fácil, cuando a los dos gusta lo mismo. No significa que haya que compartirlo tod, pero si algo.TEs mejor ir al cine con alguien que le gustan el mismo tipo de peliculas, o si a los dos les gusta practicar tenis, por ejemplo.

Hábito VII de parejas felices: disfrutan de estar juntos

Una pareja feliz es aquella que se lo pasan bien juntos, disfrutan la compañía del otro. Además de pareja son amigos. Que te guste hablar con tu pareja, estar con ella en cualquier lugar y momento, que nunca te sobre, es síntoma de amor. Y cuando después de un mal día, lo que más te apetece es ver a tu pareja, estáis compartiendo algo realmente bueno.

Hábito VIII de parejas felices: piel con piel

Las parejas felices se tocan mucho el uno al otro. Con esto no nos estamos refiriendo sólo a relaciones sexuales. Nos referimos a pequeños gestos del día a día, que generan cercanía y complicidad en la pareja, como darse la mano, o un beso, o sentarse uno al lado del otro, darse pequeños masajes…

Hábito IX de las parejas felices: se van a dormir a la misma hora

Como casi todo cuando una relación comienza, irse juntos a la cama es algo apetecible. Uno está deseando que llegue ese momento, en el que te pones en posición de cucharita y abrazas al otro. Necesitas sentirle a tu lado para poder dormirte tranquilo. Sin embargo, con el paso del tiempo, la costumbre puede ir perdiéndose, y con ella la intimidad y cercanía que genera. Las parejas felices, intentan, cada vez que pueden, irse juntos a la cama.

Hábito X de parejas felices: no se critican

Las parejas felices se respetan y aceptan al otro tal cual es. Está claro que nadie es perfecto y que no es saludable idealizar al otro, pero en las parejas felices se intenta destacar las habilidades de la otra persona, se potencia lo positivo, se anima a mejorar, lejos de criticarse, hacerse reproches o violentar delante de otras personas. Si algo no gusta se habla, pero no se usa para fastidiar al otro.

Hábito XI de parejas felices: mantienen su independencia.

En las parejas felices, se tienen muy presente lo importante que es conservar una parcela de intimidad, en donde uno puede seguir disfrutando de tiempo sólo, para practicar sus aficiones, ver amigos, familia, o hacer lo que le apetezca. Tener pareja no implica dejar atrás todo lo que había en tu vida. Si queremos que la pareja funcione, es muy importante sentirnos plenos en esa independencia, para poder disfrutar al máximo del tiempo juntos

Hábito XII de parejas felices: la comunicación es un pilar

Hablar no es lo mismo que comunicar, y eso, lo saben muy bien las personas que forman parte de una pareja feliz. En las parejas felices existe una comunicación frecuente, donde hay una escucha activa y no se juega al adivino, es decir, no se da por hecho que el otro debería de saber las cosas, cuando se tiene una necesidad, simplemente se dice. La comunicación es asertiva. Además, las parejas felices, buscan un momento en el día donde poder contarse cómo les ha ido , cómo se sienten y a la vez, se interesan por el otro.

Hábito XIII de parejas felices: confianza absolutamente en el otro

En las parejas felices existe una confianza plena en el otro. No entienden los celos, las mentiras, o la falta de honestidad en la relación. La confianza, permite vivir la relación y el amor desde la tranquilidad, no dejando paso al miedo y las inseguridades.

Hábito XIV de parejas felices: se admiran

La admiración por el otro, es algo necesario para que se produzca el enamoramiento. El otro, tiene que tener algo, que despierte admiración, para que la chispa continúe. En las parejas felices se esta orgulloso del otro, por su personalidad, por sus logros. Es una bendición, poder compartir la todo lo bueno que le pase a la pareja, crecer juntos.

Hábito XV de parejas felices: forman un equipo, se complementan.

Las parejas que funcionan, lo hacen de forma muy parecida a un equipo. Cada uno aporta a la relación lo que se le da mejor, lo que complementa al otro, sin pretender que su pareja haga lo mismo. Por ello funciona, porque cada uno contribuye a la pareja de un modo distinto, y entre los dos suman. Se conocen bien y saben de sus diferencias, pero las respetan.

Etapas de una Relación Tóxica

Etapas de una Relación Tóxica

Aunque identificar una relación tóxica desde fuera, nos pueda resultar muy fácil, cuando alguien comienza una relación, nunca piensa que será perjudicial para su salud. La relación suele empezar de modo muy positivo, y por ello, las personas deciden continuar en ellas. No creo que exista nadie que, sabiendo que la relación no evolucionará de modo sano para uno, decida continuar para averiguar qué sucederá.

Sobretodo, al principio de las relaciones, las personas nos dejamos llevar por ideas que nos muestran la realidad que nos gustaría, e incluso cuando sucede algo, que contradice o no cuadra con esas ideas, lo justificamos, lo desechamos o lo ignoramos simplemente. Hay que tener en cuenta, por otro lado que sea una relación de pareja o no, en el inicio, la mayoría de nosotros nos mostramos con una actitud prudente, tratamos de agradar al otro y de ocultar lo que sabemos que no gustará.

En las relaciones sentimentales, la fase de enamoramiento, lleva implícitas una serie cambios en nuestra bioquímica, que también producen cambios en nuestra manera de pensar y sentir, y esto nos hace más difícil todavía identificar, cuando una persona será tóxica para nosotros.

En relación a todo lo que estamos contando, se suceden las diferentes etapas de una Relación Tóxica.

⦁ Primera Etapa: Idealización

La fase de Idealización coincide con la fase de enamoramiento. Como acabamos de describir, en este momento, nuestro cerebro trata de percibir la realidad que nos gustaría. La falta de conocimiento del otro, justifica muchos de sus comportamientos, y nuestra mente se encarga de que sólo nos fijemos en lo que corrobora nuestra idea de pareja ideal, y desechemos o no le demos importancia a lo que pueda no encajar en la imagen de nuestro amor deseado. Además, de los cambios bioquímicos que se producen en nuestro cerebro, la influencia de la cultura, e ideas de amor romántico que nos hayan transmitido en nuestra educación o presentes en la cultura, también son de vital importancia para tolerar ciertos comportamientos y actitudes que desde fuera verías claramente como incorrectos, y no defenderías. .

⦁ Segunda Etapa: Devaluación

Una vez pasada la etapa de idealización/enamoramiento, ya estás implicado/a en la relación absolutamente. La percepción incondicionalmente positiva a desaparecido y deja paso a la conciencia de lo insana de tu relación. La relación ha avanzado y te has metido de lleno. La situación pasa de ser de color de rosa a ser a un tono gris, donde nunca se sabe cuándo vendrá la crítica, el conflicto o el reproche. En este punto se pueden dar básicamente dos caminos, que ambos miembros de la pareja opten por la misma actitud tóxica, o que uno de los dos, trate de evitar el conflicto y se someta al otro, con la esperanza de hacerle cambiar. Sin embargo, esto no ocurre y la autoestima se va deteriorando cada vez más, acentuándose los papeles de persona dominante y persona dominada.

⦁ Tercera Etapa: Explosión 

Pasado un tiempo, pueden ser meses, años, queda claro que el amor no es suficiente para que una relación funcione. Las dinámicas tóxicas son una constante y la relación cobra esa identidad. En la mayoría de los casos, los miembros de la pareja tienen normalizados sus hábitos tóxicos y creen que no es para tanto. En este momento, el miedo y la inseguridad han aumentado, y se siente una incapacidad enorme de cortar la relación. Si ambos optaron por la hostilidad, los dos estarán metidos en el mismo bucle de control sobre el otro. Pero si se produjo el patrón más frecuente, donde la relación está desequilibrada y uno de los dos está claramente manipulado por el otro, puede que haya empezado a pensar que su relación no es sana ni tiene por qué aguantar ciertas cosas.

⦁ Cuarta Etapa: Reconciliación y vuelta a empezar

Una vez que la relación llega a este punto, puede que empiecen a aforar emociones como la culpa, arrepentimiento, y haya un ligero cambio de actitud para provocar un acercamiento al otro y una reconciliación. Muchas parejas en lugar de reconocer que tienen una relación tóxica, creen que tienen crisis de pareja, y todos los comportamientos están justificados en ese encuadre de crisis. Independientemente de cómo la pareja quiera llamar a su situación, lo ideal es que, cuando surgen estos sentimientos, se pida ayuda profesional, para poder reconducir la relación por un camino más sano. Si no es así, la probabilidad de volver a iniciar el bucle tóxico, es muy alta.

En algunas ocasiones, es el momento en que uno de los dos, decide poner punto y final a la relación. Momento en el que también es recomendable pedir ayuda profesional, ya que aunque la decisión uno la toma con seguridad, el momento de vulnerabilidad aparece tarde o temprano y hay riesgo de volver a la relación. Otro de los motivos por los que también es positivo pedir ayuda profesional, es para asegurarnos no volver a repetir esos patrones disfuncionales en futuras relaciones.

¿Cómo saber si una relación es Tóxica?

¿Cómo saber si una relación es Tóxica?

Ante la pregunta de cómo saber si nos encontramos en una relación tóxica o no, vamos a partir de relaciones donde un miembro de la pareja o los dos, no se sienten bien dentro de dicha relación. Las características de una relación tóxica son variadas, pero siempre se da en ellas la actitud de control y la falta de respeto al otro. Estas actitudes pueden darse de una de las partes al otro, generándose una relación de miedo y dependencia emocional hacia la pareja,  o mutuamente entre ambos. Por ello, la falta de autoestima o inseguridad en uno mismo, está directamente relacionada con el desequilibrio en las relaciones

Podremos saber si una relación es tóxica o no, si se dan las siguientes características:

  • Se puede confundir la idea de amor, con otra cosa, llamémosle dependencia, amor incondicional, servicial…. En esta idea equivocada del amor, una o ambas partes de la pareja, en honor a «ESE AMOR», comienza a dedicar su vida y su persona a la relación de pareja, abandonando relaciones sociales, familiares, aficiones, con el objetivo de que todo su tiempo disponible sea para el otro. Esto que, comienza siendo un acto de amor, termina siendo un arma de doble filo, porque si se da sólo por parte de uno de los miembros de la pareja, puede hacer sentir agobiado al otro, y él/ella mismo, puede dejar de resultar interesante y atractiv@ para el otro. Se puede entrar en un bucle, en el que cuanto más rechazado se siente la parte dependiente, más se intensifique su miedo y celos y más tóxica sea la relación.
  • El término de posesión, es otro incluido en la definición de relación tóxica. A priori, los conceptos de «Amor» y «Posesión» son antagónicos. Ya que el amor hacia alguien, es sinónimo de respeto y libertad. Por tanto, nos tendríamos que cuestionar, si cuando sentimos la necesidad de controlar al otro, hay más presencia de amor o de miedo. Por eso, cuanto más miedo hay en la pareja, más necesidad de control sentimos y es cuando aparecen los celos, la necesidad de saber todo del otro, qué hace, dónde está con quién se relaciona.
  • Otro de los aspectos que te pueden ayudar a identificar si una relación es tóxica, es cuando uno de los miembros de la pareja, en lugar de aceptar al otro, de modo sutil, intenta cambiarle en modos de vestir, actuar, gustos, intereses…, pero siempre bajo el mensaje que es por el bien del otro.
  • Además, la comunicación no es efectiva, no hay una vía de comunicación basada en la confianza y el apoyo, por ello se siente que no se puede hablar con la otra persona.

Cuando hablamos de relaciones tóxicas, la tendencia es pensar que la persona tóxica es el otro, pero quizás, un buen ejercicio de reflexión para empezar a analizar tu relación, sea cuestionarte si la persona tóxica eres tú.

¿Qué señales te pueden ayudar a identificar si tú eres una persona tóxica para tu relación de pareja?

La relación gira en torno a ti, cubrir tus necesidades es lo más importante.

Siempre tienes razón y quieres quedar por encima en cualquier discusión.

Justificas no dejar libertad y espacio a la otra persona. Pones excusas o buscas cómo tenerla disponible siempre para ti.

Aunque sabes que la relación no va bien, decides continuar en ella.

Te sienta mal cuando las cosas no se hacen como tu piensas. Mantienes una actitud de enfado encubierto.

Tienes una habilidad manipuladora evidente, que te permite tergiversar las situaciones para ser tu la víctima y el otro se sienta culpable.

Por otro lado, en las relaciones tóxicas suelen darse frases como las que se describen a continuación que te pueden servir de pistas para identificar si tu relación es sana o no.

Son frecuentes:

Comparaciones: «Podrías ser como tu hermana…», «Ojalá fueras como…» 

Absolutismos: «Jamás me defiendes», «Nunca eres cariñosa», «Siempre me haces sentir mal».

Reproches: Sacar cosas del pasado que no vienen a cuento en ese momento.

Recriminaciones: » Mira quien habla, el que lo hace todo el tiempo», «Pues tú una vez hiciste lo mismo».

Chantaje emocional: «Si me conocieras lo sabrías..», » Si me quisieras lo harías» .

Amenazas: «Si no te gusta ya sabes», «Ahí tienes la puerta», » Tú sigue así que un día de estos me voy…»

¿Cómo afecta la autoestima a la relación de pareja?

¿Cómo afecta la autoestima a la relación de pareja?

La autoestima afecta nuestra relación de pareja sin duda alguna. Cuando alguien tiene una baja autoestima, puede tener como consecuencia comportamientos que afecten negativamente a la pareja, pero a la vez, esta influencia puede darse en sentido contrario, es decir, que determinados comportamientos en la pareja, pueden minar la autoestima de sus miembros. Más adelante, pondré algunos ejemplos de cómo influye la autoestima en la pareja, así, resultará más fácil entender esto que digo.

Las personas con una buena autoestima se aceptan tal y como son, tienen una percepción realista de sí mismo, y por tanto se quieren tal cual son. No necesitan la aprobación de los demás para sentirse bien, tienen confianza en sí mismos, y esa seguridad les permite querer a los demás sin inseguridades. Por ello, cuando mantienen una relación sentimental, no muestran sentimientos de culpa injustificados, expresan sus deseos y necesidades, muestran un comportamiento de confianza hacia el otro y no ejercen conductas de control ni miedo a que les puedan abandonar.

Dicho esto ¿Cómo puede afectar una baja autoestima a tu relación de pareja?

Las personas con baja autoestima, en pareja:

Habitualmente sienten celos. El motivo de esto es la inseguridad que sienten en ellas mismas. Creen, que no son lo suficientemente buenas para ser amadas y que cualquiera sería mejor candidata para ocupar su lugar. Aunque su pareja no tenga comportamientos que la lleven a pensar eso, e incluso la anime y realce sus virtudes, no será suficiente para aliviar su miedo a ser abandonada. Por ello, tratará de controlar a su pareja y esto conducirá a conflictos entre ellos.

Como consecuencia, se sienten culpables continuamente, sienten la necesidad de pedir perdón, por un lado para compensar su actitud insegura, y por otro, porque debido a sus inseguridades, se sienten responsables de lo que ocurre en su entorno, sobre todo, de las emociones de los demás.

Necesitan agradar a todo el mundo, por lo que les resulta muy difícil decir que no. Evitan de este modo el conflicto, un mal pensamiento por parte de la otra persona, sentirse culpables, y se aseguran, que la otra persona estará contenta con ellas. Esta actitud nada asertiva, se convierte en un problema para la relación a largo plazo, ya que se va acumulando rabia hacia el otro. La persona insegura, antepone las necesidades de su pareja a las suyas propias y esto provoca que sus deseos y lo que a ella le gusta hacer nunca ocurra. Convierte la relación en un continuo ceder a favor del otro.

Necesitan una confirmación continua del amor del otro. Preguntan una y otra vez si se las quiere. Pone a la otra persona a prueba con demandas desproporcionadas, que acaban normalmente en discusión, provocando el resultado contrario al que busca.

La vida sexual se ve afectada. Los motivos son varios. La inseguridad con respecto a su cuerpo, hará que no se sienta cómoda desnudándose ante su pareja. Además las continuas discusiones generan distancia y enfrían la pasión.

Por último, la comunicación se ve muy resentida, el miedo le hace filtrar la información que le llega del otro, de modo distorsionado, con lo que no le da valor a las muestras de cariño y cosas bonitas que recibe de la otra persona, pero magnifica y generaliza una crítica o comentario constructivo. Por ello, la pareja prefiere callar, por miedo a la reacción del otro. Esto también genera distancia, que es interpretada por la persona insegura como falta de interés y cambio de sentimientos de su pareja. Lo que provoca celos y vuelta a empezar.

Si crees que tu autoestima no pasa por su mejor momento y que puede estar afectando a tu relación de pareja, puedes leer otras publicaciones en nuestra web que te pueden ayudar a mejorar el concepto que tienes de ti

Celos en la relación de pareja

Celos en la relación de pareja

Los celos en la relación de pareja, son una reacción emocional que produce normalmente sentimientos de miedo, inseguridad, desconfianza en ocasiones. Es habitual, sentir celos en algún momento, a lo largo de nuestra vida. En la relación de pareja, también es habitual que se den, pero habría que diferenciar entre los celos adaptativos y los celos patológicos o celotipia.

Los primeros, los celos adaptativos, están presentes en la relación de pareja en mayor o menor medida. Están relacionados con el sentimiento de apego a la otra persona y el miedo a perderla. En cuanto a sus consecuencias, son inofensivos, ya que no generan una distorsión en la percepción que la persona tiene acerca de su pareja, de sus relaciones ni de su entorno.

La celotipia o celos patológicos, si tienen consecuencias emocionales tanto para la persona que los padece como para la relación de pareja. Se manifiestan como  preocupaciones desproporcionadas, irreales y reiteradas sobre la fidelidad y lealtad de la pareja. Como consecuencia, la persona necesita ejercer conductas de control sobre el otro, debido a la ansiedad y estado de hipervigilancia que experimenta continuamente, pensando que así, aliviará el malestar que siente. Además, esas conductas de control, le sirven como modo de confirmar que su pareja no le es infiel, con lo que entra en un bucle de control y confirmación del que le es muy complicado salir.

Las causas de la celotipia en la mayoría de los casos, están relacionadas con inseguridad y baja autoestima. Esto les genera tener el pensamiento, de que quizá no sean lo suficientemente buenos para sus parejas, y por lo tanto terminarán abandonándoles. En ocasiones, la persona que sufre celotípia, ni siquiera es consciente de esto en primera instancia, ya que están convencidos de que su pareja tiene comportamientos sospechosos y necesitan averiguar si su pareja le está siendo desleal o no.

El origen de estas creencias de falta de valía puede ser diverso. Puede que la causa de su baja autoestima esté localizada en sus primeros años de vida, pues no sintió que recibía el afecto y aprobación suficiente. Otra de las posibles causas, pueden ser experiencias pasadas traumáticas, que no tengan que ver con relaciones de pareja, pero donde la persona haya podido sentir la deslealtad por parte de otros. O lo más habitual, que hayas tenido experiencias de infidelidad pasadas y crea que es bastante probable que le pueda volver a suceder.

La celotípia, también puede tener su origen en las propia personalidad, como es el caso de personas que no toleran la incertidumbre y tienden a aliviar su ansiedad con conductas de control, o personas que necesitan un control elevado de su entorno, o personas con miedo al qué dirán, a las consecuencias sociales de la deslealtad.

Menos frecuente, pero que en ocasiones, está en el origen de los celos patológicos, son las creencias mágicas acerca de lo que es el amor y las relaciones de pareja

La consecuencia más evidente de este tipo de celos en la relación de pareja, es la dinámica de acercamiento de la pareja y de distancia y alejamiento. Normalmente, el control que se quiere ejercer sobre el otro, genera distancia de la persona que lo padece para poder asegurarse su independencia. Esto es interpretado por la persona que sufre celos como posible señal de infidelidad, con lo que ejercerá más control y terminará derrumbándose. De éste modo consigue que la pareja se acerque para tranquilizarle y asegurarle su amor y vuelta a empezar.

La persona con celotipia suele mostrar síntomas de ansiedad y de control de impulsos, sin embargo la pareja se siente muy frustrada y experimenta un miedo constante a las reacciones de su pareja, con lo que su vida se ve condicionada y limitada por completo. Esta relación disfuncional, provoca una relación insana de pareja que puede acabar en ruptura.