Beneficios de una buena autoestima

Beneficios de una buena autoestima

Sentirse bien con uno mismo es algo que parece muy simple, a la vez que en la mayoría de los casos resulta muy complicado conseguirlo, pero que tienen un impacto enorme en nuestra vida y en nuestro bienestar en general. Todos somos conscientes que, una buena autoestima nos hará sentir mejor, pero de lo que no tenemos tanta claridad es, la forma tan directa en la que, influye en nuestro día a día, nuestro resultados y en consecuencia en nuestra felicidad. Por ello, es tan importante que tengamos en cuenta que, la mejor inversión de tiempo y energía que podemos hacer, es en nosotros mismos, en aceptarnos como somos y en mejorar todo aquello que nos haga sentir mas agusto con nuestra identidad. La autoestima sana tiene como hemos dicho, muchos beneficios para nuestra salud emocional.

Entre otros:

  1. Ayuda a que tengamos mayor autoconfianza y seguridad personal. Va a fortalecer la confianza en nuestras capacidades. El tomar conciencia de esto, nos permitirá enfrentar desafíos y tomar decisiones con mayor determinación, reduciendo el miedo al fracaso.
  2. Mayor resiliencia emocional: Una autoestima sólida nos ayuda a superar dificultades y fracasos, viéndolos como oportunidades para aprender y crecer en lugar de verlo como ataques personales o señas de mala suerte. Esto favorece una mayor estabilidad emocional y menor vulnerabilidad a las emociones negativas extremas de rabia o victimismo.
  3. Tus relaciones sociales serán más saludables ya que, serán más equilibradas y asertivas. Nos comunicaremos mejor, expresaremos nuestras necesidades y límites, y seremos menos propensos a sentirnos rechazados o inseguros en interacciones sociales.
  4. La autoestima positiva favorece la aceptación de uno mismo, incluyendo las propias fortalezas y debilidades. Esto hace que la forma en la que te hables sea más amable y reduzcas la autocríatica siendo tu voz interior más compasiva y constructiva.
  5. Tu motivación también se verá beneficiada por una buena autoestima. Con una autoimagen positiva, tus ganas de plantearte objetivos y de perseverar ante obstáculos aumentará , lo que aumentará la probabilidad de que obtengas mayores logros y satisfacción personal.

¿Qué impacto tiene todo esto en tu vida diaria? De forma más concreta, la buena autoestima se verá reflejada:

  • En el proceso de toma de decisiones: Una buena autoestima facilita decisiones autónomas y coherentes con nuestros valores, evitando la dependencia excesiva de la opinión de los demás.
  • En el manejo del estrés: Nos permite gestionar mejor las situaciones estresantes, manteniendo una actitud más equilibrada y menos reactiva e impulsiva al entorno.
  • En la prevención de problemas psicológicos: Reduce la vulnerabilidad a trastornos como la depresión, la ansiedad y los trastornos de la alimentación, que a menudo están relacionados con una pobre autoimagen.
  • En genereal en tu calidad de vida: Promueve un estilo de vida más saludable, con mayor satisfacción y bienestar general.

Y…¿Cómo puede prevenir la ansiedad?

La ansiedad suele estar vinculada a pensamientos automáticos negativos, inseguridad y miedo al juicio de los demás o al fracaso. Una buena autoestima actúa como un factor protector de varias maneras:

  • Reduce de pensamientos autocríticos y catastrofistas: La autovaloración positiva ayuda a cuestionar lo que pasa por nuestra mente y disminuir los pensamientos distorsionados que alimentan la ansiedad.
  • Aumenta aceptación de incertidumbre: Cuando nos sentimos seguros de nosotros mismos, somos más capaces de aceptar que no todo depende de nosotros y que por tanto, no lo podemos controlar, con lo aceptamos la realidad tal cual es, disminuyendo la ansiedad ante la incertidumbre.
  • La autoestima fomenta habilidades sociales saludables, lo que reduce la ansiedad relacionada con las interacciones sociales o el miedo al rechazo. Además, las personas con buena autoestima suelen ser más asertivas, es decir, se atreven a expresar su opinión, decir que no, sin culpa y poner límites.
  • Respuesta emocional es más adaptativa: La autoconfianza favorece un manejo más efectivo de las emociones, permitiendo responder a los estímulos estresantes de forma más calmada y racional.

En conclusión, cultivar y mantener una buena autoestima no solo mejora nuestra calidad de vida y bienestar emocional, sino que también nos capacita para afrontar los desafíos con mayor resiliencia, prevenir trastornos relacionados con la ansiedad y mantener un equilibrio emocional saludable en el día a día. Es una inversión clave en la salud mental integral.

Ansiedad ante una prueba. Cómo manejarla

Ansiedad ante una prueba. Cómo manejarla

La ansiedad ante una prueba es un problema bastante común. Para las mayorías de las personas es algo circunstancial, que les provoca malestar en el momento, pero que una vez superada la situación, no genera más consecuencias en su vida. Sin embargo, para otras, la ansiedad es tan elevada, que condiciona, decisiones que han de tomar en ese momento, provocando un fuerte impacto en su vida. La ansiedad ante una prueba, por escrito, pero algo muy común es el miedo a la exposición oral. Bastantes personas, acuden a consulta, por el pánico que les genera el tener que exponer algo en público y necesitar ayuda para gestionar esa ansiedad, ya que de lo contrario, podrían no terminar sus estudios universitarios, podrían no conseguir un trabajo o un ascenso o perder el que ya tienen. Renunciar a hacer lo que te gusta, por sentir ansiedad ante una prueba, sea escrita u oral, es un precio muy alto, que no tienes por qué pagar.  La ansiedad se puede controlar con una combinación de preparación para la prueba, gestión emocional y técnicas de relajación. Aquí te detallo un método, que bien usado, puede ayudarte a mejorar tu rendimiento y reducir el estrés.


1. Preparación adecuada: Técnicas de estudio/retención eficaces

  • Un buen plan de preparación te ayudará a sentirte más seguro y disminuirá la ansiedad. Se pueden usar muchas técnicas , algunas de más efectivas te las describo a continuación:
  • Para un buen rendimiento, necesitamos que planifiques y organices el material del que te tienes que examinar o exponer. Para ello te será de mucha utilidad si:
  • Aprovechas tu curva de rendimiento: Las personas tenemos diferente rendimiento según el momento del día. Hay personas que rinden mejor por la mañana, otras por la tarde y otras son totalmente nocturnas. Es muy importante tener en cuenta esto, ya que si te preparas el material, en el momento en el que te encentras más despejado, te resultará más efectivo, lo harás antes y lo retendrás mejor.
  • Por otro lado, dentro de ese momento de rendimiento, tenemos una curva de aprendizaje. Es decir, hay personas, que nada más sentarse a estudiar algo, se concentran al cien por cien y conforme va avanzando el tiempo, la concentración va decayendo. En el caso contrario, otras personas, necesitan un calentamiento largo, y su concentración óptima llega después de un tiempo estudiando. Por ello, hay que organizar el estudio teniendo en cuenta esto también. En los momentos de máxima concentración realizar lo más complicado y dejar para los momentos bajos los repasos, realizar resúmenes, subrayar el material.
  • Establecer un horario de estudio realista es clave para no frustrarte: Divide el temario en sesiones diarias, centrándote sólo en lo que toca ese día, y evita estudiar todo de golpe. Usa la técnica “Estudio en bloques”, donde te concentras en un tema específico durante 30-50 minutos y luego descansas 5-10 minutos.

2.  Técnicas de memorización y comprensión. En este sentido, tendrás que usar la que mejor se adpate a ti, o la combinación de las que te resulten más efectivas.

• Método Feynman: Explica el concepto con tus propias palabras en voz alta, como si se lo enseñaras a un niño. Esto ayuda a detectar lagunas en tu comprensión.

• Mapas mentales: Organiza la información gráficamente para visualizar mejor las relaciones entre los conceptos.

• Técnica Pomodoro: Estudia en intervalos de 25-50 minutos con descansos cortos. Esto mejora la retención y evita la fatiga mental.

• Reglas mnemotécnicas: Usa acrónimos, rimas o asociaciones para recordar información difícil.

• Test y autoevaluaciones: Hacer simulacros de examen o exposición bajo condiciones reales reduce la ansiedad y mejora la confianza.

3.  Estrategias para mejorar la retención

• Estudia en distintos formatos: Lee, escribe, escucha audios o mira videos sobre el tema para reforzar la memoria.

• Repasa de forma espaciada. Los repasos son muy importantes para ganar confianza y familiarizarte con la información. Esto reduce enormemente la ansiedad. En lugar de repasar todo el material el día anterior, distribuye los repasos en varios días.


4. Control de la ansiedad con técnicas de relajación

A) Respiración y mindfulness

• Respiración diafragmática:

1. Inhala profundamente por la nariz en 4 segundos.

2. Mantén el aire durante 4 segundos.

3. Exhala lentamente por la boca en 6 segundos.

4. Repite 5 veces.

• Técnica 4-7-8: Inhala en 4 segundos, retén 7 segundos y exhala en 8. Esto calma el sistema nervioso.

• Mindfulness: Practicar 5-10 minutos al día ayuda a concentrarse en el presente y evitar pensamientos negativos sobre el examen. En You Tube o Spotify puedes encontrar muchos audios de meditaciones guiadas muy útiles

5. Relajación muscular progresiva. En internet puedes encontrar audios que te guíen en el proceso

1. Tensa un grupo muscular (por ejemplo, los puños) durante 5 segundos.

2. Relájalo lentamente y siente la diferencia.

3. Repite con distintas partes del cuerpo.


6. Manejo emocional: Cómo cambiar pensamientos negativos

La ansiedad nace en el pensamiento. Es un pensamiento de algo que pensamos que sucederá o un recuerdo, lo que genera la respuesta física y emocional de la ansiedad. Si nosotros logramos identificar ese pensamiento y modificarlo por otro más realista, lograremos controlar la ansiedad.

• Identifica el pensamiento negativo y cuestiónalo:

• “¿Tengo pruebas de que voy a suspender?”

• “¿Es realmente cierto que no sé nada?”

• Reemplázalo por un pensamiento positivo y realista:

• En lugar de “No voy a recordar nada”, di: “He estudiado, haré lo mejor que pueda y recordaré lo más importante”.

• En lugar de “El examen va a ser difícil”, di: “Estoy preparado para responder lo que sé y manejar lo que no sé”.


7. Hábitos antes del examen

La noche anterior

✔ Duerme al menos 7-8 horas para mejorar la memoria y la concentración.

✔ Evita cafeína y comidas pesadas antes de dormir.

✔ Revisa tu material de forma ligera, sin tratar de aprender cosas nuevas.

El día de la prueba

✔ Desayuna bien: Alimentos ricos en proteínas y carbohidratos complejos (huevos, avena, frutos secos) para mantener la energía.

✔ Llega con tiempo para evitar el estrés.

✔ Evita hablar con personas ansiosas antes de entrar al examen.

✔ Si te bloqueas, respira profundo y empieza con lo que sí sabes.

Cómo ayudar a nuestros hijos a ser felices

Cómo ayudar a nuestros hijos a ser felices

En una sociedad como la actual, en donde se tiene acceso a prácticamente todo lo que necesitamos, a golpe de click, es complicado diferenciar qué es realmente necesario y qué necesidades son creadas por la sociedad que nos rodea. Si esto nos pasa como adultos, a la hora de educar a nuestros niños y saber dónde poner límites, se hace cada vez más complicado saber qué les va a proporcionar un estado de bienestar real, a medio y largo plazo, y qué simplemente les va a proporcionar un subidón momentáneo del ego, que sólo les proporcionar «felicidad», unas horas. Hacer felices a los niños no significa darles todo lo que piden. Lo que hace felices a los niños, de hoy en día, a los de hace 100 años, y los que vendrán en un futuro, es crear un entorno para ellos, en el que se sientan amados, seguros y valorados, independientemente, de la sociedad y momento social que les rodee. Para ello, te dejo una guía de recomendaciones, que te pueden facilitar, el cómo crear ese ambiente, favorable para su bienestar.

1. Lo más importante es darles amor incondicional. ¿Cómo?

• Expresales tu amor con abrazos, besos y palabras amables y afectuosas.

• Decirles “te quiero” todos los días.

• Aceptar sus emociones sin hacer un juicio de valor.

2. Dedícales tiempo de calidad. No es tan importante la cantidad sino la calidad. Lo importante es estar presente con los cinco sentidos, cuando compartes tiempo con ellos. Esto generará una conexión, que te hará estar presente, aunque el tiempo real compartido sea escaso. Para ello:

• Apaga el móvil cuando estés con ellos.

• Juega, cuéntales historias o hagan actividades juntos que realmente sean de su interés.

• Pregunta sobre su día y escúchalos con atención, dándole importancia a sus cosas.

3. Otra parte muy importante para la felicidad, es tener seguridad en uno/a mismo y gozar de una autoestima sana. Nosotros, como adultos, podemos ayudarles, desde que son muy pequeños, a fomentarla.

• Elogia sobretodo su esfuerzo, no solo sus logros.

• Evita compararle con otros niños. Todas las personas poseen cualidades extraordinarias. Ayúdale a que vea sus puntos fuertes y refuérzalos. Si se le da bien dibujar, y le gusta, anímale a que lo haga, que aprenda la técnica cada vez mejor, en lugar de obligarle a sacar buena nota en matemáticas, si no le gusta y se le da fatal.

• Enséñales que cometer errores es parte del aprendizaje. La tolerancia a la frustración, es clave para su bienestar. Enseñarle a buscar soluciones, cuando el resultado no es el que le gustaría, le ayudará a sentirse exitoso en un futuro

4. Escúchalos con atención

• Anima a que expresen sus sentimientos sin miedo, no pasa nada por sentirse mal.

• Valida sus emociones diciendo: “Entiendo que te sientas así”.

• Pregunta: “¿Cómo te puedo ayudar?” en lugar de decirles qué hacer. Generarles autonomía emocional es clave. Ayudarles a buscar la forma de cambiar sus emociones y gestionar situaciones, les ayudará a ganar confianza.

5. Proporciónales un ambiente estable en el que se sientan seguros.

• Mantén rutinas en casa en los horarios de comida, hora de ir a dormir y estudio.

• Sé un refugio emocional para ellos en momentos difíciles.

• Evita discusiones fuertes y momentos de tensión delante de ellos.

6. Lo mejor para que interioricen estos aprendizajes es que lo vean en ti. Predica con el ejemplo. El aprendizaje por imitación o modelado, es uno de los más potentes en los niños.

• Sé amable y respeta a los demás.

• Gestiona tu propio estrés de manera saludable.

• Practica la paciencia y la empatía en casa.

7. Permíteles jugar y explorar.

• Proporciónales tiempo y espacio para jugar libremente.

• Fomenta su curiosidad. Anímalos a explorar la naturaleza y hacer preguntas.

• Evita el exceso de pantallas y promueve el juego al aire libre.

8. Fomenta la gratitud y la empatía

• Pregunta cada noche: “¿Qué fue lo mejor de tu día?”, ¿ De qué cosas tienen que dar gracias? ¿ qué les gustaría para el día siguiente?

• Anima a ayudar a otros, como compartir juguetes o colaborar en casa, ser generoso, les ayudará a sentirse mejor.

• Llévalos a actividades solidarias, como donar juguetes o visitar a abuelos.

9. Anímalos a ser independientes y resilientes

• Déjalos tomar decisiones acordes a su edad.

• Enséñales a resolver problemas en lugar de solucionarlos por ellos.

• Anímalos a seguir adelante después de un fracaso.

10. Hazles sentir que son importantes en la familia

• Pídeles su opinión en temas familiares (por ejemplo, qué comer el domingo).

• Asigna pequeñas responsabilidades en casa para que se sientan útiles.

• Celebra sus logros y haz que se sientan valorados.

Lo más importante es recordar que la felicidad infantil se construye con amor, paciencia y conexión emocional. ¡Los momentos simples pero significativos son los que más recordarán!

EL TDAH EN ADULTOS: ¿CÓMO SON LOS SINTOMAS?

EL TDAH EN ADULTOS: ¿CÓMO SON LOS SINTOMAS?

Si te apetece saber cómo son los síntomas del TDAH en adultos, por aquí te dejo algunos datos

Actualmente, cuando oímos hablar de Trastorno por déficit de atención con o sin Hiperacticidad ( TDA o TDAH), siempre pensamos en niños. Sin embargo, hoy en día, podría ser uno de los trastornos psicológicos, no diagnósticados más común en personas adultas, según algunos estudios. De los datos recogidos por algunas asociaciones de TDAH, se da un 4,4% en adultos, de los cuales dos terceras partes ya fueron diagnosticados de niños.

¿De qué depende la evolución de un niño diagnosticado de TDAH en la edad adulta?  

En la evolución del TDAH influyen varios factores:

  • Presencia o no de hiperactividad.
  • Existencia de síntomas asociados como agresividad, sensibilidad emocional., el C.I.(cociente intelectual) de la persona.
  • Si hay comorbilidad o no, es decir, la presencia de otros trastornos:  de conducta, ansiedad, depresión.
  • Patología familiar.
  • Nivel socioeconómico de la familia.

En las personas adultas, suelen persistir los síntomas de inatención, pero la hiperactividad disminuye significativamente.

¿Cómo es el adulto con TDAH? Es desorganizado en su comportamiento, olvida con frecuencia cosas del día a día, gestiona mal el tiempo y suele empezar muchas tareas pero finaliza pocas.

A nivel emocional, toleran muy mal la frustración, esto se da en niños también, por ello se irritan con facilidad y casi siempre son personas inseguras de sí mismas. Su vida es inestable a nivel laboral y sentimental. Consecuentemente, les cuesta mantener los trabajos por errores, despistes, porque les cuesta mantener la atención, iniciar y mantener tareas y porque suelen ser muy impulsivos. Además, en cuestiones de pareja, también tienen problemas. Todo esto aumenta su frustración, y su poca tolerancia a ella, como ya he comentado, les genera sensación de fracaso y tristeza.


En ocasiones se desarrollan trastornos de adicción: hay abuso de sustancias, abuso de alcohol…De hecho la comorbilidad con abuso de sustancias es 3 veces mayor en adultos no diagnosticados

 Los síntomas  de  inatención en adultos son:

  • Se distraen con facilidad por información del exterior.
  • No prestan atención suficiente a los detalles.
  • Tienen problemas para mantener la atención en las tareas.
  • No siguen correctamente instrucciones.
  • Cometer errores por inatención.
  • Pierden objetos.
  • No escucha cuando le hablan directamente.
  • Dificultades de organización y planificación.
  • Despistes frecuentemente.
  • Evita tareas que requieran esfuerzo mental.
  • Tendencia a posponer obligaciones.
  • Dificultades para interrumpir sus actividades  o conducta cuando debería hacerlo.
  • Empieza proyectos o tareas sin leer o escuchar las instrucciones.
  • Cumple mal lo que promete.
  • Es propenso a fantasías y ensoñaciones cuando debería estar concentrado.
  • Problemas para planificar o prepararse para acontecimientos cercanos.
  • No puede persistir en las cosas que no le interesan.

Los síntomas de la hiperactividad/impulsividad del adulto:

  • Se sienten intranquilos, inquietud subjetiva interior.
  • Precipitan las respuestas.
  • Dificultades para esperar turno.
  • Interrumpen, se entrometen en actividades de otros.
  • Dificultades para participar en actividades lúdicas con tranquilidad.
  • Movimiento constante cuando está sentado.
  • Dificultad para permanecer sentado.
  • Hablan continuadamente.
  • Sensación de “motor interior”.
  • Dificultad para estar tranquilo como los demás.
  • Interrumpen conversaciones de otros.
  • Toma de decisiones impulsivamente.

En resumen, el programa de tratamiento del TDAH adulto debería incluir:

  • Psicoeducación personal y familiar
  • Tratamiento Farmacológico
  • Apoyo vocacional
  • Reestructuración  del ambiente
  • Intervenciones Psicoterapeúticas
  • Psicoterapia
  • Psicoterapia Familiar
  • Grupos de Apoyo
  • Coaching

¿Qué nos sucede con una ruptura de pareja?

El dolor que genera una ruptura sentimental, es como un huracán de emociones que desordena nuestra vida y nos deja totalmente devastados. Al igual que las relaciones, las rupturas son diferentes, y dependiendo de cómo haya sido la relación, cómo se haya producido la ruptura, los motivos, etc, se vivirá de una manera u otra. Lo que está claro es que, dependiendo de cómo la gestionemos, así se producirá el proceso de recuperación.

¿Cómo nos afectan las rupturas amorosas?

Cuando experimentamos una ruptura, suceden cosas en nuestro cerebro y en nuestro cuerpo. Ambos reaccionan como si se estuviera produciendo una pérdida de un ser querido, un duelo. Por ello, al activarse las áreas del apego, sufrimos añoranza y sensación de vacío. Con la ruptura, nuestro sistema emocional se pone patas arriba y ello provoca un amplio abanico de emociones. Las más comunes son la tristeza, la rabia, la confusión y la sensación de pérdida.

Además, experimentamos niveles de estrés más elevados, lo que genera que no durmamos bien, perdamos el apetito, tengamos problemas de concentración, sintamos fatiga mental, cualquier cosa se nos hace un mundo. Otra sensación muy común es la confusión, ya que, no podemos entender o explicar aspectos de la ruptura. Nos sentimos además frustrados y con rabia hacia la otra persona.

Sin embargo, a pesar de esta avalancha de emociones y de la intensidad de las mismas, la resiliencia humana, hace posible una recuperación sana, de la que podemos salir reforzados. Los motivos concretos de por qué somos capaces de salir hacia adelante en momentos de crisis vital.

¿Cuáles son estos motivos?

  • Capacidad de adaptación de las personas: Es un mecanismo de supervivencia que nos permite aceptar las nuevas circunstancias y aprender a vivir en un nuevo entorno. Cuanto mayor sea nuestra flexibilidad, mejor será el proceso de mejoría. Por ello, en la medida que pasan las semanas y los meses, nuestras emociones son menos intensas y van dejando paso a otras más útiles, que nos permiten seguir hacia adelante.
  • Aspecto muy importante: el apoyo de los nuestros: En estos duros momentos, sentir la comprensión de personas queridas, es un amortiguador para nuestro dolor. Además, expresar nuestros sentimientos tienen un doble beneficio, por un lado nos alivia y por otro, escucharnos nos da una perspectiva distinta a cuando sólo lo pensamos. Relacionarnos, además disminuye la sensación de vacío y soledad, y nos ayuda a salir hacia adelante
  • El aprendizaje, salir de nuestra zona de seguridad: Cualquier experiencia de crisis, se puede convertir en una oportunidad que nos permita desarrollarnos como personas. Una vez vencemos el miedo, y la tristeza va disminuyendo, nuestra percepción de la realidad cambia, y nos permite analizar lo que fallo en la relación, y qué aspectos podemos mejorar para nuestro futuro.

Cabe decir que, el proceso de recuperación, no es fácil, y dependerá de cada persona. En cualquier caso, no es una mejoría lineal, se producen retrocesos, ante los que no hay que desesperar.

¿Qué ocurre si no somos capaces de aceptar la ruptura y superarla?

En algunos casos, las personas se quedan estancadas en alguna de las fases del duelo y no logran superar la ruptura. Evidentemente, esto genera consecuencias a nivel mental, físico, e incluso laboral, familiar y social. Por ello se puede derivar en:

  • Estados depresivos: Cuando la persona no es capaz de aceptar la nueva situación, se instala en la tristeza y no querer ver la oportunidad que se le presenta tras la ruptura. Por ello se centra más en el «¿por qué ocurrió la separación?», en lugar de centrarse simplemente en «qué ocurrió» y «qué se puede hacer» a partir de ahí para estar mejor. Por ello, no le interesa nada de lo que sucede, todo lo ve de color negro y pasa de la tristeza a la rabia, sin disfrutar de nada de lo hay a su alrededor. Cuando esto se perpetúa en el tiempo, deriva en una depresión, de la que para salir podría necesitar ayuda profesional.
  • Problemas de inseguridad y baja autoestimaEn casi todas las rupturas de pareja nuestra autoestima se ve afectada. La lectura que solemos hacer en una separación es la de no haber sido capaces de hacer que la relación funcionara. La persona lo vive como un fracaso absoluto, emocionalmente hablando. Se entra en un bucle de pensamientos que gira a la idea de no haber sido lo suficiente, no haber hecho esto o aquello, en definitiva de culpa, y esto deriva en inseguridad y falta de confianza en uno mismo. Si la relación ha sido duradera, se suma el miedo a volver a tener que encontrar pareja. Se tiende a pensar que ya no se encontrará a nadie que merezca la pena para compartir la vida. la consecuencia de pensar así, es una falta de confianza en uno mismo, que puede afectar a las relaciones con los demás.
  • Estados de ansiedad: Enfrentarse a una nueva situación, genera un cambio importante, frente a la estabilidad con la que se contaba en pareja. Aunque la relación fuera mal, uno sabía a lo que se atenía. Ahora, todo es incertidumbre, y esto genera estrés en la mayoría de las personas. La preocupación de cómo será tu vida a partir de ahora, puede provocar un miedo intenso, que de lugar a crisis de ansiedad.
  • Problemas en futuras relaciones: Si no gestionamos bien el proceso de pérdida, puede que arrastremos un lastre emocional a futuras relaciones. Por ello, es muy importante curarse, antes de iniciar algo de nuevo. Para que una nueva relación funcione, hay que asegurarse que vamos vacíos de equipaje. El peso de lo que haya vivido en un pasado, tiene que quedarse atrás. Lo que pasó, pasó. Nuestros miedos e inseguridades pueden estropear una buena relación.

Etapas de una Relación Tóxica

Etapas de una Relación Tóxica

Aunque identificar una relación tóxica desde fuera, nos pueda resultar muy fácil, cuando alguien comienza una relación, nunca piensa que será perjudicial para su salud. La relación suele empezar de modo muy positivo, y por ello, las personas deciden continuar en ellas. No creo que exista nadie que, sabiendo que la relación no evolucionará de modo sano para uno, decida continuar para averiguar qué sucederá.

Sobretodo, al principio de las relaciones, las personas nos dejamos llevar por ideas que nos muestran la realidad que nos gustaría, e incluso cuando sucede algo, que contradice o no cuadra con esas ideas, lo justificamos, lo desechamos o lo ignoramos simplemente. Hay que tener en cuenta, por otro lado que sea una relación de pareja o no, en el inicio, la mayoría de nosotros nos mostramos con una actitud prudente, tratamos de agradar al otro y de ocultar lo que sabemos que no gustará.

En las relaciones sentimentales, la fase de enamoramiento, lleva implícitas una serie cambios en nuestra bioquímica, que también producen cambios en nuestra manera de pensar y sentir, y esto nos hace más difícil todavía identificar, cuando una persona será tóxica para nosotros.

En relación a todo lo que estamos contando, se suceden las diferentes etapas de una Relación Tóxica.

⦁ Primera Etapa: Idealización

La fase de Idealización coincide con la fase de enamoramiento. Como acabamos de describir, en este momento, nuestro cerebro trata de percibir la realidad que nos gustaría. La falta de conocimiento del otro, justifica muchos de sus comportamientos, y nuestra mente se encarga de que sólo nos fijemos en lo que corrobora nuestra idea de pareja ideal, y desechemos o no le demos importancia a lo que pueda no encajar en la imagen de nuestro amor deseado. Además, de los cambios bioquímicos que se producen en nuestro cerebro, la influencia de la cultura, e ideas de amor romántico que nos hayan transmitido en nuestra educación o presentes en la cultura, también son de vital importancia para tolerar ciertos comportamientos y actitudes que desde fuera verías claramente como incorrectos, y no defenderías. .

⦁ Segunda Etapa: Devaluación

Una vez pasada la etapa de idealización/enamoramiento, ya estás implicado/a en la relación absolutamente. La percepción incondicionalmente positiva a desaparecido y deja paso a la conciencia de lo insana de tu relación. La relación ha avanzado y te has metido de lleno. La situación pasa de ser de color de rosa a ser a un tono gris, donde nunca se sabe cuándo vendrá la crítica, el conflicto o el reproche. En este punto se pueden dar básicamente dos caminos, que ambos miembros de la pareja opten por la misma actitud tóxica, o que uno de los dos, trate de evitar el conflicto y se someta al otro, con la esperanza de hacerle cambiar. Sin embargo, esto no ocurre y la autoestima se va deteriorando cada vez más, acentuándose los papeles de persona dominante y persona dominada.

⦁ Tercera Etapa: Explosión 

Pasado un tiempo, pueden ser meses, años, queda claro que el amor no es suficiente para que una relación funcione. Las dinámicas tóxicas son una constante y la relación cobra esa identidad. En la mayoría de los casos, los miembros de la pareja tienen normalizados sus hábitos tóxicos y creen que no es para tanto. En este momento, el miedo y la inseguridad han aumentado, y se siente una incapacidad enorme de cortar la relación. Si ambos optaron por la hostilidad, los dos estarán metidos en el mismo bucle de control sobre el otro. Pero si se produjo el patrón más frecuente, donde la relación está desequilibrada y uno de los dos está claramente manipulado por el otro, puede que haya empezado a pensar que su relación no es sana ni tiene por qué aguantar ciertas cosas.

⦁ Cuarta Etapa: Reconciliación y vuelta a empezar

Una vez que la relación llega a este punto, puede que empiecen a aforar emociones como la culpa, arrepentimiento, y haya un ligero cambio de actitud para provocar un acercamiento al otro y una reconciliación. Muchas parejas en lugar de reconocer que tienen una relación tóxica, creen que tienen crisis de pareja, y todos los comportamientos están justificados en ese encuadre de crisis. Independientemente de cómo la pareja quiera llamar a su situación, lo ideal es que, cuando surgen estos sentimientos, se pida ayuda profesional, para poder reconducir la relación por un camino más sano. Si no es así, la probabilidad de volver a iniciar el bucle tóxico, es muy alta.

En algunas ocasiones, es el momento en que uno de los dos, decide poner punto y final a la relación. Momento en el que también es recomendable pedir ayuda profesional, ya que aunque la decisión uno la toma con seguridad, el momento de vulnerabilidad aparece tarde o temprano y hay riesgo de volver a la relación. Otro de los motivos por los que también es positivo pedir ayuda profesional, es para asegurarnos no volver a repetir esos patrones disfuncionales en futuras relaciones.

¿Cómo saber si una relación es Tóxica?

¿Cómo saber si una relación es Tóxica?

Ante la pregunta de cómo saber si nos encontramos en una relación tóxica o no, vamos a partir de relaciones donde un miembro de la pareja o los dos, no se sienten bien dentro de dicha relación. Las características de una relación tóxica son variadas, pero siempre se da en ellas la actitud de control y la falta de respeto al otro. Estas actitudes pueden darse de una de las partes al otro, generándose una relación de miedo y dependencia emocional hacia la pareja,  o mutuamente entre ambos. Por ello, la falta de autoestima o inseguridad en uno mismo, está directamente relacionada con el desequilibrio en las relaciones

Podremos saber si una relación es tóxica o no, si se dan las siguientes características:

  • Se puede confundir la idea de amor, con otra cosa, llamémosle dependencia, amor incondicional, servicial…. En esta idea equivocada del amor, una o ambas partes de la pareja, en honor a «ESE AMOR», comienza a dedicar su vida y su persona a la relación de pareja, abandonando relaciones sociales, familiares, aficiones, con el objetivo de que todo su tiempo disponible sea para el otro. Esto que, comienza siendo un acto de amor, termina siendo un arma de doble filo, porque si se da sólo por parte de uno de los miembros de la pareja, puede hacer sentir agobiado al otro, y él/ella mismo, puede dejar de resultar interesante y atractiv@ para el otro. Se puede entrar en un bucle, en el que cuanto más rechazado se siente la parte dependiente, más se intensifique su miedo y celos y más tóxica sea la relación.
  • El término de posesión, es otro incluido en la definición de relación tóxica. A priori, los conceptos de «Amor» y «Posesión» son antagónicos. Ya que el amor hacia alguien, es sinónimo de respeto y libertad. Por tanto, nos tendríamos que cuestionar, si cuando sentimos la necesidad de controlar al otro, hay más presencia de amor o de miedo. Por eso, cuanto más miedo hay en la pareja, más necesidad de control sentimos y es cuando aparecen los celos, la necesidad de saber todo del otro, qué hace, dónde está con quién se relaciona.
  • Otro de los aspectos que te pueden ayudar a identificar si una relación es tóxica, es cuando uno de los miembros de la pareja, en lugar de aceptar al otro, de modo sutil, intenta cambiarle en modos de vestir, actuar, gustos, intereses…, pero siempre bajo el mensaje que es por el bien del otro.
  • Además, la comunicación no es efectiva, no hay una vía de comunicación basada en la confianza y el apoyo, por ello se siente que no se puede hablar con la otra persona.

Cuando hablamos de relaciones tóxicas, la tendencia es pensar que la persona tóxica es el otro, pero quizás, un buen ejercicio de reflexión para empezar a analizar tu relación, sea cuestionarte si la persona tóxica eres tú.

¿Qué señales te pueden ayudar a identificar si tú eres una persona tóxica para tu relación de pareja?

La relación gira en torno a ti, cubrir tus necesidades es lo más importante.

Siempre tienes razón y quieres quedar por encima en cualquier discusión.

Justificas no dejar libertad y espacio a la otra persona. Pones excusas o buscas cómo tenerla disponible siempre para ti.

Aunque sabes que la relación no va bien, decides continuar en ella.

Te sienta mal cuando las cosas no se hacen como tu piensas. Mantienes una actitud de enfado encubierto.

Tienes una habilidad manipuladora evidente, que te permite tergiversar las situaciones para ser tu la víctima y el otro se sienta culpable.

Por otro lado, en las relaciones tóxicas suelen darse frases como las que se describen a continuación que te pueden servir de pistas para identificar si tu relación es sana o no.

Son frecuentes:

Comparaciones: «Podrías ser como tu hermana…», «Ojalá fueras como…» 

Absolutismos: «Jamás me defiendes», «Nunca eres cariñosa», «Siempre me haces sentir mal».

Reproches: Sacar cosas del pasado que no vienen a cuento en ese momento.

Recriminaciones: » Mira quien habla, el que lo hace todo el tiempo», «Pues tú una vez hiciste lo mismo».

Chantaje emocional: «Si me conocieras lo sabrías..», » Si me quisieras lo harías» .

Amenazas: «Si no te gusta ya sabes», «Ahí tienes la puerta», » Tú sigue así que un día de estos me voy…»

RELACIONES TÓXICAS

RELACIONES TÓXICAS

Las relaciones tóxicas son más frecuentes de lo que pudiéramos pensar. Implica una relación desigual entre los miembros de la pareja. Las relaciones tóxicas no sólo se dan en relaciones de pareja, también son muy frecuentes entre familiares, amistad, compañeros de trabajo…Sin embargo, al igual que en otros casos identificamos rápido nuestro malestar y nos resulta relativamente fácil salir de esa situación, en las relaciones tóxicas, aunque implican sufrimiento, no nos resulta tan evidente el daño que nos pueda estar provocando, y nos quedamos en ellas, sobretodo por la codependencia que generan. En la mayoría de los casos no tomamos conciencia porque obtenemos un beneficio, casi siempre emocional de ellas, y no lo queremos ver. El miedo nos mantiene en ellas, y el hecho de que el sufrimiento va creciendo de forma progresiva y muy sutil, provoca que duran más de lo recomendable. Cuando nos damos cuenta que podemos estar inmersos en una relación tóxica, nuestra autoestima está deteriorada y la inseguridad nos impide salir de ahí

RELACIÓN TÓXICA

Para una mayor claridad, en las relaciones tóxicas se suelen dar las siguientes características:

  • Predomina la crítica constructiva, se machaca continuamente los errores y lo que uno no hace bien, sin resaltar nada positivo del otro. Por ello te desgastan la autoestima, impidiéndote
  • El mensaje continuo es recordarte tu necesidad de él/ella. De forma directa o indirecta te deja claro que no serías nadie si dejaras la relación. Utiliza el chantaje emocional.
  • Es controlador/a, ya que te organiza la vida y chequea cada gasto, actividad, pero siempre con el mensaje de que es por tu bien.
  • Te compara continuamente con otras personas, o lo que es más sutil, resalta de forma intensa cualidades en otros, que cuando se trata de ti no lo hace.
  • Pueden llegar a haber faltas de respeto, dándose incluso en público.
  • Critica a tu entorno y a todo el que suponga una amenaza en su control, intentando aislarte lo máximo posible.
  • La desconfianza es una de las protagonistas en vuestra relación. Comportamientos y actitudes de celos van en aumento, según avanza la relación.

Ante una relación de estas características, la persona se siente atrapada. Sin darse cuenta es cada vez menos feliz y en ocasiones se siente manipulada, se da cuenta que ha ido perdiendo su libertad en todos los aspectos de su vida y tiene claro, que esa relación no es bueno para ella. Pero el miedo le impide salir de ella.

Como se ha mencionado al principio existen diferentes tipos de relación tóxica. Algunas de ellas son:

  • Las relaciones que se inician sin haber superado relaciones anteriores. La presencia del otro es continua, comparaciones, críticas y se justifican actitudes incorrectas del presente, por lo vivido anteriormente
  • Relaciones para llenar un vacío, olvidando que una relación no llena sino que complementa.
  • Relación de codependencia. Los miembros de la relación han dejado pasar el tiempo. Se necesitan para todo, se pierde la individualidad, provocando a la larga infelicidad
  • Relación con comunicación inadecuada, basada en un bucle de ataque-defensa. La mayor parte del tiempo es una comunicación pasivo agresiva en la que no se habla claro, todo son indirectas y reproches
  • La relación fundamentada con ideas irracionales: pensamientos poco realistas y distorsionados acerca del amor y de lo que es una relación, sea del tipo que sea.
  • Relación basada en el miedo, ya sea miedo al maltrato, al abandono, al rechazo….Éstas son las más peligrosas, ya que la persona no se siente capaz nunca de salir de ellas.
  • Relación en la que los roles están ya preestablecidos, uno dirige y controla y el otro actúa de manera sumisa.

Las razones por las que terminamos en una relación tóxica son diversas. Las más frecuentes son: el miedo a la soledad, a lo que piensen los demás, una baja autoestima, el no sentirse merecedor de amor por experiencias anteriores, ideas distorsionadas por pensar que el amor implica soportar todo, necesidad irracional de amor…

¿ Realmente son necesarias las vacaciones? Beneficios reales de tomar vacaciones

¿ Realmente son necesarias las vacaciones? Beneficios reales de tomar vacaciones

¿Realmente son necesarias las vacaciones?  Seguramente la respuesta inmediata que se nos pase a todos por la mente sería un claro y rotundo sí. Pues en este caso el sentido común y el saber popular coincide con los estudios científicos. Diferentes estudios afirman lo beneficioso de poder desconectar no sólo del trabajo sino de la rutina diaria. Numerosos estudios realizados desde el campo de la psicología afirman que las vacaciones contribuyen a una disminución del estrés, disminución de la presión arterial y aumento del bienestar emocionalQuizá casi todos cuando pensemos en vacaciones pensemos en viajar, en grandes planes, a los que no todos tenemos acceso, por razones de tiempo, económicas, familiares. Sin embargo, no es eso a lo que se refieren los estudios psicológicos que hablan de lo necesario para el bienestar emocional de las personas el poder desconectar.

Lo realmente positivo es poder romper con la rutina que nos vemos obligados a seguir a lo largo de meses. Unas vacaciones pueden ser conceptos muy diferentes según a quien le preguntemos. Puede ser desconectar del trabajo, del jefe, simplemente descansar y dormir, pasar unos días a solas con tu pareja y sin los niños, para unos sería viajar a ver grandes capitales y  para otros desconectar en el campo sin coches ni bullicio de gente. Es muy importante que lo que elijamos realmente nos permita desconectar, ya que si vamos a volver más cansados que nos hemos ido, física y psicológicamente, nuestras vacaciones no habrán cumplido su función.

¿CUANTO TIEMPO ES NECESARIO DESCONECTAR PARA QUE SEA BENEFICIOSO? Los diferentes expertos especialistas en el tema recomiendan un mínimo de una semana. Por encima de dos semanas no se observan diferencias significativas en cuanto al bienestar.

Otro factor a tener en cuenta es que, dependiendo del tipo de actividad que realicemos, necesitaremos más o menos periodos de vacaciones y de mayor o menos duración. Las personas que se dedican a una actividad laboral en la que se sienten totalmente realizados y les gusta lo que hacen, necesitan menos vacaciones que quien realiza una actividad laboral que le sirve únicamente para ganarse un sueldo a final de mes.

Y ¿Qué pueden hacer aquellas personas que no pueden salir de vacaciones y tienen que quedarse en casa? Como ya he comentado anteriormente, las vacaciones no tiene que ser sólo grandes viajes. pueden ser pequeñas cosas que no podemos hacer cuando no tenemos tiempo libre y que las vacaciones nos permiten realizar, pasar más tiempo con pareja, amigos, familia, pasar el día en la playa, el campo, la piscina, largos paseos, ir al cine, realizar tu hobby, deporte, escuchar música, cuidarte…..

Sólo se trata de realizar actividades que nos saquen de la rutina para generar unas hormona llamada oxitocina, que ayuda a disminuir los niveles de estrés, aumentan el bienestar y previene enfermedades.

Te recomiendo  dos actividades que te pueden ayudar  a disfrutar de esos días .

Haz dos listas.

La primera: una listas de diez cosas que cuando no tienes tiempo te gustaría hacer y que te quejas porque no tienes tiempo para hacerlas.

La segunda: una lista de 0 a 100 cosas que si no las tuvieras las echarías de menos. Ésta te recomiendo hacerla no sólo para vacaciones, la haría a lo largo del año y sería tu refugio de cabecera para tomar consciencia de lo realmente importante.

Te pongo un ejemplo:

1.- la luz del sol

2.- Un abrazo

3.- Una buena ducha

4.- el chocolate….

El objetivo de esta lista, es centrarnos en que la vida nos da muchas pequeñas cosas que con la rutina del día a día dejamos de valorar, y que el tenerlas presentes nos hace centrarnos en lo realmente importante, y aumentemos los niveles de bienestar. Nos centra en nuestra realidad presente, y ese nivel de consciencia nos hace disminuir el estrés.

 

 

Clínica Vanesa Hernández

Psicólogos en Molina de Segura. Murcia

Distimia

Distimia

¿Qué es la distimia?

La Distimia o trastorno depresivo persistente ( TDP) es un tipo de trastorno del estado de ánimo o también llamados trastornos afectivos. Se presenta como una depresión leve pero se prolonga a lo largo del tiempo, en adultos un mínimo de dos años y en niños y adolescentes un año. En ocasiones pacientes con distimia, pueden padecer además un episodio de depresión mayor.

La Distimia afecta aproximadamente a un 2% de la población. Es más frecuente en mujeres que en hombres a cualquier edad, pero se puede dar también en niños y en adolescentes.

Los síntomas  más comunes de la distimia, que como ya hemos señalado anteriormente son menos intensos pero más crónicos que los de la depresión mayor son :

  • Tristeza, ansiedad o sensación de «vacío» persistentes.

    Las personas con distimia suelen sentirse tristes, vacías o desesperanzadas casi todos los días, durante al menos dos años. No es un episodio puntual, sino una sensación constante que se convierte en parte de su vida cotidiana. A diferencia de la depresión mayor, donde los cambios de humor pueden ser más extremos, la distimia se percibe como un “estado de ánimo crónicamente bajo”.

  • Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.
  • Llanto excesivo.
  • Mayor inquietud e irritabilidad.
  • Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones.

    Es común experimentar problemas de memoria, falta de concentración o dificultades para tomar decisiones, incluso en asuntos simples. Esto puede afectar el rendimiento en el trabajo o los estudios y aumentar la frustración personal.

  • Disminución de la energía.

    Existe una sensación de cansancio constante, incluso después de haber descansado bien. La persona puede sentirse físicamente agotada sin razón aparente y le cuesta encontrar la motivación para hacer actividades cotidianas.

  • Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o desesperanza.

    Uno de los síntomas más característicos es la visión negativa del futuro. La persona puede sentir que nada mejorará y que su situación nunca cambiará. Esto puede hacer que pierda el interés en hacer planes o esforzarse por alcanzar metas, ya que siente que no vale la pena intentarlo.

    Las personas con distimia suelen desvalorizarse, sentirse insuficientes o inadecuadas. Pueden criticarse a sí mismas con frecuencia y pensar que no son lo suficientemente buenas en su trabajo, estudios o relaciones. Esto puede llevarlas a evitar nuevos desafíos por miedo al fracaso.

  • Alteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de forma insuficiente o excesiva.

    Algunas personas con distimia pierden el interés en la comida y comen menos, lo que puede llevar a una pérdida de peso. Otras pueden comer en exceso, especialmente alimentos altos en carbohidratos, como una forma de lidiar con sus emociones, lo que provoca un aumento de peso.

  • Alteraciones en los hábitos del sueño.

    El sueño se ve afectado de diferentes maneras:

    • Insomnio: dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes durante la noche o despertarse demasiado temprano sin poder volver a dormir.
    • Hipersomnia: dormir en exceso y aun así sentirse cansado.
  • Aislamiento social.
  • Síntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar (por ejemplo, dolor crónico, dolor de cabeza).

Para un diagnóstico de distimia, la persona (adulta) debe presentar un estado de ánimo deprimido durante al menos dos años (un año en los niños y adolescentes), junto con por lo menos otros dos síntomas de depresión.

Las causas de la distimia no están todavía suficientemente clarificadas, atribuyéndose a una alteración de un determinado tipo de neurotransmisor denominado serotonina, responsable de manejar las emociones y los juicios de valor; igualmente podrían estar en su origen situaciones de estrés continuadas y factores de personalidad.

¿En qué se diferencia fundamentalmente la distimia de la depresión?

El afectado por Distimia suele tener una vida bastante rutinaria y normal no obstante de su trastorno. Sin embargo, el paciente depresivo no es capaz de mantener esa rutina. Por tanto, la diferencia fundamental es el grado de LIMITACIÓN que el sujeto presenta.

  • En el trastorno distímico no se experimenta falta de disfrute. Pueden experimentar placer, también.
  • No se presenta agitación, ni tampoco lentitud motora.
  • No son usuales los arrebatos o pensamientos recurrentes sobre el suicidio o la muerte.
  • Un diagnóstico preciso ha de ser realizado por un psicólogo o psiquiatra especializado en este tipo de trastornos.

 

Psicólogos en Molina de Segura, Murcia

Psicólogos especialistas, Clínica Vanesa Hernández