Ansiedad: cuando tu mente no encuentra el modo de parar.

Ansiedad: cuando tu mente no encuentra el modo de parar.

(Psicóloga especializada en ansiedad en Molina de Segura y online)

¿Qué es la ansiedad? La ansiedad es mucho más que “estar nervioso” o “preocuparse demasiado”. La ansiedad es también sensación interna de que algo no va bien, aunque no se sepa explicar qué. Es vivir con la mente en alerta, con el cuerpo acelerado y la sensación constante de que algo malo podría pasar.

Muchas personas que acuden a consulta describen la ansiedad como una sombra de fondo que siempre está acechando. Las personas con ansiedad por fuera pueden parecer tranquilas, pero por dentro viven en tensión constante. La ansiedad puede presentarse a través de diferentes síntomas como opresión en el pecho, taquicardias, dificultad para respirar, pensamientos que no paran o sensación de pérdida de control. También puede expresarse de forma más sutil: cansancio, insomnio, tensión muscular o molestias digestivas.

La ansiedad no siempre se nota, pero puede condicionar mucho la vida de quien la padece. Afecta al descanso, a la concentración, a las relaciones y, poco a poco, va robando espacio a la calma.

¿Por qué aparece la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta normal del cuerpo. Todos la sentimos en momentos puntuales: antes de un examen, una entrevista o una decisión importante. En esos casos, es una reacción adaptativa que nos ayuda a rendir mejor.

El problema surge cuando el sistema de alerta se queda activado de forma continua, sin que exista situación o motivo para ello. Es como si el cuerpo malinterpreta las señales y no supiera cómo desconectar.

Entre las causas más frecuentes de la ansiedad encontramos:

  • Estrés acumulado y falta de descanso real.
  • Autoexigencia, perfeccionismo o miedo a fallar.
  • Inseguridad o necesidad de tenerlo todo bajo control.
  • Experiencias pasadas no resueltas.
  • Cambios vitales, rupturas, duelos o incertidumbre.

No hay una única causa. La ansiedad suele ser el resultado de una acumulación de factores emocionales, mentales y físicos que saturan el sistema nervioso.

Cómo se siente vivir con ansiedad

Vivir con ansiedad puede ser una experiencia confusa.
La mente racional dice: “no pasa nada grave”, pero el cuerpo reacciona como si estuvieras en peligro. El corazón se acelera, la respiración se corta, cuesta concentrarse, y parece imposible relajarse.

Por ello, las personas con ansiedad en muchas ocasiones se sienten incomprendidas, frustradas y con sentimiento de culpa por condicionar también la vida de su entorno. Desde fuera, otros pueden decirles “relájate” o “no pienses en eso ahora”, sin entender que la ansiedad no es una elección.
La ansiedad no sólo aparece en momentos de estrés o nerviosismo. Habitualmente aparece por la mañana al despertar, en momentos de descanso o incluso en situaciones agradables. Es una sensación que, poco a poco, se mezcla con todo y puede hacerte sentir que ya no eres tú misma.

Aunque resulte difícil, la ansiedad no es tu enemiga. Es un aviso de algo más profundo.
Tu cuerpo y tu mente están intentando decirte que algo necesita atención.

A veces, la ansiedad aparece cuando llevas demasiado tiempo en modo automático, esforzándote más de la cuenta o viviendo desconectada de tus propias necesidades.
En otras ocasiones, surge porque te has acostumbrado a exigirte tanto que el cuerpo simplemente no puede más.

Por ello, mirar la ansiedad desde esta perspectiva cambia todo: ya no se trata de luchar contra ella, sino de escuchar lo que viene a mostrarte.

Además, es muy importante que sepas esto que no te cuentan sobre la ansiedad

La ansiedad no se soluciona con “pensar en positivo”.
Tampoco desaparece con fuerza de voluntad.
Y desde luego, no es un signo de debilidad.

La ansiedad es una reacción fisiológica y emocional. Es tu sistema nervioso intentando protegerte, aunque lo haga de una forma que te hace sufrir.
Por eso, la clave no está en forzarte a “controlarla”, sino en aprender a regularte, a identificar tus señales internas y a crear espacios de seguridad y calma.

Esto implica mirar hacia dentro, revisar tus rutinas, tus pensamientos, tus límites y tus formas de relacionarte contigo misma. Es un proceso, no una fórmula rápida.

Cuando entiendes cómo funciona la ansiedad, pierde parte de su poder y empiezas a calmarla.
Sabes que ese nudo en el estómago no es una amenaza, sino un reflejo de tensión acumulada.
Sabes que ese “me falta el aire” no es un peligro real, sino un cuerpo que lleva demasiado tiempo en alerta.

Y la pregunta que todas las personas que padecen ansiedad se hacen. ¿Se puede vivir sin ansiedad?

La ansiedad no desaparece por completo, ya que es una respuesta de protección para nuestra supervivencia, pero sí puede dejar de dirigir tu vida.
Superarla no significa no sentirla nunca más, sino poder vivir sin que te limite.

Cuando aprendes a reconocer sus señales y responder desde la calma, recuperas la sensación de control.
Dejas de tener miedo a lo que sientes y vuelves a confiar en ti, en tu cuerpo y en tu mente.

Seguramente no te has parado a pensar que a veces, la ansiedad llega para decirte que algo necesita transformarse en ti o en tu vida:
tu ritmo, tus prioridades, tu forma de cuidarte.
Puede ser el punto de partida de un cambio más profundo, una invitación a vivir con más conciencia y menos exigencia.

Mirarla con comprensión, sin miedo y con el acompañamiento adecuado, permite sanar mucho más que el síntoma.

Volver a respirar con calma

La calma no aparece de un día para otro, pero se aprende y se entrena.
Empieza por pequeñas decisiones diarias:

  • Tomarte un momento antes de responder.
  • Permitirte descansar sin culpa.
  • Escuchar lo que sientes sin intentar cambiarlo de inmediato.

Cada vez que eliges calmarte en lugar de luchar, tu cuerpo aprende que puede sentirse a salvo.
Y con el tiempo, esa sensación de ruido interno se vuelve más suave.
Tu mente deja de correr tanto.
Y vuelves a sentirte tú.

Psicóloga especializada en ansiedad en Molina de Segura y online — Clínica Vanesa Hernández
Un espacio para comprender lo que te pasa, aprender a regularte y volver a sentirte en calma.

¿La ansiedad se cura?

imagesCAK0588M¿La ansiedad se cura?, es una pregunta que en algún momento todas las personas que padecen o han padecido ansiedad se han formulado, incluso las personas que nunca la han sentido, seguramente se lo habrán cuestionado alguna vez,  debido a que la ansiedad es algo muy frecuente en la sociedad occidental en la que vivimos.

El principal objetivo de este artículo, es dar respuesta a esta pregunta, pero antes es necesario aclarar diferentes cuestiones.

Cuando escuchamos la palabra ansiedada todos nos suena a algo negativo, desagradable o incluso referente a enfermedad. Efectivamente, para el que la sufre, es algo muy desagradable y molesto, pero no por ello deja de ser una respuesta de nuestro organismo para alertarnos de una oportunidad de aprendizaje ¿CÓMO? Sí, has leÍdo bien, de aprendizaje.

La mayoría de personas, cuando empiezan a sentir síntomas de ansiedad, se asustan y se limitan a querer evitarlos y eliminarlos lo antes posible, algo lógico si tenemos en cuenta lo molestos y limitantes que pueden llegar a ser. Sin embargo, debajo de esos síntomas hay mucha información a la que deberíamos de prestar atención. Si tenemos en cuenta que la ansiedad es una llamada de atención ante una posible amenaza, y que los síntomas físicos son la forma que tiene nuestro cuerpo de hablarnos, parte de la solución consistiría en prestar atención no a la forma del mensaje sino al contenido. ¿DE QUÉ ME ESTÁN ALERTANDO REALMENTE ESTOS SÍNTOMAS? ¿ESTÁ TODO BIEN EN MI VIDA?¿Y EN MÍ?

Formulándonos las cuestiones adecuadas y dominando el miedo a las respuestas, podemos utilizar la ansiedad como la llave que nos abra la puerta a nuestro crecimiento y desarrollo personal. Puede que aparentemente todo esté bien, porque si analizas tu vida, seguramente no tengas motivos para sentirte así. Y seguramente en algunos casos, sea realmente así, pero quizá sigues utilizando patrones de pensamiento y costumbres antiguas que quizá ya no te valgan para esa etapa de vida. En ocasiones se trata de crisis de adaptación, o miedo a ejercer cambios en tu vida, o miedo a mirar hacia adentro y descubrir cosas de ti que no sean agradables, aún así, en todos los casos es una oportunidad para la mejora y el aprendizaje

Y ahora, si padeces ansiedad, seguramente estarás pensando: todo eso suena muy bien pero ¿qué  hago yo con mis síntomas?

Está claro que hay que aprender a dominar los síntomas y perderles el miedo. Algo que se consigue relativamente fácil con la terapia cognitivo-conductual, utilizando técnicas de respiración y relajación. Pero mi recomendación es que vayas más allá y aproveches esas crisis de ansiedad para avanzar.

cropped-imagesca8ysypx.jpg¿La ansiedad se cura? SI, LA ANSIEDAD SE CURA. Está demostrado que en 12 sesiones semanales los síntomas de ansiedad remiten. Pero la terapia cognitivo conductual persigue además de remitir los síntomas físicos, reestructurar tu modo de pensar y percibir las cosas, además de dotarte de estrategias de afrontamiento para dominar tus miedos. La ansiedad no deja de ser una respuesta de miedo, pero aparentemente injustificada y desproporcionada.

 

Así que si padeces ansiedad, no dudes en aprender a Dominarla.

Psicólogos en Murcia

 

Vanesa Hernández, Psicóloga

¿Por qué tenemos ansiedad?

¿Por qué tenemos ansiedad?

«Psicólogos en Murcia»

La ansiedad, es un término ya conocido por la mayoría de nosotros. Llamada por muchos la epidemia del siglo XXI, sigue extendiéndose entre la sociedad moderna sin ánimo de parar.

Pero ¿Por qué tenemos ansiedad?

En términos generales, la ansiedad se produce debido a una serie de factores, más bien actitudes que mantenemos ante la vida.

gestion de emociones¿De que actitudes hablamos?

  • No aceptación.
  • Evitación.
  • Distorsiones cognitivas o creencias erróneas.
  • Necesidad de control.

Con la no aceptación, me refiero a que a muchos de nosotros nos cuesta aceptar la realidad tal y como es. Nos resistimos a lo que nos rodea, porque queremos que las cosas sean como nosotros pensamos que deberían ser o como nos gustaría. Sin embargo, la realidad es la que es.

Si, tan sencillo como eso, la que es. No hay otra. Si nos resistimos a ella, por mucha que lo intentemos, nos perderemos en un mar de «por qués», que nos llevarán de forma circular a más «por qués», pero la realidad seguirá siendo la misma.

Piensa en un día soleado en el que decides ir a la playa a darte un agradable y refrescante baño. Tienes pensado que el baño te apetece que sea relajante, te apetece tomarte un día de descanso. Llegas a la playa y pese a que ves que el mar está revuelto, hay más oleaje que de costumbre, decides meterte, ya que has ido a la playa para pegarte el baño que te apetecía. Si te metes al mar y te resiste a las olas, te verás, parando olas continuamente. Tu no quieres moverte con el mar, tu quieres estar en el agua sin moverte, te apetece estar tranquilo. Pero sin embargo, las olas siguen, y tu baño se convierte en todo menos en relajante, ya que es un subir y bajar, parando olas con tu cuerpo. Con lo que te provocará una sensación de frustración y terminarás saliendo del agua con la sensación de no haber podido disfrutar del baño que querías.

Si por el contrario, aceptas que el mar no está como tu esperabas pero que puedes darte un baño más divertido, entrarás en el mar y fluirás con las olas. No te empeñarás en pararlas te moverás con ellas,  ya que por mucho que tu quieras que el mar esté sereno, seguirá con oleaje. Tu sensación será de haber disfrutado del baño que te propusiste por la mañana.

Esto es lo que nos pasa con la realidad. Por mucho que nos empeñemos en cambiarla, seguirá siendo la que es, así que quizá nos merece la pena aceptarla y fluir con ella. Tu resistencia no la cambiará.

imagesCAAXVE2SCuando la realidad no nos gusta, o nos sentimos amenazados o desbordados por ella, por diferentes motivos, la evitamos, escapamos de ella, o de forma más sutil la negamos.Nos organizamos nuestra vida, nuestra rutina, evitando todas aquellas situaciones,con las que no queremos encontrarnos.Y llega un momento en que la negación es tal, que nos convencemos de que todo aquello a lo que no nos enfrentamos, tampoco es necesario hacerlo, porque ya hemos encontrado la forma de vivir sin hacerlo Estas actitudes de no enfrentamiento a la realidad, aumentará el miedo, y como ya sabemos que la ansiedad no deja de ser miedo, cuanto menos nos enfrentemos, porque evitamos o negamos las cosas, menor sensación de capacidad tendremos para poder enfrentarlas. Así vamos acotando el perímetro de nuestra vida, reduciendo cada vez más nuestra zona de confort.

Las distorsiones cognitivas son estructuras de pensamiento distorsionadas, a creencias erróneas acerca de las cosas. Me refiero a nuestra forma de percibir el mundo, a nosotros y a los demás. Por diferentes motivos, sea nuestro temperamento, experiencias vividas, educación recibida, o todo junto, adoptamos formas de de pensamiento que distorsionan nuestro modo de ver o percibir lo que ocurre. Estas formas de percibir se convierten en costumbres de pensamiento que se automatizan y ya salen solas, entonces pasamos a pensar que nosotros somos así.  Ejemplos de distorsiones cognitivas son: anticiparnos negativamente a las cosas sin tener pruebas de lo que va a ocurrir, adivinar lo que el otro está pensando, quedarnos solo con la parte negativa de las cosas, generalizar los resultados negativos de una experiencia, pensamientos que empiezan con «Debería….».

Y por último, la necesidad de control. Tenemos la necesidad de controlar todo lo que ocurre u ocurrirá, como medio de asegurarnos de que todo irá bien. La incertidumbre es la mayor aliada del miedo, así que para sentirnos seguros, tenemos la necesidad de controlar todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Perdemos de vista el vivir nuestro presente, que es lo único que si podemos controlar, para vivir continuamente un futuro con el que no podemos hacer nada más que esperar a que llegue. Queremos controlarlo todo y cuanto más mejor, y eso, pese a que inmediatamente nos tranquiliza, posteriormente aumentará nuestra sensación de que siempre algo se nos escapa y vuelta a empezar.

Así que para no vernos invadidos por la ansiedad tendríamos que poner remedio a estas actitudes que nos conducen a ella. El rumbo adecuado sería  que empezáramos a aceptar la realidad tal cual es, que adoptáramos estrategias de afrontamiento, reestructuráramos nuestras creencias erróneas y dejáramos de intentar controlar todo lo que no dependa de nosotros directamente para poder vivir nuestro presente sin más.imagesCA9BFIDL

Nadie ha dicho que fuera fácil. pero nos aseguraríamos eliminar la ansiedad de nuestra vida para siempre.

El primer paso sería el que identificarás estas actitudes que contribuyen a la ansiedad en ti mismo. A partir de ahí sería comenzar el proceso de cambio.

¿A qué esperas?

Inténtalo. La recompensa merece la pena.

 

 

 

 

«Psicólogos en Murcia»

«¿Tengo ansiedad?»

«¿Tengo ansiedad?»

Las crisis de ansiedad, son la aparición temporal de miedo o malestar intenso, que se inicia de manera brusca y repentina, alcanzando su máxima expresión en los primeros  minutos, y van acompañados de cuatro o más de los siguientes síntomas:

1-      Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca.

2-      Sudoración.

3-      Temblores o sacudidas.

4-      Sensación de ahogo o falta de aliento.

5-      Sensación de atragantarse.

6-      Opresión o malestar torácico.

7-      Nausias  o molestias abdominales.

8-      Inestabilidad, mareo o desmayo.

9-      Desrealización  (sensación de irrealidad) o despersonalización ( estar separado de una mismo).

10-   Miedo a perder el control o volverse loco.

11-   Sensación de entumecimiento u hormigueo.

12-   Escalofríos o sudores.

thCATAAF98Cuando una persona experimenta ansiedad por primera vez, cree normalmente que está sufriendo un infarto al corazón, asfixia, que se va a desmayar o simplemente que algo peligroso le está ocurriendo. En algunos casos la persona puede pensar que “se está volviendo loco”.

La ansiedad es una reacción normal de nuestro organismo que aparece cuando nuestro cerebro percibe una situación supuestamente amenazante  o peligrosa. En ocasiones no hay ningún problema aparentemente significativo que nos la esté provocando, y es precisamente eso lo que permite que se vaya acumulando, pequeñas dosis de estrés diario sumadas a lo largo del tiempo, que en el día a día resultan llevaderas, pero todas unidas terminan por desbordarnos.

La ansiedad es muy desagradable e incapacitante, pero no peligrosa. Para quien la padece, produce un gran sufrimiento y limitación en  su vida cotidiana.

La ansiedad se puede presentar ante diversas situaciones o contextos. En función de esto hablaremos de fobia social, fobia específica, agorafobia, etc.

Por otro lado, hablamos de minicrisis cuando se experimentan menos de cuatro síntomas de los mencionados anteriormente.